TIEMPOS DEL MUNDO

jueves, 9 de mayo de 2019

APOPHIS: El dios de la muerte que ‘visitará’ la Tierra en el 2029

Como sabéis, los grandes asteroides son una amenaza cada vez mayor para la Tierra, y el anuncio de la aproximación de uno de ellos a nuestro planeta siempre es materia de controversia. Recordemos lo que sucedió con los dinosaurios cuando uno de esos cuerpos celestes impacto hace 65 millones de años, desencadenando una potencia superior a cualquier bomba nuclear conocida, extinguiéndolos de la faz de la Tierra. Vistos con temor desde la antigüedad al ser considerados como portadores de oscuros presagios, los identificaron con sus dioses del caos y la destrucción. Uno de ellos, bautizado apropiadamente como Apophis (el dios egipcio de la muerte) en poco menos de 10 años, específicamente el 13 de abril del 2029, pasara muy cerca de nuestro planeta, sin llevar a impactarla, antes de proseguir su camino y perderse nuevamente en el espacio hasta su ‘retorno’ el 2036. Cuando los astrónomos del Observatorio Nacional de Kitt Peak (Arizona, EE.UU.) lo descubrieron en el 2004, inicialmente calcularon una probabilidad del 2.7 por ciento de que impactaría en la Tierra y le asignaron un nivel 4 en la Escala de Torino, la asignación más alta para un objeto cercano a la Tierra. Aunque desde entonces ha sido degradado y se espera que no represente una amenaza para el planeta, es una versión real de los escenarios de asteroides simulados que los científicos están actualmente desarrollando. “La llegada de Apophis en el 2029 será una oportunidad increíble para la ciencia”, dijo Marina Brozovic, una científica del radar del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California, en un comunicado de prensa. De hecho, durante el 2019 IAA Planetary Defense Conference realizado recientemente en Maryland, se comenzaron a discutir los planes de observación y las oportunidades científicas de un evento celeste para el que aún falta una década. Además, se planteó la posibilidad de enviar una misión al asteroide. De acuerdo con la NASA, que un objeto tan grande pase cerca de la Tierra es un fenómeno relativamente raro. A simple vista, Apophis será visualizado como un punto brillante de luz. “A medida que el asteroide pasa sobre el océano Atlántico, su trayectoria cambia brevemente de rojo a gris, ese es el momento de mayor acercamiento. Luego de llegar a su punto más cercano, el asteroide se moverá hacia el cielo diurno y ya no será visible”, indicó la agencia en un comunicado. “Al observar a Apophis durante su sobrevuelo en el 2029, obtendremos un importante conocimiento científico que algún día podría usarse para la defensa planetaria”, agregó Paul Chodas, director del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra. Cuando Apophis sobrevuele el 13 de abril del 2029, se nos acercará sorprendentemente, llegando a una distancia de 33,000 kilómetros de la superficie de la Tierra. En comparación, la distancia promedio entre la Luna y la Tierra es de 384,400 km. Esta será una rara oportunidad para estudiar de cerca este asteroide de 340 metros. Sin embargo, hay científicos que lo ven como una amenaza para la humanidad y tienen motivos para ello. En efecto, Yuri Záitsev, miembro de la Academia de Ingeniería de Rusia, afirmo: "los asteroides nunca ocuparon un lugar central en la astronomía ni en las investigaciones espaciales". Agregó que esto se debe a que se consideraban ‘ínfimas’ las probabilidades de que un asteroide chocase con la Tierra y, por lo tanto, no tenía sentido invertir enormes recursos en neutralizar una amenaza tan improbable. "Creo que luego de lo que ocurrió en Cheliábinsk este enfoque será revisado. Si el bólido de Cheliábinsk hubiese estallado más cerca de la ciudad, el desastre en la central nuclear de Chernóbil no nos parecería tan grave", indicó. El académico se refería al meteoroide que el 15 de febrero del 2013 se desintegró en la atmósfera y provocó una lluvia de meteoritos junto a esa ciudad rusa en los montes Urales, dejando heridas a más de un millar de personas, la mayoría por la rotura de cristales. Záitsev añadió que se comenzó a tomar plena conciencia del peligro que representan los asteroides cuando fue descubierto el Apophis, que pasara a una distancia donde se sitúan las órbitas geoestacionarias de la mayoría de los satélites de telecomunicaciones. "No se descarta que la gravitación terrestre afecte la trayectoria del Apophis, por lo que se podría esperar que en el 2036 pase más cerca de la Tierra e, incluso, choque con nuestro planeta", agregó. El académico dijo que las consecuencias de esa colisión serán mucho más graves que las del meteorito de Tunguska, que cayó en Siberia en 1908 y destruyó millones de árboles sobre una extensión de más de 2.000 kilómetros cuadrados, aunque (agregó) "seguramente no tendrían carácter global". En su opinión, para que el choque de un asteroide contra la Tierra sea una catástrofe global el cuerpo celeste tendría que tener en su parte más ancha más de un kilómetro, mientras que el Apophis mide alrededor de 325 metros. "La Tierra ha tenido suerte con las 'rocas celestiales' desde la extinción de los dinosaurios", aseguró Záitsev, quien recordó que la superficie de la Luna, Marte y Mercurio está cubierta de cráteres dejados por éstas. Agregó que Júpiter, con su gran masa, ha recibido la mayoría de los asteroides y que la atmósfera terrestre es una buena defensa, pero sólo contra cuerpos relativamente pequeños. "Pero no hay garantías de seguridad", sostuvo el científico, quien destacó que la Tierra ha entrado en una especie de estela de grandes cuerpos celestes. Explicó que en el último decenio han sido descubiertos más asteroides que en los dos siglos anteriores y que anualmente se detectan más de un millar de nuevos cuerpos. "Los choques son inevitables. La pregunta es cuándo se producirán", concluyó.