TIEMPOS DEL MUNDO
jueves, 26 de junio de 2025
¿UNA CONEXIÓN CON CULTOS ANCESTRALES?: Descubren esculturas “alienígenas” de 7000 años de antigüedad
Un grupo de arqueólogos ha desenterrado en Kuwait unas raras estatuas de cabezas alargadas y con aspecto alienígena que datan de hace más de 7 000 años. Dicho hallazgo permitirá conocer mejor el origen y la evolución de uno de los asentamientos más antiguos de la península arábiga. Desde el 2009, el yacimiento Bahra 1, donde se hallaron las estatuas, es uno de los principales lugares de investigación sobre las antiguas sociedades de la Edad de Piedra de Arabia. Las excavaciones en el sitio han permitido comprender más acerca de la cultura del periodo El Ubaid, que, durante su apogeo, se extendió desde la Mesopotamia hasta Anatolia y la península arábiga. Durante una excavación realizada posteriormente, se han descubierto varias cabezas hechas de arcilla, pequeñas, pero finamente trabajadas. Con cráneos alargados, ojos oblicuos y narices chatas, se parecen a las representaciones modernas de alienígenas. Según los investigadores, dichos rasgos son característicos de las estatuillas de la cultura Ubaid. Mediante un comunicado, arqueólogos de la Universidad de Warsaw que formaron parte de la investigación, explicaron que, a pesar de que ya se habían encontrado este tipo de esculturas en la Mesopotamia, el hallazgo del sitio Bahra 1 es el primero en la región del Golfo. “La presencia [de estas esculturas] plantea interrogantes sobre el propósito y el valor simbólico, o posiblemente ritual, que tenían para la gente de esta antigua comunidad”, manifestó el arqueólogo Piotr Bieliński. El hallazgo también permite comprender un poco más sobre los tamaños y los tipos de cerámica producidos en la región. Cabe precisar que en la península arábiga se utilizaban dos tipos de cerámica. Una era la Ubaid, importada de Mesopotamia, y la otra era un tipo de cerámica local llamada cerámica roja gruesa. Aunque se sabía que esta última se producía en la región del Golfo, se desconocían los lugares reales de fabricación. Gracias a la última excavación en el yacimiento Bahra 1, se ha encontrado evidencia concreta sobre la fabricación de cerámica, ya que los investigadores hallaron vasijas de arcilla sin coser pertenecientes a un tipo de cerámica llamada Coarse Red Ware (cerámica roja gruesa). Según los arqueólogos, Bahra 1 sería el lugar de producción de cerámica más antiguo de la región del Golfo. Asimismo, los análisis de trozos de plantas añadidos durante la fabricación de algunas vasijas pueden aportar información sobre el contexto medioambiental de la península arábiga. Este tipo de restos orgánicos se han encontrado incrustados en la cerámica de Ubaid como en la roja. Los investigadores esperan que estos restos vegetales les permitan determinar cómo era la flora local de mediados del VI milenio a. C. “Los resultados de los primeros análisis han revelado la presencia de restos de plantas silvestres, sobre todo juncos, en la cerámica de producción local, mientras que en la cerámica importada de Ubaid se han hallado restos de plantas cultivadas, incluidos cereales como la cebada y el trigo”, explicó el arqueólogo Roman Hovsepyan al respecto. Es indudable que el misterio que rodea a estos extraños artefactos, continuará sin resolver, quien sabe por cuanto tiempo. Mientras tanto y como podeís imaginar, las especulaciones continuan.
