TIEMPOS DEL MUNDO

jueves, 31 de mayo de 2018

¿EN QUE IDIOMA HABLAN LOS EXTRATERRESTRES?: Su lenguaje podría no ser tan distinto al de los humanos

Imaginémonos por un momento a los alienígenas como los pinta Hollywood, donde pueden comunicarse en el mismo lenguaje que utilizamos nosotros. En otros casos, los guionistas prefieren pasar de puntillas por este asunto, dotando a ellos o incluso a los terrícolas - como en Star Trek - de un oportuno traductor universal, o simplemente evitando todo atisbo de comunicación. Pero ¿qué idioma hablan en realidad? ¿Cómo nos entenderíamos con ellos? Para descifrar este enigma, el pasado 26 de mayo, prominentes astrónomos y lingüistas se reunieron en la Conferencia internacional para el Desarrollo del Espacio que se celebró en Los Ángeles (California, Estados Unidos), para discutir cómo sería el lenguaje de los alienígenas y el modo en que podríamos comunicarnos con ellos, informa el portal CNET. En efecto, especialistas como Noam Chomsky argumentaron que todas las lenguas de la Tierra comparten "una gramática universal" de origen y algunos se mostraron optimistas en cuanto a que esa 'conexión interna' también se podría extender a los idiomas extraterrestres. Como sabéis, Chomsky es un notable autor tanto de la lingüística como de la política global y, a menudo, se le conoce como el "padre de la lingüística moderna" ya que fue pionero en la noción de una gramática universal. Douglas Vakoch, presidente del programa de Mensajes a Extraterrestres Inteligentes del SETI, recordó que el propio Chomsky "a menudo ha dicho que si un alienígena visitara la Tierra, pensaría que todos hablamos dialectos de un mismo idioma. Pero si los extraterrestres tienen un lenguaje, ¿sería similar al nuestro? Esa es la gran pregunta" aseveró. De hecho, los lingüistas estadounidenses Bridget Samuels y Jeffrey Punske argumentaron que factores científicos universales como las leyes de la Física, podrían ayudar a 'hackear' la lengua de los extraterrestres. Por ejemplo, "no hay muchas formas en que se puede transmitir una señal, particularmente a grandes distancias", según explicaron varios investigadores en un correo electrónico a CNET tras el evento. Además, sería lógico que los lenguajes alienígenas consistan en "construir bloques que se puedan combinar para crear significados más complejos", añadieron los científicos. La noción aquí es que hay aspectos del universo que son universales. Mientras que los alienígenas podrían haber evolucionado de una manera muy diferente a nosotros en mundos completamente distintos, todas las especies y por extensión, todas las lenguas, deben surgir de esencialmente de la misma manera elemental. "Si bien la posibilidad de un contacto humano con los extraterrestres a algunos pudiera parecer remota, y la posibilidad de comunicarse con éxito lo es aun más, las leyes de la física, la teoría de la información, la lógica y las matemáticas podrían proporcionar un terreno común para comenzar", dijeron Samuels y Punske. De hecho, mientras el METI (Messaging Extraterrestrial Intelligence) está tratando de averiguar qué tipo de mensaje podría ser más comprensible para los extraterrestres, la idea de que exista una gramática universal modifica la perspectiva sobre el asunto. "Supone un cambio radical para los científicos de SETI, que se han burlado de la idea de crear mensajes interestelares inspirados en lenguajes naturales: en el pasado, solían codificarlos en función de las leyes matemáticas y físicas en lugar de lingüísticas", detalló Vakoch. Otro detalle para tomar en cuenta es el tiempo requerido para enviar y recibir mensajes a través del espacio interestelar. Una conversación bidireccional entre la Tierra y el planeta más cercano más allá de nuestro sistema solar como Proxima Centauri, requeriría unos ocho años solo para que enviemos un “saludo” y recibamos una respuesta. “Es mas, METI acaba de enviar un mensaje a otro mundo cercano, pero desafortunadamente deberemos esperar hasta el 2042 para obtener una contestación. Es más que probable que ninguno de nosotros este aquí cuando ello suceda, pero eso no nos puede doblegar. Tenemos que ser perseverantes” indicó.

jueves, 24 de mayo de 2018

UNA INVESTIGACIÓN SUMAMENTE ESPECULATIVA: ¿Los alienígenas solo pueden existir en los universos paralelos?

