TIEMPOS DEL MUNDO

jueves, 16 de mayo de 2024

PROJECT HEPHAISTOS: En la búsqueda de civilizaciones interestelares avanzadas

Un equipo de investigadores ha decidido bucear en el océano de datos que nos proporcionan nuestros observatorios espaciales en busca de señales tecnológicas que coincidan con las que emitirían las teóricas esferas de Dyson. Se cree que estas megaestructuras alienígenas pueden rodear a una estrella para aprovechar toda su energía y solo es posible construirlas con cocimientos de ingeniería y física mucho más avanzados que los nuestros. Los investigadores han hallado cientos de posibles señales que pueden venir de una esfera de Dyson, pero entre ellas han encontrado 7 que no tienen indicios de origen natural, aseguran. La búsqueda de esferas de Dyson - denominada Project Hephaistos - la lideran dos equipos de astrónomos: uno liderado por Matías Suazo, de la Universidad de Uppsala (Suecia), y el otro por Gaby Contardo, de la Escuela Internacional de Estudios Avanzados (Italia). Los investigadores usaron datos del satélite Gaia de la Agencia Espacial Europea - que está creando un mapa de la posición y el movimiento de miles de millones de estrellas de nuestra galaxia - con los resultados de sondeos infrarrojos de telescopios terrestres y espaciales. "En este estudio, presentamos una búsqueda exhaustiva de esferas de Dyson parciales mediante el análisis de observaciones ópticas e infrarrojas de Gaia, 2MASS y WISE", escriben los autores del artículo publicado recientemente en la prestigiosa revista Monthly Notices of the Royal Academy of Sciences. “El artículo examina la fotometría de Gaia DR3, 2MASS y WISE de aproximadamente 5 millones de fuentes para construir un catálogo de posibles esferas de Dyson". El astrofísico ruso Nikolai Kardashev propuso en los años 60 una escala para medir el progreso de una civilización basada en su capacidad para aprovechar la energía de su entorno. Según la escala de Kardashev se puede medir el avance de una civilización por la cantidad de energía que necesita - cuanto más energía consume más avanzada será - y esto hace posible dividirlas en tres tipos: Una civilización de tipo 1 (planetaria), como la humana, solo puede usar la energía de su planeta, aunque el famoso astrónomo y divulgador científico, Carl Sagan argumentó en años posteriores que aún no hemos llegado a dominarla toda y nos rebajó la nota a un 0,72; Una de tipo 2 (estelar), puede aprovechar la energía total de su estrella con sistemas como las esferas de Dyson; Y finalmente, una civilización de tipo 3 (galáctica), es la que es capaz de controlar la energía de toda su galaxia. Una civilización solo podría construir algo tan masivo y complejo como una esfera de Dyson si hubiera alcanzado el nivel 2 en la Escala de Kardashev. Por lo que si los resultados del nuevo estudio se confirman, podría tratarse de una tecnoseñal que podría ser la primera evidencia de la existencia de una civilización interestelar avanzada que hayamos tenido nunca. "La explicación más fascinante podrían ser las verdaderas esferas de Dyson", dice Suazo. Para analizar la enorme cantidad de datos recogidos por Gaia, 2MASS y WISE, el equipo ha desarrollado un sistema que puede procesar los datos combinados de los tres sondeos. Los investigadores se han centrado en buscar esferas parcialmente completadas, que son las que emiten un exceso de radiación infrarroja. "Se ha desarrollado un proceso especializado para identificar posibles candidatas a esfera de Dyson centrado en la detección de fuentes que presentan excesos anómalos de radiación infrarroja que no pueden atribuirse a ninguna fuente natural conocida de dicha radiación", escriben los autores. "Estas estructuras emitirían calor residual en forma de radiación infrarroja media que, además del grado de terminación de la estructura, dependería de su temperatura efectiva". Separar esas señales de radiación infrarroja emitida por otros objetos espaciales naturales es una tarea titánica porque hay varios objetos espaciales que podrían mostrar resultados similares a una esfera de Dyson. Uno de ellos es una estrella que esté rodeada por los discos de escombros calientes que forman los planetas, pero la mayoría de las estrellas encontradas por el equipo parecen ser demasiado viejas para que esto suceda. Otra posibilidad es que cada una de las estrellas se encuentre casualmente frente a una galaxia lejana que emita ese tipo de resplandor infrarrojo. De los 5 millones de objetos analizados, los investigadores acotaron sus resultados a 368 posibles candidatos De ellos, 328 fueron rechazados por ser mezclas de señales, 29 por ser irregulares y 4 por ser señales de nebulosas. Al final de la criba solo quedaron 7 posibles esferas de Dyson que los investigadores dicen estar seguros de que “son legítimas”. Todas esas fuentes, dicen, son emisores claros en el infrarrojo medio, sin contaminantes ni señales que indiquen un origen obvio en el infrarrojo medio, explican. A pesar de estos datos, el equipo reconoce que todavía no se puede afirmar con rotundidad la existencia de una esfera de Dyson en el universo. "Definitivamente, hacen falta análisis adicionales para desvelar la verdadera naturaleza de estas fuentes", concluyen. La existencia de una megaestructura así significaría que hay al menos una civilización de tipo 2 en el cosmos capaz de construirla. Aunque esa civilización, como explica Avi Loeb, podría haberse extinguido ya. "Encontramos 7 aparentes enanas M que muestran un exceso infrarrojo de naturaleza poco clara que es compatible con nuestros modelos de esfera de Dyson", escriben los investigadores en el artículo. Existen explicaciones naturales para el exceso infrarrojo procedente de estos 7 objetos, "pero ninguno de ellos explica claramente tal fenómeno en los candidatos, especialmente teniendo en cuenta que todos son enanas M. Las enanas M, o enanas rojas, son el tipo de estrella más común en nuestra galaxia, pero su baja luminosidad hace que no podamos verlas fácilmente” indicaron. Las investigaciones continúan y esperan confirmar sus resultados.

