TIEMPOS DEL MUNDO

jueves, 30 de enero de 2025

¿OCULTANDO LAS EVIDENCIAS? : Las agencias de espionaje de EE.UU. obstaculizan la búsqueda de civilizaciones interestelares

En esta ocasión el astrofísico Avi Loeb - jefe del proyecto Galileo, director fundador de la Iniciativa Black Hole de la Universidad de Harvard, director del Instituto para la Teoría y la Computación del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian y autor del bestseller Extraterrestrial: The first sign of intelligent life beyond earth y del nuevo libro Interstellar - nos da su opinión acerca del infame papel que cumplen las agencias de espionaje estadounidense que “por razones de seguridad nacional” pretende que los descubrimientos realizados por los telescopios espaciales no sean de dominio público, lo cual os presentamos como ya es habitual, traducido y entrecomillado ¿vale?: “El cielo es nuestra ventana al Universo. Al observarlo, podemos informarnos sobre nuestras raíces cósmicas. Han sucedido muchas cosas a lo largo de los últimos 13.800 millones de años desde el Big Bang. En un principio, existía una sopa casi uniforme de partículas elementales. Sin embargo, a veces el estudiante al fondo de la clase es quien domina el futuro. Para el cosmos, este estudiante fueron las ligeras malformaciones de densidad en la sopa primordial. Estas terminaron sembrando el colapso gravitacional de galaxias, dentro de las cuales el gas se fragmentó en estrellas como el Sol, con planetas como la Tierra formándose a partir de discos de escombros alrededor de estas estrellas. La química de la vida tal y como la conocemos se hizo posible cuando las primeras estrellas masivas explotaron en supernovas y enriquecieron sus entornos con oxígeno. Al poco tiempo, surgieron moléculas de agua cuando el oxígeno se combinó con hidrógeno primordial, como se demostró en un artículo que coescribí hace una década. Esta secuencia de eventos eventualmente condujo a la vida en la Tierra, culminando con nuestra civilización tecnológica moderna. Dado el sextillón de sistemas Tierra-Sol en el volumen observable del Universo, es razonable asumir que no estamos solos. Esta premisa requiere un sentido de humildad del que la mayoría de los humanos carecen. Por tanto, esta idea sigue siendo controvertida, con menos de un uno por ciento de nuestro presupuesto científico dedicado a la búsqueda de otras civilizaciones tecnológicas. Este hecho por sí solo es testimonio de lo poco inteligentes que somos a veces. En los últimos 66 años, desde que la primera nave espacial Luna 1 abandonó la órbita terrestre en 1959, el espacio alrededor de la Tierra se llenó de satélites hechos por el ser humano. Algunos son satélites del Programa de Apoyo a la Defensa (DSP) operados por la Fuerza Espacial de los Estados Unidos, que sirven como sistemas de alerta temprana. Estos satélites geoestacionarios identifican lanzamientos de misiles, lanzamientos espaciales, detonaciones nucleares y meteoritos de fuego mediante sensores infrarrojos que detectan calor de gases calientes contra el fondo de la Tierra. Otras constelaciones de satélites mejoran la capacidad de los Estados Unidos para llevar a cabo otras misiones relevantes para la seguridad nacional, incluida la comunicación, inteligencia, vigilancia, reconocimiento, vigilancia del clima y respuesta a emergencias. Actualmente hay más satélites activos que nunca en la historia. El espacio cercano a la Tierra se está convirtiendo en un área cada vez más disputada, con competidores y adversarios desarrollando sistemas de contramedidas frente a aquellos empleados por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos. En noviembre del 2021, Rusia lanzó un arma antisatélite de ascenso directo que destruyó uno de sus propios satélites, creando aproximadamente 1.500 piezas de metralla, muchas de las cuales aún están en órbita. Durante la guerra de Ucrania, pequeños satélites proporcionaron acceso a internet de alta velocidad y comunicaciones de respaldo, así como imágenes de alta calidad y recopilación de inteligencia geoespacial. China emplea cientos de satélites con capacidades de vigilancia y guerra destinadas a interrumpir las comunicaciones entre satélites, PNT, GPS, vigilancia y reconocimiento. El espacio cercano a la Tierra está actualmente saturado de activos militares. En otras palabras, el cielo -nuestra única ventana al cosmos - está actualmente abarrotado por nuestros dispositivos de guerra. No solo oscurecen nuestra vista, sino que también introducen una tensión entre nuestro inocente interés por saber más sobre el Universo y nuestros conflictos terrenales. Esta tensión es otro testimonio de lo poco inteligentes somos. Dado este nivel de tensión, no sorprende que telescopios astronómicos que inspeccionan todo el cielo - como Pan-STARRS y el próximo Observatorio Rubin - puedan revelar el inventario de satélites utilizados con fines de seguridad nacional por el gobierno de los Estados Unidos. Por esa razón, el gobierno estadounidense quiere eliminar información confidencial sobre sus activos espaciales de la base de datos pública de estos telescopios para que dicha información no esté disponible para sus adversarios. En un artículo reciente en The Atlantic, Ross Andersen informó sobre la experiencia del científico del proyecto LSST Željko Ivezić, del próximo Observatorio Rubin: ‘Tras algunos debates, Ivezić dijo que él y sus compañeros idearon una forma menos invasiva de eliminar activos estadounidenses secretos de las alertas instantáneas del observatorio. Una agencia gubernamental - nadie le dijo cuál - aportaría cinco millones de dólares para la construcción de una red dedicada al movimiento de datos sensibles. Cada vez que el telescopio tomara una de sus imágenes de 30 arcosegundos del cielo, el archivo se cifraría inmediatamente, sin que nadie lo viera primero, y luego se enviaría a una instalación segura en California’. ¿Debería preocuparnos que el ‘bebé sea arrojado junto con el agua de la bañera’ ,una expresión norteamericana que significa que se pierden las partes buenas de algo por querer eliminar las malas. Es decir, ¿se perderán datos científicos valiosos sobre nuestro vecindario cósmico mientras el gobierno elimina parte de los datos disponibles para los científicos? Arjan Singh me hizo estas preguntas en un correo electrónico. En particular, uno podría preocuparse de que los Fenómenos Anómalos No Identificados (UAP), potencialmente vinculados a artefactos tecnológicos extraterrestres que llegan cerca de la Tierra, puedan ser eliminados de los datos del LSST. Respondí a Arjan que, mientras los UAP tengan características de vuelo que excedan dramáticamente las tecnologías humanas, podrían no ser eliminados de los datos. En la búsqueda de vehículos extraterrestres, los miembros de mi equipo de investigación en el Proyecto Galileo buscarán en los datos públicos del LSST UAP y objetos interestelares. Arjan respondió: ‘Esta situación subraya cuánta esperanza y confianza muchos de nosotros depositamos en su trabajo con el Proyecto Galileo, que permanece libre de tales restricciones. La independencia del proyecto ofrece una vía vital para la exploración imparcial, y espero con ansias ver los resultados de su investigación innovadora’. No tengo más que decir” puntualizó.

