La película Interstellar, estrenada en el 2014, muestra cómo unos astronautas viajan hasta los alrededores de Gargantúa, un agujero negro supermasivo. Van hasta allí en busca de planetas en los que la humanidad, que está en peligro mortal en la Tierra, pueda sobrevivir. La cinta, que contó con el asesoramiento del Nobel y experto en agujeros negros Kip Thorne, relata cómo los viajeros se posan en el planeta de Miller, un prometedor mundo oceánico. Allí experimentan un curioso fenómeno: la intensa gravedad del agujero negro vecino distorsiona el espacio-tiempo de forma que el tiempo se ralentiza para las personas que se acercan al enorme objeto, en comparación con un observador situado más lejos. De esta forma, si el tripulante de una nave situada más allá enviase un mensaje en código morse, mandando un pitido cada segundo, en la superficie del planeta de Miller se recibirían 60.000 pitidos en tan solo un segundo. Por eso cuando los viajeros vuelven a la nave, después de haber pasado solo unas horas allí, en el aparato han pasado varios años. Este divertido escenario teórico de imaginar cómo sería un planeta en la órbita de un agujero negro resulta muy interesante porque permite poner a prueba lo que se sabe y preparar el camino para futuros descubrimientos, incluso aunque no se sepa si es posible. Con esta idea en mente, el astrofísico Jeremy Schnittman, del Centro de Vuelos Espaciales Goddard, de la NASA, ha publicado un artículo en el servidor de prepublicaciones arXiv en el que especula sobre este y otros efectos en el entorno de los agujeros negros supermasivos. Inspirado por la película, el científico repasa en qué condiciones un mundo situado en la órbita de un agujero negro supermasivo podría ser habitable. Aunque nunca se ha avistado un planeta en la órbita de uno de estos objetos (nuestra incipiente tecnología no lo permite hacerlo) Schnittman relata cómo el salvaje entorno de estos monstruos puede llegar a ser apropiado. Al menos en teoría.“Casi toda mi investigación, durante los últimos 20 años, se ha centrado en algún aspecto de los agujeros negros”, ha explicado Schnittman a The Daily Express. “Cuando vi la película Interestellar, comencé a trabajar en una iniciativa de la NASA para modelar la estructura de las atmósferas de los exoplanetas, así que pensé mucho en términos de habitabiblidad. Por eso, creo que este artículo es una combinación lógica entre ambos asuntos” aseveró. Eso le ha llevado a elucubrar si sería posible que los agujeros negros supermasivos tuvieran una zona de habitabilidad a su alrededor, al igual que las estrellas. La cuestión es averiguar si en dicha región, no situada muy cerca de la estrella pero tampoco muy lejos, sería posible que hubiera planetas cuyo rango de temperaturas en equilibrio permitiera que tuvieran agua líquida en superficie. Dicho rango de temperaturas es, tal como ha escrito el autor de este estudio, aproximadamente de 0 a 100 ºC. ¿Y si cambiáramos el Sol por un agujero negro? Lo primero que hay que tener en cuenta es que si el Sol fuera sustituido por un agujero negro de la misma masa, la órbita de nuestro planeta no experimentaría ningún cambio, tal como ha recordado el autor del trabajo, que pretende publicar en la revista American Journal of Physics. El tirón gravitacional sería exactamente el mismo. No se notaría ningún cambio a no ser que la Tierra se pusiera muy cerca de la superficie (el llamado horizonte de sucesos) de un agujero negro pequeño, caso en que acabaría despedazada como una galleta por las implacables fuerzas de marea. Pero hay un importante problema. El agujero negro nos dejaría, literalmente, a oscuras. A fin de cuentas, estos objetos son cadáveres estelares tan densos, que nada, ni los fotones, pueden escapar del “abrazo” de su gravedad. Por eso, ni un solo fotón llegaría a la Tierra y calentaría su atmósfera para permitir la existencia de agua líquida. De hecho, se calcula que en nuestro planeta el flujo incidente solar total es de 1250 W/m^2. Sin embargo, quizás el panorama no sea tan negro, nunca mejor dicho. Según ha propuesto Schnittman, los discos de acreción que suelen rodear a estos objetos podrían proporcionar la energía necesaria para que hubiera planetas cuyo rango de temperaturas fuera adecuado para albergar agua