jueves, 19 de junio de 2025
REVELACIÓN SORPRENDENTE: Documento de la CIA dice que los rusos recuperaron planos de un «platillo volador» al final de la II Guerra Mundial
Un documento desclasificado por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) ha reactivado una de las teorías más intrigantes del siglo XX: la posibilidad de que Rusia haya tenido acceso a planos técnicos de una nave con forma de un «platillo volador» - como inicialmente se les denominaba a los OVNIS - de diseño avanzado y origen incierto tras el final del Tercer Reich, en 1945. Pero a diferencia de otras hipótesis centradas en la recuperación de naves estrelladas, este informe de 1953 sugiere que lo que los rusos obtuvieron no fue una nave física, sino documentación técnica detallada, posiblemente derivada de proyectos secretos desarrollados por los nazis durante la guerra. En la primera parte del documento puede leerse lo siguiente: “Georg Klein, un ingeniero alemán, declaró que aunque muchas personas creen que los «platillos voladores» fueron un desarrollo posterior a la guerra, en realidad ya estaban en fase de planificación en las fábricas aeronáuticas alemanas desde al menos 1941. Klein aseguró haber sido ingeniero en el Ministerio de Speer (probablemente en referencia a Albert Speer, Ministro de Armamento y Municiones del Tercer Reich desde 1942) y afirmó haber estado presente en Praga, el 14 de febrero de 1945, durante el primer vuelo experimental de un «platillo volador». Durante esa prueba, según su testimonio, la nave alcanzó una altitud de 12.400 metros en solo tres minutos, y una velocidad de 2.200 kilómetros por hora. Klein añadió que, de acuerdo con los planes alemanes, estos «platillos» estaban diseñados para alcanzar hasta 4.000 kilómetros por hora. Si bien reconoció que la obtención de materiales adecuados fue inicialmente un obstáculo técnico, afirmó que ese problema había sido resuelto hacia finales de 1945, y que la construcción del modelo operativo ya estaba programada para comenzar. Tras esta introducción, el documento presenta el punto central que le da título: Ingeniero afirma que los planos del «platillo» están en manos rusas: Durante los últimos días de la guerra, cuando toda esperanza de una victoria alemana ya había sido abandonada, los ingenieros del grupo estacionado en Praga recibieron órdenes de destruir completamente todos sus planos sobre el modelo antes de que llegaran los rusos. Los ingenieros de las fábricas de Mite en Breslau, sin embargo, no fueron advertidos con suficiente antelación sobre el avance del enemigo, quienes lograron apoderarse del material. Los planos, junto con personal especializado, fueron enviados de inmediato y bajo fuerte custodia directamente a Moscú coincidiendo con la salida de Berlín del creador del Stuka (Junkers Ju 87), quien más tarde desarrolló el MiG-13 y 15 en Rusia. (...) Klein opinaba que los «platillos» están siendo actualmente construidos de acuerdo con principios técnicos alemanes, y expresó su creencia de que constituirán una seria competencia para los aviones a propulsión a chorro. Cabe destacar que el contenido citado no constituye un informe de inteligencia elaborado por la agencia, sino una transcripción de publicaciones periodísticas internacionales archivadas por su posible interés estratégico. En particular, los testimonios atribuidos al ingeniero alemán y otros datos sobre proyectos de platillos voladores nazis provienen de artículos de prensa publicados en medios de la época. Cabe precisar que durante la Guerra Fría, la CIA solía recopilar y clasificar notas aparecidas en diarios extranjeros como parte de su monitoreo global, sin que ello implicara una verificación oficial de su veracidad. Aun así, el hecho de que estos documentos hayan sido conservados en sus archivos indica que fueron considerados relevantes o dignos de seguimiento. Debido a lo explicado anteriormente, el documento no explica ni profundiza en cómo los nazis podrían haber llegado a concebir diseños tan avanzados como para plasmarlos en planos técnicos con potencial militar. Una pieza clave para llenar ese vacío histórico es la presunta caída de un objeto volador no identificado en 1933 en Magenta, Italia. Bajo el régimen de Benito Mussolini, el incidente habría sido gestionado en secreto por un gabinete especial conocido como RS/33, con la participación del célebre físico Guglielmo Marconi. Investigaciones recientes sostienen que, tras la caída del fascismo en 1943, los restos del objeto fueron confiscados por agentes estadounidenses y trasladados a territorio norteamericano, posiblemente a instalaciones militares clasificadas. De confirmarse esta versión, Estados Unidos habría tenido acceso a tecnología no humana más de una década antes del incidente de Roswell, y parte de esa información técnica pudo haber sido filtrada, compartida o replicada posteriormente. Otro evento enigmático fue la aparente caída de una nave en la Selva Negra (Schwarzwald), Alemania, en 1938. Se especula que científicos del Tercer Reich, posiblemente bajo la supervisión de las SS y con vínculos a sociedades esotéricas como la Thule o la Vril-Gesellschaft, habrían recuperado y estudiado el enigmático objeto. A partir de esos hallazgos, habrían surgido planos técnicos avanzados que describían naves discoidales con posibles capacidades antigravitacionales. Algunos de estos diseños podrían haber sido los mismos que, en años posteriores, terminaron en manos rusas. Si el contenido citado es verídico, el documento desclasificado de la CIA deja abierta una posibilidad inquietante: que, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, planos de una tecnología no convencional - posiblemente de origen no humano - hayan terminado en manos tanto de Rusia como de Estados Unidos. Mientras los primeros habrían capturado documentos y personal en zonas como Breslau y Praga, los estadounidenses se adelantaron con la Operación Paperclip, llevándose consigo a destacados científicos nazis y, posiblemente, parte de los secretos que quedaron tras el colapso del Tercer Reich. Lo que emerge de este escenario es una carrera tecnológica encubierta, iniciada mucho antes del caso Roswell, en la cual ambas potencias habrían competido por replicar o entender tecnologías más allá de su tiempo. Quizás, el resultado del accidente de un «platillo volador» en Roswell haya sido el resultado de la caída de una nave experimental alemana que los estadounidenses habrían logrado capturar. Y con ello, surgen muchas preguntas: ¿Qué avances que hoy consumimos surgieron de estos intentos de retroingeniería nazi? ¿Y qué descubrimientos, tras más de 80 años, siguen bajo siete llaves por su capacidad de romper las reglas del mundo tal como lo conocemos?
