Cuando se habla del Diablo, Satanás, Lucifer, Belzebú o de las muchas otras maneras como se le denomina al demonio, señor del mal y las tinieblas, en todos los casos se hace una relación directa con el infierno, como la antítesis contrapuesta del cielo, un sitio dominado por el Anticristo donde lo malo afecta a los humanos de bien y parece “acompañar” a los malvados. Sin embargo, en varios textos publicados durante la pasada semana surgió una versión sobre una potencial invasión alienígena en el 2025. Sí, el desembarco -para muchos largamente esperado - de fuerzas de una civilización extraterrestre más avanzada que la nuestra, proveniente de un lejano exoplaneta. Algo que sería, desde el descubrimiento de América o la bomba atómica, uno de los acontecimientos increíbles y trascendentales en la vida del planeta. Lo que indican esas informaciones, obviamente no confirmadas es que los alienígenas que llegarían del espacio exterior no serían extraterrestres como uno puede creer, sino verdaderos demonios, que vendrían dispuestos a la conquista y aniquilación de la raza humana. ¿Nos preparamos para la gran batalla final, como lo anticipa el profeta Daniel? Dicha teoría surgió por parte de algunos grupos fundamentalistas cristianos, quienes afirman que cuando la constelación de la Virgen aparezca en el cielo luego de un eclipse solar en el hemisferio norte, en aproximadamente 7 años, el hecho se consumará. Creer o no en dicha predicción. Solo nos queda esperar hasta entonces. Como sabéis, el tema está instalado desde hace décadas entre los pasillos del poder mundial, pero recién hace algunos años comenzó a considerarse seriamente, y los ortodoxos religiosos habrían dado la puntada inicial al advertir el hecho. “Preparémonos para el Apocalipsis. Venderemos la maldita piel alienígena. Cristianos Fundamentalistas: El Apocalipsis está cercano”. Suena lacónico. Pero la advertencia aparece claramente detallada en Signposts of the Times. En ese sitio, al que cualquiera puede acceder, se anuncia que la invasión extraterrestre-demoníaca debería producirse entre el 8 de abril del 2024 y el 23 de septiembre del 2025, respectivamente. Esta sería la “gran señal” de la que habla el Apocalipsis (12,1) cuando se refiere a una mujer que se apareció en el cielo (precisamente la constelación de la Virgen). En ese contexto, son varios los que afirman que la llegada de Donald Trump al poder real en los Estados Unidos, al ganar las últimas elecciones presidenciales y promover drásticos cambios en la sociedad estadounidense, que además impactan en el resto del mundo, es otra señal de que el fin de los tiempos podría estar mucho más cerca de lo que se piensa. Siempre según esa particular mirada apocalíptica, las recientes amenazas de abandonar el tratado nuclear firmado con Rusia “porque no cumplen con lo prometido” podría desembocar en una carrera armamentística, lo cual también una confirmación del inminente Apocalipsis. Que no os engañe con sus palabras de que con sus acciones, desea preservar la paz en el mundo, ya que en realidad busca una excusa para llevarnos a una conflagración nuclear. Esta maniobra, según explica Signposts of the Times, será de hecho la última estratagema del Anticristo que seguirá rápidamente a la destrucción total del mundo: en la Biblia, de hecho, se puede leer “Bienaventurados los pacificadores” (Mt 5,9), pero aunque todos empiecen a hablar de paz y seguridad, vendrá una destrucción repentina. Cuando se habla de fundamentalismo religioso, a veces las interpretaciones que se les pueden dar a los textos bíblicos - o a cualquier otro libro sagrado de las muchas religiones existentes - pueden chocar con deformaciones en el tiempo y no siempre ser tan precisos en las ubicaciones temporales de un hecho por venir. Sucedió con los textos mayas, que no hablaban del fin del mundo en el 2012, y sí del fin de una etapa. Y muchos cayeron en el error. Dicho esto, es interesante la interpretación dada por el rabino Yosef Berger, quien si bien no coincide con la fecha del 2025 como año apocalíptico, su visión es aún más alarmante, dado que habla de que todo se desencadenará dentro de apenas 4 años. Para Berger, será en el 2022, cuando una estrella aparecerá en el cielo. Claro que no habla de una estrella más. Siempre desde el punto apocalíptico, los astrónomos de la escuela Calvin Collage, fundada por la Iglesia Cristiana Reformada en 1876, afirman que en realidad serán un par de estrellas de la constelación del Cisne (conocida como KIC 9832227) destinadas a fusionarse y luego explotar como una Nova roja, convirtiéndose en un objeto tan brillante como Sirio. ¿Una locura pensar en este hecho? Para nada. Es más, el rabino ha aceptado la idea de una invasión proveniente desde el espacio exterior, aunque no descarta que seres interdimensionales al servicio del mal “bajarán” desde el cielo y terminarán con la humanidad. Las teorías sobre un choque de estrellas no parecen tener un correlato directo con