TIEMPOS DEL MUNDO

jueves, 30 de diciembre de 2021

¿PREPARÁNDOSE PARA LO INEVITABLE? : La NASA contrata a 24 teólogos para estudiar cómo reaccionarían las religiones ante la llegada de los alienígenas

A medida que se intensifican los esfuerzos de la humanidad por averiguar más sobre el espacio mediante nuevos telescopios, rovers y sondas para buscar planetas habitables y vida extraterrestre más allá de la Tierra, la NASA ha contratado a un sacerdote y varios teólogos para ayudar a los habitantes de la Tierra a prepararse para el primer contacto extraterrestre. Puede sonar como la trama de una película de ciencia ficción, pero la NASA ha reclutado a un sacerdote para ayudar a preparar el contacto de la humanidad con los extraterrestres. No, no están siendo enviados al espacio para luchar contra un demonio espacial. La NASA ha solicitado la ayuda de 24 teólogos como parte de un plan para averiguar cómo reaccionarían las diferentes religiones del mundo a las noticias sobre la existencia de vida extraterrestre. Entre ellos se encuentra el pastor británico, el reverendo Dr. Andrew Davison, teólogo de la Universidad de Cambridge que también tiene un doctorado en bioquímica de la Universidad de Oxford. ¿Pero porqué la NASA está contratando expertos religiosos ahora? Según explica la agencia espacial estadounidense, esa decisión se explica por los avances en los esfuerzos de la humanidad por encontrar vida más allá de lo que conocemos. Se espera que una serie de nuevas misiones nos ayudarán a encontrar vida en otros planetas, incluido el telescopio James Webb, que fue lanzado el último fin de semana. Además, el rover Rosiland Franklin (de la Agencia Espacial Europea), despegará el próximo año. Su misión será perforar la superficie de Marte en busca de microbios fosilizados en un intento directo por detectar rastros de vida. Como se conoció hace unos días, los científicos de Cardiff han indicado que el amoníaco que se encuentra en la atmósfera de Venus podría haber sido depositado allí por organismos vivos. El nuevo plan financiado por la NASA se está realizando en las instalaciones del Centro de Investigación Teológica de la Universidad de Princeton en Nueva Jersey para abordar preguntas sobre cómo la vida de otro planeta puede afectar el pensamiento sobre los dioses y la creación. El reverendo Dr. Davison cree que la perspectiva de encontrar una vida fuera de este mundo es cada vez más plausible. En su libro Astrobiology and Christian Doctrine (Astrobiología y Doctrina Cristiana) publicado en el 2019, Davison hace preguntas sobre si Dios pudo haber creado vida en otras partes del universo o si podría haber enviado a un salvador a morir por los pecados de especies alienígenas. “Los hallazgos principales son que los seguidores de una variedad de tradiciones religiosas informan que pueden tomar la idea con calma”, escribe Davison en el libro. “Las personas no religiosas también parecen sobreestimar los desafíos que enfrentan las personas religiosas. ¿Qué experimentaría si se enfrentara a pruebas de vida extraterrestre?” Cabe destacar que entre septiembre del 2016 y junio del 2017, Davison pasó un año académico en Princeton como parte del programa The Societal Implications of Astrobiology, que fue financiado con 1.1 millones de dólares por la NASA. Por su parte, el director del Instituto de Astrobiología de la NASA hasta 2016, Carl Pilcher, dijo que los teólogos fueron contratados para considerar las implicaciones de aplicar las herramientas de la ciencia de finales del siglo XX (y principios del XXI) a cuestiones que se habían considerado en las tradiciones religiosas durante cientos o miles de años. “Eso es simplemente inconcebible cuando hay más de 100 mil millones de estrellas en esta galaxia y más de 100 mil millones de galaxias en el universo”, explica Pilcher, hablando de que la Tierra es el único planeta en el espacio con vida. “Es casi seguro que existe vida en otros lugares además de la Tierra. Es inconcebible para casi cualquier persona en este campo que, en la historia del universo, la vida solo haya existido en esta pequeña bola de roca alrededor de una estrella de tamaño mediano en un solo lugar” asevero. El astrobiólogo cree que es importante que, independientemente de cada vez que se encuentre vida extraterrestre, las implicaciones se hayan pensado de antemano. Como sabéis, en menos de 20 años, se pree que los humanos caminen sobre Marte, y antes de final de siglo también habrán visitado al menos un satélite de Júpiter o Saturno, según las previsiones de los investigadores del Laboratorio de Propulsión a Reacción. Pero quizás la predicción más atractiva es que dentro de muy poco los humanos pueden entrar en contacto con una especie de vida inteligente de fuera de nuestro sistema solar. “Es posible que no descubramos vida en 100 años. O tal vez lo descubramos la semana que viene”, dijo un experto de la NASA le dijo a The Times. En cuanto a encontrar otra forma de vida “inteligente” algún día, los investigadores piensan que podría ser factible en cualquier momento. Ahora bien, también hay quien considera que estas controvertidas medidas corresponden a un plan ya establecido para preparar a la humanidad para el primer contacto extraterrestre. En todo caso, tendremos que esperar poco más de 365 días para saber si estamos solos en el universo o tal vez los alienígenas llevan mucho tiempo entre nosotros, tal como afirman los teóricos de los antiguos astronautas. Por lo visto, habrá que tener paciencia.