jueves, 23 de enero de 2025

EL APOCALIPSIS SECRETO DE LA CIA: Alimentando otra teoría de conspiración

Un libro clasificado por la CIA durante más de 50 años contiene una impactante teoría sobre cómo acabará el mundo. En efecto, The Adam and Eve Story (La historia de Adán y Eva), escrita por el ex empleado de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, investigador de OVNIS y autoproclamado psíquico Chan Thomas, fue escrita en 1966, pero extrañamente su publicación fue impedida por la agencia. Fue desclasificado silenciosamente en el 2013, al menos en parte, pero permaneció oculto en la base de datos de la CIA, hasta ahora. En su libro, Thomas afirma que cada 6.500 años, un desastre importante de la escala del “Gran Diluvio” bíblico golpea la Tierra. Mientras los expertos debaten la fecha exacta de ese diluvio en el libro del Génesis, Thomas afirma que ocurrió hace aproximadamente 6.500 años, y afirma que hay cierta evidencia arqueológica y geológica que respalda esa afirmación. Según esa lógica, Thomas sostiene que una catástrofe es inminente. En cuanto a cómo será el fin del mundo, Thomas cree que el campo magnético de la Tierra cambiará repentina y drásticamente, causando estragos en todo el planeta. El motivo por el cual el libro fue clasificado no está claro aún, pero algunos han sugerido que la agencia estaba preocupada de que el libro pudiera causar pánico masivo o filtrar información relacionada con investigaciones secretas del gobierno. Thomas tenía vínculos con proyectos clasificados durante su tiempo en la extinta empresa aeroespacial McDonnell Douglas. Asimismo, formaba parte de un pequeño equipo de científicos reunido por la empresa para investigar informes sobre OVNIS. Si bien no existen registros oficiales de que Thomas haya trabajado directamente para la CIA, el acuerdo de secreto de la agencia significa que los empleados anteriores deben obtener aprobación antes de publicar libros y otros trabajos de comunicación. “En una fracción de día, todos los vestigios de civilización han desaparecido y las grandes ciudades - Los Ángeles, San Francisco, Chicago , Dallas, Nueva York - no son más que leyendas”, escribe. “Apenas quedan unas piedras donde millones de personas caminaron hace apenas unas horas”. El primer capítulo, titulado 'El próximo cataclismo', comienza así: 'Como sucedió con Noé hace 6.500 años... Como sucedió con Adán y Eva hace 11.500 años... Esto también sucederá...' La críptica apertura sugiere que el próximo cataclismo está a punto de ocurrir en cualquier momento. El libro tiene 55 páginas, pero Thomas escribió más de 200. El resto se mantiene en secreto hasta el día de hoy. Y el motivo de la intervención de la CIA sigue siendo un misterio. El relato apocalíptico comienza con la destrucción de California, explicando cómo vientos "con la fuerza de mil ejércitos" destrozarán todo lo que vean con su "bombardeo supersónico", mientras el tsunami del Pacífico ahogara Los Ángeles y San Francisco "como si fueran sólo granos de arena". Thomas afirma que estos impactos alcanzarán todo el continente norteamericano "en tres horas", ya que un terremoto crea simultáneamente grietas masivas en el suelo que permiten que el magma suba a la superficie. Pero no será sólo América del Norte la que será absorbida por la destrucción. Ninguno de los continentes podrá escapar del ataque, escribe Thomas, y cada uno experimentará versiones ligeramente diferentes del mismo final dramático. “Para el séptimo día, el horrendo alboroto ha terminado y toda la Tierra ha cambiado”, escribe. "La cuenca de la Bahía de Bengala, al este de la India, se encontraría ahora en el Polo Norte, mientras el océano Pacífico, al oeste de Perú, se ubicaría en el Polo Sur", explica Thomas. “Incluso Groenlandia y la Antártida serian arrojadas hacia el ecuador lo que originaría que sus capas de hielo se disuelvan bajo el calor tropical". Como podéis notar, Thomas pinta un panorama aterrador de un cambio climático que destruiría la civilización y una reorganización tectónica, pero no hay evidencia científica que sugiera que tal cataclismo sea posible. "Es una lástima que se publiquen estas cosas", dijo a The Verge Martin Mlynczak, científico investigador principal del Centro de Investigación Langley de la NASA. "Las afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias. Y no hay pruebas, ni ciencia, ni física que respalden ninguna de las afirmaciones sobre la asociación entre el cambio del campo magnético y el cambio climático". Es más, no hay evidencia que sugiera que el campo magnético de la Tierra haya realizado o vaya a realizar alguna vez el giro de 90 grados que describe Thomas. "Eso es totalmente falso. Si eso es lo que sucede cada 6.500 años, sin duda lo veríamos; estaría en todos los registros... La cantidad de energía necesaria para que eso ocurra es enorme. Y, como sabéis, no hay nada que lo inicie", dijo Mlynczak. Este fenómeno se denomina "inversión de polos" y los registros paleomagnéticos sugieren que ocurre aproximadamente cada 300.000 años en promedio, aunque los intervalos de tiempo reales varían ampliamente. "Durante una inversión de polos, el campo magnético se debilita, pero no desaparece por completo", afirma la NASA. 'La magnetosfera, junto con la atmósfera de la Tierra, continúan protegiendo a la Tierra de los rayos cósmicos y las partículas solares cargadas, aunque puede haber una pequeña cantidad de radiación particulada que llegue a la superficie de la Tierra. 'El campo magnético se vuelve confuso y pueden surgir múltiples polos magnéticos en lugares inesperados.' Pero esto nunca causa el tipo de devastación generalizada que Thomas describe en su libro. Incluso si su teoría sobre por qué y cómo terminará el mundo tuviera mérito científico, todavía habría motivos para cuestionar su afirmación de que el apocalipsis es inminente. Afirma que la última catástrofe de esta naturaleza - el diluvio bíblico de Noé - ocurrió hace 6.500 años, y que esto significa que nos espera la próxima. Existen algunas evidencias geológicas y arqueológicas que sugieren que esa fecha puede ser correcta. Por ejemplo, un estudio del 2006 afirmó que la madera de 6.500 años recuperada del lugar donde se posó del arca de Noé en el monte Ararat “era en realidad parte del arca misma”. Pero la edad de la madera ha sido cuestionada por otros expertos. La fecha más aceptada para el diluvio es de entre 4.000 y 5.000 años atrás. Si este acontecimiento realmente ocurrió durante esa época, entonces la fecha estimada por Thomas para el fin del mundo estaría más de 1.000 años fuera de lugar. Por lo tanto, toda la evidencia sugiere que el violento desastre detallado en The Adam and Eve Story en realidad no sucederá... por el momento.