esos seres malignos que destruirían a la humanidad. Sin embargo, esa tesis es apoyada por lo sucedido hace apenas 10 años. Fue cuando se fusionaron otro par de estrellas, en la constelación de Escorpio (V1309). Sin embargo, que ese suceso vuelva a producirse podría no ser casual, y sí la consecuencia de fuerzas alienígenas y/o demoníacas que inducirían a ese choque para luego “bajar” a nuestro planeta. La última batalla de la Tierra es un tema recurrente en la Biblia. Los siete ángeles que menciona Daniel (7:13), destinados a derramar el contenido de siete copas de oro llenas de la ira de Dios, se referían a ellos. En ese momento tres “espíritus inmundos”, que todo hace suponer que le apunta a líderes mundiales de pensamientos satánicos, o sea que representarían al Anticristo, podrían unir sus fuerzas para combatir a aquellos extraterrestres demoníacos que vienen a dominarlo todo. El Mahabharata relata cómo serían estos hechos. Pero es entonces cuando tanto el rabino Berger como los fundamentalistas cristianos coinciden en que sólo se tratará un intento inútil de resistencia, dado que los extraterrestres demoníacos terminarán venciéndonos. Es preciso entender que, si se llegara a producir una invasión de seres de otros mundos a gran escala a nuestro planeta, más allá de que en muchísimos casos se producirán escenas de pánico, suicidios, muertes y muchos otros hechos que estén relacionados, habrá quienes intenten entrar en contacto con los invasores, más allá de las malas o buenas intenciones que estos traigan. ¿Y cómo reaccionarían los poderosos ejércitos de las potencias mundiales? Atacarán con nuestras mejores armas, o ya estarán enterados de que nuestro poder de fuego es infinitamente menor al de cualquier civilización que tenga la capacidad de poder llegar hasta la Tierra. En cualquier caso, no se deberá olvidar que, aunque se viva encubriendo, son numerosas las pruebas que indican que tanto los estadounidenses, como los rusos y los chinos, ya han entrado en contacto con seres de otros mundos que, discretamente, nos visitan desde hace muchísimos años. El 2025 no esta muy lejos, así que preparémonos para lo peor.
TIEMPOS DEL MUNDO
jueves, 25 de octubre de 2018
jueves, 18 de octubre de 2018
UN SECRETO A VOCES: Los alienígenas existen, pero no quieren contactarse con nosotros
Como sabéis, desde principios del siglo XX los científicos se han dedicado a buscar señales de origen extraterrestre gracias al avance de la tecnología, y astrónomos de todo el mundo se han sumado a esta búsqueda desde la década de 1980. Sin embargo, nos dicen que “aún no han encontrado vida de ningún tipo en todo el universo”. Independientemente de que ello sea cierto o no, la idea de que podamos estar solos en el universo plantea serias cuestiones tanto científicas y filosóficas. ¿Qué significaría para los humanos ser las únicas entidades conscientes en el universo? Esta última pregunta es muy importante. No solo estamos agotando nuestros recursos naturales a un ritmo insostenible, sino que, por primera vez en la historia de la humanidad, hemos alcanzado la etapa tecnológica en la que tenemos el futuro de nuestra especie en nuestras propias manos. En unos pocos años construimos suficientes armas nucleares para exterminar a todos los seres humanos en la tierra infinitas veces y las pusimos a disposición de los líderes mundiales. Cada década nos ha traído novedosas tecnologías con un potencial cada vez mayor de inmensa destrucción. Y tal vez este se el verdadero motivo por el cual no hemos encontrado vida extraterrestre, porque no quieren saber absolutamente nada de nosotros. Es muy posible que nos hayan seguido en nuestra propia evolución, y que nos consideren como una civilización verdaderamente destructiva, temiendo el momento en que consigamos colonizar otros planetas. Y no se trata de otra teoría más sin fundamentos. Esto es lo que cree Dmitri Bisikalo, director del Instituto de Astronomía de la Academia de Ciencias de Rusia (INASAN), quien ha admitido la existencia de muchas civilizaciones extraterrestres fuera de nuestro sistema solar, pero que simplemente no quieren contactar con nosotros. “Admito la existencia de civilizaciones extraterrestres; nuestra civilización existe, de modo similar también pueden existir otras y probablemente sean muchas”, dijo Bisikalo a Sputnik News. Según explico el director de la INASAN, el astrónomo y astrofísico norteamericano, Frank Drake, en 1960 desarrolló una fórmula que permitía calcular el número de civilizaciones extraterrestres con las que podríamos entrar en contacto. “Según la fórmula, son muchas”, aseveró Bisikalo, quien está convencido de que la humanidad no ha encontrado evidencias de la existencia de extraterrestres, porque los alienígenas no quieren contactar con nosotros. “Nos consideran primitivos y a su vez peligrosos, por lo que no tienen ningún interés en contactarnos abiertamente, aunque si nos estudian como nosotros a los insectos” expresó. Aunque