jueves, 23 de diciembre de 2021

UNA HISTORIA NO CONOCIDA: Secretos sobre el nacimiento de Jesús

Como sabéis, el significado fraterno y universal de la Navidad la sitúa más allá de cualquier consideración lógica. Ello impide indagar en el fundamento histórico y mitológico de nuestras creencias sobre el nacimiento de Jesucristo y las circunstancias que lo rodearon. Las concepciones sobre la vida de Jesús, al igual que muchas de nuestras costumbres navideñas, se basan no solo en los libros del Nuevo Testamento, sino que deben mucho a la tradición de los cristianos primitivos y a los evangelios apócrifos. Es en ellos - y no en otras fuentes, como la Biblia - donde encontramos, por ejemplo, los nombres con los que hoy designamos a los tres Reyes Magos (Gaspar, Melchor y Baltasar), que son descritos como sabios y no como reyes. Dichos textos sitúan a estos personajes procedentes de Persia, Babilonia y Arabia, quienes basados en una profecía sobre el aparecimiento de una estrella que anunciaría el nacimiento del Mesías, acudieron a Belén, pero al contrario de la creencia, llegaron al lugar pasado dos años de ocurrido. Asimismo, en estos textos aparecen el asno y el buey que hoy se colocan junto al pesebre, lo que da multitud de curiosos detalles sobre el nacimiento e infancia de Jesús. En orden cronológico, las primeras referencias directas a Jesucristo versan sobre su nacimiento en el Protoevangelio de Santiago, donde se relata que los sacerdotes decidieron entregar a María, de 12 años, a algún viudo de Nazaret. Reunidos todos los viudos que portaban una vara, de la de José salió una paloma, por lo que fue designado esposo de María, de quien prometió respetar su virginidad. A los pocos años, José se ausentó del hogar durante seis meses y fue cuando ocurrió la Anunciación. A su regreso, encontró a María embarazada, pero ésta negó haberlo engañado. José pensó, angustiado, que al igual que Eva, María fue engañada y seducida por la serpiente. Los sacerdotes acusaron a José de haber abusado de ella y ambos fueron sometidos a una prueba ritual de agua para comprobar que María guardó su castidad, de la cual volvieron sanos y salvos. Cuando el emperador romano Augusto ordenó censar la población, la pareja partió, y en mitad del camino comenzaron las labores de parto. En el viaje hacia Belén, presentan a María sonriente y llorante por los dos pueblos que ante su Hijo, signo de contradicción, seguirían dos vías opuestas: la aceptación de Jesús o su rechazo. Además, se relata el episodio donde una partera incrédula de la virginidad de María - luego de dar a luz - exigió una comprobación física y al efectuarla se calcinó su mano, pero arrepentida, al tomar al niño entre sus manos sanó. Lucas afirma que el alumbramiento sucedió en un pesebre, imagen que