jueves, 17 de diciembre de 2020
LA ‘ESTRELLA DE BELEN’ SE DEJA VER ESTA NAVIDAD: Un inusual fenómeno que no ocurre desde hace 800 años
Cuenta la historia que nunca deja de repetirse, que los tres Reyes Magos procedentes de Oriente - Gaspar, Melchor y Baltasar - llegaron a Jerusalén para conocer al rey de los judíos que acababa de nacer. Su objetivo era adorarle y cargados de oro, mirra e incienso y siguiendo la estela de una misteriosa y enigmática “estrella” en el cielo llegaron a un pesebre ubicado en Belén, donde pudieron encontrar al Niño y ofrecerle sus presentes. Como sabéis, la historia de la Navidad nunca ha variado y en ella siempre está la misma protagonista: la denominada “Estrella de Belén”. Ahora bien, ¿qué dice la ciencia sobre este fenómeno? El profesor de astrofísica teórica y cosmología Grant Mathews, de la Universidad de Notre Dame (Indiana, EE.UU.), publicó hace unos años sus propias conclusiones sobre esta famosa “estrella”, en las que señala que, ante todo, nunca se pudo tratar de una “estrella”. En sus estudios Mathews explicaba que el acontecimiento astronómico que pudo haber llevado a los Reyes Magos (en realidad sabios procedentes de Persia, Babilonia y Etiopia) hasta Belén fue una “alineación planetaria extremadamente rara que ocurrió en el siglo 6 a.C.”. “Y es posible que nunca se vuelva a ver”, indicó. Sus estimaciones indicaron que el Sol, Júpiter, la Luna y Saturno se encontraban todos en Aries, mientras que Venus estaba al lado, en Piscis, y Mercurio y Marte, al otro lado, en Tauro. Entonces, se consideraba que la presencia simultánea de Júpiter y la luna significaban el nacimiento de un gobernante con un especial destino, y sumado al resto de simbologías, todo parece indicar que los Reyes Magos vieron este fenómeno en el cielo y habrían reconocido que significaba un nacimiento especial. Ahora bien, ¿esto nunca va a volver a ocurrir? Los cálculos de Mathews apuntan a que tendrían que pasar 16.000 años hasta que volviera a ocurrir una conjunción similar. No obstante, las alineaciones entre Júpiter y Saturno son algo más frecuentes, aunque también raras. “Ocurren una vez cada 20 años, aproximadamente”, indica el astrónomo Patrick Hartigan, de la Universidad William Marsh Rice en Houston (Texas, Estados Unidos), en una entrevista con la revista Forbes. Y este fin de año tendrá lugar precisamente una de estas alineaciones de planetas de manera excepcional, tanto que parecerán chocarse para convertirse en un punto de luz superbrillante y se podrán visualizar como un ‘planeta doble’, por primera vez desde la Edad Media. Según las estimaciones de Hartigan, Júpiter y Saturno han estado en un proceso de aproximación en el cielo desde el verano, y entre el 16 y el 25 de diciembre estarán separados por una distancia inferior al diámetro de la luna llena. “En la noche de mayor aproximación [entre los dos planetas], el 21 de diciembre, se podrán ver como un ‘planeta doble’, separados por una quinta parte del diámetro de la luna llena”, explica el científico. Esto ocurrirá, además, el día del solsticio de invierno. En realidad los dos planetas se alinearon en el Sistema Solar hace unas semanas, pero no aparecerán alineados en el cielo de la tierra hasta ahora: esto tiene una explicación lógica, y es que nuestra línea de visión es diferente porque estamos orbitando rápidamente alrededor del sol. La última vez que tuvo lugar un fenómeno similar, según Hartigans, fue el 4 de marzo de 1226, hace casi 800 años. “Habría que retroceder hasta entonces, justo antes del amanecer, para que fuera visible una alineación más cercana entre estos dos objetos”, apunta. De esta manera, el 2020 termina con un espectáculo un tanto especial en el cielo: los planetas aparecerán bajos en el horizonte durante una hora aproximadamente luego de la puesta del Sol en el Hemisferio norte, y aunque se puede visualizar a lo largo de toda la semana, el día que estarán más cerca será el 21 de diciembre. Si bien la vista estará muy próxima al horizonte, el efecto será lo suficientemente brillante como para ser vista durante el crepúsculo. Eso sí, es necesario que el cielo esté despejado cuando se dirija la vista hacia el suroeste unos 45 minutos luego de la puesta de Sol. Además, para los amantes del cielo estrellado, acostumbrados a utilizar telescopio, “cada planeta y varias de sus lunas más grandes serán visibles en el mismo campo de visión esa misma noche”. Este acontecimiento se podrá ver desde cualquier punto de la tierra (si el clima lo permite), aunque las mejores condiciones de observación estarán cerca del ecuador. “Cuanto más al norte se encuentre uno, menos tiempo tendrá para vislumbrar la conjunción de los planetas antes de que se hundan bajo el horizonte”, señala Hartigans. Desde el cielo de Houston (Texas), desde donde estudia el astrónomo, la alineación de planetas estará a unos nueve grados sobre el horizonte; en otros puntos como Nueva York o Londres los objetos visibles estarán más cerca aún del horizonte, a unos 7,5 y 5,3 grados, respectivamente, y en latitudes similares es mejor mirar al cielo en cuanto atardezca, para tener más probabilidades de verlo. ¿Y cuánto habrá que esperar para volver a apreciar el fenómeno? Nada y mucho, en función de lo que uno busque. Si alguien prefiere esperar para ver esta conjunción de planetas un poco más alejada del horizonte tendrá que esperar hasta el 15 de marzo del 2080, según las estimaciones de Hartigans; entonces, Júpiter y Saturno volverán a estar relativamente cerca pero en una zona más alta del cielo. La siguiente aparición de los dos como pareja, no obstante, no tendrá lugar hasta dentro de muchos años, probablemente luego del 2400. ¿Por qué se lo asocia a la “Estrella de Belén”? Porque el celebre astrónomo Johannes Kepler - quien vivió entre 1571 y 1630 - llegó a la conclusión de que aquel fenómeno al que la Biblia hace referencia no fue realmente una “estrella”, sino una de las múltiples conjunciones entre Júpiter y Saturno sucedidas en el siglo VII. El matemático aseguraba que la cercanía entre ambos planetas (desde el punto de vista terrestre) fue el fenómeno que dio origen al mito. De todas maneras, apreciar con nuestros propios ojos esa famosa “estrella” va a ser un espectáculo que no podemos perdérnoslos por ningún motivo.