No cabe duda que el mundo vive días difíciles: Guerras y rumores de guerras, conflictos interminables, la furia de la naturaleza en toda su magnitud (huracanes, terremotos, erupciones volcánicas, elevación de la temperatura por el calentamiento global, derretimiento de los polos, etc.) a los que debemos sumar la aparición de temibles epidemias que azotan a la humanidad, entre las cuales podemos señalar en primer lugar al Coronavirus, los cuales coincidentemente han llegado a manifestarse con mayor frecuencia desde que el argentino Jorge Bergoglio accedió al trono de El Vaticano el 13 de marzo del 2013 con el nombre de Francisco I. Calificado de hereje por los sectores tradicionalistas de la Curia Romana debido a su postura anticristiana, muchos se preguntan si este es el anunciado Papa del Apocalipsis del que hablan las Escrituras? Demagogo y populista como ninguno, ha reiterado que “el infierno no existe” buscando de esta manera que uno peque sin control alguno y asegure de esa manera su condenación. “Solo un enviado del Diablo puede afirmar semejante blasfemia” asevero un alto dignatario eclesiástico a
The Daily Express. En efecto, desde su ascensión al cargo como sucesor de Benedicto XVI, Bergoglio se ha visto envuelto en la polémica ya que tiene una curiosa relación con el número 13 que para muchos es de mala suerte, vinculándolo así con el Final de los Tiempos. Estos son los datos que han llamado la atención de los numerólogos de todo el mundo: Jorge Bergoglio se ordenó sacerdote el 13 de diciembre de 1969; Fue elegido como Sumo Pontífice el 13 de marzo del 2013. Un 13/03/13; Es más, si se amplía la fecha y da 13-03-2013 y se suma cada número (1+3+3+2+1+3) el resultado es 13; Bergoglio fue elegido a la edad de 76 años. Ambos números sumados también dan como resultado 13; Desde la renuncia de Benedicto XVI el 28 de febrero hasta la elección de Francisco, transcurrieron, sí, 13 días; Curiosamente, el nombre con el que se le conoce es “Papa Francisco” y tiene también 13 letras; Además, es el primer Papa no europeo en ser elegido después de 13 siglos. El último fue Gregorio III, quien nació en Siria y fue elegido Papa entre el 731 y 741, Siglo VIII; Por último, San Francisco de Asís, santo de quien Jorge Bergoglio tomó el nombre para su pontificado, comenzó su misión evangelizadora en el Siglo XIII. Como sabéis, el 13 en la numerología es un número polémico, ya que aparte de estar relacionado con la mala suerte, es el símbolo de la muerte o del fin. Es más, en el Tarot, el arcano mayor número 13, corresponde a la muerte. En las Escrituras, el número 13 tiene un significado mucho más negativo, por ejemplo, en el libro del Apocalipsis es en el capítulo 13 en donde se relata la llegada del Anticristo. Es allí donde se habla de los dos monstruos. Del primero de ellos dice: “A ese monstruo lo adorarán todos los habitantes de la tierra cuyos nombres no están escritos, desde la creación del mundo, en el libro de la vida del Cordero que fue sacrificado. Si alguno tiene oídos, oiga: ‘A los que deben ir presos, se los llevarán presos; y a los que deben morir a filo de espada, a filo de espada los matarán’”.En cuanto al segundo monstruo dice lo siguiente: “Tenía dos cuernos que parecían de cordero, pero hablaba como un dragón (…) También hacía grandes señales milagrosas. Hasta hacía caer fuego del cielo a la tierra, a la vista de la gente”. Es este segundo monstruo quien engañará a la gente para que se pongan en la mano derecha o en la frente la llamada marca de la bestia o el 666. Para los numerólogos, la relación del Papa Francisco I con el número 13 no es solo una simple coincidencia, ya que lo delata como el representante de Satanás en la Tierra. Al respecto, existe una misteriosa profecía de los Papas, cuya lista coincide con quienes han accedido al trono de San Pedro. En efecto, hace más de 800 años existió un arzobispo irlandés que tuvo una visión mística al llegar por primera vez a Roma. En medio del éxtasis, sus manos empezaron a escribir automáticamente y en latín, una lista de 112 nombres. Los 112 papas que surgirían a partir del año 1.139 antes del final de los tiempos. Este documento estuvo guardado por más de 400 años en la Biblioteca Vaticana, hasta que en 1595 fue sacado a la luz. Analizando con lupa la Profecía de los Papas, podemos encontrar varios aciertos en la visión futura de San Malaquías. Por ejemplo, el papa número 102 lo describe como
