TIEMPOS DEL MUNDO

lunes, 16 de diciembre de 2019

SOCIEDADES SECRETAS: Los Legionarios de Cristo

Es una congregación religiosa de derecho pontificio, fundada en 1941 por Marcial Maciel. Según reza en su página web, "tiene como misión la extensión del Reino de Cristo en la sociedad según las exigencias de la justicia y caridad cristiana, y en estrecha colaboración con los Pastores y los programas pastorales de cada diócesis". Cuenta con más de 650 sacerdotes y cerca de 2.500 seminaristas mayores y menores que viven en las residencias legionarias de 18 países. Dispone de ilimitados recursos económicos proporcionados por poderosos financistas que se escudan en el anonimato, que les ha permitido crear un entramado de empresas, fundaciones y asociaciones encargadas de gestionar una serie de proyectos en diversos países. No cabe duda que se trata de una secta con mucho poder y que últimamente están en el ojo de la tormenta por la revelación de los abusos sexuales de niños cometidos por sus integrantes desde el mismo año de su fundación, quienes siempre han gozado de la protección del Vaticano para cometer tan aberrantes delitos. No es de sorprender por ello que con semejante ‘padrinazgo’ esta organización criminal perdure en el tiempo. En efecto, uno de los escándalos mas recientes es aquella en la que los propios legionarios reconocieron por primera vez en su historia, que 175 menores han sido víctimas de abuso sexual, incluidos al menos 60 cometidos por el propio Maciel (a quien Juan Pablo II denominara nada menos que como “apóstol de la juventud”) en la congregación desde su fundación en 1941 y hasta el pasado 16 de diciembre. En un informe, que será presentado el próximo 20 de enero del 2020 en la reunión de su Capítulo General, máxima autoridad de los Legionarios de Cristo, se señaló a 33 sacerdotes como responsables de los casos de pederastia contra niños, en su mayoría de entre 11 y 16 años. Resalta que el número de víctimas incluye los al menos 60 menores de edad de los que abusó Maciel (1920-2008), fundador de la congregación, a quien Benedicto XVI de manera reservada en el 2006 retiró del sacerdocio para que se dedique a "una vida plena de oración y penitencia" pero que aparte de ello, no lo denuncio penalmente ante las autoridades como era su obligación y lo siguió protegiendo en todo momento. Sin duda alguna que el ser amigo personal del Papa lo salvo de terminar en la cárcel. Tras su muerte en los EE.UU. el 30 de enero del 2008, recién comenzaron a salir a la luz una serie de escándalos donde se describen tanto su afición a la morfina como su participación en el abuso sexual de menores. De otro lado, en una entrevista concedida a L´Osservatore Romano, el cardenal João Braz de Aviz - prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada - reconoció que El Vaticano oculto desde 1943 documentos sobre las conductas de Marcial Maciel. “Quien lo tapó era una mafia, ellos no eran la Iglesia” dijo a modo de excusa. “Tengo la impresión de que las denuncias de abusos crecerán, porque solo estamos en el inicio. Llevamos décadas encubriéndolo, desde la propia fundación de la organización y esto ha sido un tremendo error”, sostiene. Histórico o no, el documento de los legionarios esboza las dimensiones que el problema del abuso sexual alcanzó en la organización que nació con el beneplácito de Pio XII, que pese a su descrédito público conserva peso en el Vaticano más que nada por su poder económico. Con estas ‘credenciales’ no es de extrañar que Francisco I no haya dicho una palabra sobre el asunto y prefiera mirar hacia otra parte. Es de esperar que ante tales revelaciones, las victimas de los abusos (que obviamente son muchísimos más de los que se creen porque ello sigue ocurriendo actualmente) los denuncien ante la justicia para que se investigue el asunto y que los responsables de esos delitos como sus cómplices - comenzando con el mismo Papa - sean castigados ejemplarmente con todo el peso de la ley.