Una curiosa noticia dada a conocer esta semana indica que la NASA considera la posibilidad de que el satélite Titán de Saturno (que alberga mares y precipitación de hidrocarburos) podría albergar una extraña vida alienígena basada en metano. En efecto, la científica planetaria Amanda Hendrix, co-líder del nuevo programa de exploración de mundos océanicos de la NASA (Roadmaps to Oceans World Group) subrayo que objetos como Titán pueden representar la mejor posibilidad, en nuestro sistema solar, de encontrar vida. "Necesitamos entender si estos océanos son habitables y, de ser así, si estos océanos realmente albergan vida", declaró a The Daily Express. Como sabéis, Titán es un mundo oceánico muy singular porque tiene un océano en el subsuelo y también posee lagos de hidrocarburos líquidos en la superficie. "Por lo tanto, podría haber alguna peculiar forma de vida basada en metano allí mismo en la superficie de Titán", afirma. Sin embargo, cree que cualquier vida que se encuentre en estos océanos sería ciertamente simple. "Al parecer no habría alienígenas desarrollados nadando por allí como pueda imaginarse. Es posible que pueda haber algunas formas de vida elementales en estos mundos oceánicos ubicados en nuestro sistema solar exterior" aseveró. El Programa de Exploración de los Mundos Oceánicos de la NASA representa un cambio estratégico significativo en sus intentos por encontrar vida extraterrestre, explica Hendrix. "Solíamos pensar que Marte era nuestra mejor oportunidad de buscar vida, y ahora creemos que no es habitable actualmente, pero parece ser nuestra mejor oportunidad de buscar evidencias pasadas de vida extraterrestre. Y Titán no está lejos de ser considerado un cuerpo potencialmente habitable en el sistema estelar, tal como Encélado y Europa que también se encuentran en lo alto de la lista de lugares por explorar" afirmó. Encélado es la sexta luna más grande de Saturno, mientras que Europa es la más pequeña de las cuatro lunas galileanas que orbitan alrededor de Júpiter. "Resulta que Europa es un entorno muy desafiante porque el ambiente de radiación de Júpiter es muy intenso, lo que hace que sea muy difícil y costoso operar una misión allí", precisó. "Encélado, por otro lado, está arrojando su material marino directamente al espacio, por lo que presenta una oportunidad mucho más fácil de estudiar ese material". Hendrix explica que Titán ya ha sido explorado una vez antes. La sonda Huygens que formaba parte de la misión Cassini-Huygens, aterrizó en la superficie de Titán. "La sonda no fue diseñada para investigar la habitabilidad de la superficie o para buscar vida, pero logro posarse en su superficie", comentó. "Pero hay un concepto de misión, actualmente bajo investigación en la NASA, la misión Dragonfly, que aterrizaría en la superficie de Titán y volaría en su atmósfera, utilizando un diseño tipo rotocóptero. "Esto nos diría mucho sobre la habitabilidad de la superficie de Titán. Y tenemos grandes esperanzas que así sea", subrayó.
