Como sabéis, las llamadas supertierras son versiones gigantes de nuestro planeta, y algunas investigaciones han sugerido que es probable que estas sean más habitables que otros mundos del tamaño de la Tierra. Sin embargo, un nuevo y polémico estudio revela “cuán difícil podría ser para cualquier civilización extraterrestre de estos exoplanetas explorar el espacio”, informa esta semana The Daily Mail. Para lanzar una nave espacial equivalente a la misión lunar estadounidense Apolo, un cohete en una supertierra necesitaría tener una masa de aproximadamente 440.000 toneladas, debido a los enormes requerimientos de combustible que tendría, según el estudio. Para hacerse una idea, esto sería comparable a la masa de la Gran Pirámide de Giza en Egipto. "En planetas más masivos, los vuelos espaciales serían exponencialmente más caros", señaló el autor del estudio, Michael Hippke, un investigador independiente afiliado al observatorio Sonneberg de Alemania. "Tales civilizaciones no tendrían televisiones satelitales, misiones lunares o un telescopio espacial". A medida que en los últimos años los investigadores descubrieron potenciales mundos alienígenas alrededor de otras estrellas gracias a los telescopios puestos en orbita como el Hubble, se habla cada vez más sobre las condiciones convenientes para el surgimiento de la vida que presentan los planetas de gran tamaño. Aparentemente, existen varias supertierras que se encuentran en las zonas habitables de sus estrellas, donde las temperaturas teóricamente pueden posibilitar la existencia de agua en estado líquido en la superficie del planeta y, potencialmente, formas de vida tal y como se la conoce en la Tierra. Sin embargo, si efectivamente evolucionó vida en ellas, los extraterrestres que hayan podido desarrollar allí una civilización avanzada capaz de planear vuelos espaciales, simplemente - afirma - no podrían despegar de sus planetas. La razón - asegura - es simple: la fuerte atracción gravitacional en los objetos celestes de tal envergadura, explicó Hippke. Para ver cuán difícil podría ser para los alienígenas “lanzar un cohete convencional”, el científico calculó los tamaños de los cohetes necesarios para escapar de un exoplaneta un 70 % más ancho y diez veces más masivo que nuestra Tierra. Esas son aproximadamente las especificaciones del planeta Kepler-20b, que se encuentra a unos 950 años luz de la Tierra. En un planeta como ese, la velocidad de despegue debería ser aproximadamente 2,4 veces mayor que en la Tierra. "Es por ello mucho menos probable que las civilizaciones de las supertierras exploren las estrellas", dijo Hippke. "En cambio, estarían 'apresadas' en cierta medida en su planeta de origen y, por ejemplo, utilizarían más los láseres o los radiotelescopios para la comunicación interestelar en lugar de enviar sondas o naves espaciales," sugirió el científico. Pero claro, debemos también considerar que desconocemos qué tipos de tecnología de propulsión podrían tener dichas civilizaciones extraterrestres mucho más avanzadas que la nuestra y que por cierto, no utilizan ‘cohetes’ para transportarse de un lugar a otro del universo adonde nosotros ni en la imaginación podemos llegar - ya que en realidad no tenemos ni la mas remota idea de cómo se ha desarrollado la vida en aquellos lugares - sino naves extraordinariamente avanzadas dotadas de propulsión nuclear... a los cuales llamamos OVNIS.
TIEMPOS DEL MUNDO
jueves, 26 de abril de 2018
jueves, 19 de abril de 2018
NIBIRU: ¿Esta vez si viene a por nosotros?
