Encontrar vida en otro planeta es como el Santo Grial de la exploración espacial y tratar de contactarnos con ellos por medios de señales enviadas desde la Tierra ocurre desde hace décadas. Sin embargo, existe el fundado temor de que una vez que localizasen nuestra ubicación, los extraterrestres podrían querer venir a matarnos. Por ese motivo, para prevenir la posible aniquilación de la raza humana, dos astrónomos de la Universidad de Columbia están proponiendo el uso de rayos láser para ocultar a nuestro planeta de posibles invasiones alienígenas. En efecto, el profesor David Kipping y el estudiante de postgrado Alex Teachey publicaron un artículo en la revista Monthly Notices de la Real Sociedad de Astronomía sobre cómo la Tierra puede ocultarse de otras formas de vida inteligente que quieran eliminarnos y explotar nuestro planeta por sus recursos naturales. Como sabéis, los científicos buscan planetas similares a la Tierra al tratar de detectar pequeñas disminuciones de iluminación, las cuales sugieren que un planeta está orbitando alrededor de una estrella. De hecho, la misión Kepler de la NASA busca estos eventos, también conocidos como tránsitos, para encontrar planetas. Hasta ahora, la nave espacial ha descubierto miles de planetas, y una innumerable cantidad de ellos se encuentran en zonas habitables - al menos para los humanos - en relación a la estrella que orbitan. Sin embargo, cabe la posibilidad que así nuestros científicos están buscando civilizaciones extraterrestres por medio de disminuciones de iluminación, los alienígenas estén utilizando métodos similares para encontrarnos a nosotros, dijo Kipping. Esta idea de extraterrestres hostiles no es nueva. Científicos como Stephen Hawking han advertido en contra de que los seres humanos difundan nuestra existencia en el espacio. Pero existe otro problema que no habíamos tomado en cuenta antes y ya puede ser tarde para remediarlo. Sucede que desde hace décadas, las imágenes de la Tierra durante la noche revelan nuestra presencia en el cosmos de una manera espectacular. Ciudades y caminos delinean los contornos de los continentes, mientras que las plataformas petroleras salpican los mares y los barcos dibujan líneas a través del océano. Este tipo de luz, que ha reemplazado a las fuentes incandescentes más antiguas, no es natural. Desde las lámparas de sodio naranja o mercurio azulado, hasta los diodos emisores de luz blanca (LED), el origen artificial de este "espectro" debería ser fácil de detectar para los extraterrestres tecnológicamente avanzados y puedan atraerlos a nuestro planeta con planes de conquista, al considerarnos una especie primitiva y sumamente peligrosa, dada nuestra ‘afición’ a las guerras que han ensangrentado a la humanidad. La luz artificial no solo nos permite ver, sino también que nos observen. Por lo tanto, bien podría atraer esa atención no deseada. Si en las próximas décadas, las agencias espaciales de la Tierra desarrollan la tecnología para detectar luz artificial en planetas que orbitan alrededor de otras estrellas, quizás nos llevemos una sorpresa, ya que los alienigenas pueden creer que lo más inteligente para no ser detectados seria permanecer en la oscuridad o vivir bajo la superficie del planeta. En cambio, es posible que ellos ya conozcan nuestra posición exacta en el universo ‘gracias’ a que hemos estado difundiendo involuntariamente nuestra presencia desde hace décadas con la televisión, la radio de frecuencia modulada, el radar y las luces que iluminan nuestras ciudades, por lo que ahora bien puedan estar en camino para acabar con nosotros. Esto plantea la pregunta: ¿debemos atenuar nuestras luces antes de que sea demasiado tarde?