TIEMPOS DEL MUNDO

jueves, 25 de enero de 2024

MEDUSAS EN EL CIELO: ¿OVNIS o fenómenos ocasionados por la naturaleza?

Como recordareis, el verano pasado un exmilitar aseguró en el Congreso de EE.UU que el Pentágono tenía en su poder restos de naves extraterrestres y entes ‘no humanos’ recogidos hace décadas. Diversas fuentes corroboraron dicho testimonio, y es así como asistimos un renacer del fenómeno OVNI por todo el planeta. En este escenario, una filmación de un objeto con forma de medusa ha arrasado en Internet durante las últimas semanas, siendo uno de los vídeos más comentados por ufólogos y seguidores de este fenómeno, llegando a ser uno de los más compartidos en redes sociales y volviendo a despertar el interés de la opinión pública. ¿Se trata de una nave extraterrestre? ¿Por qué tiene esa forma? Sucede que Jeremy Corbell, un periodista de investigación, decidió publicar en días pasados en sus redes sociales una borrosa imagen donde se mostraba lo que parece ser “un objeto volador” que fue - agrega - grabado por el ejército estadounidense sobre una base de operaciones conjuntas de EE.UU. en Irak alrededor del 2018. Lo que llamó más la atención fue su forma, ya que daba la impresión - dijo - de ser un organismo vivo, tanto así que lo bautizaron como ‘medusa’, porque aparentaba tener “una especie de tentáculos”, pero visto de cerca, la imagen que presentó como “prueba” tiene un gran parecido a una mancha negra. Aun así, Corbell dejó en claro que su meta es descubrir la verdad sobre los OVNIS y cómo el gobierno estadounidense ha trabajado para ocultar la evidencia de su existencia. “Se trata de transparencia sobre los OVNIS o UAP. De eso se trata, y si se necesitan denunciantes, si se necesitan filtraciones... Entonces genial, pero queremos saber qué ha sabido nuestro gobierno y qué ha ocultado al público estadounidense. Este es el comienzo”, fue lo que dijo de acuerdo al portal ‘NewsNation’. Posteriormente, en una declaración obtenida por el mismo portal, la portavoz del Pentágono, Sue Gough, dijo que el departamento “no hará comentarios sobre la autenticidad del supuesto material del Departamento de Defensa que pueda haber sido filtrado” asevero. Gough agrego que el Departamento de Defensa continúa tomando en serio los avistamientos de UAP (fenómenos aéreos no identificados, en sus siglas en inglés), haciendo referencia a la nueva nomenclatura del gobierno para los avistamientos de OVNIS/objetos voladores no identificados. “El Departamento de Defensa se toma en serio el interés público en estos fenómenos anómalos no identificados y está comprometido con la apertura y la rendición de cuentas ante el pueblo estadounidense”, continúa el comunicado. “Este compromiso debe equilibrarse con la obligación del departamento de proteger información, las fuentes y métodos confidenciales”, concluyó. Sin embargo, para desencanto de Corbell y sus seguidores, existe en la naturaleza un misterioso fenómeno que sí parece salido de una película de ciencia ficción y que es realmente sorprendente, a diferencia de esa pobre imitación. Por ejemplo, si durante una tormenta has visto una forma de medusa en el cielo con tentáculos rojos bajando