jueves, 21 de abril de 2022
Y NOSOTROS SIN ENTERARNOS: Un objeto interestelar se estrelló en el océano Pacífico en el 2014
Como recordareis, en el 2017, apareció ʻOumuamua que, en ese momento, se describió como el primer objeto interestelar conocido detectado que pasaba por nuestro Sistema Solar. Desde entonces, ha habido todo tipo de debates sobre su verdadero origen: un cometa, un asteroide, una nave espacial o algo más. Luego en el 2019, el astrónomo aficionado y fabricante de telescopios ruso Gennadiy Borisov descubrió 2I/Borisov, el primer cometa rebelde y el segundo objeto interestelar conocido que visita el Sistema Solar. O eso pensábamos. Según un documento secreto del gobierno recientemente publicado al que tuvo acceso The Daily Mail, un objeto interestelar no solo visitó nuestro Sistema Solar en el 2014, sino que se estrelló contra la Tierra y esparció sus restos en el Pacífico. ¿Por qué se ha ocultado esta información hasta ahora? Este sorprendente incidente ha sido revelado esta semana por la revista digital Vice, que entrevistó a Amir Siraj, estudiante de astrofísica y director de Estudios de Objetos Interestelares en el Proyecto Galileo de Harvard, donde trabaja y es coautor de un artículo con Avi Loeb. Siraj y Loeb escribieron un artículo titulado, “Descubrimiento de un meteorito de origen interestelar”, que ha estado completamente oculto desde entonces. Al parecer, examinaron detenidamente la base de datos de rocas espaciales e impactos de meteoritos del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA en busca de anomalías y encontraron lo que al parecer fue una gran bola de fuego que explotó cerca de la isla Manus en el norte de Papúa Nueva Guinea el 8 de enero del 2014. Con una velocidad de más de 200.000 kilómetros por hora, Siraj y Loeb la identificaron como una diminuta roca espacial de tan solo 0,45 metros de diámetro con un posible origen en el interior profundo de un sistema planetario o una estrella en el grueso disco de la galaxia de la Vía Láctea.“Me encanta pensar en el hecho de que tenemos material interestelar que cayó en la Tierra y sabemos dónde está”, dijo Siraj. “Algo que voy a verificar, es si es posible buscar en el fondo del océano frente a las costas de Papua Nueva Guinea y ver si podemos obtener algún fragmento” expresó. Según Siraj, algunos de los sensores utilizados por CNEOS son operados por el Departamento de Defensa de los EE.UU. para detectar detonaciones nucleares. Sin datos clave sobre el margen de error de la velocidad de la bola de fuego, Siraj y Loeb no pudieron pasar la revisión por pares y publicar su artículo. Eso cambió recientemente cuando su solicitud de datos llegó a Joel Mozer, científico jefe del Comando de Operaciones Espaciales en el componente de servicio de la Fuerza Espacial de los EE.UU. (USSC). Necesitaban su permiso. Aunque lo más sorprendente de todo fue que Siraj y Loeb se enteraron de que este había sido concedido por un tuit publicado por la Fuerza Espacial, el cual muestra un memorándum fechado el 1 de marzo y firmado por el teniente general John E. Shaw, subcomandante del USSC. “Tuve el placer de firmar un memorando con el científico jefe de @ussfspoc, el Dr. Mozer, para confirmar que el objeto detectado previamente era de hecho de origen interestelar, una confirmación que ayudó a la comunidad astronómica en general”, dice el tuit. Tan pronto como Siraj se enteró del tuit, él y Loeb reanudaron su búsqueda para publicar el artículo con el propósito que otros investigadores puedan buscar más objetos interestelares. Siraj también pedirá a los astrónomos para que construyan una red pública de sensores de meteoritos independiente del Departamento de Defensa para que se eliminen los retrasos sufrió su investigación. Al mismo tiempo, Siraj está organizando una expedición a Papua Nueva Guinea para buscar piezas de ese misterioso objeto interestelar. “Sería muy ambicioso, pero vamos a analizarlo en profundidad porque la posibilidad de obtener la primera pieza de material interestelar es lo suficientemente emocionante como para verificar esto muy a fondo y hablar con todos los expertos mundiales en expediciones oceánicas para recuperar meteoritos”, señaló. Esto puede parecer como buscar una aguja en un pajar, sin embargo Siraj dice saber dónde está. Ahora solo esperemos que la Fuerza Espacial de los EE.UU. no lo impida, tal vez para evitar que los astrónomos encuentren los restos de lo que quizá pueda tratarse en realidad de una nave espacial de origen extraterrestre.