líquida en superficie. Los discos de acreción son anillos aplanados en los que enormes cantidades de gas y polvo, provenientes del espacio interestelar y de la muerte de estrellas, giran y se encaminan hasta su “muerte”, en el pozo gravitacional que es el agujero negro. De hecho, cuanto más se acerca la materia hasta la superficie del agujero, más rápido gira. Esta materia está caliente y emite altas cantidades de energía y luz. Además, se puede decir que el entorno del propio agujero negro es un acelerador de partículas, que bombardean los alrededores, y que genera un campo magnético capaz de generar potentes chorros de materia y energía, los jets, que alcanzan longitudes astronómicas. Todo esto, sin embargo, no hace que sea imposible que haya planetas habitables alrededor de un agujero negro. En teoría, bastaría con que su disco de acreción no fuera demasiado ‘agresivo’: “Si pudiéramos reducir la tasa de acreción lo suficiente, la temperatura sería sencillamente adecuada”, ha explicado Schnittman. De hecho, tal como ha detallado, si la masa del agujero negro fuera del orden de mil millones de soles (10^9 masas solares), y su tasa de acreción fuera típica (similar a la de un cuásar), un planeta podría ser habitable si estuviera a una distancia de 500 radios del agujero negro. “Eso llevaría a que el disco de acreción tuviera un aspecto muy parecido al del Sol en el cielo”, ha explicado el investigador. “Además, el disco limpiaría el espacio de restos. Sin embargo, hoy por hoy sabemos que la mayoría de los agujeros negros supermasivos que conocemos en el Universo son demasiado brillantes y demasiado calientes como para albergar vida tal como la conocemos”, ha reconocido el investigador. Además, en el entorno de los agujeros negros existe otra peculiaridad: la distorsión del espacio-tiempo. El mismo efecto que hace que el tiempo no avance a la vez cerca y lejos del agujero negro, es responsable de que la frecuencia de los fotones (el número de veces que oscilan por segundo), tampoco sea igual. Por eso, un planeta situado muy cerca de un agujero negro vería cómo la luz que le llega desde el disco de acreción se desplaza hacia el azul, y aumenta la dosis de radiación UV. Tal como subraya Schnittman, podría llegar a ser tan energética que acabara siendo dañina para los supuestos seres vivos que vivieran a la «sombra» del agujero negro, si estos fueran similares a los terrestres, claro está. “¡Por supuesto, otras formas de vida podrían amar la luz ultravioleta!” comento. Curiosamente, y tal como se vio en la primera imagen de un agujero negro de toda la historia, desde la superficie del planeta se podría ver cómo una parte del anillo sería más brillante que otra, a causa del corrimiento al rojo y al azul de la luz, causados por su alta velocidad. Cabe recordar que la gravedad es la menos fuerte de las interacciones fundamentales, pero su efecto es considerable: por ejemplo, es capaz de remover las entrañas de las lunas en los alrededores de Júpiter y Saturno. En el caso de un planeta que cayera muy cerca de un agujero negro, sería capaz de “anclar” una de las caras de estos mundos (tal como le ocurre a la Luna, que siempre le da la misma cara a la Tierra), deformarlos o, incluso, llegar a destruirlos (lo que se conoce como disrupción de marea). Lógicamente, los mundos destruidos no son habitables; probablemente, los mundos marealmente anclados (como la Luna) tampoco lo son, porque es más difícil (aunque no imposible) que el calor se distribuya: normalmente una cara está abrasada y la otra congelada. En el caso de Gargantúa, el agujero negro supermasivo de la película Interestellar, la distancia de seguridad está justo encima del horizonte de sucesos. Por eso, el planeta de Miller no solo no es destruido sino que experimenta mareas extraordinarias a causa del tirón gravitacional de su agujero. Además de eso, el investigador ha elucubrado en torno a otras potenciales fuentes de energía que podrían calentar un mundo en los alrededores de un agujero negro y hacerlo habitable. Jeremy Schnittman ha considerado cómo la radiación de fondo, cuya energía aumenta en el entorno del agujero negro, los neutrinos, la materia oscura o las ondas gravitacionales, podrían también aportar energía a un planeta, al menos en teoría.
