TIEMPOS DEL MUNDO

jueves, 16 de febrero de 2017

RASPUTIN: Las 20 mas escalofriantes profecías del ‘Monje Loco’

El místico ruso Grigori Yefímovich (1869-1916), fue un controvertido personaje histórico mejor conocido como Rasputín y a quien se le atribuía el poder de curar enfermedades y predecir el futuro, quien se hizo famoso por la nefasta influencia que ejerció como sanador y consejero de la familia del zar Nicolás II (en especial sobre la emperatriz Alejandra), lo que según algunos lo convirtió en el auténtico dueño de la voluntad de los Romanov, los últimos soberanos rusos. Influencia que, por cierto, desató el malestar de algunos nobles rusos, como el príncipe Félix Yusopov, quien, junto a otros encumbrados personajes de la corte rusa, decidieron matarlo la noche del 29 de diciembre de 1916, en un macabro episodio que quedó para siempre en la posteridad por la extraordinaria resistencia del llamado “Monje Loco” a los venenos más potentes y a las balas. Rasputín (vocablo que vendría de la palabra rusa “rasputnyi”, que significa “disoluto”), fue un campesino inculto que supuestamente dotado de presuntos poderes paranormales y de una fama de taumaturgo, demostró desde su más temprana juventud una fascinación por lo oculto. Cuando era joven alardeaba que poseía facultades adivinatorias, asegurando que “jamás me he atrevido a robar nada, ya que me daba cuenta en seguida cuando alguno de mis camaradas robaba. Aún cuando este camarada robara un objeto oculto situado en un lugar distante, yo siempre podía ver el objeto detrás de él”. Se cuenta que cuando tenía 12 años, en su Siberia natal, luego que salvara de morir ahogado a su hermano Misha (quien de todos modos fallecería como consecuencia de una neumonía), Rasputín contrajo una fiebre de origen desconocido que estuvo a punto de matarlo. Cuando se encontraba convaleciente en su cama pudo escuchar que los campesinos en la calle hablaban de un robo, ya que habían sustraído el caballo de un humilde vecino del pueblo. Rasputín, de pronto, se levantó de su cama y caminó hacia la gente que comentaba el robo, y ante el asombro de todos, se sentó sobre uno de los campesinos allí presentes y empezó a gritar: “¡Arre, arre, Piotr Alexandrovich! ¡Tú eres el ladrón! ¡Tú robaste el caballo!’. Los campesinos, en efecto, descubrieron que el mencionado Piotr era el culpable del robo del animal. A contar de ese momento, los lugareños tomaron el hecho como un milagro y comenzaron en su ignorancia a ver a Rasputín como ‘un enviado de Dios’. Rasputín, antes de su convulsionada muerte, también profetizó el advenimiento de la sangrienta revolución rusa, afirmando que en sus visiones había visto a Rusia “envuelta en una nube negra e inmersa en un profundo y doloroso mar de lágrimas”. Durante su controvertida vida hizo numerosas profecías, muchas de las cuales se hicieron realidad, mientras que otras auguran un futuro nada alentador para la Tierra y para quienes le habitamos. Precisamente estos son algunos de los vaticinios más espeluznantes que formuló el “Monje Loco”: 1) “Siento que debo morir antes del Año Nuevo (Rasputín fue, en efecto, asesinado el 29 de diciembre de 1916). Quiero hacer presente, no obstante, al pueblo ruso, al Padre, a la Madre de Rusia y a los muchachos, que si yo soy asesinado por comunes asesinos, y especialmente por mis hermanos aldeanos rusos, tú, Zar de Rusia, no tengas miedo, permanece en tu trono, gobierna y no temas por tus Hijos, porque reinarán por otros cien o más años. Pero si soy asesinado por los nobles, sus manos quedarán manchadas por mi sangre y, durante veinticinco años, no podrán sacarse de la piel esta sangre. Ellos deberán abandonar Rusia. Los hermanos matarán a los hermanos; ellos se matarán entre sí. Y durante veinticinco años, no habrá nobles en el País. Zar de la tierra de Rusia, si tú oyes el tañido de las campanas, que te anuncian que Grigorij (Rasputín) ha sido asesinado, debes saber esto: Si han sido tus parientes quienes han provocado mi muerte, entonces ninguno de tu familia, o sea ninguno de tus hijos o de tus parientes, quedará vivo durante más de dos años. Ellos serán asesinados por el pueblo ruso… ¡Rogar, rogar, sed fuertes, pensad en vuestra bendita familia”. 