Una noticia dada a conocer este lunes por The Telegraph da cuenta de un sorprendente hallazgo ocurrido en el Mar del Japón.En efecto, la cadena japonesa NHK y la estadounidense Discovery Channel han logrado grabar por primera vez en las profundidades marinas al calamar gigante, uno de los animales más misteriosos del mundo el cual nunca antes había podido ser filmado con vida. Un equipo de ambas televisoras, con la colaboración de miembros del Museo Nacional japonés de Ciencia y Naturaleza, filmó al extraño animal a unos 15 kilómetros al este de la isla nipona de Chichijima, a unos 1.000 kilómetros al sur de Tokio. Los miembros del equipo emplearon un sumergible que captó las imágenes el verano pasado a una profundidad de 630 metros gracias a una cámara de alta definición. El animal captado tenía unos 3 metros de largo, aunque carecía de sus dos tentáculos más prominentes – quizá perdido en alguna batalla con los cachalotes - por lo que se cree que en origen pudo medir 8 o 9 metros. En el vídeo, que se podrá ver en primicia en Japón el 13 de enero y posteriormente en EE.UU. el 27 de enero, el ejemplar se alimentó de un cebo colocado por el equipo, compuesto por otro calamar más pequeño de un metro de largo. En ese momento, las imágenes captan de cerca los enormes ojos del animal y sus ventosas, de unos 5 centímetros de ancho, según desveló NHK. Se cree que el vídeo puede ayudar a mostrar comportamientos de este legendario animal, del que hasta ahora solo habían sido encontrados restos de ellos en las redes de pesca de loa grandes buques balleneros que faenan en alta mar o en el estomago de algún cachalote. Con tres corazones, una visión cien veces más potente que la del ser humano y un cerebro muy desarrollado, este mítico gigante ha permanecido hasta el momento oculto en los abismos marinos. Se cree que se trata del invertebrado más grande del mundo, ya que puede llegar a alcanzar unos mil kilogramos de peso y en torno a unos 20 metros de longitud. El calamar gigante vive aparentemente en profundidades entre los 400 y los 1.500 metros bajo la superficie del mar, donde la presión es muy elevada y la luz del sol prácticamente inexistente. Vaya uno a saber que otras misteriosas criaturas habitaran en el fondo de los océanos y nosotros sin enterarnos de su existencia.