jueves, 16 de enero de 2025

THULE: Una misteriosa isla ubicada más allá del mundo conocido

Thule (en griego: Θούλη, Thoúlē, o Θύλη, Thýlē), también identificado como Tile, Tule, Thila, o Thyïlea, es un término usado en las fuentes clásicas para referirse a un lugar, generalmente una isla, en el norte lejano. A menudo se cree que pueden haber sido diversos lugares como Escandinavia. Otros creen que se localiza en Saaremaa, en el mar Báltico. En la geografía romana y medieval, el término última Thule también puede designar cualquier lugar distante situado más allá de las fronteras del mundo conocido. Fue mencionada por primera vez por el geógrafo y explorador griego Piteas de Massalia (actual Marsella) en el siglo IV a. C. Piteas dijo que Tule era el país más septentrional, seis días al norte de la isla de Gran Bretaña, y que el sol de pleno verano nunca se ponía allí. En la mitología griega Thule era la capital de Hiperbórea, reino de los Dioses. El astrónomo griego del siglo I a. C. Gémino de Rodas afirmó que el nombre Thule se remonta a una palabra arcaica para el fenómeno de la noche polar: "el lugar donde descansa el sol". Dionisio Periegetes en su De situ habitabilis orbis también abordó este tema, En tanto Avienius en su Ora Maritima añadió que durante el verano en Thule “la noche duraba sólo dos horas, una clara referencia al sol de medianoche”. En el año 77 d. C., Plinio el Viejo publicó su Historia Natural en la que también cita la afirmación de Piteas, de que Thule está a una navegación de seis días al norte de Gran Bretaña. Luego, cuando habla de las islas que se encuentran a su alrededor, escribe: "La más lejana de todas, que se conoce y de la que se habla, es Thule; en la que no hay noches en absoluto, como hemos declarado, hacia mediados del verano, es decir, cuando el Sol pasa por el signo de Cáncer; y por el contrario, ningún día en pleno invierno: y suponen que cada uno de estos momentos dura seis meses, todo el día o toda la noche. Finalmente, al refinar la ubicación de la isla, la ubica a lo largo del paralelo más septentrional de los que describe: "El último de todos es el paralelo escita, desde las colinas de Rife hasta Thule: donde (como dijimos) es de día y de noche continuamente turnos (durante seis meses)". A su vez, el historiador romano Tácito , en su libro que narra la vida de su suegro, Agrícola , describe cómo los romanos sabían que Gran Bretaña (en la que Agrícola era el comandante romano) era una isla en lugar de un continente, al circunnavegarla. Tácito escribe sobre un barco romano que visitó las Orcadas y afirma que la tripulación del barco incluso avistó a Thule. Sin embargo, sus órdenes eran no explorar allí, ya que el invierno estaba cerca. Algunos estudiosos creen que Tácito se refería a las Shetland . Otros escritores clásicos tardíos en cambio, como Orosius (384-420), describen a Thule como situada al norte y al oeste de Irlanda y Gran Bretaña, lo que sugiere fuertemente que se trataba de Islandia. Para Procopio de Cesarea, Thule era una isla grande del norte habitada por 25 tribus. Se trata con toda probabilidad de Escandinavia, ya que varias tribus son fácilmente identificables, tal como los gautas (Gautoi) y los saami (Scrithiphini). Éste escribió también que al volver los hérulos, pasaron con los varni y los daneses cruzando el mar a Thule, donde se asentaron junto con los gautas. La ubicación más probable de Tule se considera actualmente que pudiera ser la costa de Noruega. El topógrafo británico Charles Vallancey (1731-1812) fue uno de los muchos anticuarios que argumentaron que Irlanda era Thule, como lo hace en su libro Un ensayo sobre la antigüedad de la lengua irlandesa .Otra hipótesis, propuesta por primera vez por Lennart Meri en 1976, sostiene que la isla de Saaremaa (a menudo conocida con el exónimo Ösel) en Estonia , podría ser Thule. Es decir, existe una similitud fonológica entre Thule y la raíz tule- "de fuego" en estonio (y otras lenguas finlandesas ). Un lago en un cráter llamado Kaali en la isla parece haber