TIEMPOS DEL MUNDO

jueves, 15 de diciembre de 2011

MENUDA FALTA DE ORIGINALIDAD: La Navidad no tiene nada de "cristiana"


Venga, se acerca la Navidad y esta es una ocasión para hablar de una festividad de oscuros orígenes, de la cual - fiel a su costumbre - una corrupta y decadente Iglesia Católica pretendió apoderarse de ella “cristianizándola” para hacernos creer que fue una creación propia cuando en realidad no es así. En efecto, la celebración del solsticio de invierno es una de las festividades más antiguas de la humanidad. Cronológicamente, el 25 de diciembre fue en Roma donde se celebraba una fiesta pagana llamada los saturnales, en honor a Apolo – el dios Sol – que conmemoraban el fin de la siembra de invierno del 17 al 25 de diciembre, siendo asimilada esta celebración mas tarde por los seguidores del dios Mitra (la versión persa de Apolo) y posteriormente “cristianizada” por una naciente iglesia, demostrando esta ultima su falta de originalidad. La tradición “cristiana” celebra desde entonces durante la noche del 24 al 25 de diciembre el supuesto nacimiento de un imaginario Jesús – del cual no existe prueba tangible de que haya existido alguna vez – ya que en ninguna escritura antigua se hace mención de esa fecha que es en realidad una simple adaptación del festejo del nacimiento de Mitra, que rivalizaba con el cristianismo en el imperio romano. El paralelismo simbólico es evidente y demuestra la falsedad del “cristianismo”: Mitra nació en una cueva para protegerse de un rey que ordenó asesinarlo y su llegada fue saludada por magos astrólogos que siguieron una estrella. Es más, el cumpleaños de Mitra se llevaba a cabo cada año el 25 diciembre y se creía además que fue asesinado por otro dios, el de la oscuridad, para finalmente levantarse al tercer día de entre los muertos. La resurrección de Mitra se conmemoraba al inicio de la primavera y para celebrar la festividad – la llamada Pascua – eran sacrificados un buey o cordero de color blanco sobre una rejilla a través de la cual la sangre se derramaba sobre los nuevos convertidos, que eran así “bautizados”. Los discípulos del dios persa ingerían entonces pan y vino en una cena de comunión en masa. Son evidentes los paralelismos con los ritos “cristianos” los cuales en realidad son una burda copia, porque estas creencias eran anteriores a la existencia del “cristianismo” Es por ello que el culto solar de Mitra se convirtió en un importante competidor y su popularidad era tal que estuvo a punto de triunfar definitivamente, pero la casualidad quiso que no fuera así. Resulta que durante una de esas continuas guerras civiles que ocurrían en el Imperio Romano, uno de los generales - Constantino – que pretendía apoderarse del trono, prometió que si el dios “cristiano” lo apoyaba en su lucha por hacerse del poder, lo convertiría en la religión oficial del Imperio, tal como sucedió luego. Es así que esta comienza a absorber en su seno costumbres y ritos de origen pagano, adoptando el 25 diciembre (nacimiento de Mitra), para asignar el “nacimiento” de Jesús. Solamente se tuvieron que cambiar los nombres de los protagonistas y listo, el engaño estaba consumado. El origen no cristiano de la Navidad dio pie a importantes controversias en las distintas iglesias “cristianas” que surgieron luego. Es paradójico que actualmente se sepa muy poco saben sobre la existencia de un olvidado Mitra, pero en nuestros días gran parte del mundo celebra sin darse cuenta su nacimiento. Algo parecido sucedió con el Árbol de Navidad y Santa Claus – de origen germano y nórdico respectivamente – y “cristianizados” posteriormente por la iglesia. Sin embargo con el paso del tiempo, se han convertido en los verdaderos símbolos de unas fiestas, que de "cristianas" no tienen nada.