TIEMPOS DEL MUNDO
jueves, 31 de octubre de 2019
jueves, 24 de octubre de 2019
LUCIFER: Las mil caras del Ángel del Mal
Según la tradición cristiana, Lucifer representa al ángel caído, ejemplo de belleza y sabiduría, a quien la soberbia le condujo a la oscuridad. Expulsado del Cielo, adoptó el nombre de Satanás, quien con sus huestes de demonios, comenzó a esparcir el mal en la Tierra. Precisamente en una biblioteca histórica en la ciudad de Tréveris (Trier), en Alemania, existe un manuscrito que probablemente fue hecho entre los años 800 y 825, que contiene una versión del libro bíblico del Apocalipsis completamente ilustrado. En el se observa un grabado que muestra la lucha del arcángel Miguel contra los ángeles rebeldes. En ese grabado hay dos grupos de ángeles: los que permanecieron fieles a Dios y los caídos junto a Satanás. "Lo interesante es que no hay ninguna distinción entre ambos grupos, solo la posición de cada uno en el cuadro", dice Edin Sued Abumanssur, profesor del departamento de teología y ciencias de la religión de la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo. "Esa es quizás la representación más antigua de los demonios de la que se tiene noticia", señala. "El Diablo es representado como un enorme dragón, pero sus compañeros rebeldes son iguales a los ángeles que los derribaron: tienen alas, vestiduras largas, cabellos rizados, lo único que les falta es la aureola", describe la periodista y escritora italiana Paola Giovetti en su libro "L'Angelo Caduto" (El ángel caído). Según Abumanssur, a lo largo de la historia, se observa una correlación entre diversos momentos políticos y sociales y las representaciones del Maligno, como también es conocido. "En el campo de las artes pictóricas, escultóricas o literarias, el intento de trazar un desarrollo cronológico de la imagen del Diablo difícilmente rendirá buenos frutos, hay contradicciones y permanencias en diferentes formas de representarlo, que se superponen sin ningún criterio claro y aprehensible”, afirma el profesor. Hasta el siglo XI en Occidente, Lucifer casi siempre fue retratado con apariencia humana pero a partir del año 1000, comenzó a ser representado con apariencia grotesca y monstruosa, entre humano y animal. "En la Edad Media las formas de imaginarlo no eran homogéneas. Grandes poblaciones esparcidas por extensos territorios, en una época en la que las comunicaciones y los intercambios culturales eran lentos, fragmentados y de baja densidad, llevaban a que convivieran diferentes comprensiones e ideas sobre el diablo", dice el investigador. "Podemos afirmar con algún margen de seguridad que a partir del siglo XI, características no humanas de la figura del demonio empiezan a ganar cierta hegemonía, aunque todavía sobreviven de esa época representaciones de ángeles caídos que guardan proximidad con la figura del hombre", señala. El escritor y semiólogo italiano Umberto Eco señalo que "solo a partir del siglo XI, Satanás comienza a aparecer como un monstruo dotado de cola, cuernos, orejas animalescas, barba y patas de chivo, adquiriendo también alas de murciélago", escribió. Eco resalta que "parece obvio, también por motivos tradicionales, que el diablo debía ser repulsivo, con una forma terrorífica y diabólica, haciendo de esta forma su ingreso en el mundo cristiano con el Apocalipsis de San Juan Evangelista" acotó. "No es que faltaran menciones al demonio y al infierno en el Antiguo Testamento y en los otros libros del Nuevo Testamento, pero en esos textos el Diablo es nombrado sobre todo a través de las acciones que realiza y de los efectos que produce", disertó el semiólogo. "Nunca aparece con la evidencia 'somática' con que será representado en la Edad Media", afirmó. La figura más icónica del demonio, el ser rojo, con cola, cuernos y tridente, es una construcción paulatina y gradual. "Se inicia a partir del siglo XI un proceso de sistematización dogmática de la figura del Diablo que intenta reunir en una síntesis tanto la teología como las representaciones del imaginario social del período y al mismo tiempo va al socorro de las necesidades políticas en un mundo medieval que empieza a desmoronarse", señala el sociólogo Abumanssur. "La extensa iconografía del Diablo da testimonio de la lucha teológica y política, muchas veces violenta, que