Como sabéis, una de las obsesiones de los seres humanos es sin lugar a dudas, la posibilidad de establecer contacto con seres extraterrestres. Sin embargo, en base a un reciente análisis de la conocida teoría del multiverso, hay quienes en busca de notoriedad lanzan arriesgadas hipótesis que no tienen como comprobarlo. Para ellos, la vida extraterrestre existe, pero solamente en un universo paralelo al nuestro. Esta afirmación parte de dos artículos publicados en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, que suponen qué ocurriría en universos paralelos con mayores proporciones de energía oscura que el nuestro. A partir de masivas simulaciones por computadora - simulaciones al fin y al cabo - los investigadores crearon universos con distintos parámetros iniciales y descubrieron que las condiciones necesarias para la aparición de galaxias donde exista la vida no es exclusiva de nuestra realidad, lo cual sustenta la noción del multiverso, donde cada universo es uno entre infinitos y cada uno está gobernado por unas leyes y parámetros propios. Así, en un universo paralelo, es perfectamente posible que exista otra civilización alienígena tratando de comprender la realidad, como lo hacemos los seres humanos. "El multiverso explica el valor observado de energía oscura como una lotería, como si hubiéramos tenido suerte y viviéramos en el universo que forma bonitas galaxias y que permite la vida tal como conocemos", explicó Luke Barnes, coautor del estudio e investigador en la Universidad Occidental de Sidney. De acuerdo a los cálculos, los universos con hasta 300 veces más energía oscura que el nuestro serían compatibles con la aparición de galaxias y, por lo tanto, de vida. La energía oscura es uno de los mayores enigmas de la ciencia, ya que nadie sabe qué es, aunque sí se entiende que la gravedad pugna por mantener unida la materia, lo cual permitió la aparición de estrellas y galaxias durante el principio del universo. También se sabe que, a pesar de la gravedad, el Universo se está expandiendo y que, además, lo hace cada vez más rápido. ¿Quién está detrás de esto? ¿Hemos pasado por alto algo muy importante o es que realmente existe una misteriosa fuerza repulsiva que hace que las galaxias se alejen y que lo haga más rápido cuanto más lejos estén? La respuesta más ampliamente aceptada es la energía oscura: de hecho, este fenómeno constituye el 70 por ciento de toda la masa y energía de nuestro Universo. Algunos creen que este misterioso fenómeno es una propiedad del espacio-tiempo o una fuerza totalmente desconocida. Aunque su naturaleza es un enigma, se suele considerar que contribuye al equilibrio en nuestro Universo. Si la energía oscura fuera mucho más abundante de lo que es, el espacio se habría expandido demasiado, en la infancia del Cosmos, como para permitir la aparición de galaxias. Si fuera mucho menos abundante, las galaxias habrían colapsado sobre sí mismas antes de nacer. “Nuestras simulaciones mostraron que la expansión acelerada del universo, impulsada por la energía oscura, apenas tiene impacto en el nacimiento de las estrellas y, por ende, en los lugares donde puede nacer la vida”, explicó por su parte Pascal Elahi, otro de los autores del cuestionado análisis. "Creo que deberíamos buscar una nueva ley física para explicar esta extraña propiedad de nuestro Universo, porque lo cierto es que la teoría del multiverso hace poco para calmar nuestra intranquilidad", comentó Richard Bower, investigador en la Universidad de Durham (Reino Unido). Dicha ley podría explicar qué rango de proporciones de energía oscura son, teóricamente, compatibles con la aparición de galaxias. Sin embargo, hay que dejar en claro que esta es otra teoría más y la verdad puede ser muy distinta a lo que afirman. Y es que a pesar de lo que digan los ‘expertos’ en base a simulaciones de computadora, hay una altísima probabilidad de que en nuestro propio universo existan múltiples civilizaciones, viviendo en alguna de las millones de galaxias vecinas o en las miles de millones de estrellas de la Vía Láctea. La Tierra es apenas un punto insignificante en la vastedad del universo y es imposible que sea el único lugar donde se haya podido desarrollar la vida ¿no lo creen ustedes?

