TIEMPOS DEL MUNDO

jueves, 30 de octubre de 2025

EL ORIGEN DE NOSFERATU: ¿Un vampiro más aterrador que Drácula?

https://youtu.be/ “Desde su castillo en la región de Transilvania, el Conde Orlok está esperando a que caiga la noche para atraer a una nueva víctima inocente y saciar su sed de sangre”. Así podríamos empezar a resumir la historia de Nosferatu, uno de los vampiros más famosos de la historia del cine, inmortalizado por primera vez en 1922 por el director alemán Friedrich Wilhelm Murnau. El significado original de la palabra “Nosferatu” es difícil de determinar, aunque hay consenso en que adquirió popularidad gracias a la novela de 1897 “Drácula”, de Bram Stoker, quien usó como fuente literaria un término acuñado por la oradora y autora británica del siglo XIX, Emily Gerard. Esta autora introdujo la palabra “Nosferatu” en un artículo de una revista y en su diario de viaje “La tierra más allá del bosque”, comentando que “más decididamente malvado es el Nosferatu, o vampiro, en quien cada campesino rumano cree firmemente como en El Cielo y El Infierno que sólo es un rumor”. La palabra “Nosferatu” es una palabra rumana arcaica que se refiere a un vampiro, aunque algunos especialistas aseguran que ese término no corresponde a ninguna palabra existente identificada en el idioma rumano en ninguna fase histórica. Otros autores creen que la palabra “Nosferatu” pudo derivar de la palabra rumana “nesuferitu”, que significa “el ofensivo”. Una etimología alternativa es que el término pudo derivar originalmente de la palabra griega “nosophoros” (*νοσοφόρος) que significa “portador de enfermedad”. Curiosamente, la primera película de Nosferatu, dirigida por el director alemán Friedrich Wilhelm Murnau, enfatizó el tema de la enfermedad, al igual que sus dos secuelas, especialmente en la secuencia de la plaga de ratas que seguían al vampiro y llevaban la peste. La peste que sigue a Orlok es un recordatorio de las fragilidades humanas frente a fuerzas incontrolables, un eco de pandemias pasadas y presentes que vuelve el horror de Eggers extrañamente contemporáneo. Al respecto, un experto en historia y cultura popular sobre vampiros, comentó: “si tú preguntas, si haces una encuesta a pie de calle ahora mismo y dices: “Oye, ¿cómo es un vampiro?”, la gente te dirá que es un señor muy elegante, que probablemente vive en un castillo con muebles Luis XVI y cortinas muy elaboradas, que bebe vino, toca el laúd… pero el mito del vampiro está muy romantizado, viene desde mucho antes. El vampiro como tal, desde un punto de vista de histórico y de raciocinio y científico, diríamos que no existe, pero sí se puede documentar la creencia en vampiros. Se puede documentar sobre todo porque ha habido, desde el siglo V hasta el siglo XVI, arqueólogos que han encontrado tumbas con diferentes cuerpos enterrados o encadenados. En Polonia, en el 2022, se encontró una mujer enterrada con una hoz en el cuello; se han hallado cuerpos enterrados boca abajo con ladrillos en la boca o encadenados con una barra de hierro clavada en el pecho… Entonces sí que existía esta creencia de que podría resurgir un hombre de la tumba para alimentarse de la sangre de los vivos”. El experto agregó que “es verdad que se menciona la palabra ‘Nosferatu’ en la novela de Bram Stoker, y se cree que se podría haber inventado, porque Bram Stoker también decía que Drácula significaba ‘mal’ y ‘diabólico’ en rumano. Yo he preguntado a rumanos y me han dicho que no. Y surge el mito de Nosferatu, sobre todo porque Murnau, debido a que no consiguió los derechos de autor de la novela ‘Drácula’, creó una historia paralela”. “Así, el nombre de Drácula se cambió por el de conde Orlok; Jonathan Harker pasó a ser Hutter y la joven Mina Murray, objeto del deseo del chupasangre, fue convertida en Ellen. Es una historia muy parecida, pero le añadió más capas: no solo la luz del sol le afecta, ahora también va aportando enfermedades y plagas a su paso… Entonces, a partir de ahí se ha ido construyendo este Nosferatu que, curiosamente, para algunos ha eclipsado al propio Conde Drácula. Porque Drácula es quizás la versión pop, más elegante, mientras Nosferatu es la versión terrorífica, la versión que quizás es un poco más fiel a la destrucción y al mal que podían encarnar estos seres”, agrega. Con respecto a cómo se filmó la primera película de “Nosferatu” de 1922, hay que remitirse a los tiempos de la Primera Guerra Mundial. Cuando sirvió como soldado en el frente, Albin Grau, productor y diseñador de “Nosferatu”, se fascinó con el tema del vampirismo luego que en una aldea de Serbia escuchara la historia de un granjero que aseguraba que su padre se había convertido en vampiro. De acuerdo con un artículo de Grau en “Buhne und Film”, a un mes de la muerte del padre del granjero, ocurrieron muertes extrañas y algunas personas aseguraban que el fallecido rondaba por ahí. Para evitar rumores los lugareños exhumaron su ataúd y sorprendentemente lo encontraron vacío. Al poco tiempo encontraron a un hombre de aspecto repulsivo, con dientes largos y puntiagudos que le impedían cerrar la boca, identificándolo con el muerto, al que mataron a pedradas y con una estaca en el corazón y pesadas piedras sobre su pecho para que no saliera de su tumba, fue enterrado. Curiosamente, los asesinatos y extrañas desapariciones de personas terminaron súbitamente. Unos pocos años más tarde, Grau quiso adaptar la obra de Bram Stoker en una película para el cine. Pero como la viuda del escritor se negó a facilitar los derechos, Grau contrató al guionista Henrik Galeen para que escribiera una versión que eludiera los obstáculos legales, cambiando los nombres de los protagonistas. Para filmar la cinta creó una productora, Prana Films. Curiosamente, “Prana” es un término proveniente del sánscrito que se puede traducir como “fluido vital”, es decir, la sangre, y era muy utilizado por los teósofos de la época. El productor Albin Grau, quien fuera estudiante de ocultismo durante toda su vida y miembro de la oscura logia Fraternitas Saturni, bajo el mágico nombre de Maestro Pacitius, promocionó la película de terror de 1922 como una obra “erótico-ocultista-espiritista-metafísica” y la llenó de simbología esotérica. Un ejemplo concreto fue el contrato críptico que en la cinta intercambian el Conde Orlok y el personaje de Knock, que está escrito en enoquiano, con símbolos herméticos y alquímicos. Todo ese trasfondo oculto se reforzó con un tema que apareció en el notable filme “La Sombra del Vampiro” (2000), cuyo protagonista era el enigmático intérprete que encarnó al conde Orlok, el actor alemán Max Schreck, un intérprete que no se relacionó jamás con el resto del equipo y permaneció caracterizado como Nosferatu durante todo el rodaje, y de quien se decía que en realidad había sido… un vampiro. Su breve carrera en el cine y su muerte repentina, víctima de un infarto a los 56 años, sólo contribuyó a reforzar este mito que se niega a morir.