TIEMPOS DEL MUNDO
jueves, 28 de febrero de 2019
jueves, 21 de febrero de 2019
CRIOGENIA: En busca de la inmortalidad
Las historias de personas con enfermedades terminales que buscan ser criogenizadas para que puedan ser despertadas en un momento en que dichas enfermedades sean curables, están a la orden del día. Así, los científicos almacenan cuerpos humanos a aproximadamente -196C en nitrógeno líquido con la esperanza de que puedan ser resucitados en el futuro. Pero ¿con el conocimiento científico actual, ello puede ser posible? Aunque existen antecedentes en la literatura, parece que la primera defensa seria de la criogenización como herramienta de cara a aprovechar la medicina del futuro la podemos encontrar en "The Prospect of Immortality", un libro de Robert Ettinger autopublicado en 1962. Desde entonces, aupada por la leyenda urbana de que Walt Disney había sido congelado, la criogénica ha formado parte de la cultura popular. Y no me extraña. Es una idea tan sencilla como potente. La criogenización se basa en congelar cuerpos con la esperanza de que en el futuro seremos capaces de traerlos de vuelta a la vida. Parece una idea tentadora, pero, lamentablemente, los dos elementos esenciales (congelar y descongelar) tienen problemas muy serios. El primer elemento (congelar cuerpos) puede parecer trivial, al fin y al cabo, llevamos mucho tiempo mejorando nuestras técnicas de congelación. Sin embargo, si queremos mantener las estructuras intactas, la congelación se vuelve algo casi imposible. Quizá la mejor pista de esto es que, a día de hoy, no somos capaces de congelar ni siquiera órganos normales. Esto hace que las operaciones de trasplantes sigan llevándose a cabo a toda velocidad, con los riesgos extra que comportan, e incluso que muchos órganos se pierdan en el proceso. Sucede que los órganos (y el cuerpo, en general) no se pueden congelar porque el agua que contienen, al llegar al punto de congelación, aumenta de volumen y destruye las estructuras celulares y los mecanismos fisiológicos. Es decir, los hace inservibles. Es cierto que existe un proceso de criogenización (la vitrificación) que impide la formación del hielo mediante el uso de un gel anticongelante a -196 grados. El problema es que, por ahora, las estructuras más complejas que hemos sido capaces de 'vitrificar' han sido órganos embrionarios de animales. Así que no, por lo que sabemos hoy por hoy, no se puede congelar un cuerpo entero sin destrozar sus estructuras internas en el proceso. Una vez congelados ¿podemos ser reanimados posteriormente? Esa es la esperanza de los defensores de la criogenización. Todos reconocen que hoy por hoy es imposible tanto congelar en buenas condiciones como reanimar estructuras complejas. Y, ante esto, juegan la carta del futuro. Un famoso manifiesto de un grupo de científicos decía que se pueden prever algunas técnicas de reanimación como "la nanorreparación celular, las técnicas de computación avanzadas, el control detallado del crecimiento celular o la regeneración de tejidos". Puede ser, pero todo esto no es ciencia, sino ciencia ficción, como la que vemos en las películas. En este sentido, algunas de las reivindicaciones de estos científicos pueden ser razonables y, por ejemplo, la criogenización, en cuanto que área de estudio científico, es una disciplina aceptable. Pero me temo que, cuando hablamos del problema de la criogenización, no estamos hablando de eso. Es decir, ¿estamos ante una esperanza plausible, ante un mito que no hace daño a nadie o simplemente se trata de un fraude? La respuesta no es sencilla en la medida en que, como es lógico, no podemos predecir el futuro. Pero es cierto que hay ciertas cosas que nos hacen dudar de los objetivos (reales) de este movimiento. Al fin y al cabo, los autodenominados ‘institutos de criogenización’ no son centros de investigación dedicados a la "ciencia criónica", sino estructuras dedicadas, básicamente, a almacenar y conservar pacientes, quienes deben pagar una fortuna por ello. Es decir, se trata de poco más que grupos que se encargan de propagar la esperanza en un futuro que no sabemos si llegará. El único problema es que los congelados con las técnicas actuales tienen todas las papeletas de no poder ser descongelados de manera segura en el futuro, una vez que el método correcto sea investigado y probado. Sin que exista un método que haya sido probado con seguridad, gastar dinero en congelarse de manera chapucera sólo sirve para que algunos sigan viviendo del cuento, a costa de aquellos que ilusamente creen en sus promesas. Por lo pronto, la criogenización sigue siendo ciencia ficción y no hay ninguna garantía que deje de serlo.