jueves, 9 de mayo de 2024

LA ROCA DE ROSWELL: ¿El indescifrable mensaje de una civilización no humana?

Uno de los artefactos más extraños que dejó el incidente alienígena en 1947 en Roswell - EE.UU. - fue una misteriosa podrá que ha generado polémica entre investigadores y ufólogos por sus semejanzas con los Crop Circles y que se le ha dado a llamar la Roca de Roswell. Como sabéis, dicho incidente ha sido uno de los eventos más impactantes de la ufología mundial. Sin embargo, el hallazgo en el lugar del accidente de un curioso artefacto en décadas posteriores, nos indica que dicho incidente está lejos de resolverse. Ello debido a que la roca cuenta con unos símbolos extraños que no parecen pertenecer a este mundo, lo que ha hecho suponer que podría pertenecer a la raza alienígena que nos visitó durante dicho suceso. Sucede que el 4 de septiembre del 2004, Robert Ridge, un cazador de la zona, salió a buscar presas durante el día. Mientras exploraba el territorio en las cercanías del accidente de Roswell, encontró un misterioso objeto incrustado en el suelo. Inmediatamente, el extraño patrón que tenía tallado sobre la superficie llamó su atención, por lo que decidió recogerlo y limpiarlo. El artefacto tiene un símbolo de lo más extraño. Los expertos aseguran que se trata de dos lunas crecientes unidas en las esquinas y un patrón bastante raro que hace recordar a los que aparecen en los Crop Circles. Además, los tallados que tiene la roca han sido elaborados con una precisión increíble. Según el mismo Ridge, dichas marcas solo pudieron hacer hechas con una avanzada tecnología. Pero lo que más ha sorprendido de este misterioso artefacto, es la similitud que existe entre su tallado con el patrón encontrado en los Crop Circles que aparecieron en Liddinton, Inglaterra, el 2 de agosto de 1996. Los teóricos de la conspiración han asociado este hecho con la ubicación donde se encontró la Piedra de Roswell, para asegurar que se trata de algún objeto extraterrestre que se extravió durante el accidente. Muchos investigadores han llegado a la conclusión de que la podría ser dos cosas: O se trata de un verdadero artefacto alienígena perdido cuando estos seres tuvieron el accidente que los llevó a estrellarse en Roswell. O por otro lado, se trata una falsificación muy bien hecha. Si la roca es realmente alienígena, el hecho de que fuera hallado cerca del lugar donde un platillo volador se estrelló (o fue derribado) en 1947, podría significar una de dos cosas. Estaba a bordo del OVNI y logró mantenerse sin descubrir durante 57 años, hasta que Robert lo pisó, o fue dejado allí en una fecha posterior por una tripulación alienígena diferente. Si este es el caso, podría significar que no somos tan diferentes, y que la piedra de Roswell podría haber servido como una especie de recuerdo para sus hermanos caídos. La especulación alrededor de la roca de color chocolate es abundante, con una de las teorías más populares que sugiere que es de hecho un mensaje extraterrestre. Para averiguar si es genuino o no, el cazador contactó a dos ufólogos reconocidos, quienes no dudaron en atender el llamado al ver el intrincado diseño. Los expertos eran Chuck Zukowski y Debbie Ziegelmeyer, quienes asistieron al festival OVNI de Roswell en el 2007. Ambos estudiaron la roca durante un año, donde notaron que el color de la superficie y el de las marcas era el mismo, lo que mostraba que no era una obra reciente. Al observarla a través de microscopio no se encontró ningún tipo de marca, muesca o rastro de la herramienta con el que se hizo el grabado. Obviamente, la cuestión es ¿Qué tipo de herramienta se usó para realizar las tallas en la roca? Si el misterio