jueves, 12 de junio de 2025
THE WALL STREET JOURNAL: “Los OVNIS son un mito creado para ocultar tecnología militar del Pentágono”
Durante décadas, las campañas de desprestigio, manipulación y mentiras en torno al fenómeno OVNI estuvieron a la orden del día, especialmente entre finales del siglo XX y principios del XXI. En aquellos años, una Internet poco masiva y la falta de herramientas de verificación rápida jugaban a favor de quienes deseaban mantener estos temas bajo la sombra. Medios tradicionales, muchas veces alineados con intereses gubernamentales o militares, no dudaban en bajar línea o reproducir versiones oficiales sin cuestionarlas. Hoy, en cambio, cualquier usuario puede confrontar la información con rapidez y exponer contradicciones. Justamente por eso, sorprende aún más que un diario como el Wall Street Journal (WSJ) haya publicado recientemente un artículo que retoma -con aire de autoridad - muchas de las viejas fórmulas del descrédito y la negación sistemática. Titulado The Pentagon Disinformation That Fueled America’s UFO Mythology, el texto presenta un relato que intenta posicionar al fenómeno OVNI “como una construcción basada exclusivamente en engaños originados dentro del propio Pentágono”. Sin embargo, esta versión ha sido duramente cuestionada por denunciantes, testigos y expertos, quienes advierten que el artículo no hace más que reeditar el viejo manual de encubrimiento, plagado de omisiones estratégicas, tergiversaciones y afirmaciones carentes de sustento. Uno de los principales impulsores de esta visión es el Dr. Sean Kirkpatrick, exdirector de la Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios (AARO), cuya gestión ha sido duramente criticada por minimizar los fenómenos UAP (Fenómenos Anómalos No Identificados) y por omitir información clave que podría confirmar la existencia de programas de recuperación de tecnología no humana. Por ejemplo, Kirkpatrick promovió explicaciones como reflejos del sol, drones o ilusiones ópticas, descartando de plano los informes más inquietantes, incluso aquellos respaldados por imágenes térmicas, radar o testimonios múltiples. Asimismo, este exfuncionario ha sido acusado directamente de mentir por el denunciante David Grusch, exoficial de inteligencia con acreditación de alto nivel, quien afirma que EE.UU. posee un programa clandestino de ingeniería inversa aplicado a naves alienígenas. El artículo del WSJ intenta además desacreditar el testimonio de Robert Salas, exoficial de la Fuerza Aérea, quien fue testigo en 1967 de la desactivación simultánea de 10 misiles nucleares tras el avistamiento de un objeto volador no identificado sobre la base Malmstrom, en Montana. El WSJ atribuye lo ocurrido a efectos de pruebas con pulsos electromagnéticos (EMP), aparentemente destinadas a evaluar la resistencia de las barreras defensivas y los sistemas de respuesta de la base ante un posible ataque nuclear ruso. No obstante, el artículo no aporta evidencia técnica sobre estos ensayos ni explica por qué dicha información fue ocultada durante más de 50 años. Indignado, Salas escribió en su cuenta de X: «Acabo de publicar un enlace al artículo de desinformación del WSJ. Está tan equivocado en tantos aspectos que me hace pensar si no fue escrito por la Cábala Secreta UAP. Estaré refutando parte de esto relacionado con mi incidente en el podcast de Matt Ford The Good Trouble Show, que grabamos mañana». El artículo también ignora los cientos de testimonios actuales de pilotos militares y civiles que reportan encuentros frecuentes con UAPs. Entre ellos, Ryan Graves, expiloto de combate de la Marina y fundador de la organización Americans for Safe Aerospace, quien expresó su frustración con el autor del artículo: «Este artículo no refleja en nada la realidad casi diaria de los avistamientos que experimentan pilotos, miembros de las fuerzas armadas y personas comunes. Me decepciona que, tras múltiples conversaciones en buena fe que tuve con Joel Schectman (autor del artículo en el WSJ), él haya omitido toda esta información, resultando