jueves, 14 de febrero de 2019
¿UNA NAVE ALIENIGENA SE APROXIMA A LA TIERRA?: Un astrofísico de Harvard esta convencido de ello
Como recordareis, en octubre del 2017, un objeto con forma de cigarro pasó cerca de la Tierra a una velocidad increíble, antes de ser lanzado a los confines del sistema solar por la fuerza gravitatoria del Sol. Este objeto similar a un asteroide recibió el nombre de Oumuamua, que proviene de la palabra hawaiana “mensajero”, el cual fue ampliamente estudiado por la comunidad científica. Al parecer tenía varios cientos de metros de longitud, con una altura y un ancho de aproximadamente una décima parte. En un principio se pensó que era los restos de un cometa, aunque los científicos descartaron posteriormente esta posibilidad. Y aunque la mayoría de los astrónomos asumieron que se trataba simplemente de un asteroide helado, que logró avanzar a través del espacio en un viaje de 600.000 años desde la estrella Vega, otros sugirieron que su origen podría ser extraterrestre. Su estructura extraña parecía ser adecuada para viajes interestelares. Uno de esos científicos fue Avi Loeb, director del departamento de astronomía de Harvard y uno de los asesores del proyecto Breakthrough Listen, quien dijo que cuanto más estudiaba el objeto, más convencido estaba de que podría tratarse de una sonda artificial enviada por una civilización alienígena. Pero ahora, el profesor Loeb ha dado un paso más allá, desafiando a la mismísima comunidad científica para que demuestre lo contrario. Avi Loeb le dan igual las críticas sobre su hipótesis de que Oumuamua podría ser una sonda extraterrestre. “Como se hizo evidente a partir de la reacción de algunos científicos a mis publicaciones sobre el tema, muchos de ellos asignan una probabilidad previa de cero a la posibilidad de que encontremos evidencia de civilizaciones alienígenas”, escribió en Reddit el 2 de febrero. Loeb causó un gran revuelo cuando, en noviembre pasado, cuando él y su colega Shmuel Bialy publicaron un artículo en la prestigiosa revista científica “The Astrophysical Journal”, en el que describían su teoría sobre el origen extraterrestre. “Teniendo en cuenta un origen artificial, una posibilidad es que ‘Oumuamua’ sea una vela luminosa, flotando en el espacio interestelar como un escombro de un equipo tecnológico avanzado”, escribió Loeb, y agregó que la evidencia sugiere que el objeto puede ser una sonda totalmente operacional enviada intencionalmente a nuestro sistema solar por una civilización alienígena. En el 2012, Loeb fue nombrado como uno de los científicos más influyentes por la revista Time. Pero desde que hizo pública su teoría sobre la naturaleza extraterrestre de Oumuamua, se ha tenido que enfrentar a la reacción de sus colegas. Sin embargo, cree que las perspectivas de aquellos que se niegan a considerar la posibilidad del origen extraterrestre del misterioso objeto espacial se están oponiendo al espíritu de la investigación empírica. “Para mí, toda la discusión sobre Oumuamua es muy similar a una escena imaginaria donde se ve a una persona de la cueva mostrando un iPhone”, dijo Loeb. “Y esta persona de la cueva lo miraría y pensaría que podría ser una roca. Y luego se lo mostraría a otros miembros de su tribu y la gente todavía diría: ‘No, es probable que sea una roca y, ¿cómo te atreves a decir otra cosa? ¿Cómo te atreves a hablar de algo que es diferente a una roca? Es algo de lo que estamos familiarizados. Y así, para mí, ¡ni siquiera poner [a los extraterrestres] en la mesa para discusión es un crimen!” El profesor Loeb también argumentó en un artículo publicado en enero en la revista Scientific American que, al igual que Oumuamua posiblemente podría ser un mensaje en una botella de otra civilización arrastrado a nuestra orilla del sistema solar, los humanos durante el próximo siglo probablemente desarrollarán la capacidad de enviar nuestras propias “botellas tecnológicas” a las orillas de otros sistemas planetarios. Además, sugirió que tal nave espacial de exploración podría transportar robots equipados con impresoras 3D, que podrían usar las materias primas que encuentren en otros sistemas solares para hacer objetos artificiales basados en planos de la Tierra. No obstante, el profesor Loeb se niega a retractarse de sus afirmaciones y ahora ha desafiado a cualquiera que demuestre que está equivocado. “Mucha gente esperaba que, una vez acabada esta publicidad, me echaría atrás”, dijo Loeb a The Washington Post. “Si alguien me muestra evidencia de lo contrario, inmediatamente retrocederé. Cambia tu percepción sobre la realidad, solo sabiendo que no estamos solos. Estamos luchando en las fronteras, en los recursos. Nos haría sentir parte del planeta Tierra como una civilización en lugar de que los países individuales voten por el Brexit”. Pero el principal astrónomo de Harvard ha ido más allá y ha criticado duramente a sus colegas científicos, asegurando que están demasiado tranquilos con el status quo. De hecho, está dispuesto a arriesgar toda su carrera de que hay naves extraterrestres entre nosotros, incluyendo una o más cerca de Júpiter, aproximándose a nuestro planeta. “El enfoque general es que puedes tomar tu café por la mañana y esperar lo que encontrarás más tarde”, continuó diciendo Loeb. “Es un estilo de vida estable, pero para mí se parece más al estilo de vida de una persona de negocios que a los científicos. Lo peor que me puede pasar es que me liberen de mis tareas administrativas, y eso me dará aún más tiempo para concentrarme en la ciencia” puntualizó. Por lo visto, la comunidad científica quiere desacreditar a todo aquel que ofrezca teorías alternativas sobre la existencia de vida extraterrestre inteligente. Parece que algo está inquietando a los científicos, quienes buscan ocultar a toda costa las revelaciones o la posibilidad de que los extraterrestres estén entre nosotros, controlando nuestra sociedad, desde los gobiernos hasta las agencias espaciales, y tal vez formemos parte de una especie de “zoológico humano”.
