Se trata de una de las historias paranormales más documentadas de la historia. Ocurrió en 1977, en una casa de Brimsdown, Londres (Reino Unido). Peggy Hodgson denunció que sus hijos habían visto muebles moverse y juguetes lanzarse solos como proyectiles. El caso tomó relevancia y carices inquietantes cuando uno de los policías aseguraba que había visto una silla moverse sola, aunque no pudieron asegurar que no fuera desplazada mediante algún subterfugio desde otra habitación. Con el tiempo, la cosa se iba complicando para la familia y en las manifestaciones empezaron a aparecer voces demoníacas que atormentaban a las niñas, que además empezaban a levitar extrañamente en su habitación. La cosa saltó a los medios y la prensa de Reino Unido le dio una cobertura inusual para este tipo. Fue el periodista Guy Lyon Playfair quien, junto a un equipo de investigación, estuvo presente en muchos de aquellos sucesos. En una ocasión, afirmaron que una pieza de lego se levantó y golpeó al fotógrafo. Posteriormente, Melvin Harris tomaría numerosas fotografías con la cámara en modo automático en las que las que se veía a las niñas supuestamente levitando. El caso se alargó durante un periodo de dos años en los que la psicóloga Anita Gregory también hizo sus pesquisas e investigaciones paralelas. Janet, la hermana, empezó a cursar episodios de posesión en los que hablaba con otra voz (se puede comprobar en audios documentados reales) y en las que aseguraba que era un tal Bill Wilkins, que había muerto en el sofá del salón de la casa de una hemorragia cerebral mucho tiempo atrás. Pero ¿Fue realmente un poltergeist? ¿Se trató de un verdadero fenómeno de lo paranormal? ¿O podrían haber sido más bien travesuras humanas? Hubo muchos que pensaron que la familia lo inventó todo, utilizando trucos básicos de magia, para conseguir una casa nueva y mejor. Pero aunque la Sra. Hodgson era madre soltera con cuatro hijos, la periodista Rosalind Morris niega esta posible motivación: "Ella tenía una buena casa, en lo que a ella respectaba, y de hecho se quedó en ella: fue donde murió en el 2003". La periodista admite que al principio ella misma era extremadamente escéptica y buscaba maneras de destapar el "engaño", pero encontró que la Sra. Hodgson era sincera y sin duda estaba "muy asustada". El abogado Richard Crosse descarta un motivo financiero: "Nunca ganaron dinero con eso". Graham Morris respalda esto, sosteniendo que el "periodismo de cheques" no existía en ese entonces. Richard Crosse rechaza las afirmaciones de que Janet Hodgson sufría de Síndrome de Tourette: "Esa voz, una vez que empezaba, hablaba incesantemente durante dos, tres horas". Y su padre Maurice dijo lo mismo de la posibilidad de que fuera ventriloquia: "Mantener este tipo particular de voz por un período de tiempo sin dañar las cuerdas vocales es absolutamente imposible". Janet, la víctima del "fantasma", adopta una actitud firme frente a los escépticos: "No me importa lo que piensen, sé lo que sucedió y sé que fue real".Toda esa actividad ocurrió durante 1977 y 1978, y en 1979 cesó repentinamente. Según Rosalind Morris, "hay una visión espiritual de lo que pasó - que tiene que ver con fantasmas, fuerzas externas - y una teoría de fuerzas interiores. "Esta última dice que es una persona joven con problemas la que está generando la energía y que a menudo tienen que ver con la pubertad. Janet estaba exactamente en esa etapa de su vida"."Fue algo muy extraño y yo me involucré e hice un documental para que el público juzgara por sí mismo. Pero yo no sé qué causó todo esto. Solo sé que algo muy raro estaba pasando", señaló Morris, todos estos años más tarde. Como ella, nadie sabe aún a ciencia cierta qué ocurrió en 284 Green Street, Enfield durante aquel verano de 1977. Cualquiera sea la explicación de lo que en realidad haya sido, la historia inspiró una serie de documentales y películas parece que seguirá siendo una fuente de fascinación durante mucho tiempo.