hace emerger poco a poco la figura de un señor terrible, que subyuga a los hombres en la maldad". "La imagen señorial y majestuosa, incluso inhumana, del Diablo, emerge lentamente en el proceso de consolidación del poder papal y de la figura del rey autocrático como torretas de fortaleza, capaces de resistir a un dios de la maldad cada vez más poderoso y antagonista de la paz y del orden", afirma el experto. Esa figura es la mezcla de la cultura erudita de los monjes y teólogos medievales con la cultura popular viciada de supersticiones y paganismo. "El hambre, las pestes y el lento desmoronamiento del sistema feudal cooperaron para que el Diablo asumiera sus características inhumanas a partir del siglo XI", dice Abumanssur. "La asimilación de la cultura griega y sus dioses por parte del cristianismo trajo contribuciones como los cuernos, las patas de chivo y la cola, características del dios Pan. La llegada del cristianismo a los países celtas, en el norte de Europa, contribuyó a reforzar esa imagen, parecida a la del dios Cernunnos". Como destaca el teólogo Volney Berkenbrock, profesor de ciencia de la religión de la Universidad Federal de Juiz de Fora, en Brasil, la versión caricaturizada del Diablo como un ser rojo y con cuernos es consecuencia de lo que el cristianismo procuraba combatir en sus comienzos: las creencias grecorromanas. "En los choques de culturas - en este caso de religiones - los símbolos de las otras religiones son considerados algo extremadamente malévolo, así que Satanás adquirió accesorios de quienes se estaba combatiendo", explica. "El cristianismo, para combatir la religión griega y romana, le agrego cuernos al Diablo por el dios griego Pan, una figura representada como medio hombre, medio cabra, que seduce a las jóvenes. Y le da un tridente para combatir a Poseidón, el dios griego de los mares -Neptuno para los romanos-" puntualiza. Las representaciones culturales de la figura de Satanás son recurrentes desde la Edad Media. En la actualidad se usa mucho en las películas y es parte de clásicas historias de horror. "En el cine por ejemplo, la película 'El Exorcista', de 1974, marcó un antes y un después", cree Abumanssur. Cabe destacar que el uso de la palabra "Satanás"(adversario) para designarlo una vez expulsado del Cielo, no aluden en sus comienzos a una figura opuesta a Dios, mucho menos a alguien que personifica el mal. "El era simplemente el acusador, lo que hoy se podría llamar un promotor de justicia", resalta el teólogo Berkenbrock. "La idea de Satanás como la personificación del mal entró al cristianismo por medio de la influencia babilónica, más específicamente de la religión de Zaratustra (el mazdeísmo), que tiene una figura opuesta a Dios". Las palabras diablo y demonio son un legado de la influencia griega sobre el cristianismo. El demonio (o daimón) significa fuerza, impulso y pasó a ser identificada como fuerza negativa. El diablo (diabolos) es el divisor, el que causa división. En su libro "El Cristo Pantocrátor", la investigadora Wilma Steagall De Tommaso resalta que el contexto en el que vivía la sociedad durante la Edad Media fue favorable a la creación de la imagen de Satanás. "La vida humana estaba siempre bajo amenaza, los fardos cotidianos eran pesados, la muerte era una guía constante y los moribundos se preguntaban si les esperaría la vida eterna después de la muerte o las torturas del infierno", afirma. "Fue así que el tema del Juicio Final se convirtió en el predilecto de los tímpanos, los arcos situados por encima de la entrada de la iglesia". Mostraban a Dios colocado de forma paralela al Diablo, cuenta Tommaso. Convertido en enemigo irreducible de la humanidad, según el libro del Apocalipsis, Satanás será vencido por Cristo y encerrado hasta que se cumplieran los mil años "para que no engañe más a las naciones" y no pueda acceder más al Cielo ni la Tierra.Cuando los mil años se cumplan, Satanás será soltado de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro extremos de la tierra, a fin de reunirlas para la batalla, pero en el momento que rodearon la ciudad amada, descendió fuego del cielo y los devoró, siendo arrojado Satanás al lago de fuego y azufre - donde también están la bestia y el falso profeta - y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.
