Una curiosa noticia dada a conocer el último fin de semana por The Moscow Times, da cuenta de la apertura de los archivos de la KGB relativos a los OVNIS, de los cuales se tenía conocimiento en la desaparecida Unión Soviética. Sin embargo, con el cambio en las prioridades políticas en la nueva Rusia, ahora muchos de esos documentos otrora secretos ya están al alcance del público.¿Pero se puede confiar en la veracidad de su información? No cabe duda que al igual que sucede en los EE.UU., dichos archivos recientemente salidos a la luz, previamente podrían haber “eliminado”, información sensible que la FSB (sucesora del KGB) no quiere que se haga público, al menos por el momento. A pesar de ello, dichos documentos pueden ofrecer valiosa información a los investigadores en particular, relacionados a los extraterrestres y los OVNIS. Como sabéis, en la desaparecida Unión Soviética se operó una doble política respecto a los Objetos Voladores No Identificados. Si por una parte a la población se les explicaba que los OVNIS no existen, ya que simplemente se trataba de propaganda del enemigo y aquellos fenómenos inexplicables que de vez en cuando eran avistados por los ciudadanos, fueron calificados como naves pertenecientes a la OTAN, diseñados para espiar a la antigua URSS. Es más, quienes se atrevían a difundir materiales sobre los OVNIS o extraterrestres eran catalogados como “enemigos del Estado” y acusados de agitación anti soviética, requisándoles todas las pruebas que tenían - sean fotos, videos o testimonios - los cuales sin embargo, eran cuidadosamente almacenados y organizados en los archivos de la KGB. Es decir, se admitía plenamente la existencia de tales objetos de origen extraterrestre, los cuales se creía, podían poner en peligro la seguridad del país. Así por ejemplo, Igor Sinitsyn, asistente del jefe de la KGB, Yuri Andropov, en una entrevista con “The Observer” habló de lo que vio en la oficina de su jefe: un extenso dossier sobre el fenómeno OVNI, que trataba acerca de la aparición en 1977 de un extraño objeto volador sobre Petrozavodsk. La documentación incluía no solo imágenes y testimonios de quienes lo vieron, sino también el seguimiento que se le dio al caso en la prensa extranjera, como un artículo publicado en la revista alemana “Stern” que llamo especialmente la atención a Andropov por lo que fue traducido detalladamente. Dicho material fue leído cuidadosamente por el propio jefe de la KGB, quien luego de sacar de su escritorio una carpeta azul, afirmo a su asistente que estaba familiarizado con el contenido de dicho artículo y que en la carpeta tenía mas pruebas que lo corroboraban. Esta contenía informes oficiales de contra inteligencia de encuentros con OVNIS, calificados de máximo secreto. Debido a ese incidente, Andropov ordenó que cada soldado encargado de la vigilancia de fronteras y complejos militares, debiera de ahora en adelante reportar a la KGB todos los casos de avistamientos de naves extraterrestres de los cuales tuvieran conocimiento. La información más relevante fue a parar a la carpeta azul, cuyo contenido era conocido únicamente por la alta dirección del país. Tras el derrocamiento de la dictadura comunista y el fin de la Unión Soviética, algunos de esos documentos fueron a parar en 1991 a manos del cosmonauta Pavel Popovich, especialista en el estudio de los OVNIS. En dicha carpeta había 124 páginas impresas, sobre informes y encuentros con Objetos Voladores No Identificados. Lamentablemente dicha información que se le ofreció solo era una parte del contenido original, por lo que gran parte continua fuera del alcance público. Aún así, lo entregado tiene importantes datos que vale la pena darlo a conocer: Uno de esos casos sucedió el 28 de julio de 1989 en unos almacenes de misiles, ubicados al noreste de la ciudad de Kapustin Yar, región de Astracán. Sucedió que los soldados que custodiaban el complejo, observaron sobre la base tres objetos luminosos. Eran unos discos con un diámetro de 4-5 metros aproximadamente que se movían en silencio, flotando sobre el suelo. Un piloto se ofreció como voluntario para comandar el avión para derribarlos, pero fue incapaz de acercárseles ya que los objetos constantemente se fueron alejando de él, hasta que de un momento a otro se elevaron y desaparecieron en el espacio exterior, todo en cuestión de segundos y sin hacer ruido alguno. Otro documento de dicho expediente describe el avistamiento de un OVNI, ocurrido en 1984 en Turkmenistán. El sistema de defensa aérea captó un objeto esférico volando silenciosamente a lo largo de la costa del Mar Caspio a una altura de 2000 metros, por lo que dos cazas salieron en su busca, pero fracasaron en sus intentos por derribarlo y es que cuando los pilotos comenzaron a dispararle, la extraña esfera comenzó a volar de improviso a ras del suelo - algo que ninguna nave de origen humano puede hacer - alejándose a gran velocidad por lo que los disparos de los aviones resultaron inútiles ya que les fue imposible alcanzarlo. Como estos casos, en dicho expediente hay algunas docenas. Esta prueba documental apunta a dos hechos: En primer lugar, existen los OVNIS, y en segundo lugar, a pesar de la negativa oficial, la KGB participó activamente en la recolección de información en relación con dichos objetos no identificados. Ahora estos documentos se encuentran almacenados en el archivo de la Sociedad Geográfica Rusa y están al alcance del público. Otro caso bien conocido es el derribo de un OVNI en 1968 en los Urales - conocido como el Rosweel ruso - donde además se pudo rescatar el cadáver de un humanoide. De acuerdo a datos recogidos, muchos residentes de la región de Sverdlovsk vieron un OVNI y escucharon una explosión el 27 de noviembre de 1968 cerca de Berezovsky, en el estado de Sverdlovsk. La noticia fue publicada en un periódico local, mencionando que “bolas de luz voladoras” fueron vistas sobre los bosques aledaños. También se decía que una de ellas había caído el 26 de ese mes. Algunos granjeros encontraron un extraño disco en el bosque y dieron aviso a la KGB. En el film secreto, revelado, se ve la llegada de los soldados que, rápidamente, acordonan el lugar. Al fondo, recostado sobre los árboles, se veía semienterrado un disco que alcanzaba una altura de dos metros. Se podría pensar que sus dimensiones reales son de poco más de tres metros de diámetro. El platillo fue transportado al camión y junto con el cuerpo del presunto alienígena, enviados a Moscú. Una vez llegado a la Facultad de Anatomía, de la Academia de Medicina, I. M. Sechenov (el mayor instituto médico de Rusia) el humanoide fue diseccionado por los científicos quienes estaban convencidos de que no era de origen humano. Lo que llamó la atención fue que una semana después, los tres médicos que participaron en dicha autopsia, por razones poco claras, murieron sorpresivamente el mismo día, llevándose el secreto a la tumba. Algunos periodistas extranjeros argumentan que la información filtrada sobre las actividades de la antigua KGB se ha producido de forma deliberada, vaya uno a saber porque motivos. En todo caso, sus actividades siempre han estado envueltas en rumores y leyendas, por lo que separar la verdad de la desinformación es extremadamente difícil. Por lo visto, los OVNIS siguen siendo considerados un tema de seguridad nacional, por lo que muchos de los documentos del archivo original es poco probable que alguna vez se hagan públicos.