sido formado por el impacto de un meteorito en la prehistoria. [2] [3] [25] Este impacto de meteorito a menudo se vincula con el folclore estonio que dice que Saaremaa era un lugar donde el sol en un momento "descansó". Un estudio del año 2007 realizado sobre el mapa de Claudio Ptolomeo por un equipo de investigadores de la TUB (Universidad Técnica de Berlín) dirigido por Eberhard Knobhel, Dieter Lelgemann y Frank Neitzel, identifica Thule con la isla actualmente llamada Smøla, ubicada frente a la ciudad de Trondheim y sede de la realeza tribal escandinava hacia el siglo I; otros historiadores piensan que se trata de las islas Shetland, las Feroe, Islandia o incluso Groenlandia. En la Edad Media, el nombre se utilizó a veces para denotar a Islandia, por ejemplo en la Gesta Hammaburgensis ecclesiae pontificum, de Adán de Bremen, por los obispos de la Iglesia de Hamburgo, donde se citan probablemente escritos más antiguos acerca de Thule. En el siglo XX, Thule es el nombre de una base polar fundada en Groenlandia por Knud Rasmussen en 1910 al norte de la bahía de Baffin, que llegó a ser un municipio de la Groenlandia gobernada por Dinamarca y de la que fue gobernador entre 1913 y 1920 Peter Freuchen. Los thule, una cultura paleo-esquimal antecesora de los inuit groenlandeses modernos, denominaron Thule a la región. En 1953, en el contexto de la Guerra Fría, la Thule ubicada en Groenlandia llegó a ser la Base aérea de Thule, operada por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos como avanzada estratégica ante la URSS. En tanto, la población nativa fue forzada a reestablecerse en Qaanaaq, 108 kilómetros al norte. Por su parte, la llamada Thule austral o Thule del Sur es un archipiélago de tres islas en el extremo sur de las Islas Sandwich del Sur en el océano Atlántico. Una de ellas, cuyas coordenadas son 59°27′S 27°11′O, lleva el nombre de Thule (Morrell). Este grupo de islas son territorios reclamados por la República Argentina. Fueron anexionados por Gran Bretaña - junto a las islas Malvinas, las Georgias del Sur y las restantes Sandwich del Sur -, en 1833. Actualmente Thule del Sur es un territorio deshabitado. En marzo de 2018, tras un concurso de nombres, el objeto del cinturón de Kuiper 486958 Arrokoth , un objetivo de sobrevuelo de la sonda New Horizons de la NASA , recibió el sobrenombre de "Ultima Thule". El sobrevuelo tuvo lugar el 1 de enero de 2019 y fue el encuentro más distante entre una nave espacial y un cuerpo planetario. Desde entonces, la Unión Astronómica Internacional le ha asignado un nombre oficial al cuerpo. Por último, cabe precisar que los místicos del nacionalsocialismo buscaron por todo el mundo la Thule histórica, que era la patria primigenia de la raza aria. En aquel tiempo, la organización esotérica alemana que más influenció al nacionalsocialismo se llamaba la Sociedad Thule (Thule Gesellschaft ), que tenía estrechos vínculos con el Deutsche Arbeiter Partei (DAP), la organización precursora del Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei (NSDAP), que fue fundada el 18 de agosto de 1918. En su biografía de Lanz von Liebenfels (1874-1954), Der Mann, der Hitler die Ideen gab (publicada en Munich, 1985; traducida como El hombre que le dio las ideas a Hitler ), el psicólogo y autor vienés Wilfried Daim escribió que el nombre de Thule Gesellschaft proviene de la mítica Thule. En su Historia de las SA ( Mit ruhig festem Schritt , 1998 - Con paso firme y firme ), Wilfred von Oven , ayudante de prensa de Joseph Goebbels de 1943 a 1945, confirmó que la Thule de Pytheas era la Thule histórica de la Thule Gesellschaft . Gran parte de este interés en Thule se debió inicialmente a los rumores que rodeaban el Libro de Oera Linda , que supuestamente fue encontrado por Cornelis sobre De Linden en el siglo XIX. El citado libro fue parcialmente traducido al alemán en 1933 por Herman Wirth y contó con el favor de Heinrich Himmler. Desde entonces, el misterio alrededor de la mítica Thule no decayó y ha sabido mantenerse a través del tiempo.

