A raíz de la llamada “Torre Alienígena” captada por Google Moon en nuestro satélite, la cual circuló estos días ampliamente en la red y que la NASA fiel a su estilo, trató de desmentir tal descubrimiento alegando que sólo se trata de “un cráter en el borde de uno más grande y que la imagen que parece ser una torre se explica por sombras proyectadas por el sol y por el mosaico de una serie de imágenes”, muchos no han quedado satisfechos con tal explicación, más aún porque a primera vista no parece ser exactamente lo que ellos afirman, por lo que diversos teóricos de la conspiración han dejado en claro que los misterios que encierra nuestro satélite vienen de muchos años atrás y que la agencia espacial estadounidense nunca se ha dignado en aclararlos, mas por el contrario - como este caso en particular - insiste en ocultar la verdad de los hechos y se niega a difundir los descubrimientos realizados por las misiones espaciales enviadas a la Luna, dando a conocer únicamente los que a ellos les parece conveniente hacerlo, manteniendo gran parte de lo recolectado fuera de la vista pública, vaya uno a saber porque razones. Se afirma que cuando el Apolo 11 se acercaba a la Luna, los astronautas que viajaban en dicha misión pudieron contemplar absortos algo nunca visto: “Edificios en ruinas en la superficie del satélite… extrañas estructuras aparentemente de gran antigüedad debido al estado en que se encuentran. Pero, ¿quién los había levantado? Nosotros, los humanos, obviamente no. Solo quedaba una respuesta: esta era obra de una civilización no humana” según afirmo uno de ellos en una conversación que tuvo con los controladores de la NASA por un canal reservado. Es más, cuando el módulo “Águila” se poso sobre la superficie de la Luna en julio de 1969, la frecuencia cardíaca de Neil Amstrong se aceleró a 160 pulsaciones por minuto. Según la versión de la agencia espacial, el corazón del astronauta se veía exigido por la recolección y el traslado de piedras hacia el módulo lunar. Pero a 47 años del primer alunizaje, otra versión cuestiona el verdadero origen de la excitación que sufrieron los astronautas de la misión Apolo luego de su llegada. En efecto, se trata de una historia mucho más oscura y escalofriante. “No fue el insignificante peso de las rocas lo que precipitó el corazón de Amstrong, fue la visión de aquellos edificios”, aseguró el ex asesor científico del Apolo 11, Richard Hoagland. Según afirma, el verdadero motivo de las misiones “Apolo” consistía en documentar lo mejor posible ciertas construcciones que habían sido fotografiadas con antelación por satélites americanos no tripulados. “Todo estaba minuciosamente programado” relató Hoagland. Desde que el Apolo 11 regresara de su viaje, muchos altos responsables de las misiones lunares dejaron entrever la existencia de hallazgos de magnitudes espectaculares, omitidos deliberadamente por la agencia espacial estadounidense a la prensa, pero estas se dieron a conocer por quienes trabajaron allí: “Nuestros astronautas observaron ruinas de ciudades lunares, pirámides transparentes, bóvedas y dios sabe qué más. También trajeron de regreso a la Tierra un secreto sorprendente, descubierto durante su permanencia en la Luna. Y mantuvieron su confidencialidad durante muchos años” expresó Hoagland. En diciembre de 1969, el físico nuclear Glenn Seaborg, presidente de la Comisión de Energía Atómica de EE UU, aseguró que durante la misión Apolo 11 se habían fotografiado “huellas sospechosas” en la cara oculta del satélite, sin duda producidas por algún tipo de vehículo mecánico. Seaborg dijo: “No se han publicado todas las fotografías tomadas por el Apolo 11, algunas de las cuales muestran la existencia de rastros claramente contorneados en varios puntos del suelo lunar. Tampoco se revelaron los verdaderos objetivos de la misión Apolo 12 (la segunda en alunizar)”. Otto Binder, otro antiguo empleado de la NASA, hizo pública una supuesta conversación de controladores de la NASA con Neil Armstrong y Buzz Aldrin - del Apolo 11 - a través de un canal reservado, en la cual se referían a la presencia de OVNIS durante el alunizaje del modulo espacial: Control NASA: ¿Qué hay ahí? Control de misión llamando a Apolo 11; Astronauta Apolo 11: Estamos aquí los tres. Pero hemos encontrado visitantes. (…) Por las instalaciones, parece que han estado aquí desde hace mucho tiempo. (…) Digo que ahí fuera hay aparatos espaciales. Están alineados en filas al otro lado del cráter…. Por su parte, Alan Davis - ex jefe de telecomunicaciones del Apolo 11 - también hizo referencia a los supuestos materiales selenitas referidos por Hoagland. “Tienen restos de esas ruinas y