jueves, 17 de octubre de 2019
INQUIETANTE DECLARACIÓN: Científico de la NASA asegura que encontraron vida extraterrestre en Marte hace 40 años
Como sabéis, los alienígenas están en boca de todos y no solamente porque se hayan popularizado en las redes sociales. Recordemos que el mes pasado, el Dr. Jim Green, responsable científico de la NASA, dijo que descubrirían vida extraterrestre en Marte en los próximos meses, revelando que esto ocurrirá antes del 2021, pero que el mundo aún no está preparado para aceptar la realidad de la existencia extraterrestre. Sin duda alguna se trató de un anuncio histórico, que aparte de ser revolucionario abrirá una línea de pensamiento completamente nueva. Nadie pone en duda que así sea, pero lo que la gente desconoce es que la NASA destruyó evidencia de vida extraterrestre en Marte hace cuarenta años. En efecto, la sonda espacial Viking Lander I descubrió en 1976 evidencia de moléculas orgánicas, los componentes básicos de la vida, en el suelo marciano, sin embargo luego de analizarlas, las incineró. En su momento esta noticia provocó un revuelo en la comunidad científica, ya que fueron muchos los científicos que la desacreditaron. Pero ahora, un ex científico de la NASA ha reconocido que en 1976 se descubrió vida extraterrestre en Marte. En un artículo publicado en la revista de divulgación científica Scientific American titulado I’m Convinced We Found Evidence of Life on Mars in the 1970s (‘Estoy convencido de que encontramos evidencia de vida en Marte en la década de 1970’), el reconocido ex científico de la NASA Gilbert Levin escribe que una misión a Marte fue el primer ejemplo concreto de vida biológica en otros planetas. “¿Cuál es la evidencia contra la posibilidad de vida en Marte? El hecho sorprendente es que no hay ninguno”, escribe Levin. “Además, los estudios de laboratorio han demostrado que algunos microorganismos terrestres podrían sobrevivir y crecer en Marte”. Levin menciona dos misiones en 1976 cuando la NASA envió las sondas Viking Lander I y II a Marte, el primer viaje de la agencia espacial al planeta rojo. Los módulos de aterrizaje recogieron varias muestras del suelo marciano en un intento de buscar signos de vida biológica. Una de las pruebas llamada ‘experimento de detección de vida de liberación etiquetada’, dirigido por Levin, consistía en combinar muestras de suelo marciano con compuestos orgánicos y luego buscar signos de dióxido de carbono. Según Levin, cualquier microorganismo que estuviera presente en el suelo habría metabolizado el compuesto y liberado CO2. Sorprendentemente, las pruebas inicialmente indicaron cuatro resultados positivos significativos en ambos módulos ubicados a más de 6.000 kilómetros de distancia entre sí. Sin embargo, a pesar de la evidencia, los otros experimentos de la NASA no detectaron microorganismos específicos. Según dijo la agencia espacial, las pruebas no proporcionaron evidencia clara de la presencia de microorganismos vivos en el suelo cerca de los sitios de aterrizaje. No obstante, Levin dice asegura que la evidencia de vida extraterrestre quedó ampliamente demostrada por otros descubrimientos desde las misiones Vikings, como la evidencia de agua y otros compuestos y el supuesto fracaso de 43 estudios posteriores sobre el hallazgo para proporcionar una explicación directa. “En resumen, tenemos resultados positivos de una prueba microbiológica ampliamente utilizada; respuestas de apoyo de controles fuertes y variados; duplicación de los resultados de LR en cada uno de los dos sitios donde amartizaron los Vikings; replicación del experimento en los dos sitios; y el fracaso durante 43 años de cualquier experimento o teoría para proporcionar una explicación no biológica definitiva de los resultados de Viking LR”, continúa explicando Levin. El ingeniero estadounidense dice que a pesar de que la evidencia apunta a signos de vida, las misiones posteriores a Marte desde que los Viking llegaron al planeta rojo no han podido seguir los hilos inexplicables. “La NASA ya ha anunciado que su módulo hacia Marte programado para el 2020 no contendrá una prueba de detección de vida. De acuerdo con un protocolo científico bien establecido, creo que se debe hacer un esfuerzo para poner los experimentos de detección de vida en la próxima misión al planeta rojo. Un estudio probablemente produciría una guía importante para la búsqueda de la NASA de su santo grial”, concluye Levin. En futuras misiones, el científico sugiere por ello incluir equipos capaces de discernir microorganismos con mayor precisión, que han avanzado mucho desde los años 70, y volver a examinar la evidencia encontrada por su propia misión. Aunque parece que esto ya esta más que preparado, a raíz de las declaraciones recientes de la NASA. Todo esto demuestra que la agencia espacial estadounidense ya conocía la existencia de vida extraterrestre en Marte desde por lo menos la década de 1970, pero por algún motivo que desconocemos lo han querido ocultar y han esperado para hacer la “gran revelación” antes del 2021. ¿Y cuál es el verdadero motivo de esto? Dentro de muy poco lo sabremos.
