TIEMPOS DEL MUNDO

jueves, 20 de enero de 2011

DRACULA : Defensor de la Cristiandad


Sin lugar a dudas, uno de los personajes más terroríficos y temidos de nuestra historia, ha sido el llamado Conde Drácula. Personaje ficticio basado en la vida de Vlad “El Empalador”, príncipe rumano que vivió en Transilvania ( en la actual Rumania), y que se ha convertido en uno de los puntos turísticos más importantes de Europa. Pero antes debemos diferenciar la realidad de la ficción. El conde Drácula, fue el hombre vampiro que creó el novelista irlandés Bram Stoker, en 1897, basado -según se sabe- en la figura siniestra del príncipe Vlad, a quien llamaban, El Empalador o Draculea, que en rumano significa, “hijo del demonio”.Según fuentes históricas, Vlad habría usado el Castillo de Bran (nombre original e histórico del Castillo de Drácula), con fines militares entre 1452 y 1462. Es en ese período en que la fama de este príncipe como defensor de la cristiandad ante la amenaza turca rebasó los límites de su propia tierra Valaquia. El sobrenombre de Empalador refiere a la manera cómo Vlad castigaba a sus enemigos políticos y militares. Se sabe históricamente que Vlad empalaba con largas estacas de maderas a sus enemigos. Tan frecuente era este tipo de sentencia que se estima que en diez años de mandato, el príncipe ejecutó a más de 50 mil personas, entre los que se encuentran no sólo prisioneros o soldados guerra sino también a nobles de su propia corte e incluso sacerdotes y personas importantes de su reino. Muchos afirman que esta forma de “castigar” a sus detractores, opositores o enemigos, era una estrategia que a la larga le aseguró la seguridad de su propio reino. La sola imagen de miles de cuerpos empalados en las afueras de su castillo, evidentemente podían reprimir o ahuyentar cualquier intento de ataque o traición .Es por ello curioso, por ejemplo, que si bien en el resto del mundo la imagen de Vlad es muy cercana a la de un sádico asesino, muchos en Rumania tienen la visión de un Vlad heroico, un Héroe nacional que nunca permitió que milicias enemigas atacaran de manera constante el lugar. Murió asesinado en 1476 a los 45 años y fue enterrado por los monjes ortodoxos en la iglesia del monasterio Snagov (construida en el siglo XIV). Sin embargo, cuando en 1933 se realizaron excavaciones en su tumba encontraron sólo huesos de su caballo y un anillo con las armas de Valaquia, que se supone perteneció al príncipe. En cuanto a sus restos, es un misterio lo que paso con ellos. Por otro lado, el Castillo de Bran fue construido en 1212 por Dietrich, un caballero de la Orden Teutónica. Sin embargo, no fue sino hasta 1412, cuando el Castillo pasó a manos de Micea el Viejo, el abuelo del futuro príncipe Vlad.Luego de la muerte de la descendencia de los Vlad,el castillo pasó en 1920 a la Reina María, esposa del Rey Fernando I, en gratitud a su contribución a la incorporación de Transilvania a Rumania. En 1938, la reina le dejó el castillo a su quinta hija, la princesa Ileana, no obstante, luego de la II Guerra Mundial y la llegada del terror comunista, el castillo fue confiscado y la princesa sólo pudo hacer uso de la propiedad a partir de 1990,.tras el derrocamiento y ejecución del dictador Nicolae Ceausescu y su odiada mujer Elena. Actualmente, el castillo es el segundo punto turístico más importante de Rumania, y recibe más de 450 mil visitantes al año, algo nada despreciable para un enclave tan poco conocido de Europa, y mas aun cuando esta relacionado con uno de los personajes mas controvertidos de la historia.