TIEMPOS DEL MUNDO

jueves, 15 de diciembre de 2022

EXTRAÑO OBJETO INTERESTELAR: Intentarán recuperar una sonda extraterrestre caída en el Océano Pacifico

Como sabéis, las búsquedas científicas serias de evidencia de inteligencia extraterrestre se han restringido casi exclusivamente hasta ahora a SETI, que busca a través de vastas distancias interestelares con la esperanza de detectar una señal de una civilización lejana. Pero, ¿y si en lugar de mirar hacia afuera lo hacemos en nuestro propio planeta? ¿Podría ser que encontremos evidencia de tecnología alienígena avanzada en la Tierra misma? Si bien se trata de preguntas controvertidas, Avi Loeb, el presidente más antiguo del Departamento de astronomía de la Universidad de Harvard, cree que podríamos encontrar una sonda espacial de origen extraterrestre en la Tierra, o más correctamente, bajo el océano. Y ahora se ha decidido encontrarla. En efecto, Loeb cree que un meteorito que se estrelló contra el Océano Pacífico en el 2014 puede estar hecho de un material de origen desconocido. Mas aun, está convencido de que este objeto puede ser de tecnología extraterrestre o un meteorito de una fuerza material sin precedentes. Como nada de esto es posible de confirmar sin estudiar físicamente el objeto, el profesor ha planeado una expedición para recuperarlo que costará más de un millón de dólares en fondos de donantes privados. “Esta sería la primera vez que los humanos ponen sus manos sobre el material que hace un objeto que proviene de otra estrella”, dijo Loeb a Space. Si bien los datos dicen que el objeto es de origen interestelar, aún no ha podido ser confirmado. Utilizando datos del gobierno utilizados principalmente para la seguridad nacional como parte de nuestro sistema de defensa antimisiles, Loeb y uno de sus alumnos estudiaron varios meteoros para ver si alguno destacaba. “Encontré el catálogo que compiló los meteoritos que fueron detectados por los sensores del gobierno que forman parte de nuestro sistema de alerta de misiles”, explicó Loeb. “Le pedí a mi estudiante que verificara si alguno de los meteoros, los meteoritos que se mueven más rápido, podrían haber llegado a la Tierra desde fuera del sistema solar.” Hubo uno en particular que despertó el interés de Loeb y su alumno, Amir Siraj. Según la velocidad del meteorito y la cantidad de objeto quemado al entrar, Loeb determinó que debe estar hecho de un material más resistente que el hierro. “Este fue un caso atípico en términos de su composición”, expresó el astrofísico estadounidense. “También fue un caso atípico en términos de su velocidad fuera del sistema solar. Se movió al menos dos veces más rápido que las estrellas que se mueven alrededor del sol en la vecindad del sol.” A pesar de que el gobierno estadounidense publicó datos limitados debido a preocupaciones de seguridad nacional, descubrieron algo innovador. Un artículo que escribió con su alumno expuso lo que él creía que era cierto. Pero a los tres años de escribir sus hallazgos, un desarrollo importante confirmó lo que sabía desde el principio. Enn efecto, la publicación de una carta del Comando Espacial de los EE.UU. al Departamento de Defensa que establece explícitamente que este meteorito con un nivel de confianza del 99,999% provino de fuera del sistema solar. Armado con esta nueva evidencia que validaba sus hallazgos, Loeb decidió tomar medidas y desea recuperar el objeto. Ahora tiene el objetivo de encontrarlo aunque muy probablemente se fracturó por el impacto, por lo que de seguro ha dejado fragmentos posiblemente del tamaño de centavos perdidos en el fondo del océano. Localizarlos es un desafío que podría parecer insuperable debido a la vasta extensión del Océano Pacífico que tendrían que escudriñar. Pero Loeb confía en que recuperarán lo que buscan. “Es una expedición de pesca, literalmente hablando”, enfatizó Loeb. “Y lo que podemos hacer es básicamente tomar la trayectoria de este meteorito y extrapolarla hasta la superficie del océano.” Si bien encontrar su ubicación es un obstáculo, Loeb todavía necesita recuperarlo físicamente. “Planeamos construir un brazo mecánico y un imán adjunto que excavará el fondo del océano”, continúa explicando el astrofísico. “E iremos de un lado a otro, como cortar el césped en toda la zona, de 10 kilómetros de tamaño y recolectar todos los fragmentos que sean atraídos por el imán para estudiar su composición en el laboratorio”. Si bien Loeb ha recaudado medio millón de dólares, todavía está buscando el millón adicional que se necesita para llevar un barco al lugar donde cayó el meteorito frente a las costas de Papúa Nueva Guinea para recuperar el objeto interestelar. Si bien recaudar el dinero y planificar el viaje que espera comenzar en los próximos meses no es una tarea fácil, Loeb confía en que sus hallazgos serán como los que la humanidad nunca ha visto. Con la ciencia de su lado. Este profesor no se deja intimidar por las críticas. “¿Este sería el descubrimiento científico más importante que jamás haya hecho la humanidad? Porque si lo piensas, cambiará nuestra perspectiva sobre nuestro lugar en el universo. No es una pregunta filosófica si vivimos en un entorno donde los objetos son defectuosos. Alrededor de eso están representando tecnologías extraterrestres. Solo necesitamos usar nuestros telescopios y averiguarlo. De hecho, ni siquiera somos los primeros en decir eso. Galileo Galilei dijo eso hace cuatro siglos y lo pusieron en arresto domiciliario. Hoy lo habrían cancelado en las redes sociales. Una vez que me di cuenta de que encontramos un objeto de origen tecnológico que se produjo en otro lugar. No buscaría la aprobación de nadie más. Yo no necesito me gusta en Twitter. Solo quiero saber qué es. En caso de que recuperemos una gran reliquia tecnológica, he prometido a la conservadora del Museo de Arte Moderno, Paula Antonelli, que la llevaré para exponerla en Nueva York. Para la humanidad, esta pieza representaría la modernidad, aunque para sus remitentes representa la historia antigua”, concluye Loeb. Será la primera vez que los humanos recuperen una pieza de gran tamaño de fuera del sistema solar. Si la pieza tiene algunos botones, sólo podemos esperar que sigan siendo funcionales. Un dispositivo extraterrestre sería de mucho interés no sólo para los coleccionistas de arte, sino también para los empresarios de Silicon Valley.