jueves, 17 de mayo de 2018

ESTREMECEDOR DESCUBRIMIENTO: ¿Son los pulpos una forma de vida extraterrestre?

Un equipo formado por 33 investigadores de las más prestigiosas universidades del mundo, entre ellos Edward Steele o Chandra Wickramasinghe, que cuenta con más de setenta publicaciones en Nature, acaban de publicar en The Progress in Biophysics and Molecular Biology Journal, un artículo que, como mínimo, merece el calificativo de estremecedor. Entre sus conclusiones destaca la de que a nuestro planeta han llegado, y llegan actualmente, organismos completos, tanto vegetales como animales, y no solo moléculas orgánicas, como se creía hasta ahora. Organismos que pueden dar lugar a nuevas líneas evolutivas, a «explosiones de vida» como la que sucedió hace casi 500 millones de años en el Cámbrico, o adaptarse a las condiciones de nuestro mundo y prosperar en él, como sería el caso de los pulpos. Los autores revisan la teoría de la Panspermia y sostienen, por un lado, que el origen de la vida no se produjo en la Tierra. Y por otro, aún más controvertido, que la mayor fuente de innovación genética (que permite la evolución de las especies) no se encuentra en la selección natural de mutaciones aleatorias ventajosas, sino en una continua lluvia de materia viva extraterrestre que se integra, a través de mecanismos como la transferencia horizontal de genes (propia de muchos retrovirus), en los genomas de las formas de vida ya presentes en nuestro planeta. Los investigadores presentan junto a su trabajo una enorme cantidad de evidencias, pruebas que otros científicos no se han atrevido aún a rebatir. Durante un año entero el artículo, que repasa los principales datos experimentales y observacionales recopilados durante los últimos 60 años, pasó una intensa revisión por pares, es decir, que fue sometido al criterio de numerosos expertos independientes antes de que la revista autorizara su publicación. Según ha declarado Steele a The Daily Express, el trabajo ya ha superado pruebas severas y tortuosas. Para empezar, nadie sabe aún con certeza cómo surgió la vida, ni tampoco el lugar exacto donde empezó. La abiogénesis, por ejemplo, sostiene que ese comienzo fue aquí, en nuestro planeta, y que en algún momento de la historia de la Tierra las condiciones se volvieron favorables para el surgimiento de una química orgánica compleja que, a su vez, condujo a la autoorganización de las primeras formas de vida primitivas. Se ha avanzado mucho hacia la comprensión de este complicado proceso, pero nadie ha logrado explicar aún cómo exactamente pudo codificarse la información en el interior de los ácidos nucleicos (ADN y ARN), para formar el sistema de herencia y expresión genética que, al final, se transformó en vida tal y como hoy la conocemos. Otro grave inconveniente de la “hipótesis terrestre” para el origen de la vida es que parece que ésta se produjo en un periodo de tiempo demasiado breve. Según la teoría, en efecto, la “sopa primordial” de la que surgieron los primeros seres vivientes debió formarse dentro de los primeros 800 millones de años luego de la estabilización de la corteza terrestre, un lapso de tiempo que muchos investigadores consideran insuficiente. La otra gran hipótesis es la panspermia, que sostiene que la vida no se originó en la Tierra, sino que llegó a nuestro planeta a través del espacio. Cada vez son más los investigadores que apoyan esta teoría. La existencia comprobada de microorganismos capaces de sobrevivir a las duras condiciones espaciales y la posibilidad de que, a través de impactos, estos organismos salieran despedidos de sus planetas de origen y fueran depositados después en otros lugares por cometas o asteroides, parece lo más probable. El propio Wickramasinghe es uno de los mayores defensores de la panspermia, y una de sus mayores contribuciones científicas, realizada junto al ya desaparecido astrónomo Fred Hoyle (el modelo Hoyle-Wickramasinghe, o H-W) , fue