Cuando ocurren grandes acontecimientos en el mundo, muchas personas buscan señales en las predicciones de Nostradamus. Este ha sido el caso de la arrolladora victoria en las elecciones presidenciales de los EE.UU. del multimillonario Donald Trump quien derroto a la Criminal de Guerra y fundadora de ISIS Hillary Clinton y con ello los deseos de aquellos sectores militaristas cobijados tanto en la Casa Blanca como en el Pentágono de atacar a Rusia y desatar la III Guerra Mundial, lo que provocaría el final de la humanidad. Sin embargo, con la victoria del candidato republicano estos demenciales planes de desatar una conflagración nuclear quedarían de lado …. al menos eso creíamos hasta ahora. Y es que según publica este miércoles The Daily Express, los seguidores de Nostradamus afirman haber descubierto que el astrólogo francés predijo este evento en el siglo XVI, un acontecimiento que anunciará el fin de los tiempos tal como los conocemos. En efecto, en la tercera centuria, cuarteta LXXXI (81), se puede leer lo siguiente: “El gran aullador sin vergüenza audaz, Será elegido gobernador del ejército: La valentía de su contendiente, El puente roto, ciudad de miedo pasmada” Los expertos en las profecías de Nostradamus creen que el “gran aullador” se refiere a la alta capacidad de comunicación de Trump, mientras que el “gobernador del ejército” se refiere el estar a cargo de la fuerza militar más importante del mundo. Otra predicción de Nostradamus sobre el triunfo de Donald Trump puede encontrarse en la primera centuria, cuarteta XL (40): “La tromba falsa disimulando locura. Hará Bizancio un cambio de leyes. Saldrá de Egipto, que quiere que se desate. Edicto cambiando moneda y valor” Como sabéis, Bizancio (o Constantinopla) fue la capital del Imperio Bizantino, hoy ocupada por Turquía y que se trataba de un importante centro de poder, utilizada como un lugar de paso para la llegada masiva de terroristas de ISIS - que algunos descerebrados insisten en llamar ‘refugiados’ - a Europa, tema que ha sido utilizado por Trump durante su campaña. Por lo que los ‘expertos’ en la materia creen que las decisiones del presidente electo, que debe jurar el cargo el 20 de enero de 2017, influirán en la política de inmigración europea. Y para los teóricos de la conspiración, la palabra antigua “la tromba falsa” se refiere directamente a Trump. Incluso hay predicciones ciertamente curiosas, como la segunda centuria, cuarteta LXVII (67): “El rubio de nariz ganchuda acometerá. Por el duelo y echará fuera, Los exiliados dentro hará volver a poner, En los lugares marinos acometiendo a los más fuertes”. Para el presidente de la Sociedad Nostradamus de América, el término “rubio de nariz ganchuda” es una clara referencia a Trump y también demuestra como se dirigía despectivamente hacia él. Y, por último, Nostradamus predijo eventos importantes luego de la elección de Donald Trump, incluyendo la Tercera Guerra Mundial. La predicción sobre la nueva guerra afirma que ‘estallará entre las dos grandes potencias del mundo y tendrá una duración de 27 años’. El momento de gran violencia coincidirá con la aparición de un cometa en nuestros cielos. Seguido de un ataque nuclear y catástrofes naturales. Son muchos los que piensan por ello que estos vaticinios se han hecho realidad y Donald Trump desencadenara la hecatombe nuclear. Quien sabe - agregan sus seguidores - solo nos queda esperar para comprobar si Nostradamus estaba en lo cierto. Venga ya, esta ‘profecía’ creada por quienes de seguro están dolidos porque su candidata, engreída del establishment y la banca judía de Wall Street, haya perdido unas elecciones que la creían ganada y esperan que manipulando groseramente lo escrito por Nostradamus alterando su contenido (ya que de tiempo en tiempo aparecen nuevas ‘predicciones’ antes no conocidas) para acusar a Trump de hechos que perfectamente son atribuibles a la Gran Ramera de Babilonia - tal como lo detallamos el pasado 18 de agosto - presentándolo sobre un tanque rumbo a la guerra, a menos claro que una vez llegado a la Casa Blanca, abjure de sus promesas y continúe la política militarista de sus antecesores, que precisamente fue lo que tanto combatió durante su campaña. En fin, sólo el tiempo lo dirá.