lumen in cielo, es decir, “luz en el cielo”, es decir, un cometa o una estrella fugaz. El papa León XIII corresponde al papa número 102, y en su escudo de armas eclesiástico se ve, claramente, un cometa o estrella fugaz; Al papa número 104 lo describió como
religio depopulata,o “religión despoblada” o carente de personas. Este coincide con el papa Benedicto XV, quien tuvo que asumir el pontificado durante la Primera Guerra Mundial, un hecho que dejó más de 10 millones de muertos; Paulo VI, por su parte, fue profetizado como
flos florum o “flor de flores” y efectivamente, el símbolo que representa su escudo de armas es la flor de lis, conocida como “la flor de flores”; Los últimos papas también muestran una extraña coincidencia con las profecías de San Malaquías: Juan Pablo II fue descrito como
De labore solis, “del trabajo del sol”. Efectivamente, su nacimiento y su muerte se dieron durante atípicos eclipses solares; El papa número 111 fue descrito como
Gloria Olivæ, o “la gloria del olivo”. Cuando asumió el papado, Joseph Ratiznger eligió como nombre Benedicto XVI, en honor a los benedictinos. Los benedictinos se conocen popularmente por ser “la orden del olivo”; El último papa, antes del final de los tiempos es
Petrus Romanus, o “Pedro el Romano”, un italiano. Si bien Jorge Mario Bergoglio no tomó el nombre “Pedro”, sí es de origen italiano, por dos padres. El momento histórico en que llegaría
Petrus Romanus también es un acierto de San Malaquías según los estudios del teórico jesuita René Thibaut, quien vivió obsesionado con esta profecía hasta su muerte. A través de una serie de cálculos, Thibaut afirmó en su libro
“La Mystérieuse prophétie des papes” que el papa número 112 llegaría en el año 2012. Esto hubiera sido imposible de no haber sido por la sorpresiva renuncia de Benedicto XVI, decisión que se hizo pública en febrero de 2013, pero que realmente como se revelaría luego, tomó ante las autoridades del Vaticano oficialmente… en marzo de 2012. Según lo que profetizó San Malaquías hace más de 800 años,
Petrus Romanus, “apacentará a su rebaño entre muchas tribulaciones; tras lo cual, la ciudad de las siete colinas (Roma) será destruida y el tremendo Juez juzgará a su pueblo. Fin.” Asimismo, sobre el rol del papa al final de los tiempos se han escrito muchas cosas. Está por ejemplo, la profecía atribuida a San Francisco de Asís (de quien el papa tomó su nombre) antes de morir, en el año 1226: “En el momento de esta tribulación (el Apocalipsis) un hombre, elegido no canónicamente, se elevará al pontificado, y con engaños se esforzará por llevar a muchos al error y a la muerte (…) pues en aquellos días Nuestro Señor Jesucristo no les enviará a éstos un verdadero Pastor, sino un destructor”. La elección “no canónica” o ilegítima del papa Francisco I es un tema que sacó a la luz el periodista italiano Antonio Socci. Según su libro
“Non é Francesco”, hubo varias violaciones a la Constitución Apostólica durante su elección. Eso demostraría que su nombramiento como Papa fue obra del Diablo quien coloco a su fiel discípulo para que destruya a la Iglesia por dentro. En el Libro del Apocalipsis se habla además de la llegada del Falso Profeta. Esta figura está descrita por los estudiosos de la Biblia, como un líder religioso con propósitos oscuros que llegaría a engañar y allanaría el camino al Anticristo antes de la segunda venida de Cristo a la Tierra. Además de esto, el falso profeta con el propósito de unir a la humanidad entorno a “La Bestia” y su marca, confundirá a los creyentes, haciéndolos negar a Jesús y a las escrituras sagradas. Es por eso que cuando Francisco I mezcla diabólicamente la historia del Génesis con la desacreditada y maldecida teoría darwiniana o decir en su primer discurso público en Nueva York que la vida de Jesús terminó con “el fracaso de la Cruz”, alimentando así las teorías y profecías que existen alrededor de su cargo, al desvirtuar groseramente las enseñanzas que la Iglesia ha divulgado por siglos. También es conocida su controvertida posición acerca de los “refugiados”, los homosexuales, que los católicos divorciados puedan volver a la comunión o mostrarse a favor de la inclusión de sacerdotes casados, lo que ha generado un gran escándalo en El Vaticano. Solo un hereje podría hacerlo. No nos sorprenda por ello, si este es el último Papa.