sobre su inscripción no era suficiente, también se descubrió que ésta tenía propiedades magnéticas; era capaz de atraer la aguja de una brújula o se movía en sentido antihorario cuando se colocaba la parte más gruesa junto a un imán. Sin embargo, al colocar el imán sobre la media luna inferior y el círculo del tallado, la parte más delgada de la roca se movía en sentido inverso. Es decir, en sentido a las agujas del reloj. Esta influencia magnética se debe a la presencia de magnetita. Un espectrómetro fluorescente de dispersión de energía confirmó que la roca poseía este material. Asimismo, al comparar la roca de Roswell con el Crop Circles encontrado en Liddington, Inglaterra, se nota que, aunque parezcan idénticos, no lo son. Muchos creen que el grabado en Roswell Rock representa la existencia de universos paralelos, ofreciendo pistas sobre portales y agujeros de gusano que aún no hemos encontrado. Sin embargo, muchos escépticos han asegurado que la roca “es falsa”, ya que desde hace años se han vendido diferentes accesorios similares para turistas en la zona. Pero los expertos aseguran que esta es totalmente diferente. De hecho, Sam D. Lagrone, uno de los altos oficiales de Roswell, declaró que la piedra “era extraña y podría venir del espacio”. En un foro de conspiración, una mujer que dice ser la hija de un ex ingeniero de NORAD, afirmo que la primera vez que vio esta roca provocó una poderosa respuesta emocional en ella y de inmediato le recordó un incidente que tuvo lugar cuando tenía 7 años. Ella dice: "Cuando era muy joven fui a una instalación de NORAD con mi padre y sus amigos. Mi padre y sus amigos estaban haciendo pruebas en triángulos de metal extrañamente doblados, así como barras largas o puntales. No vi las pruebas, yo solo acabo de recordar a ellos hablando de las pruebas y lo imposible que era entender este asunto. Estos objetos podían ser doblados fácilmente, incluso podrían ser plegados, pero luego regresaban a su forma original. Recuerdo que estaban muy confundidos en cuanto a por qué estos objetos no podían ser cortados, aplastados, o fundidos con antorchas de soldadura. Un triángulo de metal, si recuerdo correctamente tenía una depresión justo fuera del centro y esta depresión parecía no sólo como esta roca, pero si mi memoria es correcta, eso podría haber sido un alojamiento para ese tipo de piedra. [...] Este tipo de piedra, así como otros tipos de objetos, eran de lo que puedo recordar similares a llaves, al menos así es como he oído que ellos lo llamaban" asevero. Al respecto, otros teóricos sostienen que el círculo exterior representa el Sol, y el círculo más pequeño que contiene la Tierra y la Luna es el planeta Nibiru y que la roca significa que se están acercando grandes cambios. Otra teoría afirma que las imágenes reflejadas podrían apuntar a la existencia de un universo paralelo al que se puede acceder a través de un portal. En este caso, la roca podría ofrecernos una pista sobre la existencia de un agujero de gusano sin abrir aquí en la Tierra. Pero aun si dejáramos de lado estas interpretaciones, la roca seguiría siendo enigmática debido a sus extrañas propiedades magnéticas. Su misterio ha sido tal, que hasta el reconocido ufólogo e investigador, Giorgio Tsoukalos y la cadena de televisión History, hicieron un programa dedicado al artefacto. Hasta la fecha, Roswell sigue siendo un misterio persistente, y la aparición de la Piedra de Roswell, no hace más que acrecentar el enigma y las interrogantes sobre el incidente OVNI más importante de la historia reciente.

jueves, 2 de mayo de 2024

¿EL ENIGMÁTICO PLANETA X?: Un objeto no identificado se oculta en la oscuridad más allá de Neptuno