precisamente demostrar que el polvo interestelar está compuesto, en parte, por moléculas orgánicas, o lo que es igual, por los diminutos “ladrillos” necesarios para el desarrollo de la vida. En su polémico artículo, los autores sostienen que la vida fue sembrada aquí, en la Tierra, por cometas portadores de vida que, tan pronto como las condiciones del planeta lo permitieron, floreció, hace aproximadamente 4.100 millones de años. Pero van mucho más allá y añaden que los cometas también podrían estar entregando continuamente a la Tierra organismos vivos, como bacterias resistentes al espacio, virus, células y organismos eucariotas más complejos... quizá incluso óvulos fertilizados y semillas de plantas que ayudaron a impulsar aún más el progreso evolutivo de la biología terrestre. Una buena parte del trabajo de los investigadores, y de las pruebas presentadas en favor de la panspermia, giran alrededor de la capacidad transformadora de los retrovirus, diminutas criaturas diabólicamente inteligentes que son capaces, por medio de la transferencia horizontal de genes, de integrar su propio material genético en el genoma de los huéspedes infectados para obligarles a producir más virus. Curiosamente, si los retrovirus infectan células germinales (como espermatozoides u óvulos), el organismo resultante transmitirá íntegramente el retrovirus a toda su descendencia. En otras palabras, el material genético adquirido (el de los retrovirus) se convertirá en una parte de la herencia que el organismo huesped transmita a su progenie. Una capacidad que confiere a los retrovirus una fuerza a tener muy en cuenta a la hora de modular la evolución de todos los seres vivientes. Sabemos además, gracias a un estudio publicado en Nature Communications en el 2017, que los retrovirus surgieron en el océano, hace al menos unos 460 millones de años, junto a sus huéspedes vertebrados. Y que a medida que estos huéspedes fueron evolucionando y transformándose en nuevas especies, sus equivalentes virales se fueron transformando de forma similar. Lo cual, para Steele y sus colegas, encaja a la perfección con la hipótesis de la panspermia H-W. De hecho, la aparición de los retrovirus es apenas algo anterior a la Explosión Cámbrica, un breve (en términos geológicos) periodo durante el que la vida pareció volverse loca y surgieron todos los géneros de especies que viven en la actualidad, y solo algo posterior a la extinción masiva que tuvo lugar al final del periodo Ediacara, hace 542 millones de años. Para los autores del estudio, la extinción de Ediacara fue causada muy probablemente por una lluvia de cometas. Cometas que, además, trajeron consigo retrovirus complejos. La conclusión es que fueron estos retrovirus los principales impulsores de la explosión de vida del Cámbrico. Para conseguirlo, se integraron en los genomas de innumerables especies terrestres, introduciendo un material genético completamente nuevo y que resultó en una auténtica explosión y diversificación de las formas de vida. Según escriben los investigadores en su artículo, toda la galaxia constituye una única biosfera conectada. Un punto de vista que implica que toda la vida, ya sea terrestre o extraterrestre, estaría relacionada, ya que toda procede de una enorme biosfera galáctica en la que el material genético se comparte fácilmente. Por lo tanto, prosigue el artículo, existe una unidad bioquímica subyacente que es común a toda la vida, que solo difiere en los isótopos de los elementos esenciales que utiliza en los diferentes lugares del Universo. Según los investigadores, existen numerosas pruebas de la existencia de organismos extraterrestres en el Sistema Solar, incluso en nuestro propio planeta. Pruebas que van desde los experimentos de las sondas Viking en Marte en 1976 a las estructuras claramente microbianas halladas en el interior de un buen número de meteoritos terrestres, pasando por el reciente descubrimiento de depósitos de