No cabe ninguna duda de que el “cristianismo” es la mayor farsa de la historia. Creada a base de la mentira y el engaño por una corrupta y decadente Iglesia Católica, conocida por ser una institución protectora de genocidas y encubridora de curas pederastas a través de los siglos, no nos debe sorprender por ello sus oscuros orígenes, apropiándose indebidamente de ancestrales celebraciones, las cuales fueron “cristianizadas” para su beneficio y así han llegado a nuestros días. La mas importante de todas ellas es la Navidad, que se celebra cada 25 de diciembre, conmemorando el “nacimiento” de un tal Jesús, del cual no existe prueba alguna de su existencia y no lo hay, simplemente porque nunca existió y todo fue el producto de la imaginación, para lo cual no dudaron en apropiarse de la ancestral historia de Mitra, reemplazándolo por un ser ficticio - también llamado Cristo - y así el engaño estaba consumado. Como sabéis, el culto a Mitra era conocido en Oriente desde hace siglos y fue traído a Roma por las legiones que combatían en el Asia Menor, y se hizo rápidamente popular al identificarlo con el dios Apolo, el sol radiante. De acuerdo al mitraísmo, Mitra, fue el hijo de dios, nacido de una virgen, tuvo discípulos, fue crucificado y se levantó de los muertos al tercer día, expió los pecados de la humanidad y regresó al cielo. Ni mas ni menos la misma historia que encontramos copiada siglos después en la Biblia de la manera mas desvergonzada, ya que el culto a Mitra es, como podéis imaginar, mucho mas antiguo que el “cristianismo”. Sus templos se erigían en cavernas y en ellas se pueden observar representaciones pictóricas sobre el sacrificio del toro. Su popularidad llego a tal extremo que eclipso a casi todas las religiones existentes en el Imperio. Solo una secta judía de pescadores ignorantes - que creían en un tal Cristo - pudo sobrevivir ante su arrollador avance y fue únicamente debido a la providencia, que esta ultima termino por imponerse finalmente en el mundo. En efecto, el mitraismo y el “cristianismo” convivieron hasta la llegada al poder de Constantino, quien había prometido convertir a esta última en la religión oficial del Imperio - que se encontraba envuelta en una guerra civil - si su dios le ayudaba a tomar el poder, tal como ocurrió efectivamente. Una vez en el trono, no dudó en aprovechar la ocasión para fusionar ambas doctrinas, convocando a un concilio del cual nació el “cristianismo” tal y como lo conocemos hoy, con un imaginario Jesús convertido en “Dios”. A partir de ese momento, el mitraismo estuvo condenado a muerte al poner en peligro a la nueva “religión oficial”, siendo por ello perseguido implacablemente hasta su desaparición, dejando al “cristianismo” como la única poseedora de la verdad, algo que como todos sabemos, no tiene fundamento alguno. La Navidad es una celebración pagana que conmemora el nacimiento de Mitra y actualmente celebramos ese acontecimiento sin saberlo, reivindicando así al dios solar persa. Aprovecho el momento para desearos unas Felices Fiestas.