jueves, 9 de enero de 2025

PROJECT STARGATE: Documentos desclasificados de la CIA revelan la existencia de pirámides en Marte y humanoides delgados

A pesar de que nunca se ha enviado una misión tripulada a Marte, la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA) concibió hace 40 años un método alternativo para lograr explorar el planeta rojo. En efecto, durante la Guerra Fría, la CIA colaboró con el Instituto de Investigación de Stanford para llevar a cabo investigaciones altamente secretas relacionadas con fenómenos paranormales, específicamente con la 'visión remota', con el propósito de recopilar información militar importante de sus adversarios, según da cuenta The Daily Mail. El informe, 'Exploración de Marte, 22 de mayo de 1984', detalla cómo la agencia utilizó la proyección astral (la idea de que el espíritu de una persona puede viajar a través del plano astral) para transportar a un 'sujeto' a Marte aproximadamente un millón de años antes de Cristo. De acuerdo con el científico Mahadeva Srinivasan, la visión remota, también conocida como percepción extrasensorial, es la capacidad que posee una persona para adquirir información sobre objetivos geográficos remotos que de otro modo serían inaccesibles por cualquier modo sensorial conocido. La Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) se hizo cargo de esta iniciativa a mediados de la década de 1980, renombrándola como 'Proyect Stargate', una unidad secreta del Ejército de EE. UU. establecido en 1977 que se centró en fenómenos anómalos, incluida la visión remota, la telepatía y la psicoquinesis. El proyecto clasificado se llevó a cabo en Fort Meade, Maryland, y se reclutaron hombres y mujeres que afirmaban tener percepción extrasensorial (ESP) para ayudar a descubrir secretos de inteligencia militar y nacional. Cerró en 1995, pero durante sus más de 10 años de existencia, los psíquicos conocidos como "videntes remotos" participaron en una amplia gama de operaciones, desde localizar rehenes secuestrados por grupos terroristas islámicos hasta rastrear las rutas de criminales fugitivos dentro de los Estados Unidos. Los expertos cuentan que las ideas en las que se basaba este programa eran tan radicales que se mantuvieron en secreto por varios años. Sin embargo, han podido conocerse algunos detalles gracias a la Ley de Libertad de Información. En un documento desclasificado por la CIA se detalla acerca de un experimento de visión remota realizado en 1984, como parte del proyecto Stargate. Este consistió en pedirle a un psíquico que describiera sobre su visión de cómo era Marte hace un millón de años. Tras hacer uso de sus aparentes habilidades psíquicas, el entrevistado relató al encargado del experimento que había visto grandes estructuras piramidales y monumentos antiguos que parecían haber sido construidos artificialmente, similares a los conocidos entre los antiguos egipcios en la Tierra, afirma el informe. También narró acerca de las condiciones atmosféricas del planeta rojo, como fuertes vientos y tormentas de polvo. En un momento, el psíquico aseguró haber visto humanoides altos y delgados, que parecían estar en una especie de hibernación o animación suspendida. Asimismo, dijo que estos individuos se vieron obligados a vivir debajo de la tierra debido a los cambios ambientales, como las violentas tormentas de polvo que azotan el planeta rojo. "Son gente antigua. Están muriendo, ya pasó su tiempo o su edad", manifestó el psíquico, señalando que estos seres eran muy filosóficos y buscaban "una forma de sobrevivir", pero que no lo conseguían. En el documento no se explica por qué los servicios de inteligencia de EE.UU. tenían interés en conocer detalles sobre el pasado de Marte, mostrándose únicamente la transcripción de la entrevista entre el psíquico y el encargado del experimento. En 1995, la CIA desclasificó y dio por terminado el proyecto Stargate al percatarse de que la visión remota tenía un valor práctico limitado, que "no producía la información concreta y específica que se valora en la recopilación de inteligencia". Previo a su cierre se publicó 'Mars Exploration May 22, 1984', un documento desclasificado en el 2017 que recientemente ha resurgido en línea. El documento es escaso en detalles, comenzando con: 'Método de adquisición del sitio: sobre sellado junto con coordenadas geográficas'. El sobre fue entregado al ‘sujeto’ antes de la entrevista, pero que fue abierto posteriormente. 