carbono de origen orgánico hallados en rocas anteriores al surgimiento de la vida en la Tierra, el hallazgo de microorganismos en la estratosfera, a 40 kilómetros de altura, o incluso adheridos en el exterior de la Estación Espacial Internacional. Pero quizá la mayor evidencia de todas fue la que llevó al propio Steele a convertirse a la panspermia. Y es que el espectro de la luz producida cuando la radiación infrarroja pasa a través del polvo cósmico (el material que hay en el espacio vacío entre estrellas y galaxias) tiene exactamente la misma firma espectral que la bacteria Escherichia coli. Steele se muestra indignado por la indiferencia de la comunidad científica ante esta asombrosa coincidencia: “Todo nuestro conocimiento del Universo se ha construido de esta manera: obtener el espectro (emisión, absorción) en un laboratorio en la Tierra, y enfocar después un telescopio hacia una fuente u objeto cósmico para preguntar: ¿Cuál es su firma espectral? ¿Coincide con la hallada en el laboratorio en la Tierra?”. Para Steele, la del polvo cósmico es una coincidencia exacta. No puedes tener un resultado mejor que ese en ciencia. Sin duda, uno de los aspectos más llamativos (y controvertidos) del estudio es la idea de que, junto a virus y bacterias, también nos llueven del espacio formas de vida más complejas. Como por ejemplo los pulpos. En general, los cefalópodos (el grupo que incluye a los calamares, las sepias, los nautilos y los pulpos) cuentan con un árbol evolutivo bastante confuso, que apareció por primera vez hacia finales del Cámbrico y cuyo origen, en apariencia, procede de un único nautiloide ancestral. Pero entre todos los cefalópodos, el pulpo es sin duda el más intrigante, ya que sus increíbles características (un sistema nervioso complejo, ojos sofisticados o su capacidad de camuflaje) aparecieron de forma repentina en su historia evolutiva. De hecho, según los investigadores, los genes necesarios para que surgieran todas estas capacidades no están presentes en ninguno de sus antepasados. Lo cual podría ser una prueba de que fueron tomados directamente del Cosmos. En concreto, el pulpo muestra una serie de diferencias bioquímicas muy específicas con respecto al nautilo, su pariente vivo más cercano. En particular, existen evidencias de cambios súbitos y masivos en su ARN, y por lo tanto en sus proteínas, con respecto a las que se suelen encontrar en las estructuras neuronales del resto de los cefalópodos. Dichos cambios solo afectaron a los pulpos, y no se encuentran en ningún otro logar en la Naturaleza, ni siquiera en sus parientes más próximos. Cuando el genoma del pulpo se publicó en Nature, el 13 de agosto del 2015, suscitó más preguntas que respuestas. Ya entonces, algunos de los científicos que trabajaron en su secuenciación se referían a este animal como a lo más parecido a un extraterrestre en nuestro propio planeta. Para Steele y sus colegas, una explicación plausible, desde nuestro punto de vista, es que los nuevos genes son probablemente nuevas importaciones extraterrestres a la Tierra, más plausiblemente como un grupo de genes funcionales dentro de (por ejemplo) huevos de pulpo fertilizados, criopreservados y protegidos con una matriz. Sería una explicación adecuada para la aparición repentina del pulpo en la Tierra hace unos 270 millones de años. Por ahora, y a pesar de lo controvertido de sus planteamientos y conclusiones, no ha habido reacciones ni comentarios científicos al respecto. El hecho de que el artículo haya sido ampliamente revisado por pares y el gran número de evidencias recopiladas podría ser la razón de este silencio. Si Steele y sus colegas tienen razón, probablemente la próxima generación de sondas espaciales sea capaz de aportar nuevas evidencias de que no estamos solos en el universo. Y en cuanto a los pulpos, hay que verlos con recelo. Quizás nos estén vigilando, esperando pacientemente su oportunidad para apoderarse de nuestro mundo.

