TIEMPOS DEL MUNDO

jueves, 20 de agosto de 2020

SOCIEDADES SECRETAS: EL Ku Klux Klan

La imagen de los miembros del Ku Klux Klan (KKK) vestidos con su uniforme blanco, enarbolando banderas confederadas y con sus cruces ardiendo, es relativamente familiar para los aficionados al cine. Sin embargo, contra lo que pueda pensarse y lo que nos quiere hace creer la propaganda sionista de Hollywood, el Ku Klux Klan fue en sus inicios una organización nacionalista cuya historia se enraizaba en el devenir nacional de los EE.UU. durante la segunda mitad del s. XIX. Su éxito fue considerable y su crecimiento no ha cesado - con diferentes matices - hasta el día de hoy. El KKK fue fundado en diciembre de 1865 en Pulaski, una localidad de Tennessee situada cerca de la frontera con Alabama. Sus seis fundadores habían sido oficiales confederados e, inicialmente, no pensaban ir más allá de crear un club sureño con resonancias esotéricas. Al principio, la violencia no formaba parte de sus actividades y su extensión territorial era escasa. Ese mismo año, durante la primavera, se había producido la rendición del ejército confederado y el final de la guerra civil. El presidente Lincoln se había mostrado repetidas veces partidario de una política de mano abierta que reintegrara a los estados rebeldes en la Unión sin represalias para los vencidos, pero su asesinato el 14 de abril de 1865 frustró totalmente esa posibilidad. El partido republicano se preocupó de excluir de los censos electorales del sur a los votantes blancos y, a la vez, de entregar el voto a los negros. Dado que el mismo partido republicano estaba votando en contra de conceder el voto a los negros en algunos estados del norte, no sorprende que muchos sureños sospecharan que tenía segundas intenciones. No se equivocaron. Lo que vino a continuación no fue tanto una política de defensa de principios morales cuanto un sistema de corruptelas que formaba legislaturas estatales y gobiernos pasando por encima de los blancos sureños y favoreciendo a especuladores procedentes del norte. Se trató de un clima que aparece personificado en la aclamada cinta de 1915 titulada The Birth of a Nation (El Nacimiento de una Nación) de David W. Griffith, que fue todo un suceso al glorificar al Klan, contribuyendo grandemente a su crecimiento. En 1867, los radicales republicanos controlaban políticamente todos los estados sureños y, paradójicamente, esa situación se tradujo en el crecimiento del KKK. En abril de ese mismo año, un grupo de representantes del Klan se reunió en Maxwell House, Nashville, y procedió a redactar unos estatutos en los que se insistía en la defensa de la Constitución y de los débiles, inocentes, indefensos y oprimidos blancos sureños. El general confederado Nathan Bedford Forrest, que nunca había sido derrotado en el campo de batalla, fue elegido Gran Brujo y se procedió a estructurar el KKK en ámbitos, dominios, provincias y conventículos. Cuando en 1868 se implantaron los nuevos gobiernos estatales de la denominada Reconstrucción, el peso del Klan en la vida sureña creció como la espuma. Un buen número de sus miembros eran antiguos soldados confederados que no dudaron en recurrir a la violencia para defender a los débiles y oprimidos, es decir, a los blancos sureños a los que la política republicana estaba privando de su posición social. Su actuación fue muy activa en los nueve estados que se extendían desde Tennessee y las dos Carolinas hasta Mississippi, Arkansas y Texas pero, por regla general, no afectó a las grandes ciudades, a las zonas costeras o a aquellas poblaciones donde la población negra era mayoritaria. Con la excepción de Florida, Tennessee y partes de Alabama y Mississippi, el Klan no actuó en zonas donde los negros fueran un porcentaje reducido. Sin embargo, los hombres del Klan no se centraron únicamente en la realización de incursiones en las que se flagelaba a los negros. En realidad, diseñaron toda una estrategia de recuperación del poder que, inicialmente, fue diversa según el estado. En Tennessee y Georgia, los antiguos confederados - denominados ahora conservadores - intentaron obtener el voto negro; en Carolina del sur formaron un partido reformista de la unión