TIEMPOS DEL MUNDO

jueves, 8 de diciembre de 2016

EXPEDIENTE OVNI: El incidente Cash-Landrum

El siguiente caso de nuestro expediente ocurrió en Texas (EE.UU.) durante la noche del 29 de diciembre de 1980, cuando Betty Cash, Vickie Landrum y Colby Landrum (el nieto de entonces siete años de Vickie) estaban dirigiéndose de regreso a su hogar en la localidad tejana de Dayton en el Oldsmobile Cutlass de Cash, luego de haber salido a cenar afuera. A eso de las 9:00 p.m., mientras se encontraban conduciendo sobre una carretera de dos carriles bordeada por una densa arboleda, las testigos dijeron que observaron una luz sobre algunos árboles. Inicialmente pensaron que se trataba de la luz de un aeroplano que se estaba aproximando al Aeropuerto Intercontinental de Houston (situado a una distancia de unos 55 kilómetros), por lo en ese momento le prestaron poca atención. Sin embargo, unos pocos minutos después sobre una carretera serpenteante, las testigos vieron lo que tomaron o consideraron como la misma luz que habían visto un rato antes, pero ahora estaba mucho más cercana y se veía muy brillante. La luz, según alegarían posteriormente, provenía de un gigantesco objeto con forma de diamante, el cual en ese momento estaba realizando un vuelo estacionario justo por encima de la línea de la copa de los árboles. La base del objeto estaba expeliendo llamas y emitiendo un significativo calor. Vickie Landrum le dijo a Cash que detuviese el automóvil, temiendo resultar quemadas si se acercaban un poco más. Sin embargo, la opinión de la propia Vickie acerca del objeto pronto cambió: como ‘cristiana fundamentalista’ ella interpretó al objeto como un signo de la segunda venida o parusía de Jesucristo, diciéndole a su nieto “Ese es Jesús. Él no nos dañará”. Ansiosa, Cash consideró la idea de dar un giro en U y regresar en sentido contrario, pero pronto abandonó esta idea debido a que la carretera era demasiado angosta y por considerar que el auto se quedaría atascado ya que la pista estaba humedecida a causa de las lluvias que habían tenido lugar durante ese mismo anochecer. Cash y Landrum salieron del auto para examinar el objeto. Empero el pequeño Colby estaba aterrado, por lo que Vickie Landrum rápidamente regresó al auto para confortar al frenético niño. Por su parte, Cash se mantuvo fuera del coche “hipnotizada por la extraña vista” y pudo ver mas detalles de la nave, describiéndolo con mas detalles: “El objeto, intensamente brillante de de un color plateado apagado, tenía la forma de un gigantesco diamante tallado, con sus partes superior e inferior respectivamente cortadas, por lo que parecían más planas que puntiagudas. Pequeñas luces azules rodeaban el centro del mismo, y periódicamente durante unos pocos minutos siguientes salieron llamas del fondo del objeto, creando el efecto de un gran cono. Cada vez que el fuego se disipaba, el OVNI ‘flotaba’ hacia abajo unos pocos pies, en dirección de la carretera. Pero cuando dichas llamas volvieron a salir nuevamente, el objeto se elevó aproximadamente la misma distancia.” Las testigos luego comentaron que el calor era lo suficientemente fuerte como para hacer que la carrocería del automóvil se calentase de tal forma que tocarla causada dolor. Al respecto, Cash mencionó que ella tuvo que usar su abrigo para proteger su mano de sufrir una quemazón cuando finalmente abrió la puerta del coche para reingresar al mismo. Cuando tocó el tablero de instrumentos del automóvil, la mano de Vickie Landrum presionada sobre el vinilo emblandecido aparentemente dejó una huella palmar que fue evidente varias semanas después. Los investigadores citaron dicha huella como prueba del relato de los testigos; sin embargo, no existe ninguna fotografía de la misma. El objeto entonces se elevó hacia un punto más alto. Mientras ascendía por sobre las copas de los árboles, los testigos afirmaron que un grupo de helicópteros de doble rotor se aproximaron al objeto y lo rodearon en una formación cerrada. Cash y Landrum lograron contar 23 aeronaves de este tipo, similares a los Chinook usados por las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. Con la carretera liberada, Cash continuó conduciendo, alegando ver destellos del objeto y de los helicópteros desvaneciéndose en la distancia. Desde la primera vez que observaron el objeto hasta que lo perdieron de vista, los testigos dijeron que el encuentro duró unos 20 minutos. Pero no todo acabo allí, ya que cuando retornaron a sus