jueves, 10 de mayo de 2018

EL TAPIZ DE BAYEUX: ¿Contiene evidencias acerca de la existencia de Nibiru?

Durante décadas, científicos e investigadores han debatido sobre la existencia de un enorme planeta orbitando alrededor del Sol justo en el límite exterior de nuestro sistema solar. Pero lo que hasta hace poco era considerado un engaño de Internet, el pasado octubre se convirtió en toda una realidad. La NASA admitió a través de un comunicado oficial que había suficientes evidencias para apoyar la existencia de un nuevo y enorme planeta, 10 veces la masa de la Tierra. Teóricos de la conspiración y astrónomos independientes llevan tiempo denunciando que este planeta es Nibiru y se dirige peligrosamente hacia nuestro planeta para acabar con la humanidad. Pero la controversia incluso llegó hasta el seno de la comunidad científica, ya que hay científicos que creen en dicha teoría. Así por ejemplo, la Dra. Claudia Albers, física de la Universidad del Witwatersrand, Johannesburgo, Sudáfrica, el pasado mes de marzo aseguró que la NASA está ocultando la existencia de un sistema estelar muerto que está drenado la energía de nuestro Sol. Y por si un hubiera suficiente controversia en este asunto, ahora los científicos del Queen's University Belfast (Irlanda del Norte), aseguran haber descubierto pruebas de la existencia del misterioso “Planeta Nueve” en tapices medievales. En efecto, según publica esta semana The Sun, dichos académicos aseguran que los rastros de polvo y gas en el cielo nocturno registrados por los astrónomos anglosajones pueden proporcionar evidencia de ese enigmático planeta. Los expertos creen que las representaciones de los cometas detectados en la Edad Media proporcionarán más pistas sobre el paradero del hipotético cuerpo celeste. Asimismo, están convencidos que las historias anglosajonas, combinadas con técnicas científicas modernas, podrían usarse para investigar los efectos que puede causar. Dichos investigadores, entre ellos un historiador medieval y un astrónomo del Queen's University Belfast, han hecho las sorprendentes afirmaciones durante una exposición que explora la comprensión anglosajona del cosmos. Como parte de su estudio, han combinado registros de cometas de fuentes anglosajonas con imágenes contemporáneas de objetos espaciales helados. Al combinar enfoques históricos y científicos, los investigadores esperan revelar nuevos hallazgos sobre el ‘Planeta Nueve’. Sin embargo, los expertos han querido dejar claro que dicho planeta representado en los tapices medievales no es Nibiru. “Este proyecto de investigación renegocia el significado y la importancia de la ciencia medieval y demuestra cómo los registros medievales de los cometas pueden ayudar a probar la teoría de la existencia del elusivo ‘Planeta Nueve’”, dice el estudio. “Mirando los registros de los cometas en textos de inglés antiguo, latín, irlandés antiguo y ruso, nuestro objetivo es mostrar que los primeros pueblos medievales en realidad registraron