Los asteroides son objetos rocosos que orbitan alrededor del sol y son demasiado pequeños para llamarse planetas. También son conocidos como planetoides o planetas menores. Hay millones de asteroides, que varían en tamaño desde cientos de kilómetros hasta varios metros de ancho. Esta es la definición de un asteroide, pero también son los testigos de la historia del universo. Pero si tenemos que hablar de asteroides, ninguno ha llamado tanto la atención como ‘Oumuamua’, un misterioso objeto interestelar en forma de cigarro que navegó más allá de la Tierra a 156.428 km/h en octubre del año pasado. Como sabéis, el telescopio Pan-STARRS-1, ubicado en Hawái, detectó dicho asteroide el 19 de octubre del 2017, y fue observado decenas de veces a la semana siguiente. Bautizado como ‘Oumuamua’, que en hawaiano significa el mensajero de lejos que llega primero, pasó cerca de la Tierra a aproximadamente 85 veces la distancia a la Luna. Los astrónomos quedaron completamente desconcertados ya que fue el primer objeto interestelar visto en nuestro sistema solar. En un principio se pensó que podría ser un cometa, sin embargo, no mostraba ningún comportamiento esperado de un cuerpo celeste, como una cola de partículas de hielo y polvo. Se calculó que ‘Oumuamua’ tenía hasta 400 metros de largo y 10 veces más largo que ancho. Estos datos confusos provocaron todo tipo de hipótesis en la comunidad científica, incluso los investigadores del Breakthrough Listen, un programa financiado por el fallecido físico Stephen Hawking, anunciaron que no encontraron evidencias de que se tratara de origen extraterrestre. Sin embargo, ahora un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Harvard ha sugerido que el visitante interestelar ‘Oumuamua’ podría ser en realidad una sonda alienígena. Según afirma un estudio reciente publicado esta semana por The Daily Express, el misterioso asteroide podría tratarse de una gigantesca vela solar extraterrestre enviada para buscar signos de vida. Los astrónomos del centro de astrofísica Harvard-Smithsonian (CfA por sus siglas en ingles) analizaron su extraña forma de cigarro, el inesperado aumento en la velocidad y cambio en la trayectoria a medida que pasaba por el sistema solar interior el pasado año, llegando a la conclusión de que el extraño objeto podría ser una vela luminosa de origen artificial. El estudio titulado ‘¿Podría la presión de radiación solar explicar la aceleración peculiar de Oumuamua?’, ha sido realizado por Shmuel Bialy, investigador postdoctoral del Instituto de Teoría y Computación (ITC) de CfA, el profesor Abraham Loeb, director de ITC, y el profesor de ciencias Frank B. Baird Jr. de la Universidad de Harvard y el presidente del Comité Asesor de Breakthrough Starshot. Los investigadores dicen que la extraña aceleración podría ser el resultado de la radiación solar empujando una vela solar gigante. Explicaron que una vela de tan solo una fracción de milímetro de espesor (0,3-0,9 mm) sería suficiente para que una lámina de material sólido sobreviviera el viaje a través de toda la galaxia. Velas solares con dimensiones similares han sido diseñadas y construidas por humanos, incluido el proyecto IKAROS, una sonda espacial lanzada por la agencia espacial japonesa en el 2010, y el proyecto Breakthrough Starshot. “Considerando un origen artificial, una posibilidad es que ‘Oumuamua’ es una vela luminosa, que flota en el espacio interestelar como escombros de un equipo tecnológico avanzado”, han escrito los investigadores. “El hecho que no se haya encontrado evidencia de transmisiones de radio, significa que su misión había terminado y se haya convertido en el desecho de un naufragio, similar a los restos de barcos que existen en los océanos” indicaron. El profesor Loeb escribió en la revista de divulgación científica Scientific American que ‘Oumuamua’ podría ser el primer caso conocido de una reliquia artificial que entró en nuestro Sistema Solar desde el espacio interestelar.“Esta oportunidad establece una base potencial para una nueva frontera de la arqueología espacial, a saber, el estudio de las reliquias de civilizaciones pasadas en el espacio”, explicó Loeb en el articulo publicado el pasado mes de septiembre. “Encontrar evidencia de basura espacial de origen artificial proporcionaría una respuesta afirmativa a la antigua pregunta’ ¿Estamos solos? ‘. Esto tendría un impacto dramático en nuestra cultura y agregaría una nueva perspectiva cósmica a la importancia de la actividad humana”. Loeb dijo al portal de astronomía Universe Today que ‘Oumuamua’ podría ser una pieza activa de tecnología alienígena que vino a explorar nuestro Sistema Solar, de la misma manera que esperamos explorar Alfa Centauri utilizando Starshot y tecnologías similares. “La alternativa es imaginar que ‘Oumuamua’ estaba en una misión de reconocimiento”, dijo Loeb. “La razón por la que contemplo la posibilidad de reconocimiento es que la suposición de que siguió una órbita aleatoria que requiere la producción de ~10^{15} de objetos por estrella en nuestra galaxia. Esta abundancia es hasta cien millones de veces más de lo que se espera del Sistema Solar, según un cálculo que hicimos en el 2009. Una sobreabundancia sorprendentemente alta, a menos que ‘Oumuamua’ sea una nave de investigación en una misión de reconocimiento y no una pieza de una población aleatoria de objetos”. Sin duda se trata de una revelación increíble, que los científicos reconozcan la existencia de vida extraterrestre inteligente en algún punto del universo. Y como era de esperar, los creyentes y teóricos de la conspiración consideran este hallazgo como una prueba auténtica de que los extraterrestres envían naves de exploración a la Tierra sin que nosotros sepamos cuales sean sus motivos. Cabe destacar que el ‘Oumuamua’ fue detectado accidentalmente cuando ya abandonaba nuestro sistema solar sin que nos hayamos percatado de su ‘visita’. Vaya uno a preguntarse cuantas ‘naves’ similares han sido enviadas en anteriores oportunidades y nosotros sin enterarnos.