Desde tiempos inmemoriales la humanidad ha estado hablando del Día del Juicio Final, cuando la humanidad y toda la vida en la Tierra perecerán. Pero en los últimos años han surgido ciertas advertencias sobre Nibiru. Esta controvertida teoría dice que un gran objeto planetario (llamado Nibiru o Planeta X) colisionará con la Tierra o pasará muy cerca, causando destrucción a gran escala, y que esto ocurrirá en algún momento del siglo XXI. Pero para los que piensen que Nibiru es simplemente un mito o una leyenda urbana sin evidencias científicas, estáis muy equivocados. En el 2016, investigadores del Instituto de Tecnología de California (Caltech) encontraron evidencias matemáticas que sugieran la existencia de un “Planeta X” en lo más profundo de nuestro sistema solar. Este misterioso objeto sería del tamaño de Neptuno y podría tener una masa aproximadamente 10 veces mayor que la de la Tierra. Y, por si fuera poco, el pasado mes de marzo la Dra. Claudia Albers, física de la Universidad del Witwatersrand, Johannesburgo, afirmó que la NASA está ocultando la existencia de un sistema estelar muerto y que estaría drenando la energía de nuestro Sol. Es más, la teoría de la Dra. Albers está basada en extrañas formas circulares que ha visto en imágenes cerca del Sol enviadas por el Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO). Pero lo que nadie se esperaba es que con el desequilibrado mental de Donald Trump amenazando con desatar estos días una conflagración nuclear que acabaría con la humanidad, al parecer Nibiru (oculto detrás del Sol) quiere ahorrarnos ese ‘sufrimiento’ y es que en las ultimas horas una noticia que recorre velozmente las redes sociales advirtiendo sobre una catástrofe bíblica que ocurrirla el 23 de abril del 2018. En efecto, se dice también que ese día se producirá una colisión entre la Tierra y Nibiru, junto con una alineación celestial que anunciará el Fin de los Días. Según un artículo publicado en The Daily Express, el reconocido numerólogo cristiano David Meade asegura que el ‘Rapto o el arrebatamiento’ se desencadenará ese día, causando una destrucción masiva en todo el planeta. Meade dijo que Nibiru (Planeta X) aparecerá en los cielos el 23 de abril provocando todo tipo de desastres naturales como erupciones volcánicas, terremotos y enormes tsunamis. Según David Meade, el Sol, la Luna y Júpiter que supuestamente representan al Mesías según los pasajes bíblicos, estarán en Virgo el 23 de abril de 2018. Meade confirmó la fecha del Día del juicio final luego de interpretar el pasaje bíblico de Apocalipsis 12:1-2. Los expertos en la materia creen que este pasaje describe el comienzo de lo que se conoce como el Rapto, lo que resulta en la segunda venida de Cristo. “Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento.” – Apocalipsis 12:1-2 El popular numerólogo asegura que el 23 de abril marcará una fecha única en la historia de la humanidad descrita en el capítulo 12 de Apocalipsis.“Las 12 estrellas en esa fecha incluyen las nueve estrellas de Leo y las tres alineaciones planetarias de Mercurio, Venus y Marte, que se combinan para contar 12 estrellas en la cabeza de Virgo”, dijo David Meade a The Daily Express. “Así las constelaciones de Virgo, Leo y Ofiuco representan un único signo de una vez en un siglo exactamente como se representa en el capítulo 12 de Apocalipsis. Este es nuestra fecha final.” Como podéis imaginar, luego de que Meade hiciera pública su teoría sobre el Apocalipsis final, son muchos los que han acusado al numerólogo de crear una falsa alarma global. Se basan en que esta no es la primera vez que Meade habla del fin de los tiempos. El año pasado, el astrónomo estadounidense predijo que el mundo iba a terminar el 23 de septiembre de 2017, cuando nuestro planeta iba a colisionar con Nibiru. Sin embargo, el 23 de septiembre transcurrió sin incidentes. Entonces Meade cambió la fecha al 15 de octubre y afirmó que la fecha desencadenaría un período de tribulación de siete años en nuestro planeta, donde seriamos testigos de un mayor número de desastres naturales. En medio de estas alarmantes advertencias, la NASA ha desacreditado en repetidas ocasiones la existencia de Nibiru como un ‘engaño’ de Internet. “La existencia de este mundo distante es solo teórica en este momento y no se ha realizado ninguna observación directa del hipotético planeta”, dice la NASA en una publicación en su página web, que no menciona ninguna colisión o encuentro con la Tierra. “La predicción matemática de un planeta podría explicar las órbitas únicas de algunos objetos más pequeños en el Cinturón de Kuiper”. Por su parte, algunos científicos aseguran que la alineación calculada por Meade es totalmente incorrecta. Júpiter estará en Libra durante todo el día y la noche el 23 de abril, mientras que la Luna estará entre Leo y Cáncer. (El Sol, fuera de la vista cuando Júpiter y la Luna estén en el cielo, terminará por Piscis.) Ninguno de esos cuerpos estará en Virgo. Aunque también hay que decir que para ellos la astrología no es ciencia real. En resumen, para los escépticos el 23 de abril no habrá ningún Apocalipsis, mientras que los creyentes ya se preparan para el peor de los escenarios. Habrá que esperar al próximo día 23 para saber si se cumplen sus predicciones o tal vez sea el Criminal de Guerra Donald Trump quien acabe con la especie humana. De este demente podemos esperar lo peor.