jueves, 23 de octubre de 2025

EL DRAGÓN DE BROSNO: Enigmas de lo desconocido

Escondido en la remota región de Tver, en el oeste de Rusia, se encuentra el lago Brosno, un lago profundo y helado que se encuentra aislado lejos de la civilización. El área es imponente y solo está escasamente habitada en los tiempos modernos, y su ambiente inquietante que pareciera ser de otro mundo, el cual se ve reforzado por las ruinas de un pueblo fantasma en sus costas, así como los restos de una iglesia ortodoxa ubicada bajo el agua en sus sombrías profundidades. Al contemplar este lugar, salvaje y azotado por el viento con sus ruinas irregulares, es fácil tener la sensación de que esta es una tierra abandonada llena de fantasmas y monstruos, y si, la leyenda y la tradición creen que el lago está habitado por un monstruo, según algunos relatos un auténtico dragón. En efecto, las historias de algo muy grande y amenazante que acecha en el lago Brosno se remontan al siglo XIII. Uno de los relatos tempranos más populares sobre el llamado Dragón de Brosno (también conocido como Brosnia), rodea a un ejército tártaro-mongol que se dirigía a Novgorod en el siglo XIII con la intención de conquistarla, liderado por el gobernante mongol y nieto del genocida Genghis Khan, llamado Batu Khan. Se dice que cuando sus tropas llegaron a las orillas del lago, se detuvieron para descansar y dar agua a sus caballos en la orilla. Según el relato, cuando los caballos y los hombres se reunieron junto al agua, un enorme dragón surgió de las profundidades para atacarlos, arrastrando caballos y hombres al agua para devorarlos. La criatura era tan formidable y feroz que el ejército invasor se batió en retirada, salvándose de esta forma Novgorod. Otro antiguo relato es el de un grupo de vikingos (Varegos como eran conocidos en Rusia) que se dispusieron a remar a través del lago para llegar a una isla, donde tenían la intención de enterrar el botín procedente de sus saqueos. Mientras los vikingos cruzaban sus aguas, el dragón atacó y destruyó el barco, matando a todos los que estaban a bordo. De hecho, esto se convertiría en un tema recurrente con respecto al Dragón de Brosno, que tenía la costumbre de destruir o volcar botes, hasta el punto de que los pescadores estaban aterrorizados durante mucho tiempo incluso de intentar salir al agua en dicho lugar. Algunas de las historias más dramáticas dicen que las fauces abiertas del dragón son tan masivas que literalmente puede succionar botes enteros y sus tripulaciones. Históricamente, el Dragón de Brosno se describiría como una criatura de gran tamaño, apareciendo como una “montaña de arena” que se eleva desde el lago y a menudo se dice que tiene cientos de pies de largo. Tales historias asombrosas continuaron hasta bien entrados los tiempos más modernos, con una descripción más concreta y algo menos fantástica de la bestia que se hizo clara. La mayoría de los informes describirían a la criatura como de alrededor de 20 pies de largo, con una cola larga, una cabeza de reptil, una boca de gran tamaño, parecida a un pez, y toda ella cubierta de escamas irregulares como la piel de un cocodrilo. Es más, algunos informes incluso mencionaron lo que parecía ser una especie de bioluminiscencia. Sin embargo, algunos de los informes todavía tenían el aire de una leyenda sobre ellos, describiendo cómo la criatura podía tragarse a personas enteras con sus fauces cavernosas, e incluso hay un caso de la Segunda Guerra Mundial cuando aparentemente se tragó un avión de combate alemán que se había estrellado en el lago. Posteriormente, la mayoría de los informes comenzaron a describir a la criatura como algo tímida y propensa a alejarse nadando si alguien se le acercaba. Aunque la lejanía del lago significa que actualmente los avistamientos de la criatura sean raros, ha habido algunos informes modernos bastante notables. En 1996, una familia procedente de Moscú estaba vacacionando en el lugar y cuando navegaban en el lago, su hijo pequeño comenzó a gritar y señalar por encima del agua. Los padres lograron ver algo grande y anómalo en la superficie, e incluso aparentemente le tomaron una foto, pero resultó ser demasiado borrosa para contar como evidencia significativa. En el 2002, la Asociación de Investigación Kosmopoisk lanzó una expedición al lago con la misión expresa de tratar de encontrar evidencias del Dragón de Brosno. Con este fin, hicieron barridos del lago utilizando un equipo avanzado de localización de eco y un sonar, y mientras lo hacían afirman haber encontrado un organismo muy grande de algún tipo en las profundidades, lo que los llevó a lanzar un dispositivo incendiario dentro del agua. Un miembro del equipo llamado Vadim Chernobrov explicaría lo sucedido: “El eco sonoro profundo registró una anomalía. Había una enorme masa gelatinosa del tamaño de un vagón de ferrocarril que se extendía cinco metros por encima del fondo. La masa permaneció inmóvil. Cuando el dispositivo explotó, la criatura comenzó a subir lentamente. Miramos el agua y estaba clara; no había nada parecido a un monstruo, sin embargo, algo inusual todavía se sentía en el agua del lago”. Según el equipo, lograron recuperar una extraña biomasa del agua, que se creía que había sido parte de algo vivo en algún momento y quizás era una parte de la criatura removida por la explosión. Se dice que se tomaron muestras de él, los cuales no coincidían con ninguna criatura conocida que habitara el lago. Obviamente, considerando que no se sabe nada más sobre estas pruebas, y no se hayan tomado fotografías, quizás sea mejor tomar estas afirmaciones con pinzas. Sin embargo, hasta el día de hoy ha habido informes de avistamientos esporádicos del Dragón de Brosno, y nos preguntamos qué podría ser. Existen muchas teorías al respecto, incluyendo que se trata de un pez de gran tamaño, identificaciones erróneas de bancos de olores o un animal como un alce, jabalí, o un oso. Otra versión afirma que hay un volcán en el fondo del lago que hace eyecciones a la superficie del agua de vez en cuando. Es bien sabido que hay varias fracturas en el fondo del lago, la profundidad y la dirección de estas no se pueden definir. No se descarta que el cráter de un volcán se pueda hallar dentro de una de tales fracturas. Pero este hipotético volcán aún no ha sido descubierto. Por otro lado, hay quienes aseguran que podrían tratarse de depósitos de gas que brotan del fondo. Sin embargo, la cantidad de sulfuro de hidrógeno debería ser considerable para poder volcar barcos. Asimismo, también existe la idea de que podría ser una especie no descubierta o un dinosaurio sobreviviente de algún tipo, similar al famoso Nessie escocés, pero no hay evidencia real que lo confirme. Lo que sea que exista o se produzca en las profundidades de ese remoto lago, ha permanecido en el misterio hasta el día de hoy, y mientras no surjan pruebas convincentes de lo que realmente alberga, permanecerá en las oscuras profundidades de la especulación.

jueves, 16 de octubre de 2025

LAS DIFERENCIAS SON SORPRENDENTES: “Las formas de vida extraterrestre no fueron creadas de manera similar a la nuestra”

En esta oportunidad el conocido astrofísico Avi Loeb - jefe del proyecto Galileo, director fundador de la Iniciativa Black Hole de la Universidad de Harvard, director del Instituto para la Teoría y la Computación del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian y autor del bestseller Extraterrestrial: The first sign of intelligent life beyond earth, así como de su nuevo libro Interstellar - nos da su opinión acerca de que las formas de vida extraterrestres no son iguales en el universo y que difieren unos de otros, lo cual os ofrecemos como ya es habitual, traducido y entrecomillado ¿vale?: “Considerando los miles de millones de exoplanetas similares a la Tierra que giran alrededor de una estrella en la Vía Láctea, los humanos probablemente no estamos en la cima de la cadena alimentaria galáctica. En efecto, necesitamos desesperadamente una dosis de modestia cósmica. La respuesta a la pregunta de Enrico Fermi: "¿ dónde están los extraterrestres? " es: "para encontrarlos, hay que ser proactivo y buscar objetos interestelares de origen tecnológico". La respuesta a la afirmación de Elon Musk " probablemente estemos solos " es: "no seas tan presuntuoso, ya que los empresarios espaciales que son mejores que tú probablemente vivieron en la Vía Láctea durante miles de millones de años antes de que nacieras". Es nuestra obligación científica encontrar las reliquias de estos empresarios espaciales en lugar de alardear de nuestra importancia cósmica sin invertir recursos en la búsqueda de productos tecnológicos extraterrestres. Si existen o no depende de lo que nos digamos unos a otros, por la misma razón que la Tierra giró alrededor del Sol 4.540 millones de veces antes de que el Vaticano condenara a Nicolás Copérnico por sugerir un sistema solar heliocéntrico. La próxima revolución copernicana implicaría la comprensión de que la humanidad tiene hermanos en la familia de las civilizaciones tecnológicas. Estos hermanos podrían haber existido durante miles de millones de años antes de que los humanos emergieran en la Tierra. La mayoría de ellos no sólo vivieron, sino que también murieron hace miles de millones de años. Debemos reconocer además que no estamos en el centro del escenario cósmico y llegamos tarde a la escena cósmica. El sentido común sugiere que no somos actores centrales en la obra espacial. Si la humanidad muriera por heridas autoinfligidas - una guerra nuclear, por ejemplo - la actividad geológica borraría todas las cicatrices industriales de la humanidad en la superficie terrestre en millones de años. Pero cuando la Tierra pierda sus reservas de agua y se convierta en un desierto como Marte dentro de mil millones de años, como resultado del aumento del brillo del Sol, ningún visitante del sistema solar se daría cuenta siquiera que la vida se desarrolló alguna vez en la Tierra. Mil millones de años equivalen a solo el 7% de la historia cósmica. En el esquema cósmico de las cosas, nadie sería consciente de la pérdida de la humanidad... a menos que enviemos reliquias tecnológicas que lleven a nuestros descendientes de IA al espacio interestelar. Estas reliquias tecnológicas serán las únicas pistas que la humanidad podría dejar para los futuros arqueólogos espaciales. Por reciprocidad, la búsqueda de reliquias similares es la mejor manera de comprender que otras civilizaciones nos precedieron por miles de millones de años. ¿Cómo nos percibirían los demás si nos vigilaran? Para los alienígenas, la humanidad podría parecerse a un niño pequeño en el escenario cósmico. Tonto y centrado en sí mismo, sin darse cuenta de adultos experimentados con cerebros más grandes en la habitación contigua observan sus pasos. Como preparación para una entrevista de 4 horas, me pidieron que viera la película " 2001: A Space Odyssey", creada por Stanley Kubrick y Arthur C. Clarke, en la que la humanidad es vista como un niño pequeño con monolitos alienígenas que sirven como monitores en su habitación infantil. El creador de estos monolitos aparece a imagen de Dios, con la apariencia de un adulto en la habitación contigua. Esta notable película imaginó la creación de sistemas de inteligencia artificial que podrían tener mayor afinidad con las tecnologías alienígenas que con los humanos, ya que están hechos de chips de silicio y no de carne y hueso. Debemos imaginar posibles realidades para buscarlas. Si seguimos a los expertos en cometas con la suposición predeterminada de que todos los objetos interestelares son cometas, podríamos caer en la trampa de insistir en que las naves espaciales son "cometas oscuros" porque no muestran gas ni polvo visibles a su alrededor. Esto no es una preocupación hipotética. Actualmente, los expertos en cometas argumentan firmemente que el primer objeto interestelar, 1I/Oumuamua, fue un cometa oscuro y las interpretaciones alternativas de sus anomalías no resueltas son ridiculizadas mediante ataques personales contra quienes se atreven a imaginar algo diferente. Para no perder de vista las pistas que ofrecen las anomalías de objetos tecnológicos en relación con las rocas espaciales, debemos imaginar las tecnologías extraterrestres como una posibilidad. Nuestra realidad física dentro de la Vía Láctea podría ser más imaginativa que la nuestra, ya que nuestro conjunto de datos de entrenamiento se limita a la Tierra y hay mucho más espacio en el espacio exterior. La mayoría de los astrobiólogos están obsesionados con la búsqueda de microbios y la vida tal como la conocemos. Si, en cambio, cubriéramos nuestras apuestas e invirtiéramos fondos y esfuerzos de investigación similares en la búsqueda de vida inteligente, la recompensa podría ser mayor. El descubrimiento de nuevas tecnologías inimaginables inspiraría a la humanidad a cambiar sus prioridades. En lugar de invertir 2,4 billones de dólares al año en presupuestos militares a nivel mundial para matarse unos a otros, podríamos optar por invertir una cantidad similar en la exploración espacial. Si queremos ser recordados dentro de miles de millones de años, debemos aventurarnos en el espacio interestelar. Cualquier reliquia espacial que dejemos servirá como testimonio de que el espíritu humano no puede ser exterminado tan fácilmente como la vida en la superficie de planetas como la Tierra o Marte. Las formas de vida extraterrestres no fueron creadas iguales. Quienes fueron lo suficientemente inteligentes como para dejar reliquias en el espacio interestelar se elevaron a la categoría de actores principales en la obra cósmica. Podrían ser recordados por los arqueólogos espaciales. Nuestros hermanos alienígenas podrían tener un aspecto diferente, incluyendo en formas de vida que desconocemos. Podría ser más fácil identificar objetos interestelares de origen tecnológico que identificar las sutiles huellas químicas de microbios familiares en atmósferas de exoplanetas. Estas reliquias tecnológicas podrían aparecer como objetos interestelares anómalos en el sistema solar interior, como el último visitante 3I/ATLAS con sus numerosas anomalías. Por ello, es una obligación de los científicos sentirse intrigados por los objetos interestelares que parecen inusualmente grandes y siguen trayectorias ajustadas para encontrarse con planetas del sistema solar, como parece ser el caso de 3I/ATLAS. ¿Aprovechará 3I/ATLAS la asistencia gravitacional del Sol en su perihelio este 29 de octubre para realizar una maniobra de Oberth. De no ser así, 3I/ATLAS llegará a 54 millones de kilómetros de Júpiter el 16 de marzo del 2026. Asimismo, ayer también conocí en una conferencia del MIT a Scott Bolton, quien se desempeña como investigador principal de la nave espacial Juno cerca de Júpiter, que tendrá una oportunidad de explorar 3I/ATLAS desde cerca. Scott me informó que Juno usará su antena dipolar Waves y su bobina magnética para buscar emisiones de radio de 3I/ATLAS en el rango de frecuencia de 50 hercios a 40 megahercios. Dada la coincidencia entre la dirección de llegada de 3I/ATLAS al Sistema Solar y la dirección de la enigmática señal ‘¡Waoo!’ detectada en 1977, valdría la pena buscar cualquier emisión de radio anómala de 3I/ATLAS. Como civilización tecnológica primitiva que somos, debemos estudiar de todas las formas posibles la naturaleza de los objetos que ingresan a nuestra habitación desde el mundo exterior” puntualizó.