jueves, 7 de febrero de 2019
UNA DUDA PERSISTENTE: ¿Son los alienígenas los humanos del futuro?
Casi todo el mundo ha oído hablar de los Objetos Voladores No Identificados (OVNIS), pero ¿qué sucede con los objetos futuros no identificados? Como sabéis, los encuentros con misteriosos seres han sido reportados por décadas. Si hay algo que los alienígenas desean decirnos y hacernos creer, es que se originan en otros mundos. Pero, ¿están siendo sinceros con nosotros? ¿Realmente podrían ser viajeros del tiempo? En la novela clásica de HG Wells de 1895, The Time Machine, un aventurero londinense se dirige a un oscuro futuro, donde choca con monstruos que habitan en cuevas, explora ciudades en ruinas y atestigua los últimos momentos de la vida en la Tierra. En la película de 1968, The Planet of the Apes, El personaje de Charlton Heston, Taylor - un astronauta estadounidense - llega a un mundo de pesadilla dirigido por una raza de simios parlantes. Solo en el clímax de la película, cuando tropieza con los restos de la Estatua de la Libertad, Taylor se da cuenta con horror de que, después de todo, no ha puesto un pie en un planeta lejano. Más bien, él está en casa, 2,000 años en el futuro y luego de que un holocausto mundial haya acabado con la civilización humana. Y no nos olvidemos de Bruce Willis en los 12 Monos de 1995. Al menos en lo que respecta a películas de ciencia ficción, el tema de viajes en el tiempo es espectacularmente exitoso. Pero, ¿y en el mundo real? ¿Los viajeros del tiempo realmente están entre nosotros? ¿Existe una conexión directa entre el mundo de viajes en el tiempo y el de los OVNIS? ¿Por qué nuestros “alienígenas” hablan convenientemente nuestros idiomas? ¿Cómo es que, sin ningún problema en absoluto, pueden respirar nuestra atmósfera? ¿Por qué nos secuestran y nos utilizan en extraños experimentos genéticos? Seguramente no somos física y genéticamente compatibles con criaturas de sistemas solares lejanos. Nos aseguran que, de hecho, somos compatibles. Todo parece demasiado conveniente y cuidadosamente manejado por etapas. Tal vez sea porque no son de mundos lejanos, después de todo. Tal vez, son de aquí, en la Tierra. No nuestra Tierra (por así decirlo), sino de un futuro lejano con una Tierra que está en ruinas y en un momento en que la raza humana está peligrosamente cerca de la extinción. Viajan a un pasado lejano, nuestro presente, y participan en programas clandestinos para cosechar ADN, células, esperma y huevos como un medio para tratar de salvar lo que nos queda, dentro de miles de años. Muy consciente del hecho de que la gente de los siglos XX y XXI tenían creencias profundas en relación con el concepto de la vida extraterrestre, optaron por adoptar las formas de las cosas extrañas que creemos, como un medio para camuflar su verdadera identidad. ¿Podría ser esa la verdad impactante? Como sabéis, uno de los jugadores militares clave en el famoso encuentro OVNI en Rendlesham Forest, Suffolk, Inglaterra en diciembre de 1980, el sargento Jim Penniston, sufrió en 1994 una regresión hipnótica como parte de un intento de intentar y recordar datos profundamente enterrados en relación con lo que se le ocurrió durante uno de los encuentros cercanos mas conocidos en el Reino Unido. Así, mientras estaba bajo hipnosis, declaró que los presuntos alienígenas son, en realidad, visitantes de un futuro lejano. Ese futuro, añadió Penniston, es muy oscuro, con problemas infinitamente profundos, contaminados y donde la raza humana está abrumadoramente afectada por problemas reproductivos. La respuesta a esos graves problemas, es viajar a un pasado lejano, hasta nuestros días, para