en dirección a la Tierra, puedes estar tranquilo porque no estabas alucinando ni son alienígenas buscando conquistar nuestro planeta. Por el contrario, esta imagen tan cautivadora como espeluznante, es un fenómeno de la naturaleza. Sucede que estos relámpagos rojos parecidos a tentáculos se llaman sprites o espectros rojos. Son ráfagas ultrarrápidas de electricidad que crepitan a través de las capas superiores de la atmósfera, entre 60 y 80 kilómetros en el cielo, y se mueven hacia el espacio, según la Agencia Espacial Europea. Este fenómeno es muy raro de captar ya que solo es visible durante décimas de segundo y normalmente se oculta detrás de las grandes nubes que ocasionan las tormentas eléctricas. Pero Stephen Hummel, un especialista del Observatorio McDonald, consiguió capturar una imagen espectacular de uno de estos sprites el 2 de julio del 2020 en el estado de Texas (EEUU). “Los sprites generalmente aparecen a la vista como estructuras grises, tenues y muy breves. Debes estar buscándolos para detectarlos y, a menudo, no estoy seguro de haber visto uno hasta que reviso las imágenes de la cámara para confirmarlo”, explico en esa ocasión Hummel. La noche en que tomó esta foto, había grabado cuatro horas y media para poder capturar el sprite. “Habré grabado cerca de 70 horas de metraje e imágenes fijas este año, y capté alrededor de 70 sprites. La mitad de ellos fueron en una sola tormenta”, explico Hummel. Los sprites pueden ser enormes: el que fotografió Hummel tenía “probablemente alrededor de 48 kilómetros de largo y de alto”, dijo. Algunos se pueden ver desde más de 482 kilómetros de distancia. Ocurren porque cuando un rayo golpea el suelo, tiende a liberar energía eléctrica positiva que necesita ser equilibrada por energía igual y con carga opuesta en otras partes del cielo. Entonces, los sprites son las descargas eléctricas que equilibran la ecuación. “Cuanto más poderosa es la tormenta y más relámpagos produce, es más probable que produzca un sprite”, dice Hummel. Cuando un sprite chispea, se vuelve rojo debido al nitrógeno que flota en lo alto de la atmósfera de la Tierra. El gas interactúa con el estallido de electricidad y emite un resplandor rojo. Algunos sprites, como el que fotografió Hummel, tienen forma de medusa. Otros son solo columnas verticales de luz roja con zarcillos serpenteantes: se llaman sprites de zanahoria. Si bien es similar a un rayo habitual, que se dispara entre el aire, las nubes y el suelo con carga eléctrica, los sprites suceden mucho más lejos de la superficie de la Tierra. De hecho, los astronautas a veces los ven desde la Estación Espacial Internacional. En 1994 la NASA consiguió la primera imagen en colores de un sprite desde el espacio, con su color rojo característico. Desde el descubrimiento de los sprites en 1989, los científicos los han visto en todos los continentes excepto en la Antártida. Cabe reconocer que a diferencia de la mancha negra e inmóvil en la pantalla mostrada por Corbell, las verdaderas ‘medusas’ ocurren en medio de tormentas eléctricas y son realmente espectaculares, por lo que no hay punto de comparación con el fraude dado a conocer por Corbell ¿No os parece?