jueves, 9 de octubre de 2025

OCULTOS A GRAN PROFUNDIDAD: Congresista de EE.UU. insiste acerca de la existencia de bases submarinas de OVNIS en las Bahamas

Los alienígenas podrían estar escondidos en "cinco o seis" bases submarinas frente a las Bahamas, afirmó un alto político de Estados Unidos. En efecto, el congresista Tim Burchett - miembro del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes que supervisa los avistamientos de ovnis denunciados - dijo que "entidades" extraterrestres avanzadas pueden estar escondidos en las profundidades de los océanos no monitoreadas del planeta durante generaciones, informa esta semana The Daily Star. Añadió que ha habido frecuentes avistamientos de embarcaciones no identificadas alrededor de cinco o seis áreas específicas de aguas profundas frente a la costa de Estados Unidos. Burchett está convencido de que entidades desconocidas viven bajo el agua dado lo poco que se sabe sobre el océano en comparación con la superficie de la Luna. “Conocemos más del satélite que de nuestro propio planeta” asevero. Al respecto, dijo que personal de la Marina de Estados Unidos ha informado sobre la persecución de naves submarinas que se mueven a velocidades extraordinarias y superan con creces las capacidades de la tecnología militar actual. En un clip publicado en X, el político dijo: “Tenemos personal naval diciéndome que tenemos estos avistamientos, estas naves submarinas que están persiguiendo y que van a cientos de kilómetros por hora, y lo mejor que tenemos es algo que va tal vez un poco menos de 60 kilómetros por hora. Burchett ha dicho anteriormente que cree que el gobierno de Estados Unidos está encubriendo la existencia de extraterrestres. En el 2023, le dijo a Newsweek que las autoridades habían recuperado un OVNI (también conocida como UAP o fenómeno aéreo no identificado) y unos posibles "seres", apunta The Daily Star. Burchett dijo que los funcionarios estadounidenses habían intentado realizar ingeniería inversa de la nave para comprender mejor la avanzada tecnología extraterrestre. Ha afirmado además que el gobierno de Estados Unidos ha recuperado OVNIS a lo largo de los años, pero se ha mostrado reacio a compartir detalles con el público. “Es hora que se sepa la verdad” puntualizó. En años recientes, el interés por este tipo de fenómenos creció. Varios avistamientos de OVNIS fueron reportados y discutidos públicamente en el Congreso estadounidense, y algunos legisladores solicitaron investigaciones más profundas al respecto. En marzo del 2024, el Pentágono publicó un informe en el que afirmó que “no tenía pruebas de la existencia de OVNIS y que muchos avistamientos sospechosos eran simples globos meteorológicos, aviones espía, satélites y otros objetos normales”. Sin embargo, las afirmaciones sobre encuentros con extraterrestres o naves de tecnologías avanzadas continúan siendo objeto de debate y controversia.

jueves, 2 de octubre de 2025

EL INCIDENTE DE SHAG HARBOUR: Secretos ocultos bajo el agua

En la noche del 4 de octubre de 1967, un grupo de adolescentes cerca del puerto canadiense de Shag Harbour observó extrañas luces anaranjadas en el cielo que se precipitaban hacia el océano Atlántico, suspendidas justo por encima de la superficie del agua. Reportaron el incidente a la Real Policía Montada de Canadá, creyendo que se trataba de un devastador accidente aéreo . Cuando la Guardia Costera llegó al lugar, la única evidencia del fenómeno anómalo no identificado era espuma amarilla en el agua. Algunos testigos pensaron que la aparición del extraño material se debía a las luces que se hundían en el mar. Al día siguiente, los buzos investigaron la escena sin ninguna prueba de extraterrestres, ni siquiera de un accidente aéreo, lo que haría parecer que el caso estaba cerrado. Pero cuando Chris Styles, un veterano ufólogo, empezó a investigar luego de 33 años, los testigos le seguían haciendo la misma pregunta: "¿Sabes lo de Shelburne, verdad?". Para la mayoría de los ufólogos , la perspectiva de otro incidente anómalo sería como un regalo de Navidad adelantado. Pero para Styles, fue más bien un dolor de cabeza. Explicó en una entrevista en el podcast UFO Live Shows que no quería que Shag Harbour se convirtiera en otro Roswell , el confuso incidente en Estados Unidos que desató una teoría conspirativa entre los defensores de los OVNIS, según la cual los materiales recuperados en Roswell, provenían de una nave extraterrestre. Tras investigar más a fondo, Styles se dio cuenta de que el incidente de "Shelburne" se refería a un ejercicio de barrido de minas de la OTAN de la década de 1960 frente a la costa de la isla McNabs, una pequeña isla de Nueva Escocia, Canadá. Según Styles, los barcos estadounidenses se habían adelantado a lo largo de la costa del puerto de Shelburne, colocando un sendero de ocho millas de minas falsas para el ejercicio. Los dragaminas llegarían entonces y despejarían todo el recorrido; al menos eso era lo que se suponía que debía suceder. Testigos de la misión de barrido de minas dijeron que todo transcurrió según lo previsto durante aproximadamente una hora, es decir, hasta que "se desató el caos" y se desplegaron buzos al agua, recuerda Styles en el podcast. “No había duda de a qué nos enfrentábamos frente a Shelburne”, escribe Styles en su libro del 2023 , Sweep Clear 5: NATO's UFO Encounter , citando a tres buzos de la Royal Canadian. “Había OVNIS en el fondo marino. Estaban ocupados y aún había actividad. Uno intentaba ayudar al otro, que estaba dañado”. Tras investigar más, Styles afirma en la entrevista que encontró registros que indicaban que los barcos iniciaron DEFCON 1 (el nivel máximo de preparación para la guerra) aproximadamente a los 90 minutos de iniciada la misión. Y no fue sorprendente que los testigos confundieran detalles del ejercicio, como el tiempo transcurrido antes de que las cosas salieran mal, o que usaran un lenguaje ambiguo al describir lo que habían visto. Según los buzos, habían jurado guardar el secreto durante más de tres décadas. “Nos ordenaron que subiéramos a la superficie y que olvidáramos lo que habíamos visto”, cuentan los buzos en Sweep Clear 5. “Entonces sonaron las alarmas en el barco de mando y cundió el pánico”. A medida que continuaba con sus entrevistas, Styles comenzó a pedir más información a los testigos. Relata en el podcast que un veterano de la Fuerza Aérea en particular afirmó haber escuchado a los buzos hablar cada noche. Styles dice que el aviador recordaba haber oído a sus compañeros hablar “de dos platillos voladores que yacían en el fondo del océano bajo el barco”. Ese mismo veterano dijo que la conversación continuó hasta el final de la misión, cuando un oficial de la Marina de los EE. UU. sugirió que los buzos dejaran de hablar del "submarino ruso" que estaban investigando, insinuando que las naves que habían visto “no eran extraterrestres”. En la entrevista del podcast, Styles afirmó que sus editores lo presionaron para que vinculara sus hallazgos sobre lo ocurrido en Shelburne con el incidente de Shag Harbour. Al fin y al cabo, en su otro libro , Dark Object: The World's Only Government-Documented UFO Crash , él y su coautor, Don Leger, plantearon la hipótesis de que el OVNI que aparentemente se estrelló en Shag Harbour viajó 40 kilómetros bajo el agua, donde era esperado por otra nave alienígena, quizás para rescatarlo. Si Shelburne y Shag Harbour estuvieran conectados, la historia quedaría rematada con un bonito lazo rojo. No fue hasta casi tres décadas de iniciada la investigación, que Styles descubrió el verdadero año en que tuvo lugar la misión de barrido de minas de la OTAN: 1960. Cronológicamente, esto sitúa a Shelburne siete años antes de Shag Harbour; incluso para una historia extraterrestre, era imposible. Los objetos observados en ambos lugares no podían ser los mismos. Aunque se demostró que ambos sucesos no estaban relacionados, y a pesar de que los testigos de Shelburne dudaban en compartir detalles reales, Styles afirma en el podcast que creía en la veracidad de los relatos de los hombres. Afirma que muchos veteranos de la Marina se emocionaron en las entrevistas y a menudo pedían cambiar de tema cuando sus emociones se volvían demasiado intensas. El investigador enfatizó el contexto histórico de la época, afirmando que Betty y Barney Hill aún no habían hecho sus famosas declaraciones de abducción extraterrestre, y que los viajes espaciales aún eran solo un sueño de ciencia ficción. A pesar de la exhaustiva investigación de Styles, el avistamiento en Shelburne sigue eclipsado por el incidente de Shag Harbour. Ahora, el pequeño pueblo de Shag Harbour es un destino turístico para entusiastas de los extraterrestres. Más de 50 años de ocurrido, ambos casos siguen sin resolverse, salvo por la explicación de Styles. Sin embargo, algunos expertos afirman que la posibilidad de que los objetos sumergidos no identificados (OSNI) tengan origen extraterrestre no es del todo improbable. ¿Podría esto significar que sean los que fueron avistados en Shag Harbour y Shelburne continuen alli? Una pregunta que aún no tiene respuesta.

jueves, 25 de septiembre de 2025

VISITANTES DE MUNDOS LEJANOS: “La especie inteligente más cercana podría estar a 33.000 años luz”