jueves, 10 de octubre de 2019
¿LOS VIKINGOS FUERON QUIENES REALMENTE DESCUBRIERON AMERICA?: Las evidencias así lo demuestran
Desde antaño, los libros de historia recogen entre sus páginas el Descubrimiento de América, cuyo merecimiento es atribuido a Cristóbal Colón, allá por 1492. Sin embargo, existen en la actualidad pruebas más que suficientes para poner en duda la versión oficial, alegando que fueron los vikingos quienes varios siglos antes, llegaron al nuevo continente. Como sabéis, el 12 de octubre de 1492, Colon puso pie en lo que poco mas tarde se conocería como América, cumpliendo con éxito la misión encomendada por los Reyes Católicos, Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, convirtiéndose con el pasar de los años, en uno de los acontecimientos mas importantes de la historia universal. Como veremos a continuación, existen evidencias que comprueban que no fue Colón el primer descubridor de América y que por lo tanto, existen un sin fin de libros donde este error histórico se hace patente. Los vikingos fueron aquellos escandinavos que desde la Edad Media, se dedicaron a realizar múltiples travesías por el continente europeo, llegando desde Groenlandia hasta Constantinopla. Destacaron por sus poderosos Drakkars, embarcaciones fuertes y resistentes, capaces de realizar largos y arduos viajes, impulsando a los vikingos al éxito, a la victoria, a la expansión de su territorio hasta limites posiblemente aun desconocidos. Gracias a estas embarcaciones, surcaron los mares que limitan con Europa, realizando incursiones que le reportaría esa fama de guerreros feroces, salvajes y temidos, quienes saqueaban todo a su paso sin mostrar piedad alguna. No contentos con esos pillajes, siempre estaban a la busca de nuevos territorios, y ese deseo de explorar lo desconocido, los llevo cada vez mas al oeste, llegando a finales del primer milenio antes de Cristo a las Islas Feroe y varias décadas mas tarde hasta Islandia. Fue allí donde Erik el Rojo, decidió encabezar una expedición hacia el oeste, donde se crea que existían nuevas tierras, ya que por esos tiempos era conocida la historia del marino islandés Gunnbjorn Ulf-Krakuso, quien alego que una tormenta lo desviara de su curso y lo arrojo a territorios desconocidos. Siguiendo esa ruta, en 982, Erik y sus hombres descubrieron una inmensa isla complemente helada con un clima glacial. Bordeando sus costas hacia el sur, el paisaje mejoro notablemente y encontraron pastos, por lo que le dio a este nuevo territorio el nombre de Groenlandia (tierra verde). Luego de asentarse en el lugar y fundar el primer poblado, Eric el Rojo engendro a Leif Eriksson, a quien la historia le tenía reservada el honor que su nombre figurase en todos los libros como el descubridor de América. Pero por desgracia, se convirtió en uno de los grandes olvidados. En la Saga de los Groenlandeses, así como en la Saga de Erik el Rojo - que forman parte de las principales obras literarias acerca de la colonización de los vikingos de América - se muestra como Leif Eriksson, al igual que su padre años atrás, conoció una historia donde se afirmaba sobre la existencia de unas tierras mas allá de Groenlandia. En esta historia, Bjarni Herjolfsson se vio arrastrado por la corriente avistando nuevos territorios de los cuales no se tenía existencia. Leif Eriksson motivado por realizar su propia hazaña, emprendió el viaje junto a un grupo de valerosos hombres, siguiendo la ruta indicada en dicha historia, llegando hasta las costas del norte de América. La primera impresión no fue nada agradable ya que encontró un paisaje inhóspito, a la que nombraron Helluland (tierra de roca llana). Según las sagas, en el lugar mantuvo contacto con los habitantes nativos de aquellas tierras, a quienes llamaron skraeling. Eriksson y su tripulación prosiguieron navegando hacia el sur, donde se toparon con Markland (tierra del bosque). Se cree que este territorio boscoso fue posteriormente un punto importante de suministro de madera para los groenlandeses. Continuando con su expedición hacia el sur por las costas de América del Norte, tropezaron con un atractivo territorio donde asentarse, y así lo hicieron. Este lugar idílico, pasaría a llamarse Vinland (la tierra del vino). Investigaciones posteriores descubrieron que Vinland se situaba en la actual isla de Terranova, en Nuevo Brunswick y Nueva Escocia, Canadá. Se cree que Eriksson llamo así a este territorio para motivar a los vikingos a viajar al nuevo continente y colonizarla, haciéndoles creer que estaba lleno de viñas. Leif y su tripulación se asentaron en el nuevo territorio, ideal para