Cuando escuchamos la palabra vampiro, pensamos automáticamente en una criatura humana con largos colmillos que se alimenta de la sangre de las personas. Como sabéis, los mitos acerca de los vampiros han existido por siglos y hoy en día continúan siendo parte de nuestra cultura. Según la creencia general, un vampiro es una criatura que se alimenta de la vida de otro ser vivo. En algunas culturas orientales y nativas americanas representa una especie de demonio. En Europa, el mito es de origen eslavo. Pero generalmente es representado como un humano que regresa de entre los muertos, bebiendo la sangre de otros para poder sostener su propio “cadáver viviente”. Se cree que, con el tiempo, estas historias se extendieron en Europa del Este, sobre todo por ciertos eventos históricos que demostraban su existencia. En 1732, en Hungría, los vecinos de un pueblo exigieron que se desenterrara el cuerpo de un hombre recientemente muerto. Afirmaron que regresaba por las noches, molestando al ganado. Lo llamaron vampiro y fue la primera vez que apareció la palabra. Sea como fuese, son muchos los que aseguran que los vampiros existen, pero no de la forma en que se representan en la ficción. Los verdaderos vampiros que beben sangre existen en la sociedad, pero en cuanto a su aversión al ajo, el agua bendita y la luz del día, esos atributos parecen limitarse a los mitos y leyendas. Dicho esto, ¿alguna vez te has preguntado cómo es realmente un vampiro? ¿Se parece en algo a los vampiros que vemos en el cine o la televisión? Ahora, científicos polacos están a punto de reconstruir el rostro de un verdadero vampiro asesinado en el siglo XVIII. Al crear un modelo 3D del cráneo, los investigadores esperan mostrar cómo era físicamente en el momento de su muerte a fines del siglo XVIII. “La criatura” en cuestión es conocida como “el vampiro de Kamień” porque el esqueleto fue descubierto en el 2014 en un cementerio ubicado en Kamień Pomorski, situada en la Voivodia de Pomerania Occidental - parte de la antigua Prusia - con un ladrillo en la boca, una clara señal segura de que los antiguos habitantes querían evitar que este ‘vampiro’ mordiera a alguien más. Los huesos de las piernas, el fémur y la tibia, mostraban signos de que habían sido clavadas en el suelo para evitar que se levantara y volviera a caminar entre los vivos en busca de sangre. En el momento de su descubrimiento, los investigadores creían que el esqueleto pertenecía a un hombre que tenía entre 45 y 55 años en el momento de la muerte, el cual tenía cabello, ojos oscuros y medía 1,6 metros de altura. El Dr. Andrzej Ossowski, jefe de la Unidad de Genética Forense de la Universidad de Medicina de Pomerania en Szczecin, explicó a la revista científica Science in Poland que la intención de recrear la cara de este vampiro es para comenzar a tratar los restos humanos antiguos con respeto, sacarlos de las vitrinas del museo y sustituiros con imágenes 3D precisas de cómo eran antes físicamente antes de descubiertos.“Queremos demostrar que, con la ayuda de métodos modernos, podemos reemplazar esqueletos que son muy comunes en museos con modelos 3D basados en investigaciones”, dijo el Dr. Ossowski. “Creo que, en el futuro, no deberíamos exhibir restos humanos en los museos, especialmente porque ya tenemos la tecnología para sustituirlos con modelos.” Pero en este caso, la recreación del “vampiro de Kamień” no solo ha servido para saber cómo era, también para saber que el cadáver fue identificado erróneamente cuando fue encontrado. Parece ser que se trataba de una mujer que fue considerada tanto una bruja como vampiro y las heridas que muestra su esqueleto se infligieron cuando aún estaba viva. “Tenemos la intención de realizar dos reconstrucciones: una virtual, utilizando software de modelado 3D, y otra con la técnica de Gerasimov utilizada en medicina forense y antropología forense”, continuó explicando el científico polaco. “En el modelo tridimensional, aplicaremos capas de material plástico que corresponderán a las capas de tejido blando”. Lo que veremos a través del modelo 3D será el rostro de una mujer de 65 años con cabello rubio y ojos azules, de 1,7 metros de altura. La imagen en 3D también podría dar algunas pistas de por qué se pensaba que la mujer era una bruja y un vampiro, torturándola hasta la muerte y enterrándola con un ladrillo en la boca. Aparte de este detalle, una cosa está muy clara sobre los vampiros, es que ciertamente existen, aunque probablemente en la forma en que los libros los describen. Al igual que muchos mitos y leyendas, las historias de vampiros parecen estar basadas en una pequeña verdad. A medida que exploras el fenómeno paranormal, físico y psicológico detrás del vampirismo, se vuelve muy claro que cuando se trata de vampiros, la verdad es mucho más aterradora que la ficción.