TIEMPOS DEL MUNDO

jueves, 6 de agosto de 2020

EL ENIGMATICO MONSTRUO DE TULLY: Temible depredador de los océanos

Durante la década de 1950, en el depósito fósil de Mazon Creek, en Illinois (EE.UU.), fue descubierto un fósil de 300 millones de años de antigüedad. Aunque a simple vista parecía el fósil de una especie de babosa, tras un análisis detallado, los científicos descubrieron que en donde debería estar la boca, la criatura tenía un largo apéndice rematado por un par de afiladas garras; y que sus ojos sobresalían del cuerpo en forma de antena. La criatura fue denominada Tullimonstrum Gregarium, mejor conocido como el Monstruo de Tully. Hasta la fecha, nadie en la comunidad científica se ha puesto de acuerdo para determinar su composición, o cómo se sucedieron sus conexiones evolutivas. El misterio de su naturaleza lo ha popularizado hasta el punto de erigirlo como el fósil oficial del Estado de Illinois. Desde su descubrimiento, se han llevado a cabo numerosos esfuerzos para clasificar al monstruo, con resultados contradictorios. La mayoría de los estudios elaborados se han centrado en la apariencia de los rasgos más prominentes del animal, entre los que se encuentran un característico trazo lineal interpretado como la prueba de que el monstruo tenía intestinos, las bandas de colores claros y oscuros que presenta el fósil y las singulares garras de su boca. El patrón corporal del monstruo de Tully es tan poco común en su totalidad que, sin duda, supondrá la expansión del grupo al que pertenece y cambiará la concepción que tenemos sobre el mismo. En el 2016, un equipo de científicos aseguró haber descifrado el enigma: sus pruebas, las más exhaustivas hasta el momento, demostraban que era un animal vertebrado. No obstante, otros especialistas desarrollaron un nuevo trabajo que pusieron en duda dicha conclusión. Ahora, luego de décadas de estudios, el monstruo de Tully ha sido finalmente decodificado: es un vertebrado, lo que significa que tenía una columna vertebral. En efecto, los científicos analizaron los residuos químicos que quedan en los restos fosilizados del monstruo y los compararon con los restos químicos en otros fósiles de vertebrados e invertebrados del antiguo hogar del monstruo en lo que ahora es Mazon Creek en el noreste de Illinois, dijo la investigadora principal del estudio Victoria McCoy, profesor asistente visitante de geociencias en la Universidad de Wisconsin-Milwaukee. McCoy y sus colegas adoptaron un "enfoque químico" en lugar de mirar la anatomía fosilizada del monstruo de Tully, que es "algo así como una prueba de Rorschach ", dijo McCoy. Desde que el aficionado coleccionista de fósiles Francis Tully descubrió los restos del monstruo en 1958, los investigadores que observaron la anatomía han interpretado que la bestia es todo tipo de cosas, incluido un vertebrado , un invertebrado , un caracol sin caparazón, un tipo de gusano, un artrópodo, o un ser proveniente del espacio exterior. "Debido a todo lo anterior, pensamos que tal vez solo investigar la [anatomía] nunca sería suficiente para terminar el debate", dijo McCoy. "Decidimos entonces observar la química de los fósiles del monstruo de Tully para comprender de qué estaban hechos los diferentes tejidos".Para determinar si el monstruo era un vertebrado o un invertebrado , el equipo decidió ver si sus fósiles contenían los restos de quitina, una larga cadena de moléculas de azúcar que forma los "tejidos más duros y crujientes" en los exoesqueletos y dientes de invertebrados, o los restos de proteínas que forman la queratina y el colágeno que se encuentran en los vertebrados, dijo McCoy. Los científicos utilizaron la "microespectroscopía Raman in situ", que es un método no destructivo (lo que significa que no daña el fósil) que consiste en disparar un láser a la muestra. La energía del láser hace que los diferentes enlaces químicos dentro de la muestra vibren, cada uno a su propio ritmo. Al graficar estas tasas, los científicos pueden determinar qué tipos de compuestos están presentes. "Es extremadamente difícil identificar un compuesto", dijo McCoy. "Pero, siempre que sepa qué clases de compuestos componen los de su muestra, eso es suficiente para distinguir los vertebrados de los invertebrados". El equipo observó 32 lugares diferentes en 20 fósiles, incluidos tres especimenes de monstruos de Tully y otros 17 animales antiguos. Los resultados revelaron que Tully tenía una columna vertebral, dijo. "Todos los tejidos que analizamos, estaban compuestos de proteínas y ninguno de ellos estaba compuesto de quitina", dijo McCoy."Entonces, esa es una evidencia realmente fuerte de que el monstruo era, de hecho, un vertebrado". Este hallazgo concuerda con un estudio del 2016 en la revista Nature realizado por el mismo equipo, que sugirió que el monstruo de Tully era un pez sin mandíbula en el mismo linaje que la lamprea moderna. Sin embargo, este nuevo estudio no es la última palabra sobre la verdadera identidad del monstruo de Tully, dijeron dos investigadores que no participaron en esta oportunidad. Por ejemplo, la interpretación de los espectros Raman de material geológico complejo "no es sencilla. Es por eso que los autores usan métodos estadísticos para separar las diferencias en los espectros Raman", dijo Shuhai Xiao, profesor de geobiología en Virginia Tech, a Live Science en un correo electrónico. Sin embargo, Xiao agregó que la recopilación y el análisis de datos de espectroscopía Raman "potencialmente pueden proporcionar nuevas ideas sobre el estudio de fósiles problemáticos, como el monstruo Tully". Hubiera sido útil que el análisis hubiera incluido más especimenes, tanto de los monstruos de Tully como de otros animales igualmente antiguos de Mazon Creek, dijo Steven Jasinski, paleontólogo del Museo Estatal de Pensilvania. Sin embargo, "sus resultados son buenos y creo que definitivamente sugiere que el monstruo de Tully es un vertebrado. Pero simplemente no creo que sea el punto final" admitió. "Creo que habrá que realizar más estudios para conferir o refutar sus resultados", dijo Jasinski, quien no participó en el estudio actual. "Pero definitivamente creo que es un paso para ver que el monstruo podría ser un vertebrado anormal realmente extraño" puntualizo. Cabe resaltar que algunas preguntas clave sobre el monstruo de Tully todavía siguen sin respuesta. Nadie sabe en qué momento apareció por primera vez en la Tierra o en qué momento se extinguió. Su existencia en el registro fósil se limita a la explotación minera de Illinois, que data de hace 300 millones de años, en el período del Carbonífero. No hay nada más. Así que el misterio continua, quién sabe hasta cuándo.