puede otra posibilidad, y es por el corto período de vida de la civilización humana. “Por ejemplo, hasta el comienzo del siglo XX, nuestra civilización no irradiaba nada”, explicó el astrónomo ruso. “Ahora, la Tierra está repleta de señales electrónicas en diferentes intervalos, pero la tendencia general es reducir las pérdidas y, consecuentemente, disminuir el nivel de la señal”. El director del instituto agregó que el razonamiento sobre la existencia de otras civilizaciones se ha convertido en un plan experimental práctico tras el descubrimiento de los exoplanetas. Subrayó que ahora uno de los objetivos principales es identificar y buscar posibles biomarcadores en el espacio, evidencias de la existencia de vida. Estos marcadores biológicos son oxígeno, ozono, metano, pero su presencia en el exoplaneta no garantiza la existencia de vida extraterrestre, al menos como creemos que sean. Es importante notar que muchos biomarcadores aparecen en la región ultravioleta del espectro, los cuales serán estudiados por el observatorio espacial Spektr-UF, que será lanzado en órbita en el 2024. Probablemente, con su ayuda veremos algo realmente interesante”, concluyó Bisikalo. Parece ser todo un hecho que la vida extraterrestre existe en algún lugar del universo. Ahora bien, la pregunta que nos hacemos es si deberíamos contactar con ellos. Antes de su muerte en marzo de este año, Stephen Hawking advirtió repetidamente sobre los peligros que la humanidad se encontrará con civilizaciones de otros mundos. En su serie documental de 2010 “El universo de Stephen Hawking”, sugirió que las civilizaciones extraterrestres lo suficientemente avanzadas para visitar la Tierra podrían ser hostiles. “Tales alienígenas avanzados tal vez se convertirían en nómadas, buscando conquistar y colonizar los planetas que pudieran alcanzar”, dijo Hawking. “¿Quién sabe cuáles serían los límites?” Y en un documental del 2016, Hawking reiteró sus puntos de vista: “Conocer una civilización avanzada podría ser como los nativos americanos cuando se encontraron con Cristóbal Colón. Eso no resultó tan bien” aseveró. Cada vez son más los científicos que no dudan de que existan civilizaciones extraterrestres inteligentes en el universo, y que ha demás sean conocedoras de nuestra existencia. Pero también es cierto que esto nos plantea serias dudas sobre si deberíamos de contactar con ellas, o si algún día aparecen en nuestro planeta como deberíamos de actuar. Las posibilidades son realmente infinitas. Tal vez algún día conozcamos la respuesta, para bien o para mal.
jueves, 11 de octubre de 2018
PROJECT BLUE BOOK: Comenzando por el principio
Una noticia dada a conocer este miércoles indica que History presentara el 8 de enero del 2019 una serie inspirada en eventos de la vida real, titulada Project Blue Book, un proyecto producido por Robert Zemeckis y protagonizada por el exalumno de Game of Thrones, Aidan Gillen. La historia - como podéis imaginar - gira en torno al Proyecto Libro Azul, implementado por el gobierno de los EE.UU. entre la década de los ’50s y ’60s para seguir el rastro de apariciones de vida alienígena en la Tierra y tenía como objetivo primordial investigar todos aquellos fenómenos inexplicables que pudiesen convertirse en una amenaza para la seguridad nacional. Eran los años de la Guerra Fría y del advenimiento de la amenaza nuclear, donde los rusos y los estadounidenses se amenazaban con destruirse mutuamente haciendo uso de sus arsenales. Entre 1952 y diciembre de 1969 - cuando fue cerrado oficialmente - la Fuerza Aérea recogió 12.618 informes sobre hechos inexplicables. Durante décadas, estos documentos se encontraron archivados y tan sólo se podía acceder a ellos a su consulta solicitándolo a través de la Ley de Libertad de Información, pero que ahora son de libre acceso y pueden consultarse no sólo las 129.491 páginas que incluyen este libro, sino también los documentos del Proyecto Grudge y del Proyecto Signo, que los antecedieron. Se trata de un caudal impresionante de documentación para deleite de los aficionados a la ufología en particular y de las teorías de la conspiración en general, a quienes les esperan horas de investigación. “Existe una gran cantidad de información para los investigadores aficionados que intenten sacar explicaciones que nunca habían tenido tiempo para considerar o investigar”, ha señalado el ufólogo Nigel Watson al Daily Mail. Hasta 701 de los informes (alrededor de un 5,5% del total) son marcados como no identificados, a pesar de que las órdenes de la regulación 200-2 exigía al Libro Azul reducir dicho número al mínimo y comunicar a los medios de comunicación sólo aquellos casos identificables. De entre todos los informes presentados por el Libro Azul, el número 14, un análisis estadístico masivo de los casos analizados hasta el momento de su realización (unos 3.200) es considerado a día de hoy como el estudio ufológico más grande jamás realizado. En él, cuatro científicos