ha pervivido hasta hoy, mientras Mateo habla de una casa. Pero a mediados del siglo II la tradición apócrifa sitúa el nacimiento en una cueva. Esta disensión tal vez se entienda a la luz de los Apócrifos de la Infancia y el Protoevangelio de Santiago, que colocan el pesebre en una gruta. Según los textos ocultos, fue hasta el tercer día cuando María abandonó la gruta y se alojó con su familia en un establo, donde depositó al niño en el pesebre. En el lugar se encontraban un asno y un buey, que reconocieron de inmediato al Salvador y lo adoraron. Tales son algunos de los episodios atribuidos a los evangelios apócrifos sobre el nacimiento del Mesías y hoy ignorados por la mayoría de los cristianos, en torno de los cuales se entablan vivísimas polémicas intelectuales y religiosas. Además de los cuatro evangelios - Mateo, Marcos, Lucas y Juan - incluidos en el canon del Nuevo Testamento, en los primeros siglos de la cristiandad surgieron otros escritos que también recibieron este nombre. Son los evangelios apócrifos, palabra que en griego significa “oculto” o “escondido”. Algunos grupos cristianos les dieron este nombre porque, según ellos, contenían enseñanzas ocultas de Jesús, que estaban reservadas sólo a los iniciados. Este carácter esotérico de algunos de ellos ha hecho surgir un gran interés por los evangelios apócrifos. De algunos, solo nos han llegado las citas recogidas por otros escritores cristianos; otros se han conservado en traducciones a otras lenguas antiguas. Un grupo importante de ellos, compuestos o reelaborados en el seno de grupos gnósticos, fueron hallados en 1945 en Nag Hammadi (Egipto) en los restos de un monasterio copto. Estos escritos no deben ser confundidos con los Manuscritos del mar Muerto, textos que pertenecen a la secta judía de los esenios, los cuales fueron descubiertos casi por el mismo tiempo. Actualmente, hay contabilizados más de 300 apócrifos, de los cuales destaca el Evangelio de Tomás, Evangelio del Pseudo Mateo, Evangelio de Judas Iscariote, Protoevangelio de Santiago, Evangelio de la Natividad de María y Evangelio Árabe de la Infancia. Los apócrifos se escribieron con la finalidad de llenar los espacios vacíos dejados por los cuatro evangelios canónicos, en los que se hace muy poca mención de la infancia de Jesús, y ninguna de sus años juveniles: todo un largo período al que se ha llamado, justamente, su “vida oculta”. La literatura apócrifa refleja muy raramente doctrinas heréticas. Está fundada, más bien, en la tradición oral y escrita guardada por los movimientos esotéricos de matriz cristiana. De hecho, y eso es lo importante, no existe ningún documento eclesiástico que los condenen, por lo cual merecen ser estudiados a profundidad para desentrañar el misterio de los años perdidos de Jesús.