en una nota completamente parcial». El WSJ relata cómo algunos oficiales de la Fuerza Aérea fueron víctimas de una aparente «broma» institucional, en la que se les presentaban documentos falsos sobre tecnología antigravitatoria. Pero en lugar de desacreditar los testimonios de décadas, esta revelación demuestra cómo la propia estructura militar cultivó el mito mientras silenciaba a quienes tenían dudas reales. Este patrón de manipulación no es anecdótico. El propio artículo reconoce que el Departamento de Defensa omitió deliberadamente información clave en el informe oficial de AARO de 2024, “para proteger programas secretos y evitar vergüenzas institucionales”, según sus propias palabras. Esa admisión confirma que el ocultamiento sigue vigente, y refuerza la desconfianza sobre la versión presentada. En conclusión, el sesgado artículo del WSJ, lejos de esclarecer el fenómeno UAP, parece funcionar como un intento coordinado de reducir su seriedad, desacreditar a testigos legítimos y desviar la atención del creciente clamor por transparencia. Hacía mucho que un medio masivo no publicaba una pieza de desinformación sobre los OVNIs tan flagrante y descarada. Las omisiones deliberadas, explicaciones improvisadas y negaciones sin evidencia hacen de esta publicación una herramienta más de desinformación, no de revelación. La comunidad merece respuestas serias, no burlas institucionales. La verdad sigue aguardando tras un muro de secretismo, y cada intento por ocultarla no hace más que fortalecer la determinación de quienes insisten en sacarla a la luz y creer en la existencia de vida en el universo... A que no estamos solos.
jueves, 5 de junio de 2025
LA RELIQUIA DE BIR HOOKER: ¿Gigantes en el Antiguo Egipto?
En la primavera de 1988, Gregor Spörri, un ciudadano suizo que, a la sazón, tenía 33 años de edad, viajó a Egipto de vacaciones. Exploró el país de los faraones con ánimo aventurero. Primero buscó restos de naufragios en el Mar Rojo; Se internó en la Gran Pirámide de Giza para sentir su energía, se arrastró por sus estrechos pasadizos y sobornó a los supervisores para repetir la experiencia de Napoleón en el sarcófago de Keops. Nada. Sólo decepción. No obstante, las actividades de Spörri dentro y fuera de la Gran Pirámide no pasaron desapercibidas para el camarero del hotel donde se hospedaba y, el penúltimo día de estancia en Egipto, le invitó a visitar Bir Hooker, una localidad situada a 120 kilómetros de El Cairo, donde conocerá a Nagib, el descendiente de una familia de ladrones de tumbas, quien le muestra al turista suizo su tesoro familiar y cuya reliquia más destacada es un dedo momificado de ¡38 centímetros de largo! El hallazgo cambiará su vida para siempre. Se la conoce como reliquia de Bir Hooker y presenta todas las características de un dedo humano, salvo por su tamaño que nos remite a los gigantes que aparecen en antiguas leyendas, mitos e, incluso, en la Biblia. La existencia pública de la reliquia se demoró varios años. En marzo del 2012, la revista alemana Bild publicó un artículo donde aseguraba, que se habían encontrado los restos de un gigante en Egipto. A pesar de que la ciencia niega la existencia de los gigantes, el historiador romano Flavio Josefo escribió en el año 79 d. C., que el último miembro de la raza de los gigantes vivió en el siglo XIII a. C., durante el reinado del rey Josué. Además, explicó que éstos tenían cuerpos colosales y sus rostros eran tan diferentes al de los humanos que mirarlos generaba asombro y su voz provocaba el miedo. Como sea, el viejo Nagib le contó a Spörri que el dedo había estado en posesión de su familia durante los últimos 150 años y que sólo lo habían visto un puñado de personas. No estaba a la venta, pero se lo dejó fotografiar por 300 dólares. El empresario suizo accedió. Entonces Nagib sacó una caja de madera que, al descubrir la tapa, desprendió cierto olor a humedad. En su interior, un objeto envuelto en cuero con encajes alrededor y varios trapos viejos que protegían lo que en apariencia era un dedo enorme. Si aquello