jueves, 18 de enero de 2024

UN EXTRAÑO VISITANTE: El Monstruo de Van Meter

Una leyenda bizarra y un misterio que ha permanecido sin resolver por 121 años en un pequeño pueblo de Iowa, y que en el 2013 fue el tema de un libro titulado The Van Meter Visitor: A True and Mysterious Encounter with the Unknown de Chad Lewis. En efecto, se dice que por varias noches del año 1903, el pequeño pueblo de Van Meter (Iowa, EE.UU.), fue aterrorizado por una gran criatura parecida a un murciélago proveniente de una mina abandonada. La identidad de este misterioso monstruo nunca ha sido develada, pero a 121 años de los hechos, un nuevo libro escrito por David Weatherly que lleva como título Monsters of Hawkeye State revive esta asombrosa historia esperando arrojar algo de luz sobre lo sucedido antaño. La leyenda se remonta al otoño de 1903, cuando varios de los más respetados ciudadanos de Van Meter reportaron el encuentro con una entidad mitad humana mitad animal, con enormes alas de murciélago que le permitían volar. Los reportes de la época dicen que la criatura se movía velozmente, dejaba un hedor repulsivo a su paso, y que despedía una luz cegadora desde un cuerno en su cabeza. Cada vez que alguno de los habitantes tenía la mala suerte de encontrarse con esta criatura, le disparaban con las armas que tuvieran a mano, pero esto al parecer no hacía mella en el extraño visitante. La primera noche, fue avistado volando sobre los techos de las casas. Al caer la noche siguiente fue visto tanto por el doctor del pueblo como por el cajero del banco Peter Dunn, quien logró hacer un molde de yeso de las huellas "de tres dedos" del monstruo. A la tercera noche, un hombre se lo encontró posado sobre un poste de teléfono. Otro de los residentes que lo vio, dijo que el monstruo saltaba como un canguro; mientras que la maestra de la escuela local asoció la figura de la criatura alada con la de un demonio. Asustados e intimidados por lo que habían experimentado, los ciudadanos siguieron el rastro de la criatura hasta una mina de carbón abandonada, cerca de un vieja adobería donde se habían escuchado peculiares ruidos saliendo de la mina. "El ruido se abrió paso nuevamente, y pensaron que Satanás y su regimiento de diablos se preparaban para subir a la superficie a dar batalla", decía un artículo publicado en el Des Moines Daily News del 3 de octubre de 1903. Estando los ciudadanos inspeccionando la entrada de la mina, el monstruo se apareció en compañía de otro que parecía una versión más pequeña. Cuando despidió un flash de luz cegadora, los valientes habitantes de Van Meter que se habían aventurado hasta allí, huyeron despavoridos. A la mañana siguiente regresarían bien armados para "sacudirles el polvo a estos demonios". La bienvenida que le dieron aquella mañana a las criaturas podría haber hundido una flota de galeones españoles, pero más allá del singular hedor y los ruidos de inframundo, no les pareció importar mucho a estos seres alados, los cuales retrocedieron y descendieron a través hueco de la vieja mina para no volver a ser vistos nunca más. El nuevo libro es un trabajo de David Weatherly, quien contó con la colaboración de Kevin Lee Nelson, y la ayuda de la bibliotecaria del pueblo, Jolena Walker. Los autores fueron al tranquilo pueblo y entrevistaron a los residentes locales, quienes les contaron las historias que les legaron sobre la criatura, además de visitar varios lugares históricos, incluyendo la vieja mina. Weatherly dice que no encontró evidencia que sugiera que el monstruo es un fraude, a pesar que cree que algunos de los hechos de la historia han sido exagerados al pasar de los años. Asimismo, sigue sin haber certeza de qué era aquel espeluznante visitante de Van Meter que esparcía el pánico en las calles del pueblo durante las noches de otoño de 1903. Sin embargo, el escritor del libro asegura que la búsqueda de la respuesta fue lo que realmente lo fascinó. "Era una época en la cual todo era posible. Los descubrimientos científicos comenzaban a acelerarse. De hecho, por aquellos tiempos descubrieron al gorila de montaña. La legendaria 'bestia de la selva' era real. Por lo que la gente estaba abierta al hecho que cualquier cosa podía suceder", dijo Weatherly. No hay duda que lo que haya sido esa criatura quedará para siempre en el misterio.

jueves, 11 de enero de 2024

INTRIGANTE DESCUBRIMIENTO: Grandes cuerpos orgánicos aparecen y desaparecen en los océanos de Titán