la cría de rebaño, ubicada a tres semanas del lugar que les vio nacer, Groenlandia. Además, fundaron un pueblo al que Ericsson bautizó como Leifsbudir. Una vez consolidada la colonia en Vinland, Leif regreso a Groenlandia como un héroe, ya que había conseguido su objetivo. Poco tiempo mas tarde y según como expresan las sagas, Thorvald - hermano de Leif - organizó la siguiente expedición a Vinland, donde luego de pasar tres años y durante una de sus expediciones por el continente, fue asesinado por los nativos. El siguiente viaje a Vinland fue protagonizado por Thorfinn Karlsefni, un islandés motivado a descubrir mas sobre aquel, según las sagas, paradisíaco territorio, para lo cual reunió una tripulación de 65 hombres y luego de pasar dos inviernos en Vinland y enfrentarse a los nativos (quienes se mostraban cada vez mas belicosos por la presencia de los vikingos en aquellas tierras) decidió regresar a Islandia. El ultimo viaje recogido en las sagas es el de Freydis, hermano de Leig Ericsson, que también terminaría por regresar su lugar de origen. Cabe resaltar que la única fuente histórica en la cual encontramos dichos viajes es en las sagas nórdicas, que para los historiadores carecían de autenticidad hasta que el hallazgo de restos arqueológicos tanto en donde se ubicaba Vinland, como en otros lugares de América del Norte demostró lo contrario. Dichas sagas fueron escritas en Islandia entre los siglos XIII y XIV y en ellas se relatan hechos históricos relevantes para la humanidad. El escepticismo acerca de su veracidad recién se disipo en 1961, cuando los arqueólogos descubrieron las ruinas de una antiquísima colonia vikinga en la actual zona de L´Anse aux Meadows (Terranova). Helge Ingstad y su mujer Annie Stine estaban convencidos de que la hazaña de Leif Eriksson era cierta, por lo que armados con las sagas vikingas y un antiguo mapa islandés del siglo XVI, conocido como el mapa Skalholt, emprendieron un viaje para encontrar las pruebas que demostrasen que los vikingos estuvieron en América siglos antes que Colón. Entre 1961 y 1968, dirigieron una serie de excavaciones en el lugar antes mencionado y durante ese periodo desenterraron restos de 8 edificios y 125 piezas que no correspondían con la de los nativos. Los edificios poseían el arquetipo de los hogares vikingos y entre los objetos se encontraron clavos de hierro forjado, demostrando que pertenecían a individuos procedentes de Europa. Además, se encontró un alfiler con cabeza de anillo, cuya presencia es notable en el mundo vikingo. Tras la prueba del carbono 14, los resultados fueron asombrosos, ya que demostraron que L´Anse aux Meadows estuvo habitado en el periodo comprendido entre 980 -1020, coincidiendo con lo relatado en las sagas de que los vikingos no estuvieron mucho tiempo en aquellas tierras. Según algunos estudiosos, otra de las evidencias más significativas de su presencia en América del Norte es la llamada Torre de Newport, en Rhode Island (EE.UU.). Dicha construcción de forma circular responde al estilo medieval y se ha comparado con una iglesia bretona de construcción muy similar (por lo que también se la relaciona con los templarios). Los primeros europeos simplemente ignoraron la construcción, y durante años se pensó que era un antiguo molino de viento. Pero los todos los datos apuntan a que la Torre fue levantada alrededor del siglo XII, antes de la llegada masiva de los colonos durante el XVII. ¿Porque abandonaron finalmente esos territorios? Tal como lo hemos visto anteriormente, los vikingos fueron duramente atacados por los nativos. Thorvald, hermano de Leif Eriksson, fue asesinado por estos y tanto Thorfinn Karlsefmi como Freydis tuvieron finalmente que abandonar Vinland debido a los constantes enfrentamientos, lo que termino de convencer a los vikingos que aquella zona ya no era segura para ellos y regresaron a sus lugares de origen. A pesar de abandonar esas tierras, no dejaron de viajar ocasionalmente a América del Norte, sobre todo a Markland en busca de madera, un recurso muy escaso en Islandia. El ultimo viaje registrado de los vikingos esta datado en 1347. Desde entonces perdieron todo interés y no volvieron más al lugar. Para finalizar, si bien se dice que otros navegantes -como los fenicios, los templarios y hasta los chinos -también llegaron al continente mucho ante que Colon, la inmensa mayoría de historiadores solo aceptan a los vikingos como los primeros en realizar dicha gesta. Las evidencias están allí, pruebas irrefutables que sin embargo, no han servido para cambiar la historia del descubrimiento de América, al menos no de momento.
