jueves, 3 de enero de 2013
¿ADIOS A LOS VIAJES ESPACIALES? : La radiación cósmica produce Alzheimer a los astronautas
Como si los viajes espaciales no fueran ya lo suficientemente peligrosos en sí mismos, un nuevo estudio recién publicado en Plos One asegura que la radiación cósmica - procedente de lejanas estrellas y galaxias - podría, durante un viaje a Marte, hacer que los astronautas empiecen a mostrar síntomas de Alzheimer. "La radiación cósmica de la galaxia -asegura Kerry O`Banion, del Centro Médico de la Universidad de Rochester y autor principal del estudio- supone una amenaza significativa para los futuros astronautas. La posibilidad de que la exposición a esta radiación en el espacio pueda incrementar riesgos para la salud como el cáncer es algo ya de sobra conocido. Sin embargo, este estudio muestra por primera vez que exponerse a una cantidad de radiación cósmica equivalente a la que se recibiría durante un viaje a Marte puede producir problemas cognitivos y causar rápidos cambios cerebrales asociados con la enfermedad de Alzheimer". El espacio está lleno de radiación, eso se sabe desde hace décadas. Pero mientras que estamos aquí, en la Tierra, o muy cerca de ella, el campo magnético del planeta nos protege de forma eficaz contra los efectos nocivos de esta constante lluvia de partículas. Sin embargo, cada vez que un astronauta abandona la órbita terrestre queda expuesto a una lluvia permanente de varias clases de partículas radioactivas. Si es avisada con tiempo, la tripulación de una nave puede protegerse, por ejemplo, de la radiación asociada a una llamarada solar. Pero hay muchas otras formas de radiación espacial que, a pesar de los intentos llevados a cabo hasta el momento, no puede ser bloqueada con los medios existentes. Y no se trata de un tipo de radiación que llegue en grandes, súbitas y violentas oleadas, sino de una especie de "marea de fondo" de baja intensidad y que permanece más o menos constante. Por lo tanto, cuanto más tiempo permanezca un astronauta en el espacio profundo, mayor será su exposición y los posibles daños asociados a ella. Por supuesto, esa es una de las mayores preocupaciones de la NASA a la hora de planear sus futuras misiones espaciales tripuladas, como la que tiene como objetivo un lejano asteroide en el año 2021 o la que, en 2035, llevará los primeros seres humanos a Marte. Incluso con la nueva generación de motores iónicos, un viaje de ida y vuelta al planeta rojo supone no menos de tres años en el espacio expuesto a toda clase de peligros. Durante más de 25 años, la NASA ha financiado todo tipo de investigaciones para determinar con la mayor exactitud posible cuáles serían los principales riesgos para la salud en un viaje de estas características. Hasta ahora, muchos de estos estudios han demostrado que la radiación cósmica tiene el potencial suficiente como para inducir al cáncer, así como para generar problemas cardiovasculares, musculares o de disminución de la masa ósea. Pero el estudio que se publica en Plos One va un paso más allá y determina, por primera vez, el impacto que un viaje espacial de larga duración puede tener en la degeneración neuronal y, en particular, en los procesos biológicos cerebrales que contribuyen al desarrollo del Alzhéimer. “Un factor que la NASA, deberá tener en cuenta a la hora de planificar sus futuras misiones espaciales". puntualizó. Por lo visto,a menos que dispongamos de avanzada tecnología que nos permita como los alienigenas desplazarnos fácilmente de un lado a otro de la galaxia a velocidades inimaginables o bien utilizando “corredores espaciales” como podrían ser los agujeros negros, tendremos que conformarnos con misiones cortas a la estación espacial internacional (ya que ni siquiera podemos volver a la Luna vaya uno saber el porque) dejando la exploración en si a naves robots como el Curiosity o sondas espaciales como el Voyager. Menuda decepción.