Un equipo de científicos ha descubierto un inusual sistema de siete exoplanetas orbitando alrededor de la estrella TRAPPIST-1, situada a 39 años luz del Sol. Su hallazgo ha sido posible gracias a la utilización del telescopio Spitzer de la NASA, el instrumento VLT de Paranal y el TRAPPIST del Observatorio de la Silla. Los planetas cuentan con una temperatura en su superficie que podría oscilar entre los 0 y los 100ºC, según recogen en un artículo publicado en Nature. La NASA ha alimentado durante los últimos días los rumores sobre el descubrimiento de estos mundos, localizados más allá del sistema solar. Los siete exoplanetas, nombrados como TRAPPIST-1b, c, d, e, f, g y h, en orden creciente de distancia de su estrella, cuentan con un tamaño parecido al de la Tierra. Las medidas realizadas sobre su densidad han llevado a los científicos a postular que al menos seis de los siete exoplanetas tienen una composición rocosa, aunque se necesitan más investigaciones para confirmarlo. "Se trata de un sistema planetario sorprendente, no sólo porque hayamos encontrado tantos planetas, sino porque son todos asombrosamente similares en tamaño a la Tierra", explica Michaël Gillon, científico del Instituto STAR en la Universidad de Lieja (Bélgica) y autor principal del estudio en Nature. El conjunto planetario encontrado es el sistema que tiene tanto el mayor número de planetas del tamaño de la Tierra como el mayor número de mundos que podrían contar con agua líquida en sus superficies. El conjunto de siete planetas alrededor de la estrella TRAPPIST-1 llega meses después de que el mismo equipo de investigadores hallase tres mundos orbitando esta estrella enana fría y tenue. El astro tiene unas dimensiones muy pequeñas en comparación con el Sol, ya que presenta un 8% del tamaño de nuestra estrella. TRAPPIST-1 es una enana fría que se encuentra relativamente cerca de la Tierra, ya que está situada en la constelación de Acuario. Los científicos esperaban que este tipo de estrellas albergasen muchos planetas parecidos a la Tierra que tuvieran órbitas pequeñas, lo que les convertiría en objetivos prometedores para la búsqueda de vida extraterrestre. El grupo de exoplanetas orbitando alrededor de TRAPPIST-1 es, de hecho, el primer sistema de este tipo descubierto. Por otro lado, la temperatura que presenta el sistema planetario hace pensar que pueda haber agua líquida en estos mundos, una condición indispensable hasta el momento para la aparición de los organismos vivos. "Es un resultado muy espectacular", destaca el astrofísico Guillem Anglada, incluido entre los mejores investigadores del año pasado por el hallazgo del mundo potencialmente habitable más cercano a la Tierra, Proxima b. El científico de la Universidad Queen Mary de Londres destaca que la técnica utilizada, denominada método de tránsito, no cuenta con una probabilidad tan grande de detectar planetas ya que requiere alineamiento. De ahí que el hallazgo sea muy importante, teniendo en cuenta que han encontrado un elevado número de exoplanetas en una estrella tan próxima. "Nos indica que tiene que haber un montón de planetas en estrellas incluso más cercanas, como Proxima Centauri", sostiene Anglada. A su juicio, los resultados publicados en Nature apuntan que las estrellas pequeñas y frías tendrán, posiblemente, bastantes planetas parecidos a la Tierra en órbitas templadas. "Si se confirma, seguramente en un año o dos, que alguno de ellos tiene atmósfera y de qué tipo es, entonces esto tendrá grandes repercusiones", añadió. El descubrimiento impulsado por la NASA, en su opinión, "no añade mucho sobre la habitabilidad potencial", ya que se necesitan más investigaciones que confirmen las características del inusual sistema de planetas que orbitan alrededor de la estrella. Como explica Amaury Triaud, coautor del trabajo, "la emisión de energía de estrellas enanas como TRAPPIST-1 es mucho más débil que la de nuestro Sol. Para que hubiera agua en sus superficies los planetas tendrían que estar en órbitas mucho más cercanas que las que podemos ver en el sistema solar. Afortunadamente, parece que este tipo de configuración compacta es lo que estamos viendo alrededor de TRAPPIST-1".Según los investigadores, las órbitas de los siete exoplanetas no son mucho más grandes que las que describen las lunas de Júpiter y son mucho más pequeñas que la órbita que sigue Mercurio alrededor del Sol. El reducido tamaño y la baja temperatura de TRAPPIST-1, sin embargo, provocan que la energía que proporciona la estrella enana a sus planetas sea parecida a la recibida por los planetas que se sitúan en el interior del sistema solar. En otras palabras, TRAPPIST-1c, d y f recibirían cantidades similares de energía que Venus, la Tierra y Marte. El descubrimiento convierte al sistema planetario que orbita alrededor de TRAPPIST en un candidato idóneo para investigaciones futuras, y tal vez en un buen lugar para buscar algún día vida extraterrestre fuera del sistema solar.