TIEMPOS DEL MUNDO
jueves, 8 de agosto de 2024
¿LA VIDA EXTRATERRESTRE ES ARTIFICIALMENTE INTELIGENTE?: Entonces podría ser más extraña de lo que podemos imaginar
La vida inteligente tardó más de cuatro mil millones de años en surgir por selección natural en la Tierra, pero todavía quedan miles de millones de años más en la vida de nuestro planeta (a menos que antes un conflicto nuclear acabe con ella). En ese tiempo, la inteligencia podría desarrollarse en direcciones completamente nuevas. Puede que los seres humanos estemos cerca del final de la evolución darwiniana (ya no se nos exige que seamos los más aptos para sobrevivir), pero la evolución tecnológica de las mentes con inteligencia artificial apenas está comenzando. Quizás antes de lo que uno se imagina, los humanos seriamos superados por la inteligencia inorgánica. Si esto sucede, nuestra especie habrá sido apenas un breve interludio en la historia de la Tierra antes de que las máquinas tomen el control. Esto plantea una pregunta profunda sobre el cosmos en general: ¿es más probable que los extraterrestres sean de carne y hueso como nosotros o sean artificiales? Y si son más como máquinas, ¿cómo serían y cómo podríamos detectarlos? Muchos suponen que los seres humanos estamos “en la cima de la inteligencia”, pero es posible que nuestra especie represente en realidad una etapa primitiva en el camino hacia mentes más artificiales. Esto podría explicar por qué el cosmos parece tan vacío de vida como la nuestra. Si una transición evolutiva hacia una inteligencia no orgánica es inevitable en todo el Universo, nuestros telescopios tendrían muy pocas probabilidades de captar una inteligencia similar a la humana en el lapso de tiempo en que todavía estaba encarnada en esa forma. Tal vez sea más probable que los extraterrestres sean la progenie electrónica remota de otras criaturas orgánicas que existieron hace mucho tiempo. La perspectiva de inteligencia extraterrestre inorgánica plantea algunas posibilidades sorprendentes. Si estos seres están ahí fuera, actuarían y pensarían de forma totalmente diferente a nosotros. Es posible que no quieran ser detectados. De hecho, sus intenciones pueden ser imposibles de comprender. Sin embargo, podríamos deducir algunas cosas. En primer lugar, la inteligencia no orgánica puede no tener ninguna utilidad para la atmósfera o el planeta en el que se originó. Los viajes interestelares - o incluso los viajes intergalácticos -no serían un terror para los casi inmortales. De hecho, es posible que prefieran vivir en gravedad cero, porque allí se pueden crear objetos muy grandes y muy ligeros. Si quisieras construir una estructura enorme, elaborada y delgada como una gasa para recolectar energía, por ejemplo, es más fácil en el espacio que en un planeta. Tampoco es obvio que necesiten vivir en órbita alrededor de una estrella. Tal vez tengan nuevas formas de obtener energía que nosotros todavía no podemos imaginar, directamente de alguna estrella. Si tienen cerebros basados en silicio, podrían darse cuenta de que la energía necesaria para procesar "bits" es menor a bajas temperaturas, por lo que gastarían menos energía en regiones más frías alejadas de los sistemas planetarios. Incluso podrían optar por hibernar durante miles de millones de años hasta que el fondo cósmico de microondas (la radiación residual del Big Bang) se enfríe aún más por la continua expansión del Universo. Puede que no tengan los mismos deseos básicos que nosotros. Hemos evolucionado a través de presiones darwinianas para convertirnos en una especie expansionista. La selección ha favorecido la inteligencia, pero también la agresión. Pero si las presiones darwinianas no se aplican a estas entidades artificiales, no hay razón para que sean agresivas como nosotros. Tal vez solo quieran pensar profundamente. El hecho de que no hayamos visto ninguno y que no nos hayan invadido no significa que no haya nada ahí fuera. Puede que simplemente sean más contemplativos y no les interesaría entrar en