Cuando Cassini sobrevoló Titán en el 2013 observó unas formas que brillaban en los océanos de hidrocarburos de la luna de Saturno que no estaban ahí en órbitas anteriores. Los astrónomos las llamaron “islas mágicas” porque no podían explicar cómo habían aparecido de la nada. En la siguiente órbita, la nave de la NASA detectó nuevas islas y otras desaparecieron. Un estudio planteó posteriormente que podrían tratarse de burbujas de metano pero, ahora, un equipo internacional de científicos afirma que en realidad son cuerpos orgánicos que flotan y se sumergen. En efecto, las "islas mágicas" de Titán son fenómenos transitorios y brillantes en los lagos de Titán que son visibles en las imágenes de radar. Esta nueva investigación liderada por Xinting Yu -profesor asistente en el Departamento de Física y Astronomía de la Universidad de San Antonio - ha revelado que estas podrían ser grandes trozos de panales de abeja hechos de hidrocarburos radicalmente diferentes de las teorías anteriores. "Las 'islas mágicas' de Titán probablemente sean fragmentos flotantes de sólidos orgánicos porosos y congelados", explica Yu. La atmósfera de Titán es rica en metano (CH4) y nitrógeno (N2). Reacciones fotoquímicas provocadas por la luz solar transforman estos gases en compuestos orgánicos complejos. Según el estudio publicado en el diario científico Geophysical Research Letters, estos compuestos forman masas de líquidos, hielo o cuerpos porosas que finalmente se depositan en la superficie de la luna saturnina. Los sólidos porosos descienden lentamente por el denso aire de Titán al ser más pesados que la atmósfera. Para explicar el fenómeno de “las islas mágicas”, el equipo de investigación de Yu investigó qué pasaría cuando estos sólidos cayesen sobre los lagos de hidrocarburos de Titán. Su teoría es que los sólidos orgánicos simples -como los nitrilos, los hidrocarburos con triple enlace y el benceno - tienen porosidad suficiente para flotar: de 25% a 60%.Otro de los aspectos clave del estudio explica cómo desaparecen estos cuerpos orgánicos. El equipo descubrió que, dado que los lagos ya están saturados con partículas orgánicas, los sólidos no se disolverían rápidamente al entrar en contacto con el líquido. Su modelo demuestra "la mayoría de los sólidos congelados eran demasiado densos y la tensión superficial demasiado baja para crear las islas mágicas de Titán a menos que los grumos fueran porosos", indican los investigadores. Si los grumos helados eran lo suficientemente grandes y tenían la proporción adecuada de huecos y tubos estrechos, la isla flotaría hasta que el metano líquido invadiera esos espacios, provocando su hundimiento poco a poco. El estudio también proporciona una posible explicación para la notable suavidad de los lagos y mares de Titán. Además de estos sólidos flotantes que podrían ser responsables de las "islas mágicas", otras partículas más finas pueden estar cubriendo estos océanos como aerosoles, explicando la superficie excepcionalmente lisa de los mares y lagos de esta misteriosa luna. La investigación sobre estas islas mágicas no solo aporta una solución al misterioso fenómeno en la luna de Saturno, sino que también tiene implicaciones significativas para futuras misiones y estudios, sobre todo para la próxima misión Dragonfly de la NASA, programada para llegar a Titán en el 2034. La misión está programada para lanzarse en julio del 2028. Esta misión extraordinaria - que forma parte del Programa New Frontiers de la NASA - busca explorar Titán con un gran dron, diseñado para aprovechar la densa atmósfera y baja gravedad de Titán, que es tan densa que un humano equipado con alas impulsadas por sus brazos podría volar y planear entre las nubes sin esfuerzo. El objetivo principal de Dragonfly es explorar diversas ubicaciones en Titán, recogiendo materiales y determinando la composición de la superficie en diferentes entornos geológicos para comprobar habitabilidad de este entorno e investigar hasta qué punto ha progresado la química prebiótica. De hecho, la gran esperanza de los científicos es encontrar firmas químicas que indiquen la existencia de vida. Según la NASA, Dragonfly puede cubrir decenas de kilómetros en menos de una hora, cubriendo una distancia mucho mayor que la de cualquier rover marciano. Los diseñadores de la misión esperan que, cada día completo de Titán, la nave viaje desde su sitio de aterrizaje inicial para cubrir áreas a varios cientos de kilómetros de distancia en una misión que inicialmente durará dos años. Sin embargo, Dragonfly pasará la mayor parte del tiempo posada en la superficie de Titán realizando mediciones científicas. Como no puede usar energía solar al estar tan lejos del Sol y bajo la bruma de Titán, Dragonfly utilizará un motor nuclear, un Generador Termoeléctrico de Radioisótopos Multi-Misión (MMRTG) similar al que usa el rover Curiosity en Marte. Las operaciones de vuelo, transmisión de datos y la mayoría de las operaciones científicas se realizarán durante las horas de día en Titán - ocho días terrestres - lo que le dará a la nave otros ocho días para recargar sus baterías para la siguiente manga de la misión. Solo nos queda esperar al 2034 para desentrañar el misterio.