casas, experimentaron problemas de salud con síntomas similares aunque Cash los tenía en un grado mayor (de hecho, había sido ella quien había salido del automóvil a observar el fenómeno). Todos sufrían de náuseas, vómitos, diarrea, una debilidad generalizada y una sensación de quemazón en los ojos como si hubiesen sufrido se de quemaduras luego de una exposición excesiva a la luz del sol. Durante el transcurso de los días siguientes, los síntomas de Cash empeoraron, con muchas ampollas grandes y dolorosas formándose sobre su piel. Cuando fue llevada a la sala de emergencias de un hospital el 3 de enero de 1981, Clark escribe que Cash “no podía caminar y había perdido grandes pedazos de piel y mechones de cabello. Fue dada de alta luego de 12 días, aunque su condición no era mucho mejor, y posteriormente regresó al hospital por otros 15 días. La salud de los dos Landrum (abuela y nieto) era de alguna forma un poco mejor, aunque ambos sufrían de una debilidad persistente, llagas en la piel y pérdida de cabello. Un radiólogo que examinó los registros médicos de los testigos para la red de ovnilogía MUFON escribió respecto de los mismos: “Tenemos fuerte evidencia de que estos pacientes han sufrido daño secundario debido a la radiación ionizante. También es posible que además haya habido un componente infrarrojo o ultravioleta”. Vickie Landrum telefoneó a funcionarios de varias agencias del gobierno federal estadounidense, comentándoles sobre el encuentro cercano que alegaba haber experimentado. Cuando ella se contactó con la NASA, fue derivada al ingeniero aeroespacial John Schuessler, quien hacía bastante tiempo que estaba interesado en el estudio del fenómeno de los OVNIS. Con algunos asociados provenientes pertenecientes a la conocida red de ufología MUFON, Schuessler comenzó a investigar sobre el caso, y posteriormente escribió artículos y un libro sobre la materia. Debido a la presencia de los helicópteros Chinook, los testigos presumieron que al menos una rama de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos también habrían detectado la presencia del objeto, si es que no lo estaban escoltando o persiguiendo. No obstante, los investigadores no pudieron encontrar evidencia que vinculase a dichos helicópteros con alguna rama de la milicia estadounidense. Sin embargo, en 1998, el periodista y escéptico respecto de los OVNIS Philip J. Klass encontró algunas razones para dudar de la historia relatada por Cash y Landrum. “Cuando Schuessler inspeccionó el automóvil de Betty en 1981, usando un contador Geiger para buscar radioactividad, no encontró ninguna. Presumiblemente también chequeó en búsqueda de rastros de la misma cuando visitó el sitio del (alegado) incidente y no encontró radiación anormal. Schuessler no provee datos médicos sobre la salud de Betty ANTES del incidente OVNI. Ni provee ningunos datos médicos sobre la salud previa de Vicki o Colby” (Énfasis en mayúsculas en el original). Otros ovnílogos destacan que la radiación ionizante de alta energía de la clase que puede causar daños a los seres humanos (por ejemplo, la radiación de rayos gamma) no induce radioactividad en los objetos, y no habría dejado ninguna radioactividad residual en el área. Finalmente, Cash y Landrum contactaron a los senadores estadounidenses Lloyd Bentsen y John Tower, quienes les recomendaron a ambas testigos entablar una demanda ante la oficina de reclamos judiciales de la base de la Fuerza Aérea de Bergstrom. En agosto de 1981, Cash, Landrum y Colby fueron entrevistadas durante un tiempo relativamente largo por personal de que entonces trabajaba en la Base de la Fuerza Aérea de Bergstrom, y allí de les comentó que debían contratar a un abogado y buscar compensación económica por sus heridas. Como era de esoerar, Cash y Landrum demandaron al gobierno federal estadounidense por USD 20 millones, pero el 21 de agosto de 1986, un juez de una Corte de Distrito desestimó su caso, notando que las demandantes no habían probado que los helicópteros en cuestión estuviesen asociados al gobierno de los Estados Unidos y que oficiales militares habían testificado que las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos no tenían una gran aeronave de forma de diamante en su posesión o inventario. En una notable coincidencia del destino, Betty Cash murió el 29 de diciembre de 1998, exactamente 18 años después de haber sucedido su alegado encuentro cercano del segundo tipo. Entonces tenía 71 años de edad.