TIEMPOS DEL MUNDO

jueves, 9 de agosto de 2018

¿ALGUIEN NOS ESTA LLAMANDO?: Detectan misteriosas señales de radio procedentes del espacio profundo

Como sabéis, uno de los eventos más importantes para la especie humana sería el encuentro de vida inteligente en otras partes del universo. Este tipo de “contacto” tendría indudablemente un profundo impacto en nuestra sociedad, pero la cuestión de cómo gestionar tal acontecimiento ha sido ampliamente discutida por los científicos. De hecho, en 1990 se acordó un “Protocolo de detección” , el cual establecía los pasos que un grupo de investigadores deberían tomar en caso de un contacto. Pero no todos los científicos están de acuerdo con este tipo de investigaciones ya que algunos creen que los mensajes enviados por extraterrestres desde el espacio podrían destruir la vida tal como la conocemos en la Tierra si no tenemos cuidado con la forma en que los leemos. Es mas, un estudio publicado en arXiv.org a principios de año exploraba cómo podemos leer y entender un mensaje procedente el espacio, y descubrió que sería imposible saber que un mensaje era peligroso antes de abrirlo. De hecho, los científicos advirtieron que estos mensajes de procedencia desconocida son tan peligrosos que sería más seguro descartarlos sin averiguar su contenido. Pero a pesar de estas advertencias, continúa la búsqueda de inteligencia extraterrestre. Ahora, un radiotelescopio canadiense ha detectado lo que parece ser una extraña señal que proviene del espacio exterior. En efecto, el radiotelescopio canadiense CHIME, en ingles Canadian Hydrogen Intensity Mapping Experiment (Experimento Canadiense de Mapeo por Intensidad de Hidrógeno), ha estado rastreando señales de origen extraterrestre durante una semana y el pasado 25 de julio detectó una misteriosa señal de radio procedente del espacio profundo en frecuencias inferiores a los 700 MHZ. El CHIME, ubicado en la Columbia Británica, recibió la señal ahora denominada FRB 180725A. Las extrañas ráfagas rápidas de radio (FRB por sus siglas en inglés) son emisiones de radio de milisegundos. Hace apenas una década que se rastrean las FRB y el CHIME se creó exclusivamente para captar esas señales del espacio profundo a partir de fuentes como explosiones de magnetoestrellas, agujeros negros y, por supuesto, civilizaciones extraterrestres muy avanzadas. El CHIME detectó el FRB 180725A, seguido de señales de radio a frecuencias mucho más bajas a 400 kHz, que se confirmó que no se originaron en ningún lugar de la Tierra, por lo que su origen debía ser algún lugar indeterminado del universo. Los científicos también creen que lo que produjo la señal podría ser una civilización extraterrestre extremadamente poderosa. Los investigadores del radiotelescopio canadiense CHIME dicen que cada vez que se recibe un FRB, ayudan a comprender el misterio de su origen.“Estos eventos se han producido durante el día y la noche, y sus tiempos de llegada no están correlacionados con actividades conocidas in situ u otras fuentes conocidas”, dijo Patrick Boyle, autor del informe publicado en The Astronomer’s Telegram y gerente de proyectos de CHIME. Por su parte, el físico Paul Scholz explicó que los FRB también actúan como mensajeros en todo el universo. “Debido a que se propagan a través de una gran porción del universo, puedes aprender sobre el material que está entre las galaxias usando estos eventos”, explicó Scholz. “Básicamente, como una pequeña sonda que pasa [a través] del material entre nosotros y su fuente”. El primer FRB fue informado por Duncan Lorimer y David Narkevic en el 2007, que se cree que su origen es definitivamente extragaláctico. Desde entonces, muchos de esos FRB se han registrado con su origen generalmente fuera de la Vía Láctea. El último registrado fue en marzo por el radiotelescopio Parkes de Australia. Esta serie de fenómenos ha llevado a científicos como Avi Loeb, del Centro de Astrofísica Harvard Smithsonian, a afirmar que “vale la pena contemplar y verificar la posibilidad de que su origen sea artificial. Hemos postulado que los estallidos rápidos de radio podrían ser haces producidos por civilizaciones extragalácticas para, potencialmente, alimentar sus naves impulsadas por velas de luz”. Esa tecnología, aún en pañales en la Tierra, tiene sin embargo el potencial de revolucionar la exploración espacial, y consiste en “empujar” grandes velas espaciales con potentes haces láser. En teoría, de esta forma una nave podría alcanzar hasta un 20% de la velocidad de la luz y enviar, según la NASA, una nave a Marte en apenas tres días. Con eso en mente, Loeb y su equipo investigaron la posibilidad de que los estallidos rápidos de radio provinieran de un enorme transmisor de radio en un distante planeta alienígena, que emitía señales tipo FRB a través del Universo para propulsar las gigantescas velas de sus naves. Una explicación interesante y digna de tomar en cuenta y que nos da una idea de los insondables misterios del universo.