jueves, 4 de enero de 2024

SOBREVIVIENTES EN EL ESPACIO: ¿Naves alienígenas en el sistema solar podrían ser los últimos restos de una civilización extinguida?

Iniciando el año, el astrofísico de Harvard Avi Loeb - jefe del Proyecto Galileo, director fundador de la Iniciativa Black Hole de la Universidad de Harvard, director del Instituto para la Teoría y la Computación del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian y autor del bestseller “Extraterrestrial: The First Sign of Intelligent Life Beyond Earth” - reflexiona en esta ocasión sobre las posibles civilizaciones que deben haber sido destruidas por su estrella desde el Big Bang, el cual, os ofrecemos entrecomillado como ya es habitual: “¿Cuántas civilizaciones alienígenas habrán desaparecido en los 13.800 millones de años transcurridos desde el Big Bang? Sin duda, la vida debe haberse extinguido en muchos lugares antes de que los humanos aparecieran en la escena cósmica. El cementerio de la Vía Láctea está lleno de restos estelares rodeados de planetas que fueron habitables hace mucho tiempo. Sabemos que miles de millones de estrellas similares al Sol, nacidas antes que él en la Vía Láctea, ya habían muerto convirtiéndose en enanas blancas. Por consiguiente, el Sol es un fenómeno tardío, formado en el último tercio de la historia cósmica. Pero este paraíso que creó la vida en la Tierra llegará a su fin luego de que se consuma su combustible nuclear y muera como muchas estrellas. En cualquier momento de su evolución, una estrella tiene una “zona habitable” a su alrededor, a una distancia donde podría existir agua líquida en la superficie de planetas rocosos con atmósfera. También conocida como zona Goldilocks [Ricitos de Oro], este es el segmento de distancia donde la temperatura es la adecuada, ni demasiado fría para que el agua líquida se solidifique en hielo, ni demasiado caliente para que el agua líquida se evapore. Dado que el Sol alimentó vida en la Tierra durante los últimos 4.000 millones de años, los astrobiólogos sospechan que las estrellas de este tipo deberían ser objetivos principales en la búsqueda de vida tal como la conocemos en planetas similares a la Tierra. La estrella más cercana al Sol, Proxima Centauri, es 640 veces más débil, por lo que su zona habitable está unas 25 veces más cerca que la distancia de la Tierra al Sol. Casualmente, tiene al menos un planeta con masa terrestre en esa zona, Próxima b, pero su atmósfera podría haber sido eliminada por el viento estelar o las llamaradas ultravioleta de la estrella más cercana. Si es así, esto explicaría por qué residimos cerca de una estrella rara como el Sol en lugar de una estrella enana más común como Próxima Centauri. Pero incluso cerca del Sol, todo lo bueno debe llegar a su fin. Dentro de mil millones de años, el Sol brillará lo suficiente como para hervir los océanos en la Tierra, desapareciendo además todo rastro de vida que queda en ells. Esto continuará a medida que el Sol se convierta en una gigante roja. En 7.600 millones de años más, la luminosidad del Sol se multiplicará por un factor de aproximadamente 2.700 y su tamaño aumentará en un factor de 250, envolviendo el radio orbital actual de la Tierra. Para entonces, el Sol habrá perdido aproximadamente un tercio de su masa. Entonces, la zona habitable de la gigante roja se desplazará desde la distancia de la Tierra al cinturón de Kuiper, cincuenta veces la separación actual entre la Tierra y el Sol. ¿Podría surgir allí vida primitiva como resultado del derretimiento de objetos helados en el cinturón de Kuiper? La mayoría de estos objetos son demasiado pequeños para retener una atmósfera debido a su débil gravedad superficial. A su vez, la fase de