Por primera vez, un nuevo estudio ha proporcionado evidencia sólida que apunta a la presencia de un oscuro objeto desconocido con una gran masa gravitacional que acecha la Tierra y el resto de planetas desde los confines de nuestro Sistema Solar. Científicos del Instituto de Tecnología de California, la Universidad Côte d'Azur y el Instituto de Investigación del Suroeste creen que sus datos pueden confirmar la presencia de este objeto, que podría ser el legendario y esquivo Planeta X. La noción de un noveno planeta -demasiado lejos del Sol para no poder ser observado de forma directa - suena a trama de una novela de ciencia ficción pero, según los astrónomos, se basa en anomalías muy reales observadas a lo largo de la órbita distante de Neptuno. El misterioso objeto ha capturado la imaginación de los científicos y el público el 2015, cuando un grupo de investigadores propusieron por primera vez su existencia basándose en la observación de alineaciones orbitales inusuales entre varios objetos distantes del sistema solar. La intriga comenzó hace más de una década, pero ha ganado fuerza con los más recientes avances en tecnología y métodos de observación. El último estudio - enviado al diario científico The Astrophysical Journal Letters pero todavía sin revisar por pares - detalla una investigación que ha usado complejas simulaciones y un seguimiento preciso de objetos durante un largo período de tiempo. Objetos que se encuentran mucho más allá de la órbita de Neptuno, en los confines del sistema solar. A diferencia de las observaciones con telescopios tradicionales, las simulaciones pudieron predecir y analizar los movimientos de estos objetos distantes, lo que a su vez les condujo a desarrollar un método con el que inferir la influencia gravitacional de este objeto que causa el caos allá por dónde pasa y sería responsable del lanzamiento de cometas y asteroides desde la nube de Oort hacia el interior del sistema solar, cuerpos celestes que pudieron causar la extinción de los dinosaurios y millones de impactos en diferentes planetas del sistema solar. Su sistema de simulación también consideró los movimientos de otros planetas del sistema solar exterior, como Neptuno, el último planeta (tras la degradación de Plutón). En sus computaciones, el equipo calculó meticulosamente la atracción gravitacional de Neptuno, asegurando así la detección de cualquier movimiento anómalo que la influencia del gran planeta azul no pudiera justificar. Los investigadores también incluyeron los efectos de la marea galáctica, la influencia gravitacional ejercida por la masa de la propia Vía Láctea, que afecta sutilmente a las órbitas de los objetos en el borde de nuestro sistema solar. Los astrónomos afirman que hay una tercera fuerza gravitacional desconocida que afecta claramente a estos objetos transneptunianos, deduciendo que la evidencia apuntaba directamente a la existencia del noveno planeta. Sin embargo, aunque las simulaciones son sofisticadas y convincentes, el equipo no ha podido identificar la ubicación exacta del Planeta X. Esta limitación, afirman, es un reflejo de la inmensidad de la región de búsqueda. Pero la consistencia de los resultados en múltiples modelos añade un peso innegable a su hipótesis, reforzando la noción de que algo masivo e invisible en las sombras de nuestro sistema solar. Que sea o no un planeta podría ser lo de menos. Los críticos argumentan que las anomalías orbitales observadas podrían explicarse por otros factores, incluyendo la presencia de grupos de cuerpos celestes más pequeños, pero todavía sin descubrir. Incluso puede haber sesgos de observación y errores en la recopilación de datos, afirman. Otros también apuntan a la posibilidad de un pequeño agujero negro, como apunta Avi Loeb. “En un trabajo reciente con mi estudiante, Amir Siraj, consideré la posibilidad de que el Noveno Planeta sea un agujero negro primordial con una masa planetaria y un horizonte del tamaño de un pomelo”, apuntaba Loeb en un estudio científico publicado en el 2022. Estas explicaciones alternativas no se pueden descartar automáticamente porque representan escenarios plausibles que podrían imitar los efectos gravitacionales atribuidos a un Planeta X. El Observatorio Vera Rubin, que comenzará a funcionar el próximo año, promete una posible solución al misterio. Equipado con el sensor más potente jamás construido, el Vera Rubin llevará a cabo un estudio detallado del cielo del sur de forma constante, con atención especial a los objetos en el borde de nuestro sistema solar. Sus observaciones pueden ser fundamentales en la búsqueda del Planeta X, ya que el observatorio está diseñado para detectar objetos que son demasiado débiles o demasiado lentos para haber sido observados con la tecnología actual. El posible descubrimiento del Planeta X no sería sólo una cuestión de añadir otro planeta a la familia de nuestro sistema solar. Redefiniría totalmente nuestra comprensión de la estructura y la dinámica orbital del sistema solar, ofreciendo nuevas ideas sobre cómo se formó, cómo evolucionó y cómo podría afectar su futuro desarrollo.