2) “Cada vez que abrazo al zar y a la Madre, y a las muchachas y al hijo primogénito del zar, mi espalda es recorrida por un escalofrío de terror. Es como si entre los brazos estrechara cadáveres. Y entonces, ruego por esta gente, porque siento que en ésta, nuestra Rusia, es la que tiene más necesidad. Y ruego por toda la familia Romanov, porque sobre ella está calando la sombra de un largo eclipse”. (Todos los integrantes de la familia Romanov – el zar Nicolás II, su esposa la zarina Alejandra y sus cinco hijos: Olga, Tatiana, María, Anastasia y Alekséi-, tal como temía Rasputín, sería fusilados por los bolcheviques el 17 de julio de 1918). 3) “No tendrán paz los vivos y no tendrán paz tampoco los muertos. Tres lunas después de mi muerte, veré de nuevo la luz, y la luz se convertirá en fuego. Será entonces cuando la muerte volará libremente en el cielo y se posará también sobre la familia imperial. Pasarán veinticinco años y la muerte volverá de nuevo a volar… Pasarán más años y la muerte, de nuevo, volará. El primer vuelo será para recoger el oro. El segundo vuelo será para recoger el plomo. El tercer vuelo será para recoger el grano” (Se cree que este vaticinio, Rasputín predijo la caída del zarismo y el advenimiento de la revolución rusa, con tres “vuelos” que probablemente representaban a Vladimir Lenin, José Stalin y Nikita Krushev, respectivamente). 4) “En ese tiempo volverán los grandes sembradores para esparcir la simiente, pero una parte de la tierra estará humeante y un tercio de la simiente se quemará. Otra parte de la tierra será estéril y la simiente morirá, pero la tercera parte dará cosechas tan copiosas como nunca habían sido vistas sobre la tierra. En este tiempo, toda la tierra estará bajo el signo de un evangelista, la gran isla estará bajo la sombra del león; pero el león perderá las garras, la tierra justa y el corazón de Europa”. 5) “La cruz será arrojada en la bodega. Los martillos golpearán sobre los altares y las llamas devorarán las iglesias… De la cruz se blasfemará y llegará el día en que no habrá tierra suficiente para sepultar a los muertos… Pero el imperio durará poco. Cuando se desencadene el sol, no crecerá más hierba a la altura del Volga. Sólo después de una gran desolación y una gran turbación, la cruz de la Santa volverá de nuevo a los altares” (reforiendose sin duda alguna a las sangrientas purgas estalinistas, la instalación del ateísmo después de la revolución rusa y la persecución del cristianismo durante la época del comunismo soviético). 6) “Sobre San Petersburgo caerán las tinieblas. Cuando su nombre sea cambiado, el imperio habrá terminado. Y cuando su nombre otra vez sea cambiado, sobre Europa entera estará a punto de desencadenarse la ira de Dios. Retornará San Petersburgo cuando el sol haya acabado de llorar y la Virgen de Kazan ya no esté. San Petersburgo será la capital de la nueva Rusia y de sus entrañas se levantará un tesoro, que será llevado a todas las tierras de la Madre Santa” (refiriéndose a los futuros cambios de nombre de la ciudad de San Petersburgo, que pasó a llamarse Petrogrado entre 1914 y 1924, a raíz del conflicto con Alemania durante la Primera Guerra Mundial; y Leningrado, después del triunfo de la revolución rusa y tras la muerte de Lenin entre 1924 y 1991; después de ese año y tras el derrocamiento de la dictadura comunista, volvería a llamarse San Petersburgo). 7) “Los hombres están caminando hacia la catástrofe. Serán los menos capaces quienes llevarán las riendas. Así será en Rusia, igual que en Francia, en Italia y otros lugares… La humanidad será aplastada por el alboroto de los locos y de los malhechores. La sabiduría será encadenada. Serán el ignorante y el prepotente quienes dictarán la ley al sabio y también al humilde. Y después, la mayor parte de los hombres creerán en los potentes y no creerán más en Dios… El castigo de Dios llegará tarde, pero será tremendo. Y esto sucederá antes de que nuestro siglo acabe. Después, finalmente, la sabiduría será desatada de las cadenas y el hombre volverá de nuevo a confiar plenamente en Dios, como el niño se confía a su madre. Siguiendo este camino, el hombre llegará al paraíso terrestre”. 