Como sabéis, Internet es un caldo de cultivo para toda clase de teorías conspirativas, incluso las más imaginativas. En los últimos días circula con fuerza una teoría que asegura que al mundo como se lo conoce le queda poco más de un mes. En efecto, se anuncia insistentemente la llegada del Apocalipsis para el 23 de septiembre: “Nibiru chocaría con la Tierra luego de ser conducida hasta ella por empujones gravitacionales por una estrella binaria parecida al Sol. Será difícil esquivarlo por el ángulo al que se aproxima e impactaría por la zona del Polo Sur, ya que el planeta no está alineado con la elíptica del Sistema Solar. El eclipse sería una señal del desastre, ya que siguiéndolo, el gigante planeta aparecerá súbitamente en el horizonte y colisionará con nuestro planeta, destruyendo la humanidad”. ¿En qué se basa esta teoría? En primer lugar, toma al eclipse solar total del próximo 21 de agosto, donde el sol quedará completamente oculto por la luna durante 2 minutos 40 segundos. Un fenómeno que se percibirá en gran parte de Estados Unidos y que luego se convertirá en un eclipse parcial que se prolongará por casi 3 horas. A partir del hecho, más que constatado por la ciencia, astrólogos y numerólogos lo asociaron a los designios bíblicos. De acuerdo a ellos, el fin del mundo será el 23 de septiembre, el mismo día que la Luna se acercará a la constelación de Virgo. Los conspiracionistas sostienen que el hecho trágico se produciría a partir del choque de Nibiru (también conocido como Planeta X) contra la Tierra. David Meade, uno de los apoyan la teoría, señaló al ‘Daily Express’: "El gran eclipse americano es un gran presagio del final. Ese día el amanecer será oscuro, como predijo el profeta Isaías, y la Luna que saldrá ese día se llama 'luna negra', un fenómeno que sucede cada alrededor de 33 meses". El teórico de la conspiración señala "advertencias" en el libro de Isaías, capítulo 13, versículos 9 al 10 del Antiguo Testamento, que dice: "Mira, el día del Señor viene - un día cruel, con ira y furia - para hacer la tierra desolada y destruir a los pecadores dentro de ella". Del número 33 nace la teoría apocalíptica. Meade conectó la llamada "Convergencia 33" con una serie de coincidencias. "El nombre divino de Elohim figura 33 veces en el Génesis. El eclipse comenzará en Lincoln Beach, Oregón, el estado número 33 de EEUU, y terminará en la latitud 33 en Charleston, Carolina del Sur. Un eclipse de semejante magnitud no ocurrió desde 1918; es decir, 99 años o 33 multiplicado por tres", señaló. Más allá de las coincidencias, la NASA - fiel a su costumbre de encubrir la verdad - descartó la teoría, negando conocer la existencia del mítico planeta. En el 2012, el agente de la NASA Don Yeomans remarcó: "No existe evidencia telescópica ni de ningún otro tipo del planeta Nibiru o X. Tampoco hay ninguna prueba de su efecto gravitacional sobre otros cuerpos celestes del Sistema Solar". Sin embargo, todo cambio en el 2016, cuando los astrónomos del Instituto Tecnológico de California (Caltech) Michael E. Brown y Konstantin Batygin publicaron un estudio el 20 de enero de ese año en el Astronomical Journal, donde dan cuenta del descubrimiento de un planeta helado de gran tamaño que existe en el sistema solar exterior, al cual bautizaron como ‘Planeta Nueve’, que no seria otro que el mismísimo Nibirú. El mito sobre la llegada de este misterioso planeta errante se remonta a 1975 y, desde entonces, ha estado en el centro de numerosas predicciones sobre el fin del mundo, tal como ocurrió en 2003, 2007, 2012, 2015 y ahora en el 2017. Faltan pocos días para saber si este nuevo anuncio se convierte en realidad.