jueves, 12 de abril de 2018
NOSTRADAMUS TENIA RAZON: Donald Trump es el Anticristo tantas veces anunciado
Si bien es cierto que muchos lo tomamos con escepticismo cuando se dio a conocer esta advertencia, lamentablemente tenemos que admitir que estábamos completamente equivocados y que el celebre vidente francés del siglo XVI no estaba errado en sus predicciones y que una vez mas tenía la razón. En efecto, resulta que el despreciable Criminal de Guerra Donald Trump ha resultado ser el temido Anticristo del Apocalipsis, quien en su demencial afán de querer apoderarse del mundo no dudara en desatar una conflagración nuclear que acabara con toda la humanidad. El odio y el desprecio que tiene al genero humano se manifiesta en sus constantes y diabólicas amenazas de atacar a quienes considera sus ‘enemigos’ y se interponen en sus desquiciados planes de dominación, en confabulación con la bestia sionista, aquel engendro del demonio mil veces maldito. Como sabéis, las profecías de Nostradamus son muy amplias y bastas, ya que abarcan desde las grandes dinastías europeas hasta la caída de las torres gemelas. En todo eso ha tenido razón. ¿Y de Trump? Muchos teóricos están convencidos que el profeta predijo su llegada al poder, que seria el Anticristo tantas veces anunciado y que originaria la Tercera Guerra Mundial. Dicha profecía describe a un líder “grande, desvergonzado, alborotador y audaz que será elegido gobernador del ejército”, y habla de “la falsa trompeta que oculta la locura hará que Bizancio cambie sus leyes”. ¿Estará relacionada la palabra trompeta con “Trump”? Para muchos es así, por lo que creen además que el actual inquilino de la Casa Blanca esta demente y que dará comienzo a la guerra en Bizancio, es decir, en los actuales territorios de Europa del este, Turquía, Siria y Palestina, que históricamente formaron parte del Imperio Bizantino. Esta descripción encajaría con muchas profecías de la Biblia, especialmente a la relacionada con el Apocalipsis, acerca de la bestia inmunda (Israel) y la llegada del Anticristo. Aun hay mas, un sitio Web 'The Hypertexts', señala siniestras conexiones entre Trump y el número 666. La familia compró la 666 Fifth Avenue. El escudo de Trump es un Mar a Lago que contiene tres seis. Su compañía está construyendo una torre de $ 666 millones en One Journal Square. Y hasta el apellido Trump es una versión anglicizada del nombre alemán Drumpf, que en la gematria judía obtiene la cifra de 666 según los valores numéricos asociados con la palabra Don Drumpf. Todo coincide a la perfección. El sitio también señala que el Anticristo del Apocalipsis se convertirá en una figura de culto para sus seguidores ‘quienes llevaran la marca de la bestia’ y tal como señala el Apocalipsis 13:11-17, llamará la atención por sus palabras engañosas y altisonantes declaraciones, destinadas sobretodo a agravar las tensiones de manera extrema, buscando crear conflictos en todo el planeta bajo cualquier pretexto con el fin de desatar una guerra devastadora que acabaría con todos. Con EE.UU. y sus aliados - incluido ISIS - responsables de la criminal agresión que sufre Siria, es probable que este desangrado país sea el teatro del temido enfrentamiento nuclear entre EE.UU. y Rusia. Precisamente el profesor Paul Miller, de la Universidad de Cambridge está convencido de que el próximo conflicto global comenzará allí. Miller dijo que su pronóstico podría ocurrir en el 2018, de alguna manera alineándose con la visión de Nostradamus de que, como gobernante de los EE.UU., Trump desatara una guerra que será el fin del mundo por todos conocidos. Para muchos ha quedado claro que Trump encarna perfectamente a la figura del Anticristo, al cual hay que combatir implacablemente hasta su derrota final, quien junto a la bestia sionista (Israel) deben ser arrojados al lago de fuego para su eterna condenación.