'En el sobre había una tarjeta de 3x5 con la siguiente información: El planeta Marte. Época de interés: aproximadamente un millón antes de Cristo', se lee en el documento. El administrador del experimento transmitió verbalmente el contenido del sobre y permitió que los sujetos proporcionaran sus observaciones. La hora de inicio fue las 10:09 am ET. Se pidió al ‘sujeto’ que centrara su atención en "40,89 grados norte, 9,55 grados oeste". "Parece... Tengo una especie de vista oblicua de una... pirámide o forma de pirámide", dijo el ‘sujeto’. Continuaron describiendo la estructura como de color ocre, un tono que va del amarillo al naranja intenso y al marrón. El ‘sujeto’ entonces observó sombras de seres "muy altos y delgados" que vestían ropas extrañas. El administrador pidió al ‘sujeto’ que permaneciera en ese período de tiempo pero se trasladara a otra ubicación en el espacio. El paisaje presentaba un camino muy largo con lo que parecía ser el Monumento a Washington al final. "Es como un... obelisco", dijo el sujeto antes de que le pidieran que se moviera a diferentes lugares hasta volver a ver gente. El ‘sujeto’ se trasladó entonces a un lugar donde una violenta tormenta azotaba Marte y la gente usaba las pirámides gigantes como refugio. "Posee diferentes habitaciones... pero están casi desprovistas de cualquier tipo de... mobiliario o cualquier cosa. Es como... eh... estrictamente funcional, un lugar para dormir... o esa no es una buena palabra... hibernación, alguna forma", dijo el ‘sujeto’. “No puedo... Recibo información muy cruda, tormentas, tormentas salvajes y sueño durante las tormentas”. El administrador le pidió al ‘sujeto’ que describiera quién dormía durante las tormentas. 'Son personas muy... altas, muy grandes... pero delgadas. Parecen así por su altura, y visten como si fueran... ¡oh, demonios!, como una seda muy ligera, pero no es un tipo de ropa suelta. Es como si estuvieran cortadas a medida', explico. El ‘sujeto’ le dijo al administrador que se trataba de personas antiguas que estaban muriendo. "Ya pasó su tiempo o su edad", dijo el ‘sujeto’. "Son muy filosóficos al respecto. Buscan una manera de sobrevivir, y no pueden". El ‘sujeto’ dijo que parecían preocupados por los pueblos antiguos, que estaban buscando una salida o esperando que algo regresara. "Es como si estuviera recibiendo todo tipo de información abrumadora sobre la... corrupción de su entorno", dijo el ‘sujeto’. "Está fallando muy rápidamente, y este grupo se fue a algún lugar, un largo trecho, para encontrar otro lugar donde vivir". El ‘sujeto’ afirmó además haber hablado con una de esos extraños seres, quien le dijo que un grupo había salido en lo que "parece el interior de una embarcación más grande". El administrador le dijo al ‘sujeto’ que siguiera el viaje y reportara lo que veía. "La impresión es de un lugar realmente raro, con volcanes, bolsas de gas y plantas extrañas; un lugar muy volátil. Es como pasar de la sartén al fuego", dijo el ‘sujeto’. "La diferencia es que parece que hay mucha vegetación donde en otro lugar no la había. Y un tipo de tormenta diferente". El administrador luego le dijo al ‘sujeto’ que era hora de regresar. "Vuelve ahora a la habitación, vuelve al sonido de mi voz, retrocede aún más hasta el sonido de mi voz del 22 de mayo de 1984", le dijeron al ‘sujeto’. Según el portal IFL, la Agencia Central de Inteligencia estadounidense se dio cuenta que su exploración en temas sobrenaturales había resultado infructuosa, además de que sus métodos eran poco científicos. Pero de lo poco que se ha llegado a saber, es indudable que ahonda el enigma que envuelve al planeta rojo,

jueves, 2 de enero de 2025

TODO DEPENDE DE NOSOTROS: “Es lo único que realmente necesitamos para encontrar una civilización de otro planeta”