observaciones astronómicas genuinas, lo que refleja su interés en la cosmología y la comprensión de los cielos. La idea de este estudio surgió del fuerte deseo de desafiar la suposición y la aparente falta de investigación científica a principios de la Edad Media, comúnmente conocida como ‘Edad Oscura’”. Como sabéis, la descripción más antigua de un cometa en Inglaterra se produjo en el año 891 d.C., durante el reinado de Harold. Un conocido cometa de 1066 d.C., representado en el famoso Tapiz de Bayeux del siglo XI, fue descrito en la Crónica anglosajona como “un signo en el cielo como nunca antes se había visto”. Llegó a ser entendido como un presagio que anunciaba el final de la dinastía inglesa a manos de los normandos, como sucedió efectivamente. Propuesto por primera vez por un equipo del Instituto de Tecnología de California, el ‘Planeta Nueve’ podría explicar los caminos distorsionados que se ven en los cuerpos helados distantes. Y al parecer seria aproximadamente cuatro veces el tamaño de la Tierra y diez veces su masa. Los investigadores dicen que un cuerpo de este tamaño y masa explicaría las rutas agrupadas de varios planetas menores helados más allá de Neptuno. Su gran órbita significaría que tardaría entre 10.000 y 20.000 años en pasar cerca del Sol. El teórico ‘Planeta Nueve’ se basa en la atracción gravitacional que ejerce sobre estos cuerpos, y los astrónomos confían en encontrarlo en los próximos años. “Es fantástico poder utilizar datos que tienen alrededor de mil años para investigar una teoría actual”, explico el Dr. Peter Lacerda, un astrofísico y experto en cometas y el sistema solar en la Queen's University Belfast. “Para mí, este es uno de los aspectos más fascinantes de nuestro proyecto. Cualquier indicación fuerte de que se necesita un ‘Planeta Nueve’ para adaptarse a los avistamientos de cometas registrados en la Edad Media será un resultado único y sin duda tendrá un impacto notable en nuestra comprensión del sistema solar”. Pero para los teóricos de la conspiración, los tapices medievales muestran claramente la existencia de Nibiru, un supuesto planeta en el borde de nuestro sistema solar. Para ellos, el también conocido como Planeta X, es sin duda el Planeta Nueve. Los expertos en la materia aseguran que la influencia gravitatoria de Nibiru interrumpió las órbitas de otros planetas hace cientos de años. Es más, el siguiente paso en nuestro sistema solar interior podría suceder en cualquier momento, enviándonos directamente ‘partículas de energía plasmática’. Dicho flujo de energía interrumpirá centrales eléctricas de la Tierra y desencadenará cambios catastróficos en el clima terrestre. Aunque la realidad es que desde 1996, ya estamos sintiendo los peligrosos efectos del Planeta X, lo que explicaría el inusual aumento de desastres naturales y patrones climáticos anormales en todo nuestro planeta. Y parece ser que los científicos ya nos están preparando para la revelación, aunque podría ser demasiado tarde.