era real, su dueño debió medir alrededor de los 5 ó 6 metros de altura. El dedo parecía haber sido cortado con precisión anatómica. La piel, de unos pocos milímetros de espesor, estaba rasgada en algunos puntos. Entre los pliegues secos Spörri distinguió que la uña estaba suelta y detectó restos de hongos. El hueso de la última falange, que sobresalía de aquella masa momificada, aparentaba ser leñoso. El suizo se mostró escéptico y, por esa razón, Nagib le mostró varios documentos. Un certificado de autenticidad, papeles con caracteres árabes y latinos, así como una fotografía Polaroid del dedo y una radiografía realizada en los años 60. Si el dedo de un adulto mide de media entre ocho y diez centímetros de largo el tipo que poseía semejante extremidad debía de ser un gigante. El árabe no le dijo dónde encontró el dedo, pero aludió a una habitación oculta en la Gran Pirámide donde se encuentran enormes tumbas vacías. ¿Se referirá a la cámara del caos? De regreso a El Cairo, Spörri se dio cuenta de que aquella reliquia era muy especial y se embarcó en una intensa investigación que probara la existencia de gigantes en la antigüedad. Vendió sus negocios nocturnos - regentaba discotecas - y mostró sus imágenes a científicos que no quisieron validar su hallazgo en base únicamente a fotografías. Era necesario volver a Egipto y localizar a Nagib. En tanto, Frank J. Rühli, experto suizo que analizó la momia de Ötzi, determinó que la fisiología, es decir, la falange proximal, la articulación media y la falange media, la falange distal y la falange distal, así como la uña y el lecho ungueal es idéntica a la de un humano pero desproporcionadamente grande. El dedo parecía auténtico, pero como los gigantes no existen (la ciencia sólo reconoce el gigantismo) creen que podría estar relacionado con la macrodistrofia (o síndrome de Proteus). Esta condición implica el crecimiento excesivo de los dedos de las manos o de los pies del paciente. También consultó al Dr. Benecke quien coincidió en el diagnóstico de una posible alteración de la macrodactilia. No obstante, el propio Spörri señala en su web varias razones por las que el dedo gigante de Bir Hooker no puede ser una macrodactilia: “Esta enfermedad se caracteriza principalmente por un agrandamiento patológico del tejido blando. Asimismo, el crecimiento óseo se ve menos afectado. Si es así, suele manifestarse en un agrandamiento patológico de las partes óseas correspondientes. Además, en la reliquia, el hueso es anatómicamente correcto y coincide con las proporciones de la masa de tejido circundante”. Más significativa es la opinión del naturalista y antiguo profesor de biología Dr. Carl Bader, quien, al mirar las imágenes, literalmente levanta se echó las manos a la cabeza y exclamó: "Esto realmente parece el dedo momificado de un gigante humanoide, pero según la biología evolutiva, tales Las criaturas nunca han existido." Las experiencias e ideas de Spörri han fascinado al creador del legendario monstruo cinematográfico Alien quien le aconsejó transformar su material en una novela o un guión cinematográfico. Spörri aceptó el desafío y, a partir de 1995, aparecieron cuatro versiones de su historia. En el 2009 regresó de nuevo a Egipto para localizar al viejo Nagib o cualquier rastro que le llevara a más información... pero su búsqueda fue infructuosa. De todos modos, dos años más tarde, se produjo un misterioso descubrimiento en la antigua ciudad de Avaris. Manfred Bietak, el arqueólogo austríaco a cargo de la excavación halló los restos de 16 manos humanas en cuatro tumbas del complejo real de Hyksos, que parecen ser anormalmente grandes. El hallazgo apoya las historias narradas en antiguos escritos egipcios de que se cortaba la mano derecha a sus enemigos para recibir una recompensa de oro, siendo ésta la primera evidencia física de esta ceremonia. Desde luego no son manos de humanoides de 5 metros pero son más grandes y largas que la de un egipcio promedio. En todo caso, el misterio del dedo gigante continua…
Suscribirse a:
Entradas (Atom)