jueves, 5 de abril de 2018
VENUS: ¿Enigmáticas formas de vida en el ‘gemelo malvado’ de la Tierra?
En su incansable búsqueda de vida extraterrestre, los científicos se han fijado hasta ahora en todo tipo de cuerpos rocosos. Marte, por ejemplo, posee unas características geológicas que sugieren que una vez tuvo, y aún tiene, agua líquida bajo su polvorienta superficie, uno de los requisitos más aceptados para que la vida sea posible.
Asimismo, los investigadores se han fijado también en varias lunas de Saturno (como Titan y Encelado) y de Júpiter (como Europa, Ganímedes o Calixto), como posibles receptáculos para la vida, que podría haberse desarrollado en sus océanos subterráneos bajo gruesas capas de hielo. Y ahora, sin embargo, los científicos han decidido desempolvar una vieja idea que consiste en buscar vida en un escenario completamente distinto: las nubes de Venus. En un estudio recién publicado en Astrobiology, en efecto, un equipo internacional de investigadores liderado por Sanjay Limaye, del Centro de Ciencias Espaciales de la Universidad de Wisconsin-Madison, presenta lo que denomina un "nicho ecológico" capaz de permitir la existencia de organismos vivientes en la densa capa de nubes que rodea Venus. "Venus ha tenido mucho tiempo para evolucionar por sí mismo", explica Limaye, quien señala que el planeta tuvo en el pasado un clima habitable, con agua líquida en su superficie durante dos mil millones de años. "Y eso es mucho más tiempo del que creemos que ha tenido Marte". Aquí, en la Tierra, numerosos microorganismos, en su mayor parte bacterias, son capaces de "saltar" a la atmósfera, donde han sido encontrados vivos y en perfectas condiciones a altitudes superiores a los 41 km. En nuestro planeta también se ha descubierto un extenso catálogo de organismos capaces de vivir en los ambientes más hostiles, entre ellos las fuentes termales del parque de Yellowstone, las fuentes hidrotermales de las profundidades oceánicas, el lodo tóxico de las áreas más contaminadas o en los lagos ácidos de todo el mundo. "En la Tierra -afirma Rakesh Mogul, profesor de química biológica en la Universidad Politécnica del Estado de California y coautor del estudio- sabemos que la vida puede prosperar en ambientes muy ácidos, alimentándose de dióxido de carbono y produciendo ácido sulfúrico". Que son precisamente los materiales que más abundan en la turbia, gruesa, ácida y reflectante atmósfera de Venus, compuesta en su mayor parte por dióxido de carbono y gotas de agua con un alto contenido de ácido sulfúrico. Como sabéis, la cuestión de la posible habitabilidad de la atmósfera de Venus surgió por primera vez en 1967, de la mano del biofísico Harold Morowitz y del famoso astrónomo Carl Sagan. Varias décadas después, los científicos planetarios David Grinspoon y Mark Bullock, entre otros, ampliaron la idea. Una serie de sondas rusas a Venus lanzadas entre 1962 y 1978 reforzaron la teoría de que la atmósfera venusina podría ser un "nicho plausible" para la vida. Esas naves, en efecto, mostraron que las condiciones de temperatura y presión en las zonas baja y media de su atmósfera (a altitudes comprendidas entre los 40 y los 60 km) no impedirían la existencia de formas de vida microbiana. Las condiciones de la superficie del planeta, sin embargo, con temperaturas ardientes de más de 450 grados, resultan incompatibles con cualquier forma de vida conocida. Así por ejemplo, la Venera 9 que se poso en su superficie en 1975 - transmitiendo por unos 53 minutos imágenes del lugar antes de que la elevada presión del planeta la destruyera - nos mostró como un planeta hostil para la vida, con lo cual las ideas preconcebidas que teníamos acerca de ella, quedaron en el olvido. Limaye, que participa en representación de la NASA en la misión