diversos objetos traídos en sus viajes y las han analizado detalladamente para saber su función, ya que no tenían idea de para que servían” aseveró Davis, quien estuvo a cargo de la base situada en el archipiélago de Antigua, donde se ocupaba en retransmitir la señal proveniente del Apolo 11 hacia la base de Houston, en EE.UU. La existencia de un retraso de 10 segundos en la transmisión permitía a Davis cortar la señal ante cualquier eventualidad, antes que esta llegara a las pantallas de los televisores de millones de personas alrededor del mundo, ya que fue un evento transmitido en vivo. En pocas palabras, absolutamente nada de lo que la NASA quisiera omitir durante el viaje del Apolo 11 y lo que encontraría allí llegaría a los ojos de los televidentes. Es así como los segundos de retraso con la base de Houston fueron efectivamente aprovechados cuando Davis decidió censurar la transmisión de la señal, luego de que aquellas ruinosas instalaciones selenitas hicieran su aparición en la pantalla de su monitor. De esta manera, el verdadero objetivo de la misión Apolo 11 iban a quedar a la sombra de la opinión pública durante décadas. Sin embargo, aquella valiosa información terminó por colarse de la mano de muchos de los mayores personajes implicados en el encubrimiento. En particular, el propio Alan Davis, quien, luego de su retiro, iba a convertirse en una de las piezas claves para revelar este secreto espacial, celosamente guardado por la NASA: “Podrían ser los restos de una antiquísima y desconocida civilización que existía en la Luna mucho antes de que llegáramos allí, de la cual no sabemos absolutamente nada” confeso Davis “Había ruinas que no podían ser simples rocas una encima de la otra; estructuras artificiales que indican su naturaleza no humana. No había un solo muro, por el contrario, tenía varios portales, unos empezando al nivel de un metro desde la superficie, que podrían ser ventanas, y otros más anchos, bajando hasta el nivel de la tierra, que podrían ser puertas” indicó. Por su parte, Ken Johnston, ex director de la Sección de Conservación de Fotos del Laboratorio de la NASA, fue otra de las personas que sacudió a la comunidad científica cuando declaró abiertamente que muchas de las fotos de la misión Apolo habían sido alteradas antes de su publicación y que otras - las mas comprometedoras - fueron destruidas para evitar su difusión, aunque todo parece indicar que las originales se encuentran bajo custodia y en el mas absoluto secreto. Según Johnston, en muchas de ellas se puede observar claramente cómo ciertos monolitos y otras construcciones han sido borrados de las fotografías torpemente con una cuchilla y un aerógrafo, sometidas a un tratamiento que jocosamente el mismo apodaba como el “Photoshop” de aquellos tiempos. En muchas otras imágenes, mediante el uso de software gráfico, cientos de aficionados creen poder “recuperar” visualmente estructuras que han sido oscurecidas antes de que la NASA decidiera difundirlas. El mismo Richard Hoagland, hace notar sobre los múltiples “arcoiris” que aparecen en multitud de imágenes lunares. De acuerdo con Hoagland, este efecto es causado por las cúpulas de cristal que se hallan sobre el satélite, todas pertenecientes a una civilización extraterrestre de origen desconocido. “En la Luna no hay agua, no hay atmósfera; no hay impurezas que se cuelen en el cristal y lo hagan frágil. Así que en la Luna el cristal es un material estructural” dice Hoagland. “Cuando construyes edificios de cristal en la Luna, son 20 veces más fuertes que el acero” puntualizó. Otro personaje clave en la polémica de las imágenes sería el sargento de la Fuerza Aérea de los EE.UU. Karl Wolfe, quien se habría desempeñado en una base de Virginia como archivador de fotografías obtenidas por el Lunar Orbiter. Según Wolfe, en la base tuvo la oportunidad de apreciar muchas imágenes controvertidas, pertenecientes al lado oscuro de la Luna. “Figuras geométricas, torres, construcciones esféricas de gran altura y estructuras parecidas a platos de radar, pero de proporciones colosales” admitió. “Lo que mas me llamó la atención es que no parecen tan antiguas como las captadas por los Apolo y por el contrario parecen habitadas, ya que se inclusive se puede observar luces en ellas. Quizá ese fue el verdadero motivo por el que la NASA decidió cancelar abruptamente las misiones Apolo y el hombre nunca mas regresó a la Luna, limitándose desde entonces a enviar satélites no tripulados que orbitan alrededor de ella” insistió Wolfe. Venga ya, mientras otra misión tripulada - no de la NASA obviamente - llegue a la Luna, quizás se podría desentrañar este misterio ¿no os parece?