Una nueva investigación presentada en la Reunión Conjunta EPSC-DPS 2025 en Helsinki sugiere que la civilización tecnológica más cercana a la Tierra podría hallarse a unos 33.000 años luz de distancia y que su especie podría haber existido al menos 280.000 años, e incluso millones de años, antes de coincidir con la nuestra. Los científicos responsables del estudio, el Dr. Manuel Scherf y el profesor Helmut Lammer, del Instituto de Investigación Espacial de la Academia Austriaca de Ciencias en Graz, destacan que estos datos reflejan las fuertes probabilidades de encontrar mundos similares a la Tierra con tectónica de placas y una atmósfera dominada por nitrógeno y oxígeno, en la proporción adecuada de oxígeno y dióxido de carbono para sustentar la vida. "Las inteligencias extraterrestres (ETI) en nuestra galaxia son probablemente bastante raras", afirma Scherf. Según los investigadores, estas condiciones hacen que la posibilidad de éxito de SETI (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre) sea limitada. El dióxido de carbono es esencial para sustentar la biosfera y la fotosíntesis, e impedir que la atmósfera escape al espacio. Sin embargo, un exceso puede generar un efecto invernadero descontrolado o un ambiente demasiado tóxico. La tectónica de placas juega un papel crucial al regular el dióxido de carbono mediante el ciclo carbono-silicato, aunque con el tiempo este gas puede quedar atrapado en las rocas y dejar de reciclarse. "En algún momento, se extraerá suficiente dióxido de carbono de la atmósfera como para que la fotosíntesis deje de funcionar", afirma Scherf. "En la Tierra, se espera que esto ocurra en un plazo de entre 200 millones y aproximadamente 1.000 millones de años". Actualmente, la atmósfera terrestre contiene un 78% de nitrógeno, un 21% de oxígeno y 0,042% de dióxido de carbono. Los investigadores calcularon escenarios alternativos: un planeta con 10% de dióxido de carbono y que se encuentre más lejos de su sol podría sostener su biosfera durante 4.200 millones de años, mientras que un planeta con 1% de dióxido de carbono lo haría durante un máximo de 3.100 millones de años. Además, los científicos destacan que estos mundos necesitarían al menos un 18 % de oxígeno. No solo los animales más grandes y complejos requieren este nivel, sino que, por debajo de ese umbral, no hay suficiente oxígeno libre para permitir la combustión, lo que impediría la fundición de metales y, por ende, el desarrollo de una civilización tecnológica. Scherf y Lammer contrastaron entonces la duración de la vida de la biosfera con el tiempo que tarda la vida tecnológica en evolucionar, que en la Tierra es de 4.500 millones de años, y la posible vida de una especie tecnológica. Esto es importante porque cuanto más tiempo sobreviva su especie, mayor será la probabilidad de que exista al mismo tiempo que nosotros. Los resultados son impactantes: para que existiera otra civilización tecnológica al mismo tiempo que la nuestra en un planeta con 10 % de dióxido de carbono, esa especie tendría que sobrevivir al menos 280.000 años. "Para que existan 10 civilizaciones al mismo tiempo que la nuestra, la vida media debe ser superior a 10 millones de años", añade Scherf. Esto sugiere que cualquier ETI que detectemos probablemente sería mucho más antigua que la humanidad. Son estas cifras las que también llevan a estimar que la siguiente civilización tecnológica más cercana se encuentra a unos 33.000 años luz de distancia. Nuestro Sol se encuentra a unos 27.000 años luz del centro galáctico, lo que significa que la civilización tecnológica más cercana a la nuestra podría estar al otro lado de la Vía Láctea. Estas cifras no son absolutas. Scherf señala que hay otros factores que deberían incluirse, como el origen de la vida, el origen de la fotosíntesis, el origen de la vida multicelular y la frecuencia con la que la vida inteligente desarrolla tecnología, pero que no pueden cuantificarse actualmente. Si cada uno de estos factores tiene una alta probabilidad, las ETI podrían no ser tan raras. Si cada uno de estos factores tiene una baja probabilidad, se requiere una perspectiva más pesimista. Sin embargo, Scherf cree firmemente que SETI debería continuar la búsqueda: "Aunque las ETI puedan ser raras, solo hay una manera de descubrirlo realmente: buscándolas. Si estas búsquedas no encuentran nada, nuestra teoría será más probable, y si SETI encuentra algo, será uno de los mayores avances científicos jamás logrados, ya que sabremos que no estamos solos en el universo" puntualizo. Este panorama encaja con la célebre paradoja de Fermi, que se pregunta por qué, si el universo está plagado de planetas, seguimos sin recibir señales de otros. La respuesta podría encontrarse en lo que el profesor Robin Hanson denominó ‘el Gran Filtro’: algún paso casi imposible que impide que una especie pase de la vida simple a la civilización interestelar. “La ausencia (al menos aparente) de civilizaciones extraterrestres sugiere que, por necesidad, tiene que haber un paso extremadamente improbable”. Quizá la vida inteligente es rarísima o la tendencia de las civilizaciones a autodestruirse antes de alcanzar el salto tecnológico necesario. Cada nuevo exoplaneta “potencialmente habitable” que se descubre refuerza la idea de que la Tierra no es única, pero también de que llegar a ser una sociedad galáctica es casi imposible. Como señalan desde Wired, el proyecto SETI, dedicado a buscar señales de radio extraterrestres, sigue siendo la apuesta más directa. “Sólo hay una forma real de comprobarlo: buscándolas. Si esas búsquedas no encuentran nada, nuestra teoría gana fuerza; pero si SETI detecta algo, será uno de los mayores avances científicos de la historia”. Mientras tanto, nuestro Sol continúa orbitando a 27.000 años luz del centro galáctico, un recordatorio de que, si existe compañía, podría estar al otro lado de la Vía Láctea, demasiado lejos para escucharnos.... pero si para visitarnos ya que tienen la tecnología para hacerlo, como el enigmático objeto interestelar 3I/ATLAS que nos “visitara” en noviembre, donde saldremos de dudas si se trata de una nave alienígena o no. A estar atentos a su llegada.

jueves, 18 de septiembre de 2025

SECRETOS POR DESCUBRIR: El objeto interestelar 3I/ATLAS podría ser mucho más grande de lo estimado

Un nuevo análisis de datos sugiere que el núcleo del enigmático 3I/ATLAS podría tener un diámetro de hasta 15 kilómetros, un tamaño que desafía los modelos actuales y plantea fascinantes preguntas sobre su origen. La clave de esta nueva estimación reside en observaciones tempranas que captaron al objeto antes de que comenzara su actividad cometaria. Datos recientemente publicados de la cámara Zwicky Transient Facility (ZTF), que identificó a 3I/ATLAS el 15 de mayo del 2025, muestran un comportamiento inesperado. Entre esa fecha y principios de junio, el brillo del objeto se mantuvo constante, creando una especie de «meseta» antes de empezar a aumentar. Este incremento posterior se debió a la pérdida de masa, que formó un resplandor de luz a su alrededor, confirmado por una imagen del telescopio espacial Hubble el 21 de julio. «La interpretación más sencilla de esa “meseta” inicial es que representaba el brillo del núcleo desnudo del objeto, antes de que el calor del Sol comenzara a sublimar sus hielos de forma significativa. El modelo basado en la imagen del Hubble estimaba un núcleo de 5.6 kilómetros. Sin embargo, el brillo constante durante la meseta fue entre 5 y 10 veces mayor de lo esperado para un objeto de ese tamaño», explicó el astrofísico Avi Loeb en respuesta a los resultados del nuevo estudio. «Si esta hipótesis es correcta, el diámetro real del núcleo de 3I/ATLAS sería la raíz cuadrada de ese factor de aumento, lo que resultaría en un impresionante tamaño de aproximadamente 15 kilómetros», añadió. En efecto, un núcleo de 15 kilómetros convertiría a 3I/ATLAS en un verdadero coloso. Sería unas 20 veces más grande en diámetro y unas 8.000 veces más masivo que el anterior visitante interestelar conocido, 2I/Borisov. Este tamaño monumental plantea una gran interrogante: ¿por qué no hemos detectado miles de objetos más pequeños como 2I/Borisov antes de encontrar un gigante como 3I/ATLAS? «El material rocoso disponible en el espacio interestelar es limitado, y la aparición de una roca de esta escala sería un evento extremadamente raro, quizás uno cada varios milenios», señaló Loeb. Una de las explicaciones propuestas es que 3I/ATLAS podría seguir una «trayectoria de inmersión selectiva» hacia el sistema solar interior. Esta trayectoria inusual, junto con su sorprendente alineación con el plano de la eclíptica - el plano en el que orbitan los planetas -, ha llevado a algunos a especular sobre un posible origen astrofísico desconocido o incluso tecnológico. A pesar de lo intrigante de la teoría, los investigadores advierten que los datos tempranos del ZTF tienen márgenes de error considerables, por lo que el brillo podría provenir de un artefacto. Afortunadamente, la solución a este misterio - del que mucho se habla por estos días - está cerca. El 3 de octubre del 2025, 3I/ATLAS pasará a solo 29 millones de kilómetros de Marte, donde la cámara HiRISE a bordo del Mars Reconnaissance Orbiter de la NASA tendrá una oportunidad única para observarlo. Con una resolución de 30 kilómetros por píxel, HiRISE podrá obtener un límite superior mucho más estricto sobre el tamaño del núcleo, actuando como la «lupa de un detective». Como diría el personaje de Arthur Conan Doyle, Sherlock Holmes: «Es un error capital teorizar antes de tener toda la evidencia». Aunque no será una foto detallada, permitirá restringir con mucha precisión el diámetro de su núcleo. Lo que ha llamado la atención de este extraño objeto es que posee una «huella de luz» que no encaja con nada conocido, lo que lo distingue de cualquier otro cometa o asteroide, incluyendo a los otros dos objetos interestelares detectados hasta la fecha, Oumuamua y Borisov. La anomalía detectada reside en su polarización, una propiedad de la luz que revela asimetrías en la forma o composición de un objeto. El estudio, publicado en el servidor de preimpresión arXiv, informa que este invasor interestelar muestra una polarización negativa extremadamente profunda de -2.77 % en un ángulo de fase de 6.41 grados. Además, su «ángulo de inversión» (el punto en que la polarización cambia de signo) es inusualmente bajo, de solo 17.05 grados. «Esta combinación es única. Los cometas conocidos se clasifican en categorías de alta o baja polarización, pero 3I/ATLAS no encaja en ninguna. Este comportamiento polarimétrico nunca se había observado, marcando a 3I/ATLAS como el primer miembro de una clase de objetos completamente nueva para la ciencia», comentó Loeb sobre el estudio. Últimas informaciones dan cuenta que el objeto interestelar está cambiando de color a medida que se aproxima al Sol, pasando de rojo a verde en las últimas dos semanas. Según un informe del Observatorio Europeo Austral, dado a conocer este miércoles, este fenómeno responde a un fuerte aumento en la liberación de cianuro y níquel. Los científicos describen la evolución del objeto como «anómala» y sugieren que parece que «algo se ha encendido» en él. El estudio detalla que los incrementos en su actividad son «superlineales» y no corresponden ni a la disponibilidad de fotones ni a una respuesta térmica gradual. En cambio, los investigadores consideran que podrían deberse a un proceso activado por temperatura. «Lo que quieren decir es que existe un proceso con una temperatura mínima para ponerse en marcha», explicó Loeb a The New York Post. Según afirma, 3I/ATLAS estaría atravesando precisamente ese «efecto umbral». Los científicos del proyecto ATLAS interpretan esta evolución como un cambio en la forma en que el objeto refleja la luz solar, pasando de una superficie enrojecida a la producción de diminutos granos de hielo brillantes que modifican la opacidad de su nube de materiales. Aunque su tamaño exacto sigue siendo un misterio, los registros recientes apuntan a que 3I/ATLAS ya muestra las características de un cometa: una coma brillante, el inicio de una cola e incluso podría emitir su propia luz. La ciencia espera ahora las pruebas definitivas que nos proporcionara el Mars Reconnaissance Orbiter, los cuales - se espera - resuelvan el enigma del tamaño y la composición del 3I/ATLAS.