japonesa Akatsuki a Venus, se obsesionó con la posibilidad de explorar la atmósfera del planeta tras una reunión casual con el también coautor del estudio Grzegorz Slowik, de la Universidad de Zielona Góra de Polonia. Durante la conversación, Slowik le hizo tomar conciencia de que ciertas bacterias de la Tierra tienen propiedades para absorber la luz que resultan muy similares a las de una serie de partículas no identificadas que forman inexplicables manchas oscuras en las nubes de Venus. Las observaciones espectroscópicas, particularmente en el ultravioleta, muestran que esos parches oscuros están compuestos de ácido sulfúrico concentrado y otras partículas desconocidas capaces de absorber luz. Esas manchas oscuras han constituido un misterio desde que fueron observadas por primera vez por telescopios terrestres hace ya casi un siglo y analizadas más tarde por varias de las sondas enviadas al planeta vecino."Venus muestra una serie de parches episódicos oscuros, ricos en ácido sulfúrico, con contrastes de hasta el 30-40 por ciento en el ultravioleta y silenciados en longitudes de onda más largas -afirma Limaye-. Estos parches persisten durante días, cambian continuamente de forma y contraste y parecen depender de la escala". Las partículas que forman esas manchas oscuras tienen prácticamente el mismo tamaño que algunas bacterias de la Tierra, aunque los instrumentos que han muestreado la atmósfera de Venus hasta la fecha han sido incapaces de distinguir si esos materiales son de naturaleza orgánica o inorgánica. Según Limaye y Mogul, las manchas podrían ser algo parecido a las proliferaciones de algas que ocurren rutinariamente en los lagos y océanos de nuestro mundo, solo que éstos tendrían que mantenerse y sobrevivir en la atmósfera de Venus. Limaye, que ha dedicado toda su carrera a estudiar atmósferas planetarias, se motivó aún más con la idea de una posible forma de vida en Venus tras visitar Tso Kar, un lago salado de gran altitud en el norte de la India, donde observó cómo los residuos polvorientos de bacterias fijadoras de azufre concentradas en la hierba en descomposición de las orillas del lago eran capaces de flotar en la atmósfera. El científico, sin embargo, señala que existe una parte desconocida de la ecuación: no se sabe cuándo el agua líquida de Venus se evaporó exactamente. Y es más que probable que los extensos flujos de lava de los últimos mil millones de años hayan destruido o cubierto para siempre la historia terrestre del planeta. Para Limaye, una buena posibilidad para tomar muestras directamente de las nubes de Venus está en un proyecto que ya se encuentra sobre la mesa: VAMP (Venus Atmospheric Maneuverable Platform, o Plataforma Manioblabe en la Atmósfera de Venus), una nave que vuela como un avión pero flota como un dirigible y que podría permanecer volando entre las nubes del planeta hasta un año entero, recopilando valiosos datos y muestras. La nave debería equiparse con sensores meteorológicos y químicos, espectrómetros e incluso un microscopio capaz de identificar la presencia de organismos vivos. "Para salir de dudas -afirma Mogol - tenemos que ir allí y tomar muestras de las nubes. Venus podría constituir un nuevo y emocionante capítulo en la exploración de la Astrobiología" aseveró. Los investigadores tienen la esperanza de que esa nave se incluya en la próxima misión rusa a Venus, Venera D, en la que la NASA está ahora estudiando su participación y que está programada para finales de la década del 2020. Los planes finales para Venera D podrían incluir un orbitador, un módulo de aterrizaje y una estación de superficie, así como una plataforma aérea maniobrable. No cabe duda que este misterioso planeta tiene muchos secretos por contar.
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