Se cree generalmente que fue construida alrededor del 2500 AC, pero la evidencia geológica apunta a que es mucho más antigua que la primera civilización conocida. De ser así, ¿quién - o qué - creó la Esfinge? ¿Acaso es una representación de un ser de otro mundo que vino a la Tierra hace unos 10.000 años? Lo primero que sorprende al verla es su tamaño descomunal, que ha perdido gran parte de su forma original y que está esculpida en la roca viva. Debido al estado de deterioro en que se encuentra la estatua, resulta complicado conocer qué representa ni con qué fin fue levantada. No sabemos qué clase de rostro tenía originalmente (todo parece indicar que fue alterado posteriormente quizás por el mismo faraón que levanto las pirámides para colocar el suyo y ello se comprueba por el tamaño de la cabeza que no corresponde al cuerpo) ni si era un ser alado. Como sabéis, en todo el mundo existen numerosos monumentos y antiguas construcciones de los cuales se han podido realizar hallazgos que han venido a aclarar el misterio que encierran. También han aparecido textos que han aportado explicaciones o se han conservado tradiciones cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos. Pero sobre la Esfinge de Gizeh, no ha sucedido lo mismo. Sigue resistiéndose a los todos los intentos realizados para conocer su origen. Ubicada en la ribera occidental del rio Nilo en el mismo emplazamiento de las pirámides, con una longitud de 57 metros y una altura de 20 metros, fue construido en un solo bloque de piedra natural el cual no posee ninguna inscripción que identifique a su constructor. Ni siquiera los antiguos egipcios sabían la fecha exacta porque cuando construyeron las pirámides, la esfinge ya se alzaba en la zona, según se lo contaron a Herodoto. Los griegos quedaron fascinados con la criatura y la convirtieron en parte de su mitología, según el cual, la esfinge era un monstruo con cabeza y pechos de mujer, cuerpo de león, alas de ave y que representaba a la sabiduría. Según la leyenda, esta criatura se agazapó en lo alto de una roca a la entrada de la ciudad griega de Tebas. A cualquiera que intentaba entrar o salir le proponía un acertijo y al que no lo resolvía lo devoraba. Restaurada posteriormente en la época de Tutmosis IV, este hizo colocar una estela de piedra con su nombre entre las patas delanteras de la esfinge, por lo que se creyó durante mucho tiempo que el fue su constructor, pero ahora sabemos que no fue así. Estudios realizados sobre la configuración geológica de la planicie, por encima de la cual se asientan las tres pirámides y la esfinge, se ha llegado a la conclusión de que hace miles de años el agua debió correr bajo la meseta, por lo que los egipcios pudieron haber utilizado unos túneles creados de forma natural, bajo la esfinge y la gran pirámide para comunicar subterráneamente unos monumentos con otros. Otras investigaciones sostienen que bajo la pata derecha de la esfinge hay unos túneles que conectan varias cámaras. Si existen o no y lo que hay en ellas, sigue siendo un enigma. Otras teorías suponen que la entrada principal al subterráneo estaría debajo de la cabeza y entre las dos patas delanteras, en una zona que aparece tapada actualmente por la estela de piedra de Tutmosis IV. Durante el siglo XX se llevaron a cabo una serie de trabajos de restauración del monumento, cuyo origen continua siendo todo un misterio ¿Será obra de una civilización extraterrestre llegada a nuestro planeta miles de años atrás y la dejaron como testimonio de su paso por la Tierra?.Esta teoría cobro relevancia en 1979 cuando la sonda Viking logro fotografiar en Marte lo que se dio en llamar “la esfinge marciana”, un gigantesco rostro que mira hacia el espacio, acompañada de extrañas formaciones semejantes a las pirámides. Si bien posteriormente la NASA trato de desmentir el descubrimiento, afirmando que se trato de “un juego de luces y sombras al paso del Viking sobre la región de Cydonia” y posteriormente mostrando nuevas fotografías del lugar - retocadas obviamente - tomadas por la Mars Global Surveyor en 1998, en el cual no aparece el célebre rostro, muchos no están convencidos con sus argumentos y creen que como en tantos casos, la agencia espacial estadounidense encubre la verdad. Su actuación no debe sorprendernos ya que la NASA siempre actúa de esa manera, en virtud del “Informe Brookings” de 1961, en el que el gobierno estadounidense ordenó a la agencia la manipulación y el ocultamiento de las evidencias consideradas “conflictivas”. Entretanto, la Esfinge de Gizeh - al cual algunos investigadores dan una antigüedad de 10,000 años - continúa siendo todo un reto para la ciencia.