TIEMPOS DEL MUNDO

jueves, 1 de agosto de 2013

EXPEDIENTE OVNI: Sverdlovsk, el “Roswell” ruso

El siguiente caso de nuestro expediente nos traslada a Rusia, el cual trata sobre la caída de un Objeto volador No Identificado en el área de Sverdlovsk, ubicado en los Montes Urales, el cual habría sido recuperado por la siniestra KGB y mantenido en secreto durante años hasta el derrocamiento de la dictadura comunista y el fin de la Unión Soviética, por el cual se pudo tener acceso a sus archivos clasificados. Todo comenzó cuando un grupo de investigadores consiguió rescatar del mercado negro de Moscú varios rollos de película, sustraídos de los archivos generales de la KGB que muestran lo que se ha dado en llamar el "Roswell ruso": dos espectaculares filmaciones donde se aprecia la recuperación de un plato volador por parte del ejército soviético, y la autopsia a uno de los cadáveres rescatados del siniestro. El accidente, ocurrido cerca de Berëzovskiy, en la región de Sverdlovsk (hoy Yekaterinburgo), sucedió al parecer en noviembre de 1968. Las imágenes comienzan con la cámara enfocando desde el jeep que lo ha llevado hasta el emplazamiento, la llegada de los soldados hasta un paraje nevado y recóndito. A partir de ese punto, la filmación muestra la actividad de una docena de soldados, un par de jeeps y un camión, perfectamente organizados que intentan hacer desaparecer cualquier evidencia de la presencia de testigos accidentales Al observar las imágenes recogidas por la cámara, lo primero que se descubre es la falta absoluta de huellas en la nieve, a excepción de las del jeep que transporta la filmadora. No existen huellas de humanos ni de vehículos que pudieran haber dejado la extraña estructura descubierta allí. Además, un estudio detallado del material gráfico muestra que no hubo ensayos o repeticiones. El lugar está lleno de escombros y no existen diferencias estructurales entre un plano y otro. Los expertos se atreven a afirmar que la secuencia fue filmada en una misma toma, ya que el movimiento de las sombras y de nubes en el cielo es casi imperceptible. El platillo, aunque pequeño y poco impresionante, tiene toda la apariencia de estar formado por bloques compactos de acero, aunque queda claro que no se sabe a ciencia cierta de qué material se trata. Lo cierto es que se nota poco esfuerzo por parte de los soldados en su transporte hasta el camión, vehículo que aparece en la secuencia en muy pocos planos. En cuanto al personal captado por la cámara, se ve a un grupo de soldados interesados por recoger aquel material, unos jóvenes serios, graves y atentos a las órdenes de un coronel y un reducido número de oficiales cuyo contacto con el material es prácticamente nulo. Además, en el video es posible identificar a un omnipresente comisionado de la K.G.B., levantando actas del acontecimiento en el mismo lugar, con una actitud cuando menos falta de cualquier tipo de emoción o de sorpresa, como corresponde a un "agente secreto". Su relación con los oficiales es distante, aunque cooperativa. Todo parece dar respuesta a una maniobra extremadamente rápida y precisa y delimitada a la recuperación de restos de algo. Lo que es evidente es que los personajes captados por el camarógrafo, sabían que alguien de las altas esferas iba a visualizar aquella filmación. El segundo rollo recoge el momento en que tres patólogos soviéticos someten a los mutilados restos de una criatura humanoide a un reconocimiento forense. En una esquina se pueden observar hombres uniformados que presencian la intervención, y aparece un tercer oficial junto al equipo médico. Sobre una mesa de operaciones se encuentran un brazo y el torso de la supuesta entidad humanoide. Lo extraño de todo es que nadie en la sala lleva mascarilla o cualquier otro método para protegerse el rostro de posibles infecciones de modo que no debería resultar demasiado difícil hallar a los partícipes en tan singular intervención, identificarlos y ubicarlos.Sin embargo, cuando los investigadores requirieron más datos sobre la identidad de los forenses, descubrieron que los tres habían fallecido en diferentes regiones de la Unión Soviética, pero llamativamente todos el mismo día, el 24 de mayo de 1969, una semana después de la intervención. Resulta por ello imposible evitar asociar sus súbitas muertes con el hecho de que esta información permaneciera, clasificada como secreta y que todos aquellos que tuvieron algo que ver con ella, deberían ser “silenciados” para que no sepa nada del asunto. En la actualidad no existen informes oficiales sobre aquel incidente ni lo que paso con los restos del alienígena o la nave siniestrada y todos los esfuerzos por encontrarlo han sido infructuosos. Si se encuentran a buen recaudo – como es lógico suponer - es algo que quizás nunca lo sabremos.