jueves, 3 de mayo de 2018

EXTRAÑAS ESTRUCTURAS EN LA LUNA: ¿Una evidencia de que sigue habitada por extraterrestres?

Siempre se nos ha hecho creer que la Luna es un satélite muerto y que nada puede vivir en su superficie. Pero ¿qué hay de su interior? Al respecto existen muchas teorías acerca de la existencia de vida en ella y que incluso seguirían viviendo allí - prueba de ello serian unas antiguas estructuras que se encuentran en su superficie, demostrando con ello la presencia de una extraña civilización que para sobrevivir a las condiciones extremas que por causas desconocidas ocurrió en la Luna, decidieron instalarse en su subsuelo - y es el principal motivo de que al descubrir su presencia, la NASA de una forma abrupta cancelara sus misiones Apolo y desde entonces, nadie haya regresado… oficialmente. Uno de los propulsores de esta teoría conspirativa es John Lear, un ex piloto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) quien ha hablado en múltiples oportunidades acerca de la existencia de estructuras alienígenas en la Luna. En efecto, según público esta semana The Daily Express, dentro del ámbito de la ufología existen diversas personas que aseguran haber conocido de cerca a seres de otros planetas, a quienes se les denomina “contactados”. Dentro de este particular grupo, por lo general, se destacan más aquellos que provienen de entidades gubernamentales, porque supuestamente tendrían acceso a información clasificada, algo que muy pocos pueden decir. Es precisamente por esta razón que una entrevista concedida por Lear en el 2008, ha sido rescatada estos días, generando una controversia a nivel mundial. Entre otras cosas, el ex funcionario federal comentó que todo lo que se nos ha dicho sobre la Luna es falso y que debajo de su superficie existen áreas urbanas donde Según el ex piloto, en estos vivirían 250 millones de extraterrestres, siendo la mayoría de ellos los llamados ‘grises’.Se trata de espacios subterráneos donde existen laboratorios en los cuales estos aliens realizarían experimentos genéticos. Pero ¿cómo es posible que no los hayamos detectado? Para Lear, la gran razón por la cual no es posible ver instalaciones en la superficie del satélite natural de la Tierra se debe a que desde siempre el gobierno estadounidense se ha propuesto ocultar sus actividades por lo que estos se realizan bajo su superficie. Además la NASA ha editado las fotografías de las misiones Apolo 8, 10 y 11 - donde aparecían diversas estructuras ‘eliminando’ su presencia - las cuales finalmente se publicaron en 1971 en el libro “NASA SB2-46″. Sin embargo, a pesar de sus intentos por ocultar la verdad, para Lear aún es posible ver entre las imágenes alteradas, una ciudad, una base espacial, caminos, tuberías, luces, operaciones mineras y hasta un reactor nuclear. Según él, para hacer este tipo de construcciones los hombres que fueron a la Luna contaron con la colaboración de los alienígenas, quienes ya tenían sus propios edificios. Esta urbanización se ha hecho, de acuerdo al fantástico relato de Lear, en los últimos 40 años. Como podéis imaginar, esta declaración ha sido fuertemente criticada por los escépticos, quienes le sacan en cara el hecho de que no ha presentado pruebas concretas de sus afirmaciones, como imágenes, grabaciones o artefactos procedentes de la Luna para dar crédito a su teoría. Frente a ello, Lear afirma que no puede hacerlo porque podría ser asesinado por aquellos que pretenden que todo se mantenga oculto y están dispuestos a todo para que así continué. John Lear ya era una figura conocida en los años 80′ y 90′, donde hizo diversas declaraciones referidas a los extraterrestres que, asegura, nos visitan desde hace mucho. Además, en múltiples oportunidades Lear ha participado en conferencias donde ha mostrado presuntas fotografías de estructuras artificiales en la Luna. Por ejemplo, en una charla dictada en el 2007 expresó: “En 1953, una nave alienígena se estrelló y capturaron un extraterrestre que llamamos EBE 3, quien luego ayudó al gobierno estadounidense a construir algunas naves espaciales con tecnología alienigena. Si bien en 1962 teníamos vehículos que no podían ir más rápido que la velocidad de la luz, como los OVNIS, si eran lo suficientemente rápidos como para llegar a la Luna en 60 minutos y unas pocas horas a Marte. Precisamente, el primer vuelo a Marte fue en 1966, incluso en el planeta rojo hay alrededor de 600 millones de seres alienígenas y algunas colonias humanas” aseveró en aquella oportunidad. Si es creíble o no, lo cierto es que no ha sido el único que ha asegurado que la Luna está poblada tanto por extraterrestres como por humanos. También un hombre llamado Corey Goode, quien afirma ser “un integrante de un supuesto programa espacial secreto”, ha mencionado en varias entrevistas de que la Luna está habitada y que allí existen varias bases bajo su superficie. Vaya uno a saber cuanto de ello es cierto, Lo importante es saber que en pleno Siglo XXI aun existen grandes secretos que los distintos gobiernos - no solo el estadounidense - se niegan a desclasificar, quizás por el miedo que generaría entre el publico reconocer oficialmente la existencia de vida extraterrestre o tal vez, para no compartir los conocimientos adquiridos con el resto de la humanidad y quedárselos solo para ellos. Pero tarde o temprano conoceremos la verdad, y esta será más fascinante que la ficción.