clasificaron los casos en las categorías de ‘explicables’, ‘inexplicables’ y con ‘información insuficiente’, que a su vez se dividían según su calidad que dependía, por ejemplo, de las fuentes; no era lo mismo un piloto entrenado que un mero testigo ocular. Dicho informe llegaba a las siguientes conclusiones: mientras el 69% de los casos eran considerados explicables o identificables, un 22% era inexplicable, un porcentaje mucho más significativo de lo que habían deseado en un primer momento. Dentro de la categoría de explicables, el 86% era debidos a aviones, globos o tenían una explicación astronómica. Curiosamente, tan sólo un 1,5% de ellos eran despreciados como ‘alucinaciones’ aunque el porcentaje de posibles fraudes aumentaba hasta el 8%. Otra peculiaridad de dicho metaestudio es que cuanto mejor fuese la fuente, más probabilidades había de que el OVNI fuese considerado como “desconocido”, algo que ocurrió con el 35% de casos. Unos resultados que contravinieron las hipótesis de los expertos más escépticos, que creían que eran precisamente los casos con informantes menos fiables los que serían más difíciles de explicar. Por el contrario, estos solían ser los que eran expuestos por pilotos, militares o varios testigos que coincidían en sus testimonios. Nigel Watson destaca en el artículo de The Daily Mail dos casos que han llamado la atención de los investigadores durante décadas. El primero de ellos fue informado por Kenneth Arnold y dio lugar al término “platillo volador” (flying saucer). El avistamiento se produjo en el Monte Rainer, cerca de Seattle (Washington) el 24 de junio de 1947. Según los documentos a los que ahora se puede acceder, Arnold afirmó ver tres objetos circulares de color plateado, a una altura de 3.000 pies (unos 914 metros). El informe concluye que no se disponen de los datos suficientes como para llegar a una conclusión: “Carta de ciudadano, sin demasiada información”. En su día, Arnold explicó a la prensa que estos objetos volaban en una dirección diagonal y que había una distancia de unas cinco millas (unos 8 kilómetros) entre las naves más lejanas, que oscilaban en el aire de una forma errática. Según sus cálculos, se desplazaron a una velocidad superior a las 1.000 millas por hora del Monte Rainier al Monte Adams. Curiosamente, Arnold aseguró haber visto nueve naves, aunque el informe sólo refleja que hubiese tres. Por otra parte se encuentra un avistamiento similar realizado en Tulsa (Oklahoma) el 12 de julio de 1947 (cinco días después del incidente Roswell), otro de esos misterios aún sin resolver de los que fueron publicadas fotografías en la prensa estadounidense. Se trata de la primera descripción de objetos voladores no identificados con forma de plato. El Proyecto Libro Azul reflejó bien el signo de unos tiempos marcados por la paranoia, al mismo tiempo que ayudó a generar parte del imaginario común de los avistamientos de la Guerra Fría. El primer jefe del proyecto, Edward J. Ruppelt, acuñó el término “OVNI” para sustituir al de “platillo volador” cuando se le pidió que se crease un lenguaje estándar y poco dado a interpretaciones fantásticas para referirse a los fenómenos. No sólo eso, sino que el astrónomo J. Allen Hynek, uno de los consultores científicos del proyecto, creó el concepto declose encounters (“encuentros cercanos”) popularizado posteriormente en el cine. Según las conclusiones oficiales del Proyecto Libro Azul realizadas por las Fuerza Aérea, las observaciones de OVNIS se deben a una mezcla se los siguientes cuatro factores: “la histeria de las masas, la creación de falsificaciones para conseguir publicidad en los medios de comunicación, las psicopatologías de los individuos y la confusión con objetos cotidianos como globos o aviones”. Unas conclusiones que poco tenían que ver con la realidad. Además, el proyecto concluyó “debido a que no se había encontrado ningún objeto o principio tecnológico más allá de los conocimientos científicos de la época ni ninguna prueba que indique que los OVNIS eran vehículos extraterrestres” algo que ha sido ha fuertemente cuestionado por varios expertos a lo largo de los años. Uno de ellos fue el historiador aficionado John Greenewald quien invirtió cerca de dos décadas solicitándole insistentemente al gobierno estadounidense información desclasificada sobre los OVNIS, hasta conseguirlo, pero no esta satisfecho con lo que se ha dado a conocer, ya que esta convencido que lo publicado “es solo la punta del iceberg” y que el público aun no tiene acceso a lo realmente importante: “De los cientos de páginas con información liberados, tan sólo unas pocas palabras son legibles en cada una de ellas” explica. “Además, otras entidades del gobierno de los EE.UU. - incluyendo a la CIA - también hicieron investigaciones sobre los OVNIS que no han sido publicadas hasta ahora”, anota Greenewald. "Hay secretos, oscuras conspiraciones, y escándalos todavía por salir", concluyo. La verdad, continua ahí afuera.