jueves, 11 de septiembre de 2025

UNA POTENCIAL AMENAZA: ¿Esta la humanidad preparada para una invasión extraterrestre?

La posibilidad de una invasión por seres alienígenas ha sido un tema recurrente no solo en la ciencia ficción, que han alimentado la imaginación colectiva con escenarios donde la humanidad se enfrenta a razas alienígenas hostiles que arriban a la Tierra para conquistarla o destruirla. Al respecto, una de las obras más influyentes que marcó el pensamiento sobre la posibilidad de una invasión extraterrestre fue La guerra de los mundos, escrita por H.G. Wells en 1898. Probablemente, sin saberlo, Wells popularizó la noción de vida en otros planetas en una época en la que apenas comenzaba a estar en el imaginario colectivo, ya que tampoco había sido totalmente aceptada. A través de su relato, nos invita a reflexionar sobre los avances de la humanidad y, al mismo tiempo, sobre nuestra fragilidad frente a lo desconocido en medio de una situación para la que posiblemente no estemos preparados. Lo que distingue a esta obra y la hizo tan fascinante es la forma en que Wells presenta la invasión extraterrestre como una crónica capaz de hacer ‘palpable’ todo lo que sucede. A través de los ojos de un narrador de quien nunca conocemos su identidad, nos adentra en un escenario de tensión global que inicia en el sur de Inglaterra, donde los marcianos, con su avanzada tecnología y su ansia de conquista, arrasan con la humanidad y todos los seres vivos. Esta narrativa le da una sensación de inmediatez y realismo, que hace que la invasión se sienta aún más aterradora. Lo atrayente de La guerra de los mundos no solo radica en la invasión misma, sino en la atmósfera inquietante que crea Wells. A través de sus páginas, abordo temas profundos como el miedo a lo desconocido, la lucha por la supervivencia y el choque entre civilizaciones, reflejando miedos que son profundamente humanos. Como podéis imaginar, el impacto de la obra fue inmediato y trascendió en su época, pero también continuó siendo relevante en los años siguientes, cuando empezó a tomar nuevas adaptaciones. Una de ellas tuvo lugar en 1938, cuando Orson Welles adaptó el libro a una radionovela, lo que desató un pánico masivo. A pesar de la nota introductoria en la que advertía que lo que iban a escuchar estaba basado en una novela de ciencia ficción, la historia colapsó a quienes la escucharon, generando conmoción e incluso motivando las llamadas desesperadas a las autoridades avisando de la supuesta invasión. La fuerza de la narración, el poder de la dramatización y el miedo ante la posibilidad, resultaron en una combinación perfecta para el oyente que se saltó la advertencia inicial y encendió la radio en mitad de la historia. A pesar del tiempo, La guerra de los mundos continúa siendo una obra que nos invita a reflexionar sobre nuestra propia ignorancia y vulnerabilidad, y a la vez, imaginar qué sucedería si un día nos sorprende una invasión extraterrestre. Un clásico de la ciencia ficción que invita a pensar e imaginar cuál será el futuro de nuestra civilización. Por cierto, y volviendo al tema de fondo, para los alienígenas poner a la Tierra en jaque es bien sencillo: solo tienen que acabar con todos nuestros satélites. Sin bajas, sin desembarcos y disparando sus cañones láser -o lo que sean- desde una distancia cósmica prudencial. No hay duda que ése sería el primer paso de una hipotética invasión. ¿Y qué decir de someter al planeta a un brutal pulso electromagnético (PEM) que fría todos los componentes electrónicos? Entre 1961 y 1962 Rusia puso en marcha su Proyecto K, entre cuyos objetivos estaba el estudio de los efectos de un PEM creado por explosiones atómicas en la alta atmósfera. Durante la prueba del 22 de octubre de 1962, el PEM fundió 570 kilómetros de línea telefónica monitorizada e incendió las protecciones que habían colocado, además de causar un incendio que destruyó una central eléctrica e inutilizar 1 000 km de cables eléctricos subterráneos. ¿Se imaginan algo así, pero a nivel planetario? Si quieren hundir nuestra civilización, los alienígenas solo deben procurar que desaparezca la red eléctrica. Obviamente, si su idea es adueñarse del planeta, al final tendrán que enfrentarse a nosotros en algún momento. Aprender a defendernos de un enemigo tecnológicamente superior a nosotros -es lo que se llama guerra asimétrica- es algo para lo que deberíamos estar preparados. En un primer momento podríamos estar tentados a pensar que, como decían los Borg en la serie de ciencia ficción Star Trek, toda resistencia es fútil. Pero no tiene por qué ser así. Si bien los científicos creen que la posibilidad de una invasión “parece remota”, hay quienes han comenzado a considerar los escenarios de riesgo y las capacidades reales de respuesta que tendría la Tierra ante una amenaza de este tipo. Actualmente no existe un protocolo global unificado para enfrentar una invasión extraterrestre, Sin embargo, hay ciertas guías y marcos que podrían adaptarse a una situación así. La ONU, a través de la Oficina de Asuntos del Espacio Ultraterrestre (UNOOSA) ha trabajado en regulaciones relacionadas con el uso pacífico del espacio, pero no cuenta con un plan específico para una amenaza interestelar. La NASA por su parte, ha colaborado en simulacros de contacto con vida extraterrestre - aunque en contextos no hostiles - y ha desarrollado procedimientos de bioseguridad y contención en caso de recibir muestras orgánicas de origen no terrestre. “Tenemos procedimientos para un posible hallazgo de vida microbiana, pero no para civilizaciones avanzadas y hostiles señalo el astrobiólogo David Grinspoon. Pero ¿Cómo responderían los sistemas de defensa de la Tierra? En términos militares, los países más desarrollados disponen de defensa aérea avanzada, pero estas tecnologías están diseñadas para amenazas humanas, como misiles y aviones. Sin embargo, la posibilidad de repeler tecnología extraterrestre - mucho más avanzada que la humana - es altamente cuestionable. EE.UU. China y Rusia cuentan con capacidades de defensa espacial, pero su alcance es limitado frente a posibles armas alienígenas que fácilmente podrían neutralizarlas, dejándonos indefensos. Ante ello, la coordinación internacional seria fundamental, aunque hasta ahora no existe una fuerza global con autoridad y capacidad para actuar de forma unificada. Cabe precisar que el científico y exastronauta Chris Hadfield ha advertido que cualquier contacto con inteligencia extraterrestre debería abordarse con cautela extrema, ya que el desequilibrio tecnológico podría colocar a la humanidad en una situación de vulnerabilidad total. Uno de los mayores desafíos no seria necesariamente militar, sino psicológico y social. Estudios realizados por la Universidad de Arizona y el SETI Institute sugieren que la revelación de vida extraterrestre, especialmente hostil, podría generar pánico global, colapso de sistemas sociales y económicos, así como reacciones irracionales por parte de gobiernos o poblaciones. “Incluso un simple mensaje de contacto ha sido evaluado como potencialmente desestabilizador en términos religiosos, culturales y políticos” explico Jill Tarter, ex directora de SETI Institute. “Además, plataformas digitales podrían amplificar el caos informativo, con desinformación, teorías conspirativas y colapsos en la confianza institucional” acoto. Como sabéis, los clásicos de ciencia ficción han planteado diversos escenarios de contacto hostil. Estos relatos - aunque sean producto de la imaginación - sirven como modelos mentales y advertencias, reflejando los miedos colectivos y nuestras debilidades sociales. En muchos casos, la falta de cooperación global y la desconfianza mutua entre las naciones para compartir información son los factores que agravarían la crisis ante una invasión. Otras narrativas exploran la esperanza en la unidad humana y la resiliencia colectiva, elementos clave si algún día nos enfrentamos a lo desconocido. En conclusión, la humanidad no está realmente preparada para una invasión alienígena. No existen protocolos concretos, la defensa tecnológica seria limitada y el impacto social podría ser desastroso. Sin embargo, el debate abierto es una oportunidad para explorar nuevas estrategias de cooperación global, preparación tecnológica y desarrollo científico. “La preparación para lo improbable también fortalece nuestra capacidad de enfrentar lo inesperado aquí en la Tierra” concluyen varios expertos en geoestrategia y astrobiología. Con la inminente llegada del enigmático objeto interestelar 3I/ATLAS en noviembre, o el reciente anuncio de la NASA de que se descubrió “la señal más clara de vida en Marte”, sí que debemos estar preocupados.

jueves, 4 de septiembre de 2025

EL CASTILLO HOUSKA: ¿Una entrada al Inframundo?