Iniciando el año, Avi Loeb - jefe del proyecto Galileo, director fundador de la Iniciativa Black Hole de la Universidad de Harvard, director del Instituto para la Teoría y la Computación del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian y autor del bestseller Extraterrestrial: The first sign of intelligent life beyond earth, así como de su nuevo libro Interstellar - nos da a conocer su opinión acerca de la posibilidad de encontrar evidencia de una civilización alienígena en algún momento entre el 2025 y el 2035, lo cual os presento como ya es habitual, traducido y entrecomillado ¿vale?: “La luz tarda más en llegar a nosotros desde mayores distancias. Por ello, al detectar galaxias más lejanas que nunca, el telescopio Webb nos permite observar cómo era el Universo en sus primeros momentos. El actual récord lo ostenta una galaxia llamada JADES-GS-z14-0, con un corrimiento al rojo cosmológico de z=14,32. Mis libros de texto ‘¿Cómo se formaron las primeras estrellas?’ y ‘Las primeras galaxias en el Universo’ fueron publicados hace una década, anticipando los datos del telescopio Webb sobre las galaxias más lejanas. Dos décadas antes, fui invitado a formar parte del primer Consejo Asesor Científico que diseñó este Telescopio Espacial de Nueva Generación. Este privilegio me fue concedido como uno de los primeros cosmólogos en predecir teóricamente las propiedades de las primeras estrellas y galaxias, en la década de 1990. En aquel entonces, los observadores tradicionales afirmaban que era poco probable que existieran galaxias más allá de un corrimiento al rojo determinado, considerando mi investigación como muy especulativa. Este no es el único prejuicio infundado que he presenciado. Antes de ese momento, la mayoría de los astrónomos descartaban la posibilidad de que un planeta con la masa de Júpiter pudiera orbitar cerca de una estrella similar al Sol, porque la teoría usada para explicar la ubicación de Júpiter en el sistema solar excluía sistemas más compactos. En 1995, Michel Mayor y Didier Queloz descubrieron un planeta con la masa de Júpiter orbitando cerca de la estrella tipo solar 51 Pegasi. Obviamente, existen otros ejemplos de sesgos que han ralentizado el ritmo de los descubrimientos. Hasta hace pocos años, se descartaba la posibilidad de que un agujero negro de masa estelar pudiera estar en estrecha proximidad con una estrella como el Sol. Sin embargo, en el 2022, nuestro investigador posdoctoral Kareem El-Badry y sus colaboradores descubrieron Gaia BH1, una estrella similar al Sol orbitando un agujero negro de 9,6 masas solares con un periodo orbital de medio año. Hace aproximadamente una década, recibí en mi despacho al astrónomo de Caltech Mike Brown y le pregunté si había comprobado si algunos objetos del cinturón de Kuiper podrían estar emitiendo luz propia, como cabría esperar de naves extraterrestres. En tal caso, su flujo observado disminuiría inversamente con el cuadrado de la distancia, mientras que, si los objetos simplemente reflejan la luz solar, su flujo disminuiría con la distancia elevada a la cuarta potencia. Mike respondió: ‘¿Por qué debería comprobarlo? Es obvio que deben desvanecerse con la distancia elevada a la cuarta potencia’. La investigación científica es un esfuerzo humano, y los humanos tienden a anticipar lo que pueden encontrar. Dado que los fondos y el tiempo de observación son recursos limitados, los observadores tienden a evitar riesgos y, a veces, pierden oportunidades de descubrir lo desconocido. Los científicos jóvenes suelen ser más conservadores porque desean obtener empleo impresionando al clero dominante. Aquellos que evitan equivocarse y han sido adoctrinados para aceptar el dogma popular carecen de la humildad necesaria para asumir riesgos en sus investigaciones y realizar descubrimientos revolucionarios. La galaxia conocida más lejana, JADES-GS-z14-0, se encuentra actualmente a una distancia física de 33.700 millones de años luz de nosotros. Esto puede parecer paradójico, dado que la edad del Universo es de 13.800 millones de años. Sin embargo, la luz observada salió de esta galaxia hace 13.500 millones de años, cuando el Universo tenía solo 300 millones de años. Desde entonces, la distancia entre nuestro punto de observación y esa galaxia se ha estirado por un factor de (1+z)=15,32. La separación original era de solo 2.200 millones de años luz. Pero mientras la luz de la galaxia cruzaba esta separación inicial, JADES-GS-z14-0 se alejaba de nosotros debido a la expansión cósmica. De hecho, esta galaxia primitiva estaba fuera de nuestro horizonte cósmico cuando emitió su luz. La distancia que la luz podría haber recorrido desde el Big Bang era