que apeló a los republicanos y negros descontentos en un ensayo de lo que sería el populismo sureño del siglo XX. Sin embargo, los negros votaron masivamente a favor de los republicanos y en todos los estados donde fracasó la política populista e interracial de los demócratas y, a la vez, tuvieron lugar victorias republicanas, el Klan experimentó un enorme crecimiento. Lo que se produjo a continuación fue una cadena de intimidación en la que el Klan buscó liquidar la base del peso político de los negros - a los que combatió despiadadamente - cortando de paso la posibilidad de un triunfo republicano. El hecho de que además el Klan hacia respetar la ley y el orden castigando a los negros que eran insolentes con los blancos o realizaban acercamientos a las mujeres blancas o atemorizando a los forasteros blancos que soliviantaban los ánimos de las gentes de color contribuyó a crear en torno suyo una aureola de prestigio entre los partidarios del nacionalismo sureño que había provocado la guerra civil. En enero de 1869, Forrest anunció la disolución del Klan afirmando que el hecho de no poder ejercer un control centralizado sobre el mismo estaba dando lugar a determinadas acciones que no podrían ser aceptados por la opinión pública. La desmovilización del Klan fue paulatina pero a finales de 1872 había desaparecido por completo y para entonces su labor estaba en camino de concluir con éxito. Los demócratas - que apoyaban ardientemente la idea de la supremacía blanca igual que lo habían hecho antes de la guerra - volvieron paulatinamente al poder en todos los estados sureños. En 1869, controlaban Tennesse; en 1870, Virginia occidental, Missouri y Carolina del norte; y en 1871, Georgia. En 1873, un año marcado por una crisis económica que llevó a millones a pensar más en cómo poder subsistir día a día que en el voto de los negros, el Tribunal Supremo de Estados Unidos falló, en un caso relacionado con los mataderos de Louisiana, que determinados derechos deben ser defendidos por los respectivos estados y no por el poder central. El punto de partida de la resolución nada tenía que ver con los derechos de los negros pero servía de base para sostener que las fuerzas armadas de la Unión que, hasta ese momento, habían defendido en cierta medida a los negros y a los republicanos del sur no tenían competencia legal para ese cometido y, por lo tanto, tendrían que retirarse y dejar la garantía de determinados derechos en manos de cada estado. Al año siguiente, los demócratas se hacían con el gobierno en Alabama, Texas y Arkansas, y en 1877 todo el sur se hallaba controlado por los partidarios de combatir la amenaza que representaban los negros. A doce años de la derrota en la guerra civil - una derrota que había significado el final de los Estados Confederados de América - los vencidos en aquella oportunidad habían logrado consolidar para sus estados un sistema social justo y equitativo para los blancos sureños. El KKK tuvo un enorme papel en la articulación de estos últimos aspectos que se mantendrían en pie durante casi un siglo entero. A inicios del siglo XX llego a tener de 4 a 5 millones de miembros y en el marco de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) ganó muchos adeptos e incluso en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) llegaron a apoyar al III Reich alemán, por lo que tras la entrada de los EE.UU. en el conflicto, fue ilegalizado. Desde entonces, varias agrupaciones diferentes han utilizado el nombre, y la afiliación real se estima actualmente entre 5.000 y 8.000 miembros en todo el país, repartidos especialmente entre cinco grupos nacionalistas. Desde el 2019 han experimentado un considerable auge con la llegada al poder de Donald Trump y más aun este año, con las violentas protestas originadas por grupos de negros terroristas como el llamado Anfifa, a raíz de la muerte de un ex convicto negro de violentos antecedentes tras su arresto por la policía. No cabe duda que la violencia exacerbada desatada en las ciudades por parte de esos criminales - que incluyen saqueos, incendios y destrucción de monumentos a sus héroes nacionales - contribuirá al crecimiento de KKK para enfrentarlos y hacerles frente una vez más.