Muchos antiguos e imponentes castillos suelen ser escenarios de historias extraordinarias y de misteriosas leyendas. En algunos casos, pueden sonar a mitos disparatados, pero no es el caso del Castillo Houska, ubicado en la Republica Checa. Esta fortaleza medieval que se encuentra en un cerro aislado fue escenario de horripilantes sucesos de fuerzas sobrenaturales. O al menos así lo relatan los testigos de ello. Hay varios datos que no cierran sobre los primeros relatos del Castillo Houska. La razón de su construcción es una gran incógnita para sus historias ya que la edificación corona un monte sin importancia estratégica. El edificio no tiene agua y, lo que resulta aún más extraño, es que está fortificado por dentro en lugar de por fuera. Es decir, para contener a aquellos que querían escapar de él. Al respecto, el administrador de Houska, Miroslav Konopásek, explicó la versión sobre la tarea del castillo: “En las crónicas no hay muchos registros sobre la primera construcción del castillo, pero queda claro que Houska no debe protegerse de sus alrededores, sino que protege al mundo de algo que se encuentra en su interior y que no debe salir”. Los lugareños tienen una clara y precisa respuesta sobre esta particularidad: fue creado para sellar la entrada al infierno. Según una leyenda, en la cima del monte ubicado en la región de Bohemia, a una hora de Praga, existía una profunda hendidura sobre la que se alzó el castillo. Los registros sobre su construcción son difusos y hay pocos datos oficiales. Uno de los primeros indicios se remonta al príncipe Slavibor Pšovany, miembro de una importante familia que gobernaba la zona durante el siglo X. Él fue quien construyó la primera edificación para otorgársela a su hijo Houza, de quien recibió el nombre. Sin embargo, poco se conoce de aquellos primeros años del castillo, que volvió a aparecer en las páginas de la historia en 1270. En aquel momento, se edificó la estructura que se conoce en la actualidad por orden del Rey Přemysl Ottokar II de Bohemia. Aunque son pocos los documentos que reconstruyen la época, padaso casi un siglo, en 1316, se hallaron nuevos documentos cuando la edificación pasó a manos de la nobleza. A partir de allí, su leyenda comenzó a cobrar vida. Estos escritos señalan que Ottokar ordenó construir el imponente castillo para “sellar la entrada al infierno”. Por este motivo, el mecanismo de defensa no estaba destinado a un enemigo exterior sino para proteger al mundo de una fuerza misteriosa proveniente del interior. Según la leyenda que trascendió a través de los años gracias al boca a boca de los habitantes de la zona, de aquella hendidura “emergían monstruos mitad humanos y mitad animales”, por lo que nadie se atrevía a acercarse. Además, jamás se logró determinar la profundidad de la misteriosa grieta. “Yo insisto en que la puerta al infierno existe aquí. Se dice que, en el siglo IX, cuando construyeron aquí un asentamiento de madera, la roca debajo de él se resquebrajó. Las crónicas cuentan que por la grieta salían criaturas infernales que causaban daños a personas, animales y perjudicaban la cosecha”, explicó Konopásek. Cuando el rey ordenó la construcción que se conoce en la actualidad, muchos obreros murieron durante el trabajo. Poco se supo de sus fallecimientos, pero esto obligó a Ottokar a emprender una investigación para descubrir qué ocurría en las profundidades. Por eso, le ofreció a varios condenados a muerte el perdón a cambio de bajar a la siniestra grieta y desentramar sus misterios. Quienes aceptaron el reto fueron colgados de una soga hacia la temible grieta. Al descender, todos ellos gritaron aterrorizados y regresaron suplicando la condena. Quienes relataron estos acontecimientos, aseguraron que “volvían con el pelo blanco y que habían envejecido 30 años”. Finalmente, la mayoría murió sin emitir una palabra de lo que habían presenciado allí. Sin pruebas sólidas pero con el terror como bandera, el rey ordenó construir una capilla para contener las fuerzas del mal y sellar la aparente puerta al infierno. Esta obra está consagrada a San Miguel y cuenta con varias pinturas acordes. Las personas que la visitaron relataron que una de ellas refleja a una arquera zurda, mitad mujer y mitad monstruo, que apunta su arco contra un hombre. Según sus historiadores, representa lo que vivían quienes presenciaban las espectrales apariciones. El encargado del castillo, que visita a diario las instalaciones, añadió: “Las crónicas aseguran que la historia de los reos es cierta y en su momento creyeron que la creación de una iglesia contendría a esas criaturas del mal. Sin embargo, también aseguran que este lugar es vigilado por un ser sin rostro, con una capucha negra, que no representa peligro para los humanos”. Pero su misterioso acceso al infierno no describe la leyenda completa del castillo Houska. Durante el siglo XV, a causa de la Guerra de los Treinta Años que azotó a Praga, la construcción se fortificó y funcionó como refugio de una facción del ejército sueco, dirigida por el comandante y hechicero Oronte. Según los escritos, en una habitación llamada “El salón de los cazadores”, él practicaba magia negra cada noche, con la colaboración de estas espeluznantes criaturas. “Con sus experimentos, buscaba la inmortalidad y por eso se creía que los espíritus lo acompañaban durante sus rituales”, agregó el encargado del castillo. En esa misma cámara fue asesinado por dos cazadores desde el exterior. En la actualidad, según atestiguan los visitantes del castillo, “se pueden ver sus huellas deambulando por el salón cada noche”. Se cree que su alma aún vive en Houska. Más adelante, cuando el mundo se vio inmerso en la Segunda Guerra Mundial, el castillo también fue protagonista. Cuando los nazis ocuparon los Sudetes en octubre de 1938, las tropas alemanas confiscaron el castillo bajo las órdenes de Heinrich Himmler. Así, la policía secreta alemana ocupó Houska y lo utilizó como un depósito de libros judíos y masónicos, extraídos de las bibliotecas de Berlín y Hamburgo. Si bien jamás se pudieron corroborar con pruebas fehacientes estos relatos, los lugareños mantienen la creencia de que los nazis realizaban experimentos sobrenaturales, buscando dominar las fuerzas demoníacas que allí residían. Además, sus testimonios sostienen que también funcionó como un laboratorio, donde los médicos alemanes realizaban estudios con los habitantes de la zona que secuestraban. No obstante, no existen pruebas al respecto. Miroslav Konopásek se refirió a aquellos acontecimientos y apuntó: “No hay escritos que afirmen qué ocurrió realmente durante la época nazi en el interior del castillo. Su toma es algo real y ocurrió, pero los sucesos de experimentos son un mito que trascendió entre los habitantes que residían en las cercanías de Houska. Más allá de eso, hay muchos testigos que contaron, a través de sus familias, las desapariciones y los secuestros de los campesinos”. Tras la guerra, y luego de permanecer abandonado por muchos años, en la década del 90′ se le encargó al ingeniero Jaromír Simonek su reconstrucción. Se trabajó en ella durante años hasta que en 1999 sus puertas se abrieron al público como una atracción turística. De esta manera, luego de varios siglos, los visitantes pueden atestiguar los extraños sucesos del castillo Houska. A pesar de que cientos de turistas lo visitan cada año, nunca nadie se atrevió a profundizar en investigaciones para desentramar los misterios que perduran en la grieta. Según relatan los guías del castillo, aún se puede acceder al sótano y ver la misteriosa hendidura, la aparente entrada al infierno. “El que entre en Houska y se comporta como un invitado, no le va a pasar nada. Sin embargo, los que pretenden algo malo, tendrán problemas”, aseguró Miroslav Konopásek. Quizás nunca se sepa si es solo una leyenda pero, si esta no lo es, las tenebrosas criaturas del mal todavía descansan selladas debajo del castillo.

jueves, 28 de agosto de 2025

TODO PUEDE SER POSIBLE: ¿El interestelar que se acerca al Sol podría ser una nave alienígena?