gigante roja más brillante duraría decenas de millones de años antes de que el núcleo del Sol evolucionara hasta convertirse en una enana blanca. Durante dicha fase, la humanidad podría migrar en una plataforma espacial creada artificialmente para mantener su distancia en la zona Goldilocks de una estrella cada vez más brillante. Tener reactores nucleares en esta plataforma permitiría a los humanos escapar eventualmente del sistema solar cuando el Sol se oscurezca y se convierta en una enana blanca. Las civilizaciones que no tuvieron la suerte de subirse a un arca de Noé de este tipo podrían haber desesperadamente pedido ayuda, pero nosotros no estábamos presentes para escucharlas. Siguiendo el espíritu del experimento mental filosófico: ‘Si un árbol cae en un bosque y no hay nadie cerca para oírlo, ¿emite algún sonido?’, podemos preguntar: ‘Si una civilización muere en un exoplaneta y ningún ser humano queda en la Tierra para recibir su transmisión, ¿emite una señal?’ Mi opinión personal es: ‘Obviamente. Muchas cosas sucedieron en el Universo antes de los últimos millones de años de existencia humana. La obra cósmica no trata sobre nosotros, aunque tendemos a asumir con arrogancia que somos sus actores principales’. De hecho, nuestra detección de señales de radio de un planeta moribundo proporcionaría una dosis muy necesaria de humildad cósmica y una llamada de atención de que debemos cooperar en la exploración espacial para sobrevivir. Alternativamente, podríamos descubrir sondas de civilizaciones extraterrestres que, en su desesperación final, destinaron todos sus recursos económicos a aventurarse en el espacio interestelar. ¿Vemos alguno de sus objetos cerca de la Tierra? Nuestras agencias militares y de inteligencia serían las primeras en notar objetos raros e inusuales cerca de nuestro planeta porque su trabajo diario es monitorear el cielo, aunque claro, se cuidan de darlo a conocer al público. Los astrónomos, por otro lado, ignoran los objetos que se mueven rápidamente y que cruzan el cielo por encima de sus telescopios. ¿Podría una pequeña fracción de los fenómenos anómalos no identificados (UAP) detectada por personal militar y de inteligencia ser de origen extraterrestre? Ésta es la pregunta que el Observatorio del Proyecto Galileo en la Universidad de Harvard está abordando ahora mismo mediante el uso de software de aprendizaje automático para analizar imágenes de cientos de miles de objetos en todo el cielo. Esperamos publicar los resultados a medida que aparezcan en los próximos meses. Con más donaciones esperamos construir más observatorios y aumentar nuestra producción de datos. Precisamente, hace unos días tuve el privilegio de mantener una larga conversación de más de una hora con David Grusch, quien recientemente testificó bajo juramento en el Congreso de los Estados Unidos sobre programas secretos del gobierno para la recuperación de accidentes y la ingeniería inversa de naves espaciales extraterrestres. Cualquier hallazgo en este campo me ahorraría tiempo y esfuerzo a la hora de recuperar la evidencia por mí mismo en las próximas décadas. David y yo esperamos que cualquier evidencia de este tipo eventualmente se comparta con los científicos que puedan entender lo que significa. Lo que hay fuera del sistema solar no debería ocultarse tras el velo de la seguridad nacional, sino compartirse con todos los humanos como cualquier otro descubrimiento científico sobre el cosmos. Aprender de los supervivientes interestelares podría ser fundamental para elaborar planes de contingencia en previsión del momento en que la habitabilidad de nuestro propio mundo llegue a su fin” puntualizo el profesor. A estar atentos a sus próximas entregas ¿vale?