jueves, 16 de diciembre de 2021

LA TERRAFORMACIÓN DE MARTE: Haciendo del planeta rojo una nueva Tierra

Marte es hoy un planeta desolado, frío y árido con unas condiciones superficiales muy hostiles para la vida que conocemos. Temperaturas bajas que caen hasta los -90º por la noche y en los polos -133º, una presión atmosférica extremadamente baja y una presión en superficie que equivale a darse un paseo a 20.000 metros por encima del nivel del mar en la Tierra. La atmósfera está dominada por el dióxido de carbono, hay una alta radiación ultravioleta, rayos cósmicos, etc. A pesar de todo esto; la temperatura no sería un factor tan crítico para la supervivencia como podría parecer. En Marte hay zonas concretas donde hace calor todos los días con grandes variaciones de temperatura. En una jornada cerca del ecuador y durante breves periodos, el sol podría proporcionar un hábitat cálido para la vida llegando hasta los 27 º. Pero hasta el momento no se conoce ningún lugar en la Tierra que sea exactamente como Marte, ni siquiera como lo fue en el pasado. Sin embargo, sí es posible identificar determinadas zonas en nuestro planeta con características geológicas, geoquímicas, climáticas y mineralógicas que se aproximan a las encontradas en Marte. Estas zonas son muy importantes porque permiten testar hipótesis científicas y estudiar ‘in situ’ procesos y mecanismos comunes en ambos planetas, también para comprender las condiciones de habitabilidad y estudiar ecosistemas extremos, identificar biomarcadores, probar instrumentación y prototipos para futuras misiones. Algunos ejemplos de análogos en la tierra de Marte serían el Gran Cañón del Colorado en los EE.UU., el desierto de Atacama en Chile o el fiordo de Hvalf al suroeste de Islandia. Pero Los Valles secos de la Antártida sería el análogo más claro en la Tierra. Sus valles yermos y pedregosos son auténticos desiertos de bajas temperaturas. Las precipitaciones son escasas y en forma de nieve que los fuertes vientos no tardan en barrer. Prácticamente los pocos trozos de tierra que existen son de una pobreza increíble. Los lagos congelados desperdigados por los valles se alimentan cuando alguna vez se derrite algo de hielo. A pesar de todo este entorno frío, árido y hostil alberga varias comunidades de seres vivos. Las más interesantes serían las bacterias criptoendolíticas fotosintéticas, que viven entre uno y diez mil milímetros bajo la superficie de rocas de arenisca. Estas forman comunidades en los minúsculos agujeros disponibles dentro de las rocas y protegidas de los fuertes vientos y de la radiación ultravioleta, pero a su vez recibiendo luz solar en suficientes cantidades para fotosintetizar durante unos pocos meses al año antes de quedar congeladas e hibernar hasta que pase el largo invierno. Las rocas actúan como una especie de efecto invernadero mineral en el que las bacterias pueden sobrevivir. Aún se desconoce cómo obtienen tales organismos el agua que necesitan (tal vez en las contadas ocasiones en que la nieve se acumula y funde las bacterias pueden disponer de un mínimo de agua que recogen y almacenan). Además, los pocos nutrientes que existen (fósforo, azufre, etc.) lo obtienen las bacterias en las escasas partículas de suelo que impulsadas por el viento quedan atrapadas en la roca. Como conclusión, las colonias bacterianas que viven en los valles secos de la Antártida demostrarían que donde existe algún sustento para la vida por escaso que sea, pueden darse organismos altamente adaptados que sepan aprovechar esas condiciones. Marte es el planeta más parecido a la Tierra en nuestro sistema Solar y en el pasado pudo tener un ambiente similar en el principio de su historia con densa atmósfera y abundante agua que por alguna razón que desconocemos, se fue perdiendo a lo largo de millones de años. Algunos expertos opinan que este proceso podría ser cíclico. Por otro lado; el futuro de nuestro planeta con el crecimiento de la población y la carencia de recursos naturales podría necesitar colonizar otros hábitats en la Tierra, como por ejemplo las profundidades marinas, en el espacio orbital, o incluso otros cuerpos planetarios como la Luna y los planetas más cercanos como Marte, para habitarlos o crear minas para extraer energía y materiales. Pero existen problemas y limitaciones que deberíamos resolver antes de ponerlo en práctica. En primer lugar, se desconoce si su baja gravedad, un 37% la de la Tierra, podría ser suficiente para no producir problemas de salud. Además, esto podría dificultar el retener la atmósfera apropiada para la vida que necesitaría un suministro constante de gases para mantenerla. Por otro lado, se necesitaría protección frente a la radiación solar y los rayos cósmicos. Marte no tiene una magnetosfera, a diferencia de la Tierra, lo que impide mitigar la radiación solar y mantener la atmósfera. No existe tecnología para