El conocido astrofísico Avi Loeb - jefe del proyecto Galileo, director fundador de la Iniciativa Black Hole de la Universidad de Harvard, director del Instituto para la Teoría y la Computación del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian y autor del bestseller Extraterrestrial: The first sign of intelligent life beyond earth, así como de su nuevo libro Interstellar– argumenta que las características inusuales, órbita retrógrada y proximidad a la Tierra del 3I/Atlas pueden apuntar a que sea una nave o sonda de una civilización interestelar, el cual os presentamos traducido y entrecomillado como ya es habitual ¿vale?: “ Hoy he sido coautor de un intrigante estudio nuevo con mis brillantes colaboradores, Adam Hibberd y Adam Crowl, de la Iniciativa para Estudios Interestelares en Londres, Reino Unido. Una de las soluciones a la pregunta de Enrico Fermi sobre los extraterrestres: "¿dónde están todos?" la ofrece la hipótesis del bosque oscuro, popularizada por la novela de ciencia ficción 'El bosque oscuro' de Cixin Liu. Esta hipótesis propone que nuestra vecindad cósmica es peligrosa, llena de civilizaciones inteligentes que son hostiles y silenciosas para evitar la detección por posibles depredadores. En este contexto, el silencio en las búsquedas de señales de radio por parte de la comunidad SETI no es causado por la falta de civilizaciones inteligentes extraterrestres, sino que es una consecuencia de que éstas temen la destrucción mutua. Nuestro estudio explora la posibilidad de que el objeto interestelar descubierto recientemente, 3I/ATLAS, pueda proporcionar pruebas en apoyo de la hipótesis del bosque oscuro. Este nuevo intruso interestelar ha mostrado una serie de características anómalas, algunas de las cuales se resumieron en un ensayo que escribí luego de su descubrimiento. En particular: El plano orbital retrógrado (definido por el vector de momento angular orbital) de 3I/ATLAS alrededor del Sol se encuentra a menos de 5 grados del de la Tierra —el llamado plano eclíptico. La probabilidad de esa coincidencia, entre todas las orientaciones aleatorias, es del 0,2 %; Como mostré en un estudio reciente, la luminosidad de 3I/ATLAS implica un objeto de unos 20 kilómetros de diámetro (para un albedo típico de aproximadamente el 5 %), demasiado grande para ser un asteroide interestelar. Deberíamos haber detectado un millón de objetos por debajo de la escala de los 100 metros del primer objeto interestelar reportado, el I/`Oumuamua por cada objeto de 20 kilómetros, pero ello no ha sucedido, no porque no los haya, sino que no se dejan ver; No se encuentran características espectrales de gas cometario en las observaciones espectroscópicas de 3I/ATLAS. El enrojecimiento detectado de la luz solar reflejada podría originarse en la superficie del objeto. La difuminación observada alrededor de 3I/ATLAS no es concluyente dado el movimiento del objeto y la inevitable difuminación de su imagen durante el tiempo de exposición; Para sus parámetros orbitales, 3I/ATLAS está sincronizado para acercarse inusualmente a Venus (0,65 unidades astronómicas, donde 1 unidad astronómica es la separación Tierra-Sol), Marte (0,19 unidades astronómicas) y Júpiter (0,36 unidades astronómicas), con una probabilidad acumulada del 0,005 % en relación con órbitas con los mismos parámetros orbitales, pero con un tiempo de llegada aleatorio; Asimismo, el 3I/ATLAS alcanza el perihelio en el lado opuesto del Sol con respecto a la Tierra. Esto podría ser intencional para evitar observaciones detalladas desde telescopios terrestres cuando el objeto es más brillante o cuando se envían dispositivos a la Tierra desde ese punto de vista oculto. La trayectoria retrógrada a una velocidad en el perihelio de 68 kilómetros por segundo, opuesta a la dirección de moción de la Tierra alrededor del Sol a 30 kilómetros por segundo, hace que la diferencia de velocidad entre la Tierra y 3I/ATLAS sea de 98 kilómetros por segundo. Por lo tanto, no es práctico para los terrícolas aterrizar en 3I/ATLAS en el punto más cercano abordando cohetes químicos, ya que nuestros mejores cohetes alcanzan como máximo un tercio de esa velocidad; El punto óptimo para una maniobra de Oberth solar inversa para quedar ligado al Sol es en el perihelio. En una maniobra de Oberth, el empuje de una nave espacial se aplica a su velocidad orbital máxima, es decir, en el periapsis, para maximizar el cambio resultante en la energía cinética. Esto se aplica tanto para acelerar y lograr el escape del sistema solar, o alternativamente para reducir la velocidad desde una alta velocidad (una "maniobra de Oberth inversa") para frenar, permanecer ligado al Sol y potencialmente visitar un planeta como la Tierra. Es este punto de frenado óptimo para 3I/ATLAS el que está oculto a nuestra vista por el Sol; La dirección de la que procede 3I/ATLAS está orientada hacia el centro brillante de la Vía Láctea, donde la aglomeración de estrellas de fondo dificultó su detección antes de julio de 2025. Las figuras de nuestro estudio muestran que si los astrónomos hubieran detectado 3I/ATLAS más de un año antes, habríamos tenido la oportunidad de lanzar una nave espacial que podría haber interceptado 3I/ATLAS en su trayectoria. A estas alturas, tal intercepción no es factible con nuestros cohetes; Los impulsos de velocidad necesarios para el lanzamiento de dispositivos desde 3I/ATLAS para interceptar Venus, Marte o Júpiter son inferiores a 5 kilómetros por segundo, lo que se puede lograr con misiles balísticos intercontinentales. De otro lado, la casi alineación de la trayectoria retrógrada de 3I/ATLAS con el plano eclíptico ofrece varios beneficios a una inteligencia extraterrestre, ya que permite que una nave espacial acceda a la Tierra con relativa impunidad. El eclipse de 3I/ATLAS por el Sol en el perihelio para los observadores en la Tierra permitiría que una nave espacial realizara una maniobra de Oberth solar inversa clandestina, una estrategia óptima de alto empuje para que las naves espaciales interestelares frenen y permanezcan ligadas al Sol. Una intercepción óptima de la Tierra implicaría una llegada a finales de noviembre o principios de diciembre del 2025. La detección de una aceleración no gravitacional también podría indicar una intención de interceptar Júpiter, no muy lejos de la trayectoria de 3I/ATLAS, y una estrategia para encontrarse con él luego del perihelio. Nuestro estudio es contingente en una hipótesis notable pero comprobable de que 3I/ATLAS es un artefacto tecnológico en funcionamiento, a lo cual ni yo ni mis dos coautores nos adscribimos necesariamente. Sin embargo, esta hipótesis es digna de un análisis científico por dos razones: Las consecuencias, en caso de que la hipótesis resultara ser correcta, podrían ser potencialmente graves para la humanidad y posiblemente requerirían la adopción de medidas defensivas (aunque estas podrían resultar inútiles). La hipótesis es un ejercicio interesante por derecho propio y es divertido de explorar, independientemente de su probable validez. Dada su velocidad interestelar de 60 kilómetros por segundo, 3I/ATLAS entró en el límite exterior del sistema solar (a 100 000 veces la separación Tierra-Sol) hace unos 8.000 años. Esto fue aproximadamente cuando las tecnologías creadas por el ser humano se hicieron lo suficientemente avanzadas como para comenzar a documentar la historia en la Tierra. Si la hipótesis sobre un artefacto tecnológico resulta ser correcta, entonces hay dos posibles implicaciones: primero, que las intenciones de 3I/ATLAS son completamente benignas, y segundo, que son malignas. En el primer caso, la humanidad no necesita hacer nada más que esperar la llegada de este mensajero interestelar con los brazos abiertos. Es la segunda opción la que es de gran preocupación. Dadas las dramáticas implicaciones de la segunda posibilidad, podemos aplicar la lógica de la apuesta de Pascal que sugería que es más racional creer en la existencia de Dios que no creer. La idea ofrecida por el matemático Blaise Pascal era que los beneficios potenciales de creer (en nuestro caso, alertar a la humanidad sobre el riesgo existencial de 3I/ATLAS) superan con creces las pérdidas potenciales (en nuestro caso, una idea teórica que no describe la realidad), mientras que las pérdidas potenciales de no creer son mucho mayores que los beneficios potenciales. Nuestro estudio es en gran medida un ejercicio pedagógico, con interesantes descubrimientos dignos de ser registrados en la literatura científica. Con mucho, el resultado más probable será que 3I/ATLAS sea un objeto interestelar completamente natural, probablemente un cometa, y esperamos los datos astronómicos que apoyen este origen probable. No obstante, visto desde una perspectiva abierta y sin prejuicios, nuestro estudio incluye muchas ideas convincentes que podrían aplicarse a decenas de objetos interestelares que se espera que sean detectados durante la próxima década por el observatorio Vera C. Rubin. El riesgo existencial de la inteligencia extraterrestre (inteligencia artificial externa) no se discute tan a menudo como otros riesgos existenciales, como la inteligencia artificial (nuestra inteligencia artificial). En un bosque oscuro, las incertidumbres sobre la propia fuerza relativa pueden justificar el ocultamiento como un mecanismo de supervivencia, especialmente si una civilización fue lastimada en el pasado. Además, el dominio podría depender del tiempo, ya que siempre podría haber alguna civilización tecnológica joven en ascenso que se vuelva poderosa rápidamente, lo que requeriría misiones de reconocimiento en trayectorias similares a la de 3I/ATLAS. Pronto podríamos darnos cuenta de que la extensión de la selección natural al espacio interestelar implica la supervivencia del más apto. En un ensayo reciente, proporcioné un menú de métodos para distinguir una nave espacial extraterrestre de una roca interestelar. Esperamos que este menú sea utilizado por otros astrónomos. Ignorar la opción tecnológica no es un signo de inteligencia” puntualizó.