jueves, 3 de octubre de 2019
INAUDITO DESCUBRIMIENTO: Sondas extraterrestres se ocultarían en asteroides cercanos
El pasado mes de septiembre nos enteramos que el Centro de Planetas Menores, un organismo del Observatorio Astrofísico Smithsoniano, descubrió un segundo objeto interestelar en nuestro sistema solar. Los astrónomos dijeron que el misterioso objeto, denominado C/2019 Q4, podría ser un cometa dado que parece dejar tras de sí una cola mientras se mueve por el espacio. Sin embargo, para el astrónomo Seth Shostak del Instituto SETI, que se centra en la búsqueda de inteligencia extraterrestre, aseguró que el objeto interestelar podría ser una sonda alienígena enviada para estudiar nuestro sistema solar y sus planetas. A pesar de la teoría expuesta por Shostak, la mayoría de los astrónomos se refieren al C/2019 Q4 como un cometa. Según la Unión Astronómica Internacional, el objeto sigue un camino hiperbólico que se extiende hacia el Sistema Solar. Pero parece ser que no toda la comunidad astronómica coincide en la explicación lógica y racional. Ahora un astrónomo estadounidense sugiere que antiguas sondas extraterrestres pueden esconderse en los asteroides cercanos a la Tierra. ¿Hay antiguas naves extraterrestres en asteroides cercanos a la Tierra que nos han estado observando desde tiempos inmemorables? El Dr. James Benford, presidente de la organización espacial Microwave Sciences en Lafayette, California, sugiere que los asteroides cercanos a la Tierra pueden contener sondas robóticas antiguas enviadas desde civilizaciones lejanas. Es más, está tan convencido de su teoría que si no fuera así entonces demostraría que no hay nadie más en el universo. En un artículo titulado “Merodeadores: Co-orbitadores como observaciones SETI”, y que se publica esta semana en la revista científica Astronomical Journal, el Dr. Benford die que los “merodeadores” son sondas de observación ocultas, desconocidas e inadvertidas que podrían haber sido enviadas para estudiar la Tierra hace mucho tiempo.“Pueden responder a una señal intencional y pueden no hacerlo, dependiendo de motivaciones extraterrestres desconocidas”, dice el artículo. “Los merodeadores probablemente serían robóticos, como nuestras propias sondas Voyager y New Horizons”. Obviamente, también hay un límite en cuanto a la duración de cualquier sonda espacial extraterrestre enviada para observar la Tierra. Para el astrónomo estadounidense quizás las sondas estén esperando en estos objetos a que los encontremos. Pueden permanecer en silencio y simplemente informar a donde se comuniquen. Y si encontramos a tal merodeador podríamos simplemente fotografiarlo y enviar en un mensaje para decir “te vimos” y despertarla de su letargo. La idea se basa en la sonda Bracewell, un concepto hipotético para una sonda espacial interestelar autónoma con el propósito de comunicarse con una o más civilizaciones extraterrestres. Y como no podía ser de otra manera, la teoría del Dr. James Benford ha provocado todo tipo de reacciones en la comunidad astronómica. Sin embargo, plantea una cuestión interesante. El proceso de búsqueda de antiguas naves alienígenas cerca de la Tierra sería fundamental para que comprendamos la posibilidad de inteligencia extraterrestre en nuestra galaxia. Y si no encontramos absolutamente nada en los objetos coorbitales, asteroides que giran alrededor del Sol en el mismo o similar camino orbital a la Tierra, alrededor de la Tierra, entonces las posibilidades de que haya civilizaciones extraterrestres más avanzadas en cualquier lugar de nuestra galaxia se vuelven más remotas. “Si no encontramos nada allí, esto nos da un resultado profundo: nadie ha venido a observar la vida de la Tierra, que ha sido evidente en nuestra atmósfera en líneas espectrales sobre distancias interestelares durante más de mil millones de años”, explica el Dr. Benford. Pero esta no es la primera vez que el astrónomo comenta sobre la existencia de vida extraterrestre inteligente. En el 2010, llego a la conclusión de que los científicos del SETI habían tomado un enfoque equivocado durante las últimas cinco décadas. Hasta ahora, los investigadores han escuchado los inusuales blips o pitidos de las estrellas cercanas seleccionadas. A pesar de 50 años de búsqueda, nadie ha podido encontrar evidencia de una señal extraterrestre. Según el Dr. Benford, cualquiera que sea la forma de vida, la evolución selecciona la economía de recursos. La transmisión es costosa y la transmisión de señales a través de años luz requeriría recursos considerables. Entonces, una civilización alienígena se esforzaría por reducir costos, limitar el desperdicio y hacer que su tecnología de señalización sea eficiente. Por lo que propusieron que las señales extrañas se pulsen y se dirijan estrechamente en el rango de señal de banda ancha de uno a 10 gigahercios ya que el SETI ha estado enfocando sus receptores de manera incorrecta, y también mirando en la dirección incorrecta.
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