contacto con seres inferiores como los humanos, capaces de matarlos a la menor oportunidad para apropiarse de su tecnología. No podemos evaluar por ello si el "gran silencio" del cosmos significa su ausencia o simplemente su preferencia a ignorarnos por considerarnos peligrosos. Tampoco podemos suponer que sean una "civilización" como los imaginamos en las películas. En la Tierra, este término connota una sociedad de individuos: en cambio, los extraterrestres podrían ser una única inteligencia integrada. Desde una perspectiva pesimista, podrían ser lo que los filósofos llaman "zombis". No se sabe si la conciencia es exclusiva de los cerebros húmedos y orgánicos de los humanos, los simios y los perros. ¿Podría ser que las inteligencias electrónicas, aunque sus intelectos parezcan sobrehumanos, carezcan de conciencia de sí mismas o de vida interior? Si así fuera, estarían vivas, pero serían incapaces de contemplarse a sí mismas o de contemplar la belleza, la maravilla y los misterios del Universo. Una perspectiva bastante sombría. Por otra parte, su inteligencia más avanzada podría permitirles comprender aspectos cruciales de la realidad que nosotros no podemos, de la misma manera que un mono no puede entender la teoría cuántica. Puede que el universo contenga complejidades que ni nuestro intelecto ni nuestros sentidos puedan captar, pero los cerebros electrónicos pueden tener una percepción muy diferente. Implicaciones para la búsqueda. Si es más probable que la inteligencia extraterrestre no sea orgánica, sino artificial, ¿qué significaría esto para la Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI)? En una década o dos, existe una perspectiva realista de que tengamos la capacidad de detectar biofirmas en otros planetas (por ejemplo, química atmosférica o vegetación). Pero para detectar vida artificial, tendríamos que buscar "tecnofirmas", como transmisiones electromagnéticas. El objetivo de SETI ha sido la parte de radio del espectro, pero obviamente, en nuestro estado de ignorancia sobre lo que podría haber ahí fuera, deberíamos explorar todas las bandas de ondas: la banda óptica y la de rayos X. Incluso si se estuvieran transmitiendo mensajes, es posible que no los reconozcamos como artificiales porque no sepamos cómo descodificarlos. Pensemos en la dificultad que podría tener un ingeniero de radio veterano familiarizado únicamente con la modulación de amplitud del siglo XX para descodificar las comunicaciones inalámbricas modernas. Encontrar inteligencia no orgánica también significa estar alerta a la evidencia de fenómenos o actividades no naturales, incluso dentro de nuestro propio Sistema Solar. Fue correcto que el telescopio Green Bank se mantuviera apuntando a Oumuamua, el objeto anómalo que pasó por nuestro vecindario recientemente y se cree que se originó fuera de nuestro Sistema Solar. También vale la pena estar atento a objetos especialmente brillantes o de formas extrañas que acechan entre los asteroides. También podemos necesitar buscar evidencia de proyectos de construcción no naturales, como una "Esfera de Dyson", una estructura gigante e hipotética de recolección de energía construida alrededor de una estrella. En resumen, los astrónomos deberían esperar sorpresas, tener la mente abierta y asegurarse de no pasar por alto nada extraño. Los científicos aún no saben si el origen de la vida es algo poco común y solo ocurrió aquí en la Tierra. Pero si ese no es el caso y si la vida comienza en otro lugar, entonces la inteligencia podría evolucionar de muchas maneras. Hay sistemas planetarios que son al menos mil millones de años más antiguos que el nuestro, por lo que es posible que la inteligencia ya se haya desarrollado en algo no orgánico. Tal vez lo que existe no evolucione por selección darwiniana: sería lo que se ha dado por llamar "diseño inteligente secular", que es algo así como máquinas que diseñan mejores máquinas. Y aunque tal vez no nos esté transmitiendo su existencia, podría encontrarse en todo el Universo.