jueves, 21 de agosto de 2025

ASPIDOCHELONE: El mundo a sus espaldas

Sus orígenes se remontan a varias culturas y períodos de tiempo, y su nombre proviene de fuentes griegas e inglesas de la Edad Media. En la mitología griega, “Aspidochelone” proviene de “aspis”, que significa escudo, y “chelone”, que denota tortuga marina, mientras que en la Inglaterra medieval comúnmente se lo escribía como “aspidechelone”. Como sabéis, los bestiarios medievales, un compendio de criaturas fantásticas, plantas y minerales, desempeñaron un papel importante en la difusión de la historia del Aspidochelone. La palabra griega antigua “aspis”, que significa “escudo”, es la base de los orígenes griegos del Aspidochelone. Su asociación con la criatura surge de su engañosa semejanza con una isla flotante, que se asemeja a una masa de tierra con forma de escudo en la superficie del agua. Además, el término griego “chelone”, que hace referencia a una tortuga marina, desempeña un papel vital en el nombre de la criatura. El concepto de una colosal criatura marina o isla capaz de atrapar a marineros y barcos sirve como advertencia, con raíces en la mitología griega, que abunda en relatos de marineros que se enfrentan a desafíos peligrosos y encuentran formidables monstruos marinos durante sus viajes. Precisamente, el Aspidochelone personifica los peligros e incertidumbres del mar abierto, donde las apariencias pueden engañar y la frontera entre la realidad y la ilusión se difumina. La ortografía inglesa media del nombre de la criatura, “aspidechelone”, destaca su presencia en la literatura y el folclore medievales europeos. A lo largo de la Edad Media, diversas formas escritas, incluidos bestiarios, diarios de viaje y manuscritos, difundieron historias de criaturas míticas. Un medio importante a través del cual se difundió la historia del Aspidochelone fue el bestiario medieval. Además, estos bestiarios eran compendios de criaturas fantásticas, plantas y minerales, a menudo acompañados de interpretaciones morales o alegóricas. Así, el Aspidochelone encontró su lugar entre estas colecciones eclécticas de seres míticos. En el contexto de los bestiarios, el Aspidochelone servía como representación simbólica del engaño y la tentación. Su capacidad para atraer a los marineros con el encanto de una isla exuberante antes de revelar su verdadera naturaleza monstruosa era una poderosa metáfora de los peligros de sucumbir a las tentaciones mundanas y desviarse del camino de la rectitud. Dentro del reino de las criaturas míticas, el Aspidochelone pertenece a un linaje único y misterioso. Debido a su hábitat oceánico y sus proporciones monstruosas, a menudo se lo asocia con otros monstruos marinos como el Kraken, el Leviatán y la Escila. Sin embargo, el Aspidochelone se distingue por sus características distintivas, lo que lo convierte en una criatura única. A partir de la descripción de la apariencia y las características del Aspidochelone, la legendaria criatura marina es una figura fundamental en los bestiarios y el folclore medievales. Además, se lo describe como una tortuga marina colosal o un monstruo marino, y su inmenso tamaño a menudo hace que se lo confunda con una isla o una enorme ballena flotante. Su nombre, que deriva de las palabras griegas “aspis” (escudo) y “chelone” (tortuga), subraya su parecido con una tortuga gigante con un caparazón similar a un escudo. Esta apariencia engañosa atrae a los marineros y aventureros incautos que anclan sus barcos en su lomo, creyendo que han encontrado un puerto seguro. Sin embargo, cuando el Aspidochelone siente el peso de los barcos, emprende una transformación siniestra y se sumerge bajo las olas, ahogando finalmente a los marineros y condenando sus barcos a una tumba acuática. La literatura medieval y los cuentos morales arraigan profundamente la leyenda del Aspidochelone en la tradición de los monstruos marinos míticos, y con frecuencia la utilizan como un cuento con moraleja. Se erige como una dura advertencia para aquellos que confían ciegamente en las apariencias, recordándoles los peligros ocultos que acechan bajo la superficie. La narrativa imaginativa de la época moldea estas habilidades y rasgos, que carecen de fundamento en la realidad. A continuación, se enumeran algunas de las habilidades y características clave asociadas con los Aspidochelone en el folclore: 1-Tamaño gigantesco: muchas personas describen al Aspidochelone como una enorme criatura marina que inspira asombro e intimidación debido a su inmenso tamaño. Su tamaño es tan grande que fácilmente puede confundirse con una isla o una masa de tierra flotante; 2-Apariencia engañosa: La habilidad más notable del Aspidochelone es su capacidad de engañar a los marineros y aventureros. Se dice que su espalda está cubierta de arena, rocas y tierra, lo que le da la apariencia de una isla acogedora y habitable. Esta apariencia engañosa atrae a los marineros desprevenidos que anclan sus barcos en su espalda, creyendo que han encontrado un puerto seguro; 3-Sumersión: Una vez que los barcos y los marineros se han anclado en su lomo, el Aspidochelone utiliza su fuerza para sumergirse bajo el agua, arrastrando consigo a los barcos y a sus ocupantes. Este acto provoca el ahogamiento de aquellos que fueron engañados por su apariencia. En cuanto a lo que simboliza, en primer lugar, representa el engaño y la ilusión. La capacidad de la criatura para camuflarse en una isla acogedora sirve como advertencia sobre los peligros de confiar en las apariencias sin una investigación exhaustiva. Además, el Aspidochelone simboliza la naturaleza implacable e impredecible del mar. Muchas culturas marineras antiguas veneraban y temían al mar por igual, y el papel del Aspidochelone como amenaza marítima enfatizaba la noción de que el océano albergaba belleza y peligro. Cabe precisar que diversas mitologías y escritos medievales difunden relatos sobre el Aspidochelone. Existe un relato famoso en el “Physiologus”, un texto cristiano primitivo del siglo II d. C., que describe al Aspidochelone como una criatura marina monstruosa que atrae a los marineros con su apariencia seductora antes de devorarlos. El aspidochelone también aparece en las leyendas artúricas. En “Los viajes de Sir John Mandeville”, un popular libro de viajes medieval, el explorador epónimo se encuentra con la criatura. El relato de Mandeville enfatiza la naturaleza traicionera del aspidochelone y su capacidad para atrapar a los incautos. Con su engañoso atractivo y su letal intención, el Aspidochelone, se erige como una figura cautivadora y aleccionadora en el mundo de las criaturas míticas. Además, nacido de las profundidades de los mitos antiguos y perpetuado a lo largo de los siglos, este colosal monstruo marino sirve como recordatorio de los peligros que se esconden bajo la superficie del aparentemente sereno mar. Además, su capacidad para transformarse en una trampa mortal, su aspecto hipnótico y su papel en varias culturas lo convierten en una criatura legendaria verdaderamente extraordinaria y perdurable. Por lo tanto, el Aspidochelone continúa inspirando asombro y fascinación mientras navega por los mares de la imaginación humana.

jueves, 14 de agosto de 2025

PROJECT CHRYSALIS: Una audaz propuesta para colonizar otros mundos

En un futuro todavía lejano, una gigantesca estructura cilíndrica de 58 kilómetros de largo podría surcar el cosmos, transportando a cientos de personas en un épico viaje hacia Próxima Centauri b, un exoplaneta potencialmente habitable situado a 4,24 años luz de distancia. Pero lejos de ser la premisa de una nueva novela de ciencia ficción, este es el revolucionario concepto de Chrysalis: una nave generacional donde más de mil personas vivirían, nacerían y morirían a bordo durante una odisea de cuatro siglos. Esta ambiciosa propuesta se coronó recientemente con el primer premio del concurso de diseño Project Hyperion, organizado por la Iniciativa para Estudios Interestelares (i4is), según da cuenta esta semana Popular Mechanics. En efecto, Chrysalis - nombre que evoca la fase de metamorfosis de mariposas y polillas - es el fruto del trabajo de un equipo interdisciplinario de investigadores italianos. Su propuesta sobresalió entre cientos de ideas procedentes de todo el mundo gracias a su extraordinaria coherencia sistémica y su diseño modular innovador, según el jurado del proyecto. La estructura es verdaderamente colosal: 58.000 metros de longitud (equivalente a más de 550 campos de fútbol) y una masa de 2.400 millones de toneladas métricas (equivalente a 369 Grandes Pirámides de Giza), según detallan los documentos del proyecto. Su diseño cilíndrico no es casual: el extremo delantero más estrecho está pensado para minimizar los riesgos de impactos con micrometeoritos y reducir las tensiones estructurales durante las fases de aceleración y desaceleración. Cabe precisar que el destino de Chrysalis sería Próxima Centauri b, ubicado a 4,24 años luz de distancia, lo que equivale a recorrer 40,1 billones de kilómetros a través del vacío espacial. Para dimensionar esta distancia descomunal, consideremos que la nave espacial más rápida jamás construida, la sonda solar Parker de la NASA, alcanza velocidades de hasta 690.000 km/h. Incluso a esa velocidad récord, después de 400 años de viaje ininterrumpido, la sonda aún estaría a 37,7 billones de kilómetros de su destino, habiendo completado apenas el 6 % del trayecto. Así, Chrysalis tendría que alcanzar una velocidad máxima de alrededor de 1,07 % de la velocidad de la luz (17 veces más rápida que la sonda Parker) para completar su misión en aproximadamente 400 años, tras un período inicial de aceleración de un año y otro año final de desaceleración. Su sistema de propulsión sería un motor de fusión directa, alimentado por isótopos de helio-3 y deuterio, tecnología que aún se encuentra en fase conceptual. ¿Cómo sería vivir en Chrysalis? La nave funcionaría como una ciudad espacial autosuficiente, con capacidad para entre 1.500 y 2.400 personas, aunque los diseñadores consideran óptima una población de unas 1.500 personas para garantizar la sostenibilidad. El hábitat estaría organizado en múltiples niveles modulares que giran constantemente sobre un eje para crear gravedad artificial. Desde el exterior hacia el interior, estos niveles se especializarían en diferentes funciones. En la capa más próxima al núcleo se cultivarían plantas, hongos, insectos y ganado, manteniendo incluso biomas completos como bosques tropicales o boreales. Más allá, parques, escuelas, hospitales y bibliotecas conformarían la vida comunitaria; luego vendrían las zonas residenciales y, en capas más externas, industrias, talleres y almacenes que podrían gestionarse en gran parte mediante robots. Una característica única sería el Cosmo Dome, ubicado en la parte delantera, diseñado como una burbuja de microgravedad que ofrecería a los pasajeros vistas espectaculares del cosmos mientras experimentan la ingravidez.El proyecto contempla aspectos fascinantes más allá del diseño técnico. Pero antes del lanzamiento, las primeras generaciones de habitantes tendrían que vivir y adaptarse en un entorno aislado en la Antártida durante 70 u 80 años, para garantizar su bienestar psicológico y preparación para el confinamiento espacial. Los nacimientos se planificarían cuidadosamente para mantener la población en niveles sostenibles, y la gobernanza se realizaría en colaboración con inteligencia artificial para "permitir la resiliencia de todo el sistema social" y facilitar la transferencia de conocimientos entre generaciones. El concurso Project Hyperion, lanzado el 1 de noviembre del 2024 con una dotación de 10.000 dólares, atrajo a cientos de equipos internacionales. Los ganadores se anunciaron el 23 de julio de este año, y Chrysalis se llevó el primer premio de 5.000 dólares. Los participantes debían cumplir requisitos específicos: cada equipo necesitaba al menos un diseñador arquitectónico, un ingeniero y un científico social. Sus propuestas debían demostrar cómo alojar a 1.000 personas (más o menos 500) durante siglos, proporcionando gravedad artificial, sistemas robustos de soporte vital y mecanismos para preservar la cultura y el conocimiento. Chrysalis forma parte de una larga tradición de conceptos de naves generacionales que se remonta a 1918, cuando Robert H. Goddard escribió sobre "La migración definitiva". Desde entonces, como resume Universe Today, visionarios como Konstantin Tsiolkovsky, J.D. Bernal y Robert Enzmann han propuesto versiones similares de estas "arcas espaciales". Aunque el proyecto es puramente hipotético y requiere tecnologías que aún no existen, como reactores comerciales de fusión nuclear, iniciativas como esta "pueden contribuir a ampliar nuestra base de conocimientos actual y ayudar a los ingenieros a mejorar los diseños futuros", según expone Live Science. Sin embargo, más allá del fascinante espectáculo tecnológico que representan estas naves generacionales, cabe preguntarse qué narrativa esconden realmente. ¿Estamos diseñando una aventura hacia lo desconocido o planificando una huida desesperada de un planeta que hemos agotado? ¿Es prudente confiar el destino de generaciones enteras a algoritmos de inteligencia artificial? ¿Y qué tipo de civilización podríamos construir en un mundo alienígena, luego de siglos de confinamiento espacial? Mientras contemplamos estos ambiciosos proyectos de escape interestelar, quizás no esté de más recordar también una verdad incómoda: luego de décadas explorando nuestro vecindario cósmico, aún no hemos encontrado nada que se compare a la extraordinaria riqueza de vida, belleza y posibilidades que ofrece la Tierra. Tal vez, antes de soñar con huir hacia las estrellas, deberíamos preguntarnos si no sería más sensato aprender a cuidar mejor el único hogar que sabemos que funciona y al de un modo suicida, estamos empeñados en destruirlo, provocando guerras que pueden acabar con nuestra existencia antes siquiera de poder aventurarnos en el cosmos.