inducir un campo magnético a escala planetaria. Sin embargo, se podría intentar generar burbujas magnéticas de pequeña escala para proteger una zona de cultivo o una nave espacial, por ejemplo. ¿Qué ventajas nos encontraríamos? Marte se encuentra localizado en el límite de la región habitable del sistema Solar, es decir, donde la vida podría darse según nuestra percepción. En esta zona, los gases invernadero podrían permitir la existencia de agua líquida en la superficie, por lo que podría tener una hidrosfera y biosfera. Respecto al agua, esencial para la terraformación, se ha descubierto la presencia de grandes cantidades en forma de hielo por debajo de la superficie, hasta la latitud 60, además también hay agua en los polos, mezclada con dióxido de carbono congelado. En el verano marciano, el dióxido de carbono congelado de los polos regresa a la atmósfera, y el agua que queda es barrida por vientos. Este fenómeno que aporta mucha cantidad de polvo y vapor de agua a la atmósfera daría lugar a nubes similares a las terrestres. Por otra parte, el oxígeno molecular está presente en la atmósfera en cantidades muy bajas, pero se encuentra en grandes cantidades en los óxidos metálicos de la superficie, y en el suelo en forma de nitratos. Para terraformar Marte se necesitaría sobre todo generar una atmósfera y poder calentarla. La atmósfera marciana es delgada, lo que hace que la presión en la superficie sea muy baja comparada con la de la Tierra. Por otra parte, contiene un 95% de dióxido de carbono, 2,7% de nitrógeno, 1.6% de argón y pequeñas cantidades de oxígeno, agua y metano. Considerando la abundancia de dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero, una vez que se calentara el planeta, y se derritieran los polos, llegaría más dióxido de carbono a la atmósfera, aumentando el efecto invernadero. En primer lugar, se podría sublimar el dióxido de carbono presente en los polos y absorbido en el suelo de Marte, se generaría gas debido a un calentamiento del clima que incrementaría la presión atmosférica, lo que eliminaría la necesidad de trajes presurizados, con una presión similar a las que se encuentran por ejemplo en las cimas altas terrestres. El cultivo de fitoplancton podría ayudar también a convertir el dióxido de carbono disuelto en oxígeno. Otra acción sería la importación de amoniaco, hidrocarburos o hidrógeno. El primero es un potente gas de efecto invernadero y podría existir en grandes cantidades congelado formando objetos del tamaño de asteroides, que se podrían trasladar y enviar a la atmósfera de Marte. Por otro lado; se podrían importar metano u otros hidrocarburos, que también tienen un potente efecto invernadero como ocurre en la atmósfera y superficie de Titán, la luna de Saturno. El metano podría ser ventilado hacia la atmósfera marciana. Respecto al hidrógeno podría reaccionar con el óxido de hierro, liberando agua como un producto y dependiendo del nivel de dióxido de carbono en la atmósfera la reacción del hidrógeno generaría calor y agua. También podríamos provocar un efecto invernadero con gases como clorofluorocarbonos y perfluorocarbonos que serían más potentes que el dióxido de carbono, podrían ser insertados artificialmente en la atmósfera de Marte para sublimar el casquete polar del sur, por ejemplo. Para generar más calor en la superficie marciana se han propuesto también diversas ideas: Colocar espejos gigantes en la órbita de Marte hechos de materiales muy resistentes para incrementar la insolación que recibe y, por tanto, la temperatura de la superficie. También se podría reducir el albedo marciano extendiendo por la superficie formas de vida microbianas oscuras, líquenes o polvo oscuro para que se transfiera una mayor cantidad de radiación solar a la superficie, y evitar que se refleje de nuevo al espacio o dirigir pequeños asteroides hacia la superficie de Marte, alterando su trayectoria, que estuvieran compuestos por sustancias volátiles como el amoniaco o compuestos a base de harina que aumentarían el efecto invernadero. ¿Pero es realmente posible terraformar Marte con la tecnología actual? Según recientes estudios de la NASA que lleva examinando varios años de datos acumulados por múltiples observaciones de las sondas enviadas a Marte no sería posible porque no hay suficiente dióxido de carbono para calentar Marte y esto es fundamental para el proceso de terraformación. Los expertos aseguran que desencadenar un efecto invernadero en Marte no sería tan simple como parece. Además, la mayor parte del gas CO2 no es accesible y no se puede movilizar fácilmente. Por otro lado; aunque Marte tiene cantidades significativas de hielo de agua, los análisis previos han demostrado que el vapor de agua tampoco podría mantener un efecto invernadero por sí mismo. Todo apunta a que para terraformar Marte tendremos que esperar el desarrollo de tecnologías futuras.