jueves, 4 de octubre de 2018
INCREIBLE HIPOTESIS: ¿Es la Tierra una especie de zoológico extraterrestre?
Tal vez pueda sonar hasta denigrante el hecho de considerar así a nuestro planeta, pero las explicaciones no las ofrece cualquiera, sino el conocido astrofisico Neil deGrasse Tyson, quien afirma que la Tierra “podría ser un zoológico creado por una civilización alienígena hiperinteligente y donde podrían estar manipulándonos como una forma de entretenimiento para estudiar nuestras reacciones y ver como respondemos a los retos que ellos nos plantean”, según publica esta semana The Independent. ¿A qué se refiere con dicho concepto tan curioso? Según el conductor de la serie científica Cosmos de la National Geographic, “los extraterrestres saben de nuestra existencia, pero no desean comunicarse con nosotros al considerarnos inferiores, por lo que probablemente se limitarían a observarnos viendo este mundo como una especie de zoológico o centro de pruebas y experimentación” expresó. Según explica el propio astrofísico reiteradamente en sus conferencias, ellos nos observarían de la misma forma que nosotros miramos a una lagartija. Es decir, las miramos, nos parecen curiosas e incluso llamativas. Sin embargo, ¿podemos comunicarnos con ellas? Por cierto que no. Entonces, ¿no sería descabellado pensar que los extraterrestres tengan el mismo problema con nosotros? Sin duda, es una teoría difícilmente digerible para el ser humano que, tradicionalmente, se cree el centro del mundo y considera que no hay mucho más de lo que preocuparse más que de uno mismo. Sin embargo, el propio deGrasse afirma que, si quisieran, los alienígenas nos podrían aplastar con la misma facilidad con la que nosotros matamos a una mosca. Tysen continúa afirmando que ante el riesgo potencial que representan para nuestra existencia, lo más aconsejable seria por ello no seguir enviando mensajes de vida inteligente desde la Tierra para seguir pasando inadvertidos, mostrándose crítico con quienes opinan lo contrario, en referencia a los científicos de SETI. El astrofísico comentó también que cuando él piensa en la especie animal más cercana genéticamente a los humanos (una diferencia genética de un 1 por ciento), el chimpancé, uno se da cuenta de que lo más inteligente que puede hacer el simio es apilar cajas, comer un plátano o quizás, intentar comunicarse con una lengua de signos rudimentaria, lo mismo que hace un bebé humano de dos años. Por ello, continuó, “los extraterrestres nos verían de esa manera y pensarían que Stephen Hawking fue un poco más inteligente que el resto, porque podía hacer cálculos astrofísicos al igual que su hijo que acaba de venir de la guardería. Ello los motivaría a crear un zoológico para colocarnos allí, donde podríamos ser observados y a su vez, nos tendrían bajo su control, porque si bien somos muy primitivos para ellos, nos consideran sumamente peligrosos dada nuestra conocida ‘afición’ a las guerras y conflictos de todo tipo que han ensangrentado el planeta desde hace siglos, por lo que seria un grave riesgo para todos si ese afán belicista pueda expandirse por el resto de la galaxia. Y que mejor solución que mantenernos encerrados - sin que nos diéramos cuenta de esa situación obviamente - en un zoológico al que llamamos planeta Tierra” puntualizó deGrasse, quien aprovecho la ocasión para informar que la nueva temporada de ‘Cosmos: Posible Worlds’ iniciará sus transmisiones en el segundo cuatrimestre del 2019.
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