de solo 300 millones de años luz cuando la galaxia emitió su luz. Esta distancia era 7,3 veces menor que la separación entre la galaxia y nuestra ubicación en el momento de la emisión. Desde entonces, el Universo ha envejecido y nuestro horizonte cósmico ha crecido en tamaño hasta abarcar esta galaxia, permitiendo que el telescopio Webb la descubra. Existen muchas más galaxias de esa época que no podemos ver. Están demasiado lejos de nosotros y, por tanto, su luz permanecerá para siempre fuera de nuestra vista, dada la expansión acelerada del Universo actual. Las galaxias que no hayan entrado en nuestro horizonte hasta ahora nunca serán visibles para nosotros porque seguirán alejándose más rápido que la luz. Según la teoría de la Relatividad General, el espacio puede expandirse más rápido que la luz a escalas cosmológicas. Pensemos en los fotones como hormigas caminando a una velocidad finita sobre la superficie de un globo que se expande más rápido que su velocidad de marcha. Estas hormigas nunca podrán cruzar las separaciones crecientes entre ellas. La superficie del globo es el análogo bidimensional del espacio cósmico tridimensional. Sabemos que las condiciones cósmicas son similares a las que observamos en una escala al menos 3.900 veces mayor que nuestro horizonte cósmico. Esto se debe a que una desviación significativa habría dejado una huella en las fluctuaciones de temperatura del fondo cósmico de microondas. Por tanto, existen al menos (3.900)³, o sesenta mil millones de veces más galaxias que las que podemos observar, independientemente de lo potentes que sean nuestros telescopios. Actualmente, debería haber más de 10^{31} planetas similares a la Tierra en la zona habitable de estrellas como el Sol dentro del volumen cósmico que conocemos. Argumentar que somos una especie privilegiada y la única inteligente en el cosmos es una arrogancia amplificada a 31 órdenes de magnitud. Mis colegas académicos suelen repetir el estándar de Carl Sagan: “las afirmaciones extraordinarias requieren evidencias extraordinarias”. En los párrafos anteriores describí las evidencias que hacen de la afirmación ‘estamos solos’ una afirmación extraordinaria. Aquellos, como Elon Musk, que sugieren que ‘probablemente estemos solos’, no tienen evidencias extraordinarias para respaldar tal afirmación. Lo que realmente sabemos sobre el Universo argumenta a favor de la opinión opuesta. La suposición predeterminada debería ser que ‘probablemente no estemos solos’. Al respecto, Peter Thiel argumentó en una entrevista reciente: ‘Nunca deberías apostar contra Elon’. En este tema, estoy dispuesto a apostar un porcentaje de mi fortuna contra un porcentaje de la fortuna de Elon. Pongamos este dinero en un fondo común y utilicémoslo para buscar firmas tecnológicas de extraterrestres. Si no encontramos nada en una década tras invertir esta cantidad de dinero en la búsqueda, cederé y le daré a Elon un segundo porcentaje de mi fortuna. Mi propósito de año nuevo para el 2025 surge de la idea de que la humildad cósmica es más razonable que la alternativa, al menos por 31 órdenes de magnitud. ¿Cómo deberíamos proceder con esta realización? La respuesta es una cuestión de sentido común. Si sabemos que hay al menos 10^{31} ‘casas’ en nuestra ‘calle cósmica’, deberíamos buscar signos de otros ‘residentes’, incluyendo cualquier residuo o paquetes, como el Tesla Roadster lanzado al espacio. Invertir decenas de miles de millones de fondos públicos en la búsqueda de microbios y menos de un 1% de esa cantidad en la búsqueda de inteligencia extraterrestre no es una forma razonable de cubrir nuestras apuestas. Sin embargo, esta es la estrategia predominante en la comunidad astronómica. La búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI) está considerada como un tema periférico en la astrofísica legítima, y la búsqueda de objetos tecnológicos extraterrestres cerca de la Tierra es vista como una periferia de la legitimidad dentro de la misma comunidad SETI. Lo que parece sentido común es relegado como ilegítimo al cuadrado. Éste es otro ejemplo de sesgo de los observadores, que nos impide adquirir nuevo conocimiento, una profecía autocumplida que mantiene nuestra ignorancia. Con la esperanza de que en el 2025, el telescopio Webb, junto con los tres Galileo Observatories y el observatorio Rubin, encuentren evidencias de firmas tecnológicas de nuestros vecinos cósmicos. Encontrar una inteligencia sobrehumana en el espacio nos proporcionaría mejores modelos a seguir que nuestros políticos. Podría ser tan fácil encontrar a los extraterrestres más cercanos como encontrar las galaxias más lejanas, si tan solo nos lo propusiéramos” puntualizo.