jueves, 28 de septiembre de 2023
ROCKWALL: ¿Una enorme ciudad prehistórica subterránea que alberga ‘esqueletos gigantes’?
Debajo de las bases cimientos de la ciudad prehistórica de Rockwall (ubicada en Texas, EE.UU.) se ocultan unos enormes muros que protegen pasillos, salas y rampas que llegan a zonas bastantes profundas en el lugar. Toda una ciudad subterránea yace en ese lugar, y su antigüedad se cuenta en decenas de miles de años. Como sabéis, Rockwall, es una ciudad que debe su nombre a una misteriosa formación subterránea que ha intrigado y fascinado a la gente durante más de un siglo. Bajo la ciudad yace una hilera de duras piedras minerales que parecen estar apiladas unas sobre otras, formando lo que parece una pared de roca. Se calcula que la pared tiene unos 30 kilómetros de largo y unos siete pisos de profundidad, y ha quedado al descubierto en al menos 11 lugares distintos de la ciudad. Pero, ¿cuál es el origen y la naturaleza de este muro? ¿Es un fenómeno natural o una construcción prehistórica? El primer descubrimiento del muro lo hicieron en 1852 Benjamin Boydstun, Terry Utley Wade y William Clay Stevenson, que estaban excavando un pozo en la propiedad de Wade. Encontraron las rocas a unos 3 metros de profundidad y observaron que parecían ladrillos alargados dispuestos en un patrón regular. También encontraron un disco redondo de metal incrustado en una de las piedras, que estaba compuesto de hierro. El descubrimiento despertó la curiosidad y la especulación entre los lugareños, que se preguntaban si el muro había sido construido por una civilización antigua o incluso por extraterrestres. A lo largo de los años, se han hecho varios intentos de excavar y estudiar la muralla, tanto por geólogos profesionales como por aficionados entusiastas. Algunas de las excavaciones han revelado más características de la muralla, como escalones, arcos, pasillos e incluso marcas que se asemejan a escritura o dibujos indescifrables. También se han encontrado fósiles, fragmentos de cerámica y otros artefactos cerca de la muralla, lo que sugiere que estuvo asociada a la actividad humana. Sin embargo, ninguna de estas afirmaciones ha sido verificada o documentada por fuentes fiables. La explicación más aceptada de la pared es que se trata de una formación natural, resultado del depósito y fractura de material sedimentario a lo largo de millones de años. Esta teoría fue propuesta por primera vez por el Dr. Robert T. Hill en 1901, quien examinó la pared y concluyó que se trataba de un dique de arenisca que se formó a lo largo de una falla. También identificó al disco metálico como una concreción, “una masa esférica de minerales que se forma dentro de las rocas sedimentarias”. Estudios posteriores realizados por geólogos de la Universidad de Texas en Dallas han confirmado los hallazgos de Hill y han explicado que la pared está compuesta por diques clásticos, que son grietas en la corteza terrestre que se rellenan con sedimentos procedentes de arriba o de abajo. El sedimento puede endurecerse y romperse en diversas formas y patrones, dependiendo de las condiciones de presión y temperatura. Si bien los diques clásticos son comunes en todo el mundo, pero los de Rockwall son únicos por su tamaño y aspecto. Sin embargo, no todo el mundo está convencido de esta explicación natural. Algunos siguen creyendo que el muro es una estructura artificial, construida por una cultura antigua que poseía conocimientos y habilidades avanzadas en ingeniería y albañilería. Señalan la simetría y regularidad de la muralla, así como su alineación con los puntos cardinales y los fenómenos astronómicos. También sostienen que la teoría natural no explica todas las características y anomalías de la muralla, como el disco metálico, los escalones, los arcos y las marcas. Sugieren que el muro pudo ser construido por pueblos prehistóricos que habitaron Norteamérica antes o durante la Edad de Hielo, o por visitantes de otro planeta que dejaron huellas de su presencia. Al respecto, Mark Russo, ex presidente de la Fundación Histórica del Condado de Rockwall y aficionado a la historia de Rockwall, lleva años preguntándose lo mismo. Russo dijo que ha estado profundamente involucrado con la pared y su historia desde el 2005. Russo dijo: “Cuando ves lo perfecto que parece y cómo se alinean las piedras… nunca he visto un comportamiento tan coherente”. Precisamente, en el Museo de la Fundación Histórica del Condado de Rockwall, un mapa describe las posibles ubicaciones de las formaciones rocosas. Hay unos 16 afloramientos en todo el condado, dijo Russo, con algunos debajo del lago Ray Hubbard. Russo cree que una civilización anterior podría haber manipulado la formación rocosa para adaptarla a sus necesidades, quizá en forma de templo o fortaleza. Russo dijo que ha viajado por todo el país a varios estados para ver si existen formaciones similares sin suerte. “Puede que no haya forma de averiguar cómo se formaron las rocas y para qué pudieron utilizarse. Pero todo forma parte del atractivo de la pared rocosa. El misterio tiene más de 150 años, y también ha sido un gran orgullo para la comunidad”, dijo Russo. “Creo que es algo más que una pared de roca. Creo que se ha convertido en un símbolo de lo que es nuestra comunidad, y es que somos algo inamovible que perdurará generaciones.” El origen del muro suscitó teorías, entre ellas la de una antigua civilización, pruebas de la presencia de OVNIS o asentamientos de nativos americanos, según Russo. Algunos incluso teorizaron que una posible erupción supervolcánica podría haber cubierto las posibles ruinas. Es poco probable que el debate sobre la antigua pared rocosa de Rockwall se resuelva pronto, ya que ambas partes presentan más pruebas y argumentos. La pared sigue siendo una fuente de asombro y misterio para muchas personas que visitan o viven en Rockwall. Tanto si se trata de un fenómeno natural como de una construcción prehistórica, no cabe duda de que es un elemento extraordinario que merece atención y respeto.