8) “El útero de la mujer será como la tierra de los ríos; estériles serán ambos. Y ello será incluso una gracia, porque el útero no estéril y la tierra no estéril parirán monstruos. Día desventurado será aquel en que el útero materno será comercializado, como se comercializa la carne de los bovinos. En este tiempo, el hombre, criatura de dios, se convertirá en criatura de la ciencia” (¿Se estaría refiriendo a los bebes probeta?). 9) “Los venenos abrazarán a la Tierra como un fogoso amante. Y en el mortal abrazo, los cielos tendrán el hálito de la muerte, y las fuentes no darán más que aguas amargas, y muchas de estas aguas serán más tóxicas que la sangre podrida de la serpiente. Los hombres morirán a causa del aire, pero se dirá que han muerto del corazón o de los riñones… El aire que hoy desciende a nuestros pulmones para llevar la vida, llevará un día la muerte. Y llegará el día en que no habrá montaña ni colina; no habrá mar ni lago que no sean envueltos por el hálito fétido de la Muerte. Y todos los hombres respirarán la Muerte, y todos los hombres morirán a causa de los venenos suspendidos en el aire. Enfermarán las plantas y morirán una tras otra. Los bosques se convertirán en un enorme cementerio, y entre los árboles secos vagarán sin rumbo hombres aturdidos y envenenados por las lluvias venenosas” (Hablando de la contaminación ambiental y el cambio climático).12) “Cuando Sodoma y Gomorra vuelvan de nuevo a la Tierra y los hombres vistan de mujer y las mujeres de hombre, entonces veréis pasar la Muerte cabalgando sobre la peste blanca. Y las antiguas pestilencias serán como una gota de agua en el mar, respecto a la peste blanca. Montañas de cadáveres serán amontonados en las plazas, y millones de hombres llevarán la muerte sin rostro. .. Ciudades, con millones de habitantes, no encontrarán brazos suficientes para sepultar a los muertos, y muchos pueblos con campos serán cancelados con una única cruz… Ninguna medicina logrará frenar la peste blanca, porque ésta es la antesala de la purificación. Y cuando nueve hombres de cada diez tengan la sangre podrida, será echada sobre la Tierra la guadaña, porque habrá llegado el tiempo de regresar a casa”. 13) “Dos príncipes sanguinarios tomarán posesión de la Tierra: Wiug vendrá de Oriente y volverá esclavo al hombre con la pobreza; Graiug vendrá de Occidente y volverá esclavo al hombre con la riqueza. Los príncipes se disputarán la tierra y el cielo y el terreno de la gran batalla será en la tierra de los cuatro demonios. Los dos príncipes serán vencedores y los dos príncipes serán vencidos. Pero Graiug entrará en casa de Wiug y sembrará sus antiguas palabras, que crecerán y devastarán la tierra. Así terminará el imperio de Wiug… Pero llegará el día en que también el imperio de Graiug será destruido, porque las dos leyes de vida eran equivocadas y ambas producían la muerte. Tampoco sus cenizas se podrán utilizar para cultivar el terreno, sobre el cual crecerá la nueva planta de la tercera luz”.14) “Cuando se avecine el tiempo de la cosecha, al hombre le serán enviados siete signos. Y cada sabio comprenderá que el grano está maduro, y no faltará mucho para que sea echada la guadaña sobre la tierra… Los temblores de la tierra, en este tiempo, irán en aumento; tierras y aguas se abrirán y entre sus heridas engullirán a los hombres y otras cosas. La violencia la encontraréis todas las mañanas en la puerta de casa, porque el hombre volverá a convertirse en bestia y, como todas las bestias, agredirá o será agredido; este hombre no sabrá ya más distinguir el bien del mal. Lo que sea honesto, o que sea moral, se volverá amoral… El alimento, en este tiempo, será cada vez más escaso, porque todo estará envenenado…En este tiempo, la angustia se casará con el hombre, y de su unión espiritual nacerá la desesperación; una desesperación como jamás se ha visto en la Tierra. Y en este tiempo, también las estaciones estarán angustiadas, porque la rosa florecerá en diciembre y la nieve caerá en junio”. 14) “Cuando se hable mucho del hombre, será el tiempo en que se descuidará el hombre. Y cuando se hable del bienestar, será el tiempo en que un malestar sutil serpenteará entre la gente. Montañas de palabras se gastarán para nada, y trampas entre palabras confundirán los caminos del buen sentido. Muchos hombres serán destruidos por las pestilencias; muchos hombres serán destruidos por las armas, y muchísimos serán destruidos por las áridas palabras. Porque, cuando los tiempos maduren, el hombre será rico de lengua, pero pobre de corazón”. 