jueves, 9 de diciembre de 2021

MOTIVO DE ESPECULACIÓN: Descubren “una extraña construcción cúbica” en el lado oscuro de la Luna

Una curiosa noticia dada a conocer este lunes por The Daily Mail, indica que el 'rover' Yutu-2, que forma parte de la misión de exploración lunar Chang'e 4, ha detectado una formación cúbica con aspecto de "casa misteriosa" en la cara oculta de nuestro satélite, según se aprecia en una imagen difundida la semana pasada en WeChat por Our Space, el programa de divulgación de la Administración Espacial Nacional China. En efecto, la agencia espacial recordó que el pasado 29 de octubre el astromóvil despertó de "un dulce sueño" para emprender una expedición de 36 meses por una superficie cubierta de grandes cráteres de impacto, tal y como estaba programado. Cuando los pilotos observaron las fotografías tomadas por el Yutu-2 tras completar una caminata, descubrieron en una de ellas un "cubo intrusivo" que llamó su atención y que describen como una "cabaña misteriosa que apareció de la nada" recortada en el horizonte. "¿Es una construcción realizada por los extraterrestres luego de un alunizaje forzoso? ¿O una nave espacial pionera de predecesores que exploraron la Luna?", continúa la publicación en WeChat, que señala que el hallazgo se encuentra al lado de un cráter de impacto joven. Asimismo, detalla que los pilotos comunicaron a los científicos el interesante descubrimiento, que está situado a unos 80 metros de la ubicación actual del 'rover', el cual se espera que pueda cubrir esa distancia en un plazo de dos o tres meses. El vehículo tiene seis ruedas, dos paneles solares para su alimentación, un radar y cámaras de televisión. Sin embargo, en opinión de Andrew Jones, corresponsal de SpaceNews que informa sobre el programa espacial del país asiático, las imágenes captadas no muestran ni un obelisco ni ninguna otra construcción realizada por los alienígenas, aunque reconoce que no sabe de lo que puede ser. "Ciertamente, es algo para revisar aunque por la lejanía en la que se encuentra es difícil discernir mucho en la fotografía", explicó en su cuenta oficial de Twitter. Según ScienceAlert, podría tratarse de una roca expulsada tras un impacto, un fenómeno previamente observado en la Luna. De ser así, podría servir para que la comunidad científica conozca mejor la composición de nuestro satélite natural. Pero lo que llama la atención al apreciar la imagen es su forma perfectamente cúbica y que además, no se encuentra acompañada de otras rocas similares como debería suceder, por lo que a primera vista pareciera ser artificial. Cabe recordar que el Yutu-2 fue lanzado el 7 de diciembre del 2018 y entró en órbita lunar luego de cinco días, antes de protagonizar el primer alunizaje realizado en el lado oculto de la Luna el 3 de enero del 2019. Junto con el módulo de aterrizaje Chang'e 4, reanudó sus actividades pasado un mes - el 6 de febrero - tras hibernar durante el intenso frío de la noche lunar. Es bueno precisar que no es la primera vez que el Yutu-2 se encuentra con algo inesperado, ya que en el 2019, el róver descubrió una sustancia gelatinosa en un pequeño cráter en la cara oculta de la Luna. Posteriormente, los investigadores de la Academia de Ciencias de China publicaron un análisis de esta sustancia, que mide 52 por 16 centímetros, y la describieron como "una brecha de fundición de impacto verdosa oscura y reluciente", según informo en esa ocasión la agencia de noticias oficial de China Xinhua. La brecha es un tipo de roca compuesta de fragmentos angulares de minerales o rocas cementadas juntas. Luego de su hallazgo, los científicos apuntaron a la extraordinaria "forma y color del material, similar a un gel, que es significativamente diferente del suelo lunar circundante". Al comparar las imágenes tomadas por el róver con muestras traídas por las misiones estadounidenses, los investigadores descubrieron que la sustancia era parecida a las muestras recogidas por las expediciones Apollo, lo que sugiere que podría haberse formado por algún impacto violento. Por tanto, concluyeron que la sustancia es un fragmento de roca que se derritió, probablemente debido al calor del impacto de un meteorito, y formó una masa brillante y vítrea de color verde oscuro. Por cierto, China quiere ser una de las tres principales potencias aeroespaciales del mundo para el 2030, dijo Wu Yanhua, subdirector de la Administración Nacional del Espacio de China. Su presupuesto espacial es de aproximadamente US$8.000 millones al año, superado solo por los EE.UU. según la Space Foundation, con sede en Colorado Springs, estado de Colorado. El país asiático tiene previsto lanzar su primera sonda a Marte a fines de esta década, según un documento técnico sobre las actividades espaciales de China publicado en el 2016, como también pretende construir su propia estación espacial en 2022, informó Xinhua. Para finalizar, es bueno recalcar que esta misión china en la Luna es la primera en explorar el desconocido lado oscuro de nuestro satélite. La misión incluye al rover, equipado con un espectrómetro de radio de baja frecuencia para ayudar a los científicos a comprender cómo se encendieron las primeras estrellas y cómo nuestro cosmos emergió de la oscuridad luego del Big Bang. Ahora, este pequeño vehículo robótico tiene los ojos puestos en un objeto en forma de cubo de aspecto extraño que vio en la distancia y ahora se dirige a su encuentro. Según China Daily, Yutu-2 ya ha viajado 2.756 pies (840 metros) a través de la Luna. Su próxima excursión debería arrojar algo de luz sobre esa enigmática estructura.

