TIEMPOS DEL MUNDO

jueves, 21 de diciembre de 2017

LA ESTRELLA DE BELEN: ¿Una extraña conjunción planetaria?

El debate sobre la auténtica naturaleza de la Estrella de Belén llega puntualmente cada año por estas fechas. Astrónomos, historiadores y teólogos llevan décadas reflexionando sobre qué fue lo que guió a los Reyes Magos de Oriente hasta el recién nacido, según el relato bíblico. Más allá del milagro y el hecho religioso, la ciencia intenta dar significado a algo que ocurrió hace más de 2.000 años. ¿Fue un cometa lo que marcó el inicio de nuestra era? ¿La explosión de una potente y brillante supernova? La estrella de Belén pudo ser en realidad el resultado de una conjunción de planetas en el cielo que coincidió con el nacimiento de Jesús, según Aleks Scholz, astrónomo de la Universidad St. Andrews. Durante muchos años, algunos astrónomos, trabajando bajo la suposición de que la Estrella de Belén era en realidad un objeto celestial real, sugirieron posibles explicaciones astrofísicas. Al hacerlo, no solo tenían que encontrar el tipo correcto de objeto, sino también el que tuvo el significado que hizo que los Reyes Magos fueran a buscar al niño Jesús. Hace dos mil años, la astronomía y la astrología eran una. En muchas representaciones, la Estrella de Belén parece un cometa. Pero hay muchas razones para dudar de que los cometas hayan llevado a los Reyes Magos a Belén. Por un lado, los cometas no se ven como estrellas, y estas personas no eran estúpidas, explica el profesor Scholz en un comunicado. El cometa Halley, el candidato más obvio, apareció en el cielo en el año 12 antes de Cristo, varios años antes de la fecha de nacimiento plausible de Jesús. Además, los cometas eran vistos como heraldos de la perdición, y este fue un evento alegre, precisa. Otra teoría postula que la Estrella de Belén era en realidad una nueva estrella en el cielo, una nova o una supernova. Originalmente fue idea de Kepler, pero lamentablemente no tenemos registros independientes de una supernova brillante en este período. Eso no quiere decir que no sucediera, por supuesto. Hoy observamos estos objetos rutinariamente, pero en ese momento las personas no habrían sabido cómo interpretarlas, afirma este experto.Tal vez las explicaciones más verosímiles para la Estrella de Belén involucren una conjunción planetaria. De hecho, hay varias reuniones raras entre planetas prominentes en el período de tiempo correcto, explica el astrónomo de St. Andrews. En el año 7 antes de nuestra era, Júpiter y Saturno se encontraron tres veces. Un año después, Júpiter y Saturno se unieron a Marte. Lo que siguió fue una fantástica secuencia de conjunciones en el año 3 y 2 antes de Cristo: Saturno con Mercurio, Saturno con Venus, Venus con Júpiter y Venus con Mercurio. Luego, de nuevo Júpiter con Venus, esta vez se acercaron tanto para parecer uno para el ojo humano. Por la misma época, Júpiter, el rey de los planetas, se movía alrededor de la estrella brillante Regulus, la estrella de los reyes. Entonces Júpiter se detuvo, en la constelación de Virgo, visto desde Jerusalén directamente sobre Belén. Aquí hay un espectáculo de planetas con una gran importancia astrológica, que ocurre en el momento adecuado, aunque esa última parte aún se debate. Tal vez deberíamos eliminar las estrellas en forma de cometa de los árboles de Navidad y reemplazarlas por planetas, concluye en su argumentación el profesor Scholz. No es la primera vez que los científicos apuestan por una conjunción planetaria como explicación a la Estrella de Belén. Grant Mathews, profesor de astrofísica y cosmología teórica en el Departamento de Física de la Universidad de Notre Dame's College of Science, explicaba algo similar hace algunos años. Los Reyes Magos, probablemente sacerdotes del Zoroastrismo de la antigua Babilonia y Mesopotamia, pudieron quedar fascinados por una alineación en la que el Sol, Júpiter, la Luna y Saturno estaban todos en Aries, mientras que Venus se encontraba al lado en Piscis, y Mercurio y Marte en el otro lado en Tauro. Esos astros hablaban de un gobernante con un destino especial nacido en Judea. Según calculaba Mathews, el fenómeno no se repetirá en 500.000 años. En conclusión, no sabemos en definitiva que es lo que fue en realidad. De lo que si estamos seguros es que quizás esta sea una de esas hermosas historias que siempre irán acompañadas de una parte de misterio.