15) “Cuando los tiempos estén cercanos al precipicio, el amor del hombre hacia el hombre será una planta seca. En el desierto de aquel terreno florecerán solamente dos plantas: la planta del provecho y la planta del egoísmo. Las flores de estas plantas podrán ser, sin embargo, cambiadas por las flores de la planta del amor. Toda la humanidad, en este tiempo maldito, será engullida por la indiferencia. ¡Ay entonces de los que sufran, de los ancianos, de los inválidos, de los afligidos de corazón, porque estarán solos en un mar de gentes! ¡Y ay de los puros de corazón, de los simples, de los hombres con el corazón de niño, porque serán ultrajados y ridiculizados! Cuando oscurezca el triste día del homo-sapiens, no quedará más que el desierto de la nada, porque precisamente la planta del amor fraterno estará muerta desde hace tiempo. Y el amor fraterno es la Gran Medicina. Las Verdades de Dios son hechas distintas por los hombres, pero la llama es única”. 16) “Mahoma dejará su casa, recorriendo el camino de los padres. Y las guerras estallarán como temporales de verano, abatiendo plantas y desbastando campos, hasta el día en que se descubrirá que la palabra de Dios es una aunque sea pronunciada en lenguas distintas. Entonces la mesa será única, como único será el pan”. 17) “Durante tres días el sol desaparecerá del cielo, y durante treinta días una niebla de humo y de dolor hará de la tierra un gris sudario. El hombre vagará como un perro enloquecido en este mar de desesperación; su vida será una agonía, y su única esperanza será la muerte”. 18) “Cuando llegue a Roma el hombre señalado en la frente, sonarán las campanas de la paz, pero bien pocos serán los que notarán que quien tira de las cuerdas es la muerte. Sutiles engaños se preparan para el mundo entero, porque el ratón escapará del gato, y el gato será comido por el ratón. En este tiempo, las glorias se repetirán rápidamente. Y se repetirán los dolores. Los Cesares pasarán como el agua del río y las palabras serán nubes. El hombre señalado en la frente será puesto en el altar; pero cuando deba madurar aún la quinta espiga el hombre señalado será depuesto sobre la tierra desnuda y con sus carnes se hará un banquete. ¡Pobre gloria del mundo, que pasas como una sombra furtiva! Tu tiempo está siempre señalado, antes aún de que tu perfume se expanda. ¡Pobre gloria del mundo, vestida de oro y de plata, pero hecha de cenizas! No volváis a mirar los caminos señalados, porque sobre estos se abatirá el viento y borrará toda señal. Y el viento abrirá las tierras, desplazará las montañas, y borrará la ciudad con el signo del mar. No os volváis en este tiempo para preguntar si el viento sopla de Occidente o de Oriente, porque, cuando os hayáis girado, el viento ya habrá pasado”. 19) “La historia de Caín y Abel se repetirá en el lugar rodeado por las murallas, con siete torres y un águila. Esta vez será el pacífico Abel quien matará al pérfido Caín, y nada quedará de esta historia, porque también el nombre de la ciudad será cambiado, y la tierra abrazará amorosamente al bien y al mal. Pero en la ciudad de las siete torres se desatará una chispa que enseñará una nueva palabra y una nueva ley. Y la nueva ley enseñará al hombre una nueva vida, porque en la casa nueva no se podrá entrar con los hábitos viejos. Y cuando el sol se ponga, se descubrirá que la nueva ley es la antigua ley y que el hombre había sido creado por esta ley”. 20) “Nacerán monstruos, que no serán ni hombres ni animales. Y muchos hombres, que no estarán señalados en la carne ni en la mente, llevarán el signo en el alma. Cuando después, los tiempos maduren, encontraréis en la cuna al monstruo de los monstruos: el hombre sin alma” (refiriéndose supuestamente al individuo de nuestra actual sociedad nihilista y capitalista, cuyo vacío existencial e insensibilidad lo impele a rechazar todo lo que el sistema no impulsa a buscar).Venga ya, muchas de estas profecías aún están por suceder, si bien no sabemos cuando, pero viendo al mundo actualmente camino a su perdición, quizás no tendremos mucho que esperar.