jueves, 2 de diciembre de 2021

EL PENTAGONO CONTRATACA: Anuncian la creación de una nueva agencia para el estudio de los OVNIS

Como sabéis, hace unos días el Pentágono ha anunciado la creación de una nueva agencia para la identificación de objetos voladores no identificados, según dio a conocer The Independent. En efecto, la subsecretaria de Defensa Kathleen Hicks, en colaboración con el director de inteligencia nacional de EE. UU., ordenó que se estableciera el nuevo organismo de investigación en la oficina de inteligencia y seguridad del Departamento de Defensa de Estados Unidos. Esta organización centralizará la información de todas las ramas militares y agencias de inteligencia norteamericanas, “sincronizando todos los esfuerzos para detectar, identificar y atribuir objetos de interés en su espacio aéreo”. La nueva agencia se llamara Airborne Object Identification and Management Synchronization Group y sustituye al grupo de trabajo sobre fenómenos aéreos no identificados de la Marina norteamericana que se creó en agosto del 2020. Entonces, el Departamento de Defensa anunció que creaba esa agencia para detectar, analizar y catalogar objetos volantes no identificados que “pudieran representar una posible amenaza para la seguridad nacional de los EE.UU.”. El departamento recalcó entonces que la preocupación del Gobierno americano por la seguridad de su personal y sus operaciones militares era “muy seria”. La formación de aquel departamento fue posterior a la publicación de varias fotografías y vídeos tomados por personal de la US Navy en el 2019, donde se veían diversos objetos sin explicación aparente. El Pentágono confirmó la autenticidad de ese material, pero no identificó el origen de los supuestos objetos. En abril del 2020, los militares norteamericanos publicaron nuevos vídeos y, cuatro meses más tarde, la armada formó el primer grupo de trabajo. La nueva agencia aparece luego de una investigación en el senado norteamericano y la publicación de un informe en el que se explican la gran mayoría de esos supuestos objetos, demostrando científicamente que en muchas ocasiones eran producto de las ópticas de las cámaras o eran sencillamente objetos conocidos. Sin embargo, un gran número de estos objetos sigue sin tener una explicación, por lo menos una que sea pública. Que el avistamiento de un objeto o su detección en radares no tengan explicación no quiere decir que estos OVNIS sean naves espaciales de otro planeta. El hecho de que parezcan desafiar las leyes de la física -con giros, aceleraciones y velocidades imposibles con la tecnología conocida - no es prueba suficiente para afirmar que son alienígenas. Aunque los militares norteamericanos no descartan ninguna explicación, su mayor preocupación está en sus potencias rivales, Rusia y China, y la posibilidad de que posean una tecnología desconocida que supere a la americana. Y probablemente tengan razón. Rusia está invirtiendo miles de millones en crear un misil de crucero hipersónico capaz de destruir portaaviones de una tacada así como un planeador hipersónico que evite las defensas antiaéreas americanas y llegar a su objetivo con una cabeza nuclear. Hace unos meses China realizó una prueba con otro vehículo hipersónico que daba vueltas alrededor del mundo que podía lanzar un misil separado mientras viajaba a más de cinco veces la velocidad del sonido prácticamente indetectable para los radares, alertó a Washington de que Beijing podría tener tecnologías que los EE.UU. aún no ha desarrollado. Debido a ello, el Pentágono está extremadamente alarmado ante esa nueva arma hipersónica china, que es aún más compleja y sofisticada de lo que pensaban. Los mayores expertos en tecnología militar de los EEUU no pueden explicar “cómo China ha podido superar los límites de la física” con este nuevo desarrollo. Por ahora, la explicación más razonable para estos fenómenos aéreos no identificados son los avances tecnológicos enemigos o de los propios militares americanos, que tienen programas de desarrollo avanzado que ocultan al resto del Ejército y las agencias de inteligencia propias. Lo que es menos lógico y costaría mucho demostrar es que los alienígenas estén volando por todas partes y no hayan hecho contacto por algún tipo absurdo de capricho. Sobre todo cuando lo más lógico es que la civilización extraterrestre que llegue a la Tierra - si alguna vez llega - no tenga ni la forma ni las intenciones que imaginamos y se manifieste de forma obvia.