asegurarse que esto no ocurra. “El viaje en el tiempo no es teóricamente posible, porque si fuera así, ya estarían aquí contándonos sobre él”, dijo una vez el físico británico Stephen Hawking. E incluso si algún día el viaje en el tiempo se convirtiera en una posibilidad - dijo - se vería afectado por grandes problemas: “Supongamos que fuera posible partir en un cohete y regresar antes de partir. ¿Qué evitaría que volaras el cohete en su plataforma de lanzamiento o te impidieras partir desde el principio?” No todos están de acuerdo con Hawking. Una posible forma de viajar en el tiempo es a través de lo que se conoce en física como agujeros de gusano, un término acuñado en 1957 por el físico teórico John Wheeler. El agujero de gusano es básicamente un atajo a través del espacio y el tiempo; y aunque la firme evidencia de la existencia de estos llamados “túneles del tiempo” todavía no se ha probado con firmeza, no quedan fuera de los límites presentados en la teoría de la relatividad general de Einstein. Luego, está la cuestión de los siniestros Men in Black (MIB). Son percibidos por los investigadores de OVNIS como criaturas alienígenas de aspecto humano o agentes del gobierno, cuyo papel secreto es silenciar a los testigos de encuentros con extraterrestres, algo en lo que la historia ha demostrado que son muy buenos. Quizás, sin embargo, los MIB no son los malos, después de todo. Tal vez son “policías del tiempo”, trabajando para garantizar que los testigos de aquellos encuentros cercanos no se acerquen demasiado a la verdad. Después de todo, casi todo sobre el MIB está fuera de tiempo. Siempre usan trajes negros de la década de 1950. Su modo de transporte, los antiguos automóviles Cadillac, también son piezas de museo. Incluso hay testigos que dicen que han preguntado en más de una ocasión: “¿Qué hora es?” Tal vez en realidad están preguntando en qué año están. O incluso en qué siglo. Quizás, en un futuro lejano, poco se sepa de nuestro tiempo. Tal vez nos destruimos a nosotros mismos y, en consecuencia, la gente del futuro tiene la tarea de reparar el planeta y hacer todo lo posible para salvar lo que queda de nuestra especie. Posiblemente, tienen un conocimiento limitado de nuestra cultura e incluso de nuestras modas, aparte de lo que saben de las páginas del envejecimiento, de las viejas revistas de la década de 1950. Por lo tanto, adoptan la vestimenta que asumen les permita mezclarse con la gente de del siglo XXI, cuando, en realidad, es exactamente lo contrario. El MIB se destaca como un pulgar dolorido. O, como un hombre sin tiempo. Al respecto, el investigador paranormal Joshua P. Warren comenta sobre este vínculo entre el viaje en el tiempo y los Hombres de Negro: “Podría ser que los Hombres de Negro sigan todo este material OVNI; ese es su trabajo. No es que estén ocasionando que estas cosas sucedan, pero se les alerta cuando existe un problema de línea de tiempo peligroso que debe corregirse. No son necesariamente malos en absoluto; pueden estar haciendo control de daños, y tal vez eso incluye advertir y silenciar a los testigos para proteger el secreto del viaje en el tiempo. Pueden ser raros, y parecer extraños, pero su misión general puede ser solo mantener el orden”. Por supuesto, debemos permanecer enraizados en todo esto. Hasta el momento, no hay ninguna prueba definitiva de que tengamos (o hayamos tenido) viajeros temporales en nuestro medio. Y, no hay evidencia de que los OVNIS sean realmente máquinas del tiempo. Entonces, en otras palabras, todo es teoría especulativa y nada más. Pero ¿qué de cierto puede haber en ello?
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