jueves, 6 de noviembre de 2014
DIE GLOCKE: La misteriosa nave “alienígena” nazi
Una noticia que nos trae The Huffington Post el último fin de semana señala que el Incidente de Roswell - acerca de la caída de una nave extraterrestre en el desierto de Nuevo México en 1947 - podría haber sido en realidad no de un OVNI procedente del espacio exterior, como se cree generalmente, sino de una nave secreta llamada Bell construida con tecnología nazi y que se estrello en el lugar mientras realizaba un vuelo de prueba. En efecto, la nueva información proviene del documental alemán titulado Ovnis y el Tercer Reich la cual elimina radicalmente la idea de que fuera una nave alienígena o que estuviera tripulada por algún extraño ser, destruyendo las especulaciones de casi 70 años. En el vídeo se encuentra el testimonio de Georg Klein, un ingeniero en aeronáutica del III Reich quien asegura que lo que la nave accidentada en 1947 en Roswell era un OVNI nazi, llamado originalmente Die Glocke. Este trabajo se contrapone a la versión oficial declarada por los militares estadounidenses que se encontraban en el lugar, lo cual ha convertido este acontecimiento como uno de los más emblemáticos de la historia. Como sabéis, Die Glocke fue el nombre dado a una misteriosa nave en forma de campana – de ahí su nombre – el cual tenía 2 cilindros giratorios que contenían una sustancia parecida al mercurio, llamada xerum 525, y cuando giraban en sentido contrario desprendían un brillo de color violeta. El exterior del artefacto estaba forrado con material de cerámica; y curiosamente los transbordadores espaciales de la NASA, como el Columbia, estaban envueltos en su capa más superficial por un revestimiento de losetas de cerámica, que hacen la función de aislante térmico. Este proyecto ultrasecreto estaba bajo el mando del General de las SS Hans Kammler, un ingeniero científico que había estado involucrado también en el desarrollo de los temibles misiles V-2, aviones reactores con tecnología nuclear y otros proyectos militares. Cuando se ponía en funcionamiento la Campana, los dos tambores rotatorios giraban contrariamente y el objeto se elevaba como los antiguos vimanas, y se podía desplazar libremente; sin embago,el artefacto despedía unas radiaciones que llegaron a afectar a los científicos del proyecto.
Fue el primer prototipo de motor contra la gravedad y abrió un camino nuevo en el camino de la física y la tecnología. De este modo este ingenio técnico podía servir como el sistema de propulsión para naves secretas nazis que se estuvieron desarrollando en la última fase del Tercer Reich. Igor Witkowski es un investigador polaco de tecnología militar que ha pasado más de 20 años estudiando el ingenio prodigioso de la Campana nazi. El periodista Nick Cook, especialista en temas aeroespaciales y de defensa, que trabaja para la revista Jane’s Defense Weekly, se interesó por la información que Igor Witkowski tenía sobre los proyectos tecnológicos nazis, y especialmente por la Oficina de desarrollos secretos, la "Kammlerstab", que dirigía Hans Kammler. Igor Witkowski mostró a Nick Cook el campo de operaciones del proyecto de la Campana nazi, la mina de Ludwigsdorf, el anillo de pruebas de la campana, los respiraderos subterráneos y demás instalaciones relacionadas, ubicada en la región montañosa de la frontera checa, entre los Sudetes y la Baja Silesia, Cuando en los días finales de la guerra, las hordas rusas estaban llegando al lugar, tanto el equipo científico que trabajaban en el proyecto Die Glocke junto con el prototipo, fueron trasladados a una zona de seguridad en Noruega. Lo cierto es que nunca más se volvió a saber de la Campana nazi ni del General Hans Kammler, el cual desapareció con su secreto. Lo más sorprendente de este proyecto es que había sido desarrollado con los nombres de Kronos (tiempo) y Lanterntrager (portador de luz), figurando en los documentos secretos extrañas referencias a una "Puerta del Tiempo". Parece que el verdadero secreto de Die Glocke es que podía ser una "Máquina del Tiempo", que para funcionar, necesitaba activar sus sistemas propulsores giratorios y realizar al mismo tiempo pequeños desplazamientos aéreos. Y es que, efectivamente, una máquina del tiempo podía ser una gran arma efectiva, el arma definitiva, para cambiar el curso de la guerra. Quizás la nave original haya desaparecido, pero no así los científicos, ya que muchos de ellos fueron trasladados a los EE.UU. al finalizar el conflicto. Así, el 9 de diciembre de 1965, un objeto volante desconocido, con forma de bellota o de campana, se estrelló en las proximidades de la localidad estadounidense de Kecksburg, en Pensilvania. Este suceso fue conocido en el estudio de la Ufología como el caso de Kecksburg. El artefacto tenía inscripciones extrañas, al igual que la campana nazi, y fue recuperado rápidamente por las fuerzas militares. Muchos testigos vieron el extraño suceso. Todo hace pensar que el OVNI de Kecksburg era el resultado del desarrollo del proyecto de la campana nazi. De hecho, la hipótesis más probable de todas es que tanto Hans Kammler como Die Glocke acabaron en manos estadounidenses, protegidos con el máximo secreto, dentro de la "Operación Paperclip". Ahora con las revelaciones dadas a conocer por The Huffington Post, el tema vuelve a salir a la luz. ¿Alguna vez sabremos la verdad?