jueves, 14 de julio de 2022
LILITH: Madre de los demonios y siniestra diosa de la oscuridad
Mientras en algunos textos se la describe como un terrible demonio, en otros es un icono de la que fue una de las diosas más oscuras del paganismo. Nos referimos a Lilith, considerado uno de los espíritus femeninos conocidos más antiguos del mundo. Sus raíces las encontramos en el famoso poema épico de Gilgamesh, pero también se habla de ella en la Biblia y en el Talmud. En la tradición judía, está considerada como uno de los peores demonios, aunque en otras fuentes aparece como la primera mujer creada en la Tierra. Según cierta leyenda, Dios dio forma a Lilith como la primera mujer. Lo hizo de la misma manera en que creó a Adán, con la única diferencia de que en lugar de utilizar como materia prima únicamente tierra limpia también empleó basura e inmundicias. Tradicionalmente se ha considerado que Lilith significa “la noche”, y se la relaciona con atributos vinculados a los aspectos espirituales de la sensualidad y la libertad, pero también con el terror Ante todo, cabe precisar que su nombre proviene de la palabra sumeria “lilitu”, que significa espíritu del viento o demonio femenino. Se le menciona en la Tablilla XII de la Epopeya de Gilgamesh, un famoso poema épico de la antigua Mesopotamia que se remonta a una época en torno al 2100 a. C. Esta tablilla fue añadida al texto original mucho más tarde, hacia el 600 a. C., en sus traducciones posteriores al asirio y al acadio. Lilith aparece también representada por las ramas de un árbol en un relato sobre magia. Se la describe junto con otros demonios, aunque los investigadores aún no se han puesto de acuerdo a día de hoy en si se trataba de un demonio femenino o una diosa de la oscuridad. Simultáneamente, también aparece en antiguos textos judíos, que lo tomaron a su vez de los sumerios, como la leyenda del Arca de Noe. Sin embargo, parece claro que desde el principio de los tiempos, la presencia de Lilith en las fuentes escritas se la relaciona con la brujería sumeria. En el Talmud babilónico se describe a Lilith como un espíritu demoniaco con una sexualidad peligrosa e incontrolable. Se cuenta de ella que se fecunda a sí misma con el esperma masculino que no fecunda a mujer alguna, engendrando así criaturas demoniacas que amenazan a la humanidad desde tiempos pretéritos. De este modo, está considerada como la madre de miles de demonios. Lilith fue también conocida entre los hititas, egipcios, griegos y romanos. En épocas posteriores, su leyenda llegó incluso al norte de Europa. Representaba el caos y la sexualidad, y se decía de ella que tenía el poder de hechizar a los hombres. Su mito también está relacionado con los más antiguos relatos de vampiros. Lilith aparece en la Biblia, en el libro de Isaías 34,14, que describe la desolación del Edén. Desde el principio ha sido considerada un espíritu diabólico, impuro y peligroso. El Génesis Rabbah la describe como la primera esposa de Adán. Según este texto, Dios creó a Lilith y a Adán al mismo tiempo. Lilith era muy fuerte e independiente, que quería relacionarse con Adán de igual a igual. No aceptaba ser menos que él, y se negaba incluso a yacer debajo de él para copular. La pareja obviamente no funcionó, y jamás llegaron a ser felices. Como escribieron Robert Graves y Raphael Patai en su libro ‘Los Mitos Hebreos’: “Adán se quejó ante Dios: ‘Mi compañera me ha abandonado’. Inmediatamente, Dios envió a los ángeles Senoy, Sansenoy y Semangelof para que trajeran de vuelta a Lilith. La encontraron junto al Mar Rojo, una región en la que abundan lascivos demonios, de quienes ella engendraba más de cien ‘lilim’ al día. ‘¡Vuelve a Adán sin demora - le dijeron los ángeles - o te ahogaremos!’ Lilith les preguntó: ‘¿Cómo podría volver a Adán y vivir como una honesta ama de casa luego de haber pasado todo este tiempo junto al Mar Rojo?’ ‘¡Si te niegas morirás!’, le respondieron. ‘¿Cómo podría morir,’ - volvió a preguntar Lilith - ‘si Dios me ha ordenado que me haga cargo de todos los niños recién nacidos, y de todos los varones hasta su octavo día de vida, el de su circuncisión, y de todas las niñas hasta su vigésimo día? No obstante, siempre que vea vuestros tres nombres o sus equivalentes escritos en un amuleto sobre un niño recién nacido, prometo perdonarle la vida.’ Los ángeles se mostraron de acuerdo; pero Dios castigó a Lilith haciendo que un centenar de sus hijos demoníacos perecieran diariamente; y cuando Lilith no podía acabar con la vida de un niño humano a causa del amuleto angélico, se volvía llena de odio contra sus propios hijos” A causa de los malentendidos y desencuentros provocados por Lilith, Dios decide crear una segunda esposa para Adán: Eva. En la actualidad, Lilith se ha convertido en un símbolo de libertad para muchos grupos feministas, despreciando a Eva por su sumisión a Adán. Y es que en una forma por lo demás demoniaca, las mujeres rebelándose ante el orden establecido que establecía que su lugar era la cocina (del cual nunca debieron haber salido), creyeron que podían ser independientes, de modo que empezaron a buscar símbolos del poder femenino, encontrándola en la anatemizada Lilith, la cual también ha sido adorada como una diosa por algunos seguidores de la religión pagana Wicca, creada en los años 50. El “atractivo” del personaje contestatario de Lilith ha sido percibido por algunos artistas, que la adoptaron como su musa. Lilith empezó a ser un motivo popular en el arte y la literatura en la época renacentista, cuando Miguel Ángel la retrató como una criatura mitad mujer y mitad serpiente. El genial artista italiano la pintó enroscada en torno al Árbol del Conocimiento, aumentando de este modo la importancia de su leyenda. Con el paso del tiempo, Lilith se volvió aún más interesante para la imaginación de artistas como Dante Gabriel Rosetti, que la retrató como a la más bella criatura femenina del mundo que ocultaba bajo esos atributos, su maldad. Por su parte, el autor de “Las Crónicas de Narnia”, C. S. Lewis, se inspiró en la leyenda de Lilith para su personaje de la Bruja Blanca. Una mujer bella, pero también peligrosa y cruel. Lewis dijo de la Bruja Blanca que era hija de Lilith, y que estaba decidida a acabar con la estirpe de Adán y Eva. La mente de James Joyce, no obstante, evocaba una imagen menos romántica de Lilith, a quien llamaba ‘patrona de los abortos’. Joyce introdujo a Lilith en la filosofía feminista, e inició el proceso de su adopción como diosa de las mujeres independientes del siglo XX. A medida que las mujeres iban consiguiendo lo que consideran sus “derechos”, empezaron a mostrar su desacuerdo con una visión del mundo centrada en una perspectiva masculina, incluido el relato bíblico de la creación del hombre. No es de extrañar entonces que la antigua y legendaria mujer demoníaca de los mitos sumerios sea uno de los temas más populares de la literatura feminista en relación con la antigua mitología. Los investigadores aún continúan debatiendo si fue creada realmente como demonio o si se trata de una advertencia de lo que puede ocurrir en caso de